Dominame

Ella traspaso la puerta y el con un dedo en los labios le ordeno silencio, y tal y como ella siempre hacia cuando estaba con el obedeció, la tomo por la ropa y la sujeto con fuerza atrayéndola a su cuerpo, sus labios eran fuego contra los suyos, un beso capas de derretir metal...

Ella traspaso la puerta y el con un dedo en los labios le ordeno silencio, y tal y como ella siempre hacia cuando estaba con el obedeció, la tomo por la ropa y la sujeto con fuerza atrayéndola a su cuerpo, sus labios eran fuego contra los suyos, un beso capas de derretir metal, la empujo contra el sillón y le descubrió los senos subiendo el top blanco que usaba, se lanzó por ellos y los lamio con furia, las succiones eran dolorosas, pero eso quería ella dolor y él se lo proporcionaba, la pequeña falda que usaba fue subida hasta la cintura y la ropa interior le fue despojada sin delicadezas, su carne fue atacada por su lengua, bebió del líquido como un animal sediento, los ojos del hombre chispeaban ante la imagen indefensa de la mujer con el sexo descubierto y a su merced, ella podía parar todo con una sola palabra pero los deseos de ser doblegada la superaban y se lo impedían. Tomo sus piernas y las separo para ver mejor la humedad, se lanzó nuevamente para succionar el clítoris, este se puso rígido entre sus labios, los gemidos fueron ahogados por la mujer con su mano, no podían hacer ruido y eso lo hacía más fascinante y crudo, verlo perderse entre sus piernas le produjo oleadas de placer y de temor, estaba vulnerable ante él, y lo sabía, la tomo por el cuello cuando ella se quiso levantar, ajusto fuerte y la empujo nuevamente contra el sillón que crujió bajo su cuerpo como si protestara por la forma como estaba siendo tratada

-Chúpamela-

Ordeno el entre susurros poniéndose de pie, a pesar del bajo tono de su voz estaba lleno de autoridad y demanda, ella era suya en esos momentos y tenía que hacer lo que él quisiese, ella obedeció y abrió los labios para meterse el miembro a la boca, el emitió un gruñido gutural de satisfacción, entro en la profundidad de la garganta hasta hacerla tener arcadas, como toda una experta movió la lengua alrededor de la carne endurecida, el tomo sus cabellos y los jalo sin piedad demostrando quien mandaba, las primeras lagrimas brotaron de sus ojos pero él no se dio cuenta por que el llanto era interior, algo precioso se había roto en ese momento, algo mágico le había sido despojado, pero aun así continuaría hasta el final fiel a su palabra. El siguió sujetándola del cabello haciéndola sacarse el falo de la boca y metérselo nuevamente por completo hasta que se atorara y llenara de él, con otro empujón la puso en la posición que él quería, echada para atrás con las piernas abiertas, un cierre fue bajado y su polla erecta apareció, con una mano la oriento hasta la entrada y empujo con todas sus fuerzas levantando su peso con las manos, no había suavidad ni ternura ni mucho menos amor en aquel acto solo la lujuria y necesidad que tiene  todo hombre por dentro. La penetro varias veces antes de aburrirse y salirse de su interior, poniéndose de pie le hiso su caricia favorita, tomarla por el cabello y jalar hasta que su cuello se tense, ella presurosa se lo metió a la boca, succiono el pene y él le dio una cachetada, saber que la tenía bajo su dominio le producía mas placer que cualquier otra cosa, la puso de pie con un nuevo jalón de cabellera y la condujo al baño de la casa, sin prender la luz y tomándola por el cuello la empujo contra las frías baldosas, sus senos se vieron envueltos por manos que los aferraban con rudeza mientras los lamia y mordía, los dedos del hombre buscaron su hendidura y la penetro deleitándose de su humedad

-Estas mojada-

Dijo el entrando y saliendo de ella, la mujer asintió en la oscuridad sin pronunciar palabra

-Ven-

Ordeno el

-No-

Susurro ella tratando de negarse

-Eh dicho que vengas-

El la tomo por el cuello y la atrajo hasta el inodoro donde él estaba sentado esperándola, la volteo y tomo su nalgas, con un quejido le ensarto su polla, ella movió las caderas de arriba a abajo de adelante atrás, arañando las piernas del hombre que en ese momento ya no era el sino un macho dispuesto a tomar lo que quería, con una mano le empujo la espalda haciéndola caer de frente quedando el culo expuesto, y para mayor placer prendió la luz, la visión de su miembro entrando y saliendo de ella le hiso soltar un gruñido, ayudándola con las manos la tomo por las nalgas haciéndola rebotar, las piernas de ella cedieron un poco y se puso de pie, las ganas de salir corriendo la embargaron pero nuevamente apago su sentido común y se colocó contra la pared esperando el nuevo ataque, y este no se hiso esperar, la volteo he hiso que se apoyara contra la pared con las piernas bien abiertas, luego de hurgar dolorosamente con sus dedos en el interior la penetro tomándola de las caderas, jalándola y empujándola

-Ven-

Le dijo el acomodándola sobre el lavabo, la tomo por el cabello y jalo todo lo que pudo

-Mírame-

Ordeno, el reflejo de una mujer obediente y sumisa fue lo que vio, mordiéndose los labios sus miradas se cruzaron

-¿Te gusta?-

Pregunto el hombre jalando aun con más fuerza del cabello

-Si-

Y era verdad le gustaba pero a la ves la aterrorizaba. Con un nuevo jalón fueron al frio piso del baño, la puso a gatas y entro en ella, sus manos volaron a sus senos y los apretaron mientras sus caderas iniciaban su avance y retroceso, el único sonido eran las respiraciones entrecortadas y la carne siendo golpeada por carne

-Échate-

Ordeno el, y ella se extendió en el suelo, abriéndole las piernas la poseyó en la frialdad del baño, los besos estaban de mas, solo había la urgencia de terminar con todo eso, las embestidas se hicieron apremiantes, hasta que él se alejó y masturbándose termino sobre ella, en el estómago y en la falda. El hombre se paró y al instante la hiso incorporarse, la saco del baño para llevarla a la entrada de la casa, ¿cómo te despides después de algo así?, pues fácil, la tomo por la ropa y la atrajo a su cuerpo

-¿Te gusto?-

Quiso saber el antes de dejarla ir

-No-

Dijo ella. Sus manos se afianzaron al cuello de la mujer como tenazas y volvió a preguntar

-¿te gusto?-

-Si-

Con un beso fugaz la despidió echándola a la fría noche


Mientras caminaba rumbo a mi casa pude dar rienda suelta a las emociones contenidas, no había tenido un orgasmo, pero si había sentido mucho placer, sobre todo por haber sido sometida, ¿por qué necesitaba eso?, aun no lo sabía, y otra vez vino la sensación de haber perdido algo esta noche, las primeras lagrimas se exteriorizaron nublando mi visión, la falda manchada me hiso pensar en mi alma, estaba igual de manchada, una pregunta floto en mi mente, ¿lo repetirás?, y conteniendo los sollozos respondí, SI, el me da lo que necesito.