Dominado tras el gimnasio (02)

Tras la primera sesión de dominación contra mi voluntad llegó una segunda aún peor.

El jueves no fui al gimnasio. Nunca iba los jueves y ademas tenia miedo de encontrarme a mi ama con tanta gente y que me humillara en publico. A lo que no podia faltar era a la cita de las siete de la tarde, quién sabe qué podría hacer ella con el video que grabó de nuestra sesión. Así que a las siete de la tarde estaba esperándola en la calle que me había indicado, tenso y aún con esperanzas de que nuestra relación se convirtiera en puro y simple sexo.

Poco después de las siete apareció ella, llevaba unas mallas negras con una camiseta ajustada y una toalla entorno a su pecho, parece que no quería enfriarse... ni perder una gota de sudor. Ni me miró, abrió el maletero del coche, me dio una especie de bolsa de tela negra y dijo "no quiero que veas nada, póntelo y métete dentro!". Así que me lo puse en la cabeza y me metí en el maletero. En poco más de cinco minutos volvió a abrir la puerta, me cogió del cuello y me condujo a una estancia, imaginé que sería el estudio del martes.

Me quitó la bolsa de tela de la cabeza y vi que no estaba en el estudio sino en una habitación que recordaba una mazmorra, había cadenas y un par de aparatos de sadomasoquismo. Cogió un collar de perro y me lo puso:

  • "A partir de ahora eres mío, este collar señala que eres de mi propiedad". Me soltó una bofetada. Me miró como esperando algo y me soltó otra bofetada.

  • "Sí, Ama"

  • "Creía que ya no te acordabas de mis lecciones. Espero que vayas aprendiendo más rápido o lo pagarás".

Me fijó a una arandela que había en la pared gracias a una pequeña correa que unió al collar. Tras esto me ordenó que me desnudara. No podía quitarme la camiseta así que me dio una bofetada y gritó "rápido, quítatela como puedas o te la quito yo con el látigo!". Antes de que la rompiera ella con el látigo la rompí yo con las manos. Me quedé desnudo ante ella.

Levantó su brazo derecho y comenzó una nueva sesión de limpieza. Esta vez lo tenía planeado. Descubrí que debajo de su brazo, en su sobaco, había colocado unos plásticos que le provocaban más sudoración. Cogió el plástico y gritó:

  • "Abre la boca!". Metió el plástico empapado de sudor en mi boca. Me entraron arcadas pero no podía hacer nada contra ella.

  • "Ahora trágatelo!". Afortunadamente era muy fino y pude tragarlo sin problemas. Levantó su brazo,

  • "Comienza a chupar, perro!". Y comencé a lamerle todo el sudor de su sobaco, que era más que la primera vez. Mientras ella me ató una cuerda a mi polla y comenzó a darme tirones.

Levantó el otro brazo, cogió el plástico que tenía en él y me ordenó de nuevo que lo chupara. Luego llegó el turno de su sobaco izquierdo, tan sudado como el derecho. Ella disfrutaba viendo cómo la limpiaba su nuevo esclavo. Cuando disminuía el ritmo de mi lengua me daba tirones a la polla, esto me motivaba a seguir chupando con fuerza.

Cuando se cansó o decidió que ya tenía los sobacos limpios se quitó una de sus zapatillas. Descubrí con horror que también tenía plastificados los pies con algo similar al papel de plástico de envolver alimentos. Cogió el papel, completamente empapado de sudor y me ordenó "Chúpalo!". Yo no podía hacer otra cosa más que chuparlo. Estaba lleno de sudor y tenía un sabor muy fuerte. Tras esto se quitó el plástico del otro pie y me ordenó limpiarlo.

Luego llegó el turno de sus pies, que al haber estado con el plástico estaban más sudados y olorosos que el martes. Para limpiarle los pies me soltó un poco de cuerda y me dijo que me tumbara en el suelo. "Abre la boca!", "Más!" y abrí la boca todo lo que pude. Me embistió con el pie en la boca. Y lo dejó dentro. Estaba saboreando todo su sudor y olor. Mientras ella me cogía la lengua con sus dedos. Fue moviendo el pie para que limpiara toda la planta y el talón. Luego llegó el otro pie y repitió la operación.

Entonces me dijo que sacara bien la lengua, yo la saqué todo lo que pude. Comenzó a clavar y restregar sus uñas contra mi lengua, quitando su suciedad y dejándola en mi lengua. Cuando se cansó con el primer pie se agachó para comprobar el resultado. Mi lengua tenía toda su porquería, parece que los había mantenido sucios pensando en mí. Gritó "Trágatelo! Que no quede nada!". Luego comenzamos con el otro pie. Al concluir observó el resultado y vi que sacó un cortauñas. Se cortó un poco la uña del dedo gordo y dijo "Aquí aún queda suciedad! Qué crees? Que puede haber mierda en mis dedos? Toda te la tienes que comer tú!". Era imposible limpiar así perfectamente sus pies, pero parece que ella no pensaba igual. "Cuando quede suciedad en mis uñas la cortaré y te la comerás!". Y eso hizo. Cortó un trocito de la uña, manteniendo la forma de la misma. Me lo enseñó, vi que se giraba y entonces descubrí que ahí estaba también la cámara del otro día. Estaba enseñando la uña a la cámara. "Abre la boca!" y tiró su uña a mi boca. Yo la cerré para intentar tragar y me dio una bofetada.

  • "No te he dicho que cierres la boca!"

  • "Perdón Ama". La visión de la cámara de nuevo me hacía quedar aún más a sus órdenes.

  • "Deja la boca abierta y chúpala como si fuera un polo de limón!". "Que te vea bien la cámara!".

  • "Sí, Ama".

  • "Ahora, trágatela!". Y con dificultad y repulsión la tragué.

"Ha llegado el momento de seguir avanzando con tu sumisión. Eres mío y haré contigo lo que yo quiera o todos tus compañeros verán qué eres. Y aprenderás a obedecerme sólo por querer complacerme, te lo aseguro". Comenzó a masturbarme y enseguida mi polla se puso dura como una roca, "eres un cerdo, puedo hacer contigo lo que quiera", mientras hablaba seguía masturbándome. Enseguida estaba a punto de explotar, lo que ella sin duda notó, y como me temía, paró. "No quiero que te masturbes sin mi permiso, y por supuesto nada de sexo, aunque quién iba a querer follar con un perro como tú".

Se bajó el pantalón y descubrí que llevaba unas bragas de algo parecido al látex. Se las quitó y pude contemplar su coño a apenas quince centímetros de distancia, era maravilloso. Al poco noté que desprendía un fuerte olor, supuse que tampoco se lo habría limpiado reservando esa tarea para mí, pero comparado con limpiar sus sobacos limpiar con mi lengua ese maravilloso coño iba a ser fabuloso. Me dió sus bragas y ordenó que las limpiara. Tenían un sabor muy fuerte, mezcla de sudor, fluidos (sin duda provocados porque le excitaba dominarme) y orina. Cuando acabé me dijo que abriera la boca y escupió en ella. Escupio varias veces mientras yo la mantenía abierta. Notaba que habría ya una cantidad aceptable de su saliva. Me ordenó que mirara a la cámara y entonces tragara. Después escupió varias veces por mi cara.

Lo que pasó luego supuso mi salto a otro nivel de sumisión. Si hasta entonces el video que grababa de nuestras sesión era muy humillante a partir de ese punto era algo que no podría ser visto por nadie. Cogió mis manos y las ató con una cuerda. Esta cuerda la ató a una argolla que había en el techo, dejando mis brazos completamente estirados e inutilizados. Colocó una barra con argollas entre mis pies y los aprisionó de manera que no podía juntarlos. Una de las argollas de la barra la ató a otra que había en el suelo. Ahora no podía mover ni las manos ni los pies. Pensaba que no hacía falta ya que le había demostrado que no era capaz de enfrentarme a ella por el miedo a que publicara ese video. Entonces se agachó ligeramente y puso su mano derecha detrás de ella. Comenzó a hacer algo raro, parecía que empujaba ligeramente. No sabía qué estaba haciendo pero enseguida lo descubrí. Acercó su mano y me pareció ver que tenía algo en ella. Antes de que pudiera comprobar qué era me restregó la punta de sus dedos por mi nariz. Era su mierda, había cagado un poco en su mano y ahora me lo estaba restregando por la nariz. Me entró una arcada. Ella me fue metiendo un poco de su mierda en un agujero de mi nariz. Luego hizo lo mismo en el otro. No podía respirar por la nariz y tenía un olor fortísimo a mierda, se aceleró mi pulso del asco y del miedo. Ella comenzó a reir.

  • "Te tendrás que ir acostumbrando, así que he pensado que esta es una buena manera, pero no te preocupes que no te he llenado la nariz de mi mierda sólo para que te acostumbres a su olor".

Entonces se fue. Allí me quedé respirando por la boca y tratando de no vomitar. Al poco volvió, yo estaba esperando que me permitiera respirar por la nariz, pero no eran esos sus planes. Vino con un plato y un vaso por lo que se me pasó por la cabeza una idea asquerosa. Se puso un guante de latex. Dejó el plato en el suelo y se acuclilló encima, iba a cagar en ese plato. Y eso hizo, comenzó a cagar y así estuvo un minuto. Cuando se levantó vi que había un par de trozos de mierda.

  • "Hoy te vas a quedar a pasar la noche conmigo. Gracias a tu carnet del gimnasio pude averiguar tu dirección, donde descubrí que vives solo."

Continuó hablando, "Pero no creas que soy tan cruel, me encanta dominar a los perros como tú, pero a pesar de todo soy una buena anfitriona y no puedo tenerte aquí pasando la noche y no invitarte a cenar, y como soy tan buena te ofreceré un plato que le guste a un perro asqueroso como mi esclavo".

Cuando me temía lo peor vi que se volvía a agachar ligeramente, pero esta vez descubrí que estaba preparando mi bebida, estaba llenando el vaso con su orina. "Bien esclavo, es hora de cenar, abre la boca que te daré un aperitivo". La abrí con miedo por lo que me dio una sonora bofetada. Cuando la tuve bien abierta comenzó a hacer ruido con la garganta y me soltó un gapo de esos verdes asquerosos que quedó en medio de mi lengua. "Saborea bien tu aperitivo, esclavo!", medio minuto después me ordenó que lo tragara. Allí empezaba lo peor de la "cena". Acercó el plato con su mierda, supongo que olería a lo mismo que llevaba yo oliendo un rato. Eso era superior a mí y a pesar de mi miedo a su video no podía abrir la boca. Comenzó a golpearme en la polla. Cuando pudo cogió un trozo con su guante y lo metió en mi boca.

La apretó con fuerza. Era un sabor asqueroso, pero enseguida me di cuenta de lo malo de mi situación, no podía respirar con su mierda en mi nariz y su mano, llena de mierda, cerrándome la boca, así que empecé a masticar. Ella me permitió luego respirar, "Ves, mi mierda es la que te da no sólo de comer, sino también tu oxígeno para vivir", y en cierto sentido tenía razón. Tenía auténtica repulsión pero iba masticando como podía. Tras ese primer trozo cogió otro, pero no lo dirigió a mi boca sino que me lo restregó por la cara. Cogió otro y me volvió a alimentar con él, "Acostúmbrate a tu nueva comida porque acabará siendo lo único que comas", yo, mientras masticaba, contesté un "Si, Ama" que me sorprendió a mi mismo, ella se rió. Mientras masticaba cogió un pequeño trozo de su mierda y la restregó por mi polla "Ves, tu polla es una mierda", se burló. Me fui dando toda su mierda, y yo la masticaba y tragaba con dificultad mientras intentaba respirar. A mitad me dio un poco de bebida, su orina que aderezó con un poco de saliva, la cual me supo como la mejor cerveza que había tomado en toda mi vida. "Vas a aprender a ser un buen esclavo, te usaré no sólo para mi propio placer sino también para ganar dinero, ya verás que bien nos va, y ya sabes que en cualquier momento pueden aparecer por tu oficina imágenes de un video en el que tienes un cena íntima de lo más especial".

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