Dominado por mis compañeras de trabajo

Como por un enfado con mis compañeras termine combertido en su esclava.

Esta historia tubo lugar ya hace algún tiempo, por entonces tenia yo 25 años, y terminados mis estudios decidí buscar trabajo, al final, encontré uno diseñando paginas Web en una empresa, aunque me tuve que desplazar a otra ciudad y como el sueldo era bueno, no me importo mucho irme a un lugar donde no conocía nadie.

Otra de las cosas buenas del trabajo, es que era una empresa pequeña, propietaria de una pequeña empresaria aunque al parecer bastante adinerada, y que tenia la oficina montada en su propia casa, un pequeño chalet en un pueblo en las afueras de la ciudad, con lo que podíamos trabajar en una de las habitaciones de la casa, evitando las aglomeraciones del centro de la ciudad.

Cuado llegue a la casa en la que se suponía que tenia que empezar mi trabajo, llamé al timbre y esperé, al poco se abrió la puerta, apareció una mujer de unos 40 años aunque de muy buen ver, rubia, con una melena hasta los hombros y con ojos oscuros, no llevaba maquillaje, tan solo un pintalabios rosa, muy tenue, vestía una falda larga azul y una camiseta de algodón blanca, y lo primero que me llamo la atención, fue que se adivinaba fácilmente, que no llevaba sostén, sus pechos que aunque un poco caídos eran de un tamaño bastante generoso y se movían libremente debajo de su camiseta a cada movimiento que su cuerpo hacía, dejando además adivinar ligeramente la forma de sus pezones, debajo de la tela.

No se si se dio cuenta de cómo la había mirado, Me rehice rápidamente he intente no observarlos más diciéndome a mi mismo, que no quedaría bien que me clasificaran como un miró el primer día, y pensé que al trabajar en una vivienda particular quizás el ir de traje al trabajo estaba de mas.

Hola, supongo que eres Juan el nuevo ¿no?

Si eso es.

Bueno pues yo soy Mónica soy dueña de la empresa, si quieres pasar, te enseño todo esto un poco.

Entre con ella, y mientras íbamos hacia la sala de trabajo, me siguió comentando

Bueno Juan pues como vas a ver la nuestra es una pequeña empresa, trabajamos aquí en mi casa, que esta bastante aislada y así no nos molesta, nadie como observaras aquí tenemos un tono muy desenfadado, somos como una pequeña familia.

Que suerte que vas a tener, (Mónica mientras sonreía), ya verás vas a estar trabajando con cuatro chicas para ti solo.

Acto seguido entramos en una sala donde estaban trabajando mis compañeras.

Haber chicas os presento a vuestro nuevo compañero Juan,

Juan, estas son tus otras tres compañeras Laura, Elena y Marta.

Hola Juan. Saludaron mis compañeras, y se levantaron para saludarme.

Laura era alta, con una melena negra, ojos azules y piel bronceada, tendría mas o menos diecinueve años, me sorprendió como bestia, una falda bastante corta, que dejaba ver unas piernas perfectas, y un TOP bajo el que se adivinaban unos pechos pequeños pero firmes, vamos que me quedé mirándola bastante impresionado (si que tienen un ambiente desenfadado pensé yo).

Elena por su parte, de pelo rizado, llevaba unos pantalones bastante ajustados, que marcaban perfectamente las curvas de su culo, además su camisa, con algunos botones sueltos, dejaba ver el nacimiento de unos pechos generosos y redondos, a los que no pude evitar desviar la mirada, cuando me la presentaron, tendría unos treinta.

Marta era la excepción de aquel grupo de mujeres, tendría también más o menos mi edad, algún michelín sobresalía en su cintura, y daba la impresión de que no se arreglaba mucho, tenía el pelo castaño un poco por debajo de los hombros, bestia con ropa bastante normal

Hola salude yo.

Bueno (dijo Mónica) Juan pues ya nos conoces a todas, somos todas muy buenas amigas y nos apoyamos mucho, espero que encajes bien aquí, ahora ven y ten pondré al día.

Poco a poco con el paso de los días fui cogiendo el ritmo al trabajo, al cabo de un mes, y para evitarme desplazamientos, Mónica me ofreció en alquiler una pequeña casita en el propio pueblo, más barato que el alquiler que tenia entonces, daba la casualidad de que era propietaria de unas pequeñas casas, que alquilaba a veraneantes pero el resto del año las tenia vacías y había aprovechado para alquilarlas por un bajo precio a mis compañeras y a mi que nos descontaba del sueldo, como el precio era muy bajo acepte encantado.

Fue al cabo de un par de meses cuando todo cambió. Laura propuso hacer una cena con lo que todos fuimos a la ciudad y estuvimos de fiesta, poco a poco la gente se fue retirando, y al final, solo quedamos yo y Marta.

Para entonces ya habíamos tomado unas cuantas copas, Marta y yo estábamos charlando, aunque yo tampoco es que pusiera mucha atención en la conversación, sino que estaba pensando en los modelitos que habían llevado Mónica, Laura y Elena y de los que no había podido quitar los ojos. Poco a poco Marta se fue acercando a mí, pero yo no prestaba atención, sin embargo llegado un momento Marta me besó

He que estas haciendo dije yo sorprendió.

Marta se me quedo mirando, luego con una voz muy nerviosa, me dijo que le gustaba, y que por favor no me enfadase, que le diera una oportunidad.

Mira Marta, sinceramente no eres mi tipo (respondí bastante cortante)

Que pasa dijo Marta ¿Que como no soy tan guapa como Laura y Elena pasas de mi?

Con quien quiera estar es mi problema, lo tienes claro.

Marta se me quedo mirando y poco a poco su cara de sorpresa paso mostrar enfado.

Sabes, pensaba que eras una persona más decente y que valoraba mejor a las personas, que sepas que esto no va a quedar así.

Enfádate si quieres ya te contentarás (le conteste yo con arrogancia, y acto seguido me fui)

Que razón tenía, al día siguiente las cosas empezaron a cambiar drásticamente en la oficina, nadie hablaba conmigo, si no era en un tono cortante para pasarme trabajo, empezaron a caerme todos los marrones, y me tenía que quedar hasta tarde para poder terminar las cosas. Deduje, que Marta había contado a sus compañeras lo que había pasado, y claro al ser yo el nuevo, y ellas ser tan amigas, habían decidido, hacerme la vida imposible.

Al poco opte por buscar un nuevo empleo en la ciudad, sin embargo había subestimado hasta donde llegaban las relaciones de Mónica con el resto de empresas de informática en la ciudad, todas se negaban a darme trabajo al poco de contactar con ellas, estaba claro que no me lo iban a poner fácil. Al final tome una decisión y lo comente a Mónica que regresaba a mi ciudad y dejaba el trabajo, a lo que ella contesto un Muy bien, como si no fuera con ella.

El último día Mónica me pidió que terminara todo lo que tenía abierto antes de marcharme, era bastante trabajo con lo que me tuve que quedar hasta tarde y me quedé solo, en la habitación, al final cuando terminé, antes de irme por fin de ese lugar, fui al baño a mear, no cerré la puerta, mientras estaba en el baño pensé, - Bueno ya se acabo esta mierda, fue en ese momento cuando barias manos me inmovilizaron rápidamente, y antes de que me diera cuenta, echaron mis brazos hacia atrás y note el ruido de unas esposas al cerrarse.

Joder, que mierdas pasa, grite yo. Sin darme cuenta que con todo el barullo me había meado en los pantalones.

Bueno, bueno…. pero que te pensabas, que después de lo que le hiciste a Marta te íbamos a dejarte irte de rositas (oí decir a Mónica a mis espaldas).

Que te creías que no me di cuenta el primer día como me mirabas las tetas, hemos estado pensando que hacer contigo, y al final hemos decidido que ya que parece que solo valoras a las chicas por su cuerpo, vamos a hacer de ti nuestra putita particular, para que veas como es ser una mujer.

¡Dejarme en paz! vale, no voy a ser vuestra puta ni nada,

He intente zafarme, sin embargo Laura y Elena, me tenían bien sujeto por los brazos, y al estar esposado, no podía hacer mucha fuerza, justo en ese momento, Marta se puso delante de mí, y me propinó rápidamente un fuerte rodillazo en los huevos, el dolor recorrió todo mi cuerpo, y de no ser porque me tenían sujeto, habría caído de rodillas al suelo, al primer golpe le sucedieron otros dos, que me arrancaron unos gritos, notaba como mis huevos palpitaban mandando señales de dolor a todo mi cuerpo, lágrimas pugnaban por salir de mis ojos.

¡Por favor para¡ grite, el tono de súplica en mi voz, no paso desapercibido.

Mira se te portas bien y colaboras no te pegaremos más, ¿lo entiendes? Susurro Elena a mi oído.

Yo moví la cabeza afirmativamente, aquella situación no me hacía ninguna gracia, pero mucho menos gracia me hacían los rodillazos de Marta, con lo que deje de revolverme he intente tranquilizarme. Mientras Marta tomó unas tijeras de unas bolsas que habían traído, y regreso a donde mí.

Pero mira que guarro eres, te has meado encima, habrá que quitarte esa ropa, de todas formas (dijo con una risita) ya no te va a hacer falta ropa de chico en un tiempo.

Acto seguido empezó a cortar mi camiseta, poco a poco la tela se iba abriendo al paso de las tijeras, al final Mónica dio un fuerte tirón desde atrás, oí como las pocas costuras que quedaban se desgarraban y los restos de la camisa acabaron en el suelo, siguieron con mi pantalón, quedando en calzoncillos, enseguida note como introducían las tijeras por la raja de mi culo he iban cortando la tela, momentos después, estaba completamente desnudo ante ellas. La verdad es que me dio bastante vergüenza, para empeorar la situación y debido al miedo provocado por todo, mi poya estaba reducida a su tamaño más mínimo, todas se rieron al unísono.

Ja, pero míralo y con esa cosita esperas hacer algo, dijo Laura.

Bueno, la verdad es que estas bastante delgado, con un poco de trabajo vas a poder pasar por toda una putita, pero antes tenemos que empezar por eliminar todos esos pelos que tienes por el cuerpo comento Mónica, - Marta trae la cera.

Por favor parar ya, he aprendido la lección, venga (dije yo a la desesperada)

Ni se te ocurra moverte o prefieres que sigamos dándole el tratamiento a tus huevos.

Minutos después casi todo mi cuerpo estaba cubierto de cera.

Bueno pues va siendo hora de empezar, prepárate oí decir a Mónica mientras se preparaba para retirar la cera de una de mis axilas.

He vamos no podéis hacerme esto como voy a ir si un pelo por el cuerpo no ..!Ahhhhhh!.

No pude terminar la frase, un tremendo dolor me izo gritar, note como los pelos se mi axila se iban arrancando al retirarse la cera de mi piel, me ardía la piel y apretaba los dientes como un poseso, sin dejar recuperarme continuaron con mi otra axila y mis piernas, yo pensaba que era imposible que aquello doliese más, sin embargo estaba equivocado, un gritos aún mayores salieron de mi boca, cuando retiraron la cera de mi culo y mi zona púbica, me di cuenta de que estaba llorando, y mi saliva goteaba por la comisura de mis labios, baje la mirada y vi mi cuerpo sin un solo pelo, como si aún no hubiese llegado a la pubertad.

Mira como lloras me dijo Mónica mientras cogía mi cara con sus manos.

Tan macho y no aguantas una mísera depilación, la verdad es que no has quedado mal, ahora ya no se te ve tan macho he, pero si pareces un adolescente, pero aún quedan un par de cosas por hacer, primero voy a arreglarte esas cejas, mientras Elena y Laura te preparan, y Marta de da crema hidratante, no queremos que se estropee la piel de nuestra putita, dijo con malicia.

Yo me deje hacer, no solo quería que aquello terminara, notaba pequeños tirones en mis cejas, al mismo tiempo que las manos de Marta recorrían mi cuerpo, aplicando la crema que alivio bastante mi piel, pude notar como se detenía a tocar mis huevos y como metía la mano por la raja de mi culo, de repente note unos pinchazos en mis orejas,

No te preocupes oí decir a Elena son para los pendientes las putas como tu tienen que llevarlos.

Segundos después pude ver por el rabillo de mis ojos, como unos enormes aros colgaban de mis orejas, después, me pusieron una peluca, y comenzaron a maquillarme, mientras, Marta, me puso un tanga, y unas medias, noté como la suave tela de las prendas, pasaba por mi piel libre de pelos, y quede muy sorprendido al notar cierta sensación de placer al contacto de mi piel con esas ropas.

Mira dijo Marta entre risas, parece que te gusta vestir de mujer quién lo iba a decir.

Note que mi poya se había puesto dura y se notaba el abultamiento bajo la tela del tanga, mi cara se puso roja de vergüenza, mientras oía las risas de las chicas, yo era un chico, ¿cómo podía traicionarme a si mi cuerpo? y sin embargo me sentía a gusto con aquellas ropas. Para terminar procedieron a aplicar pegamento en unas prótesis que simulaban unas tetas, y me las pusieron, luego maquillaron toda la zona, la verdad es que parecían bastante reales, y notaba el peso añadido a mi cuerpo, al moverme, después me arreglaron las uñas de los pies y manos y las pintaron de un rojo chillón.

Bueno pues ya estas, es hora de que te veas me susurró Laura al oído, mientras Mónica te irá sacando algunas fotos, estas tan bonita

Mientas oía el ruido de la cámara, me pusieron delante del espejo, me quede de piedra.

Aquél no era yo.

Pero que me habéis hecho gemí yo, no voy a poder salir a la calle, (por respuestas solo oí risas).

Ahora tenia una larga melena negra, mis cejas eran dos finas líneas nada que ver con las que tenía antes y me habían maquillado como un putón, llevaba un tanga negro y medias, y mis manos atadas a la espalda, hacían que mi torso se echara hacia delante, acentuados mis dos nuevas tetas, si embargo algo estaba cambiando en mi interior, al momento de observarme no pude evitar pensar, joder que buena estoy, refiriéndome a mi en femenino.

Sabes creo que a partir de ahora te llamaremos Sara, bueno ahora que ya eres una mujer, y que parece que te gusta comento Mónica, vamos a hacer sentirte como tal.

Lentamente conecto una especie de mangeta al grifo del lavabo y se dirigió con ella a mi culo, apartando la tira de mi tanga y dejando mi ano al descubierto.

Espera que vas a hacer, por favor mi culo no ahggg. (un ahogado grito broto de mi boca cuando note como la mangeta entraba dentro de mi culo).

Tranquilo es algo necesario para que podamos continuar, y acto seguido abrió el grifo.

Lentamente mis tripas empezaron a llenarse de agua, yo, tenia el vientre liso sin embargo ahora apareció una pequeña barriguita, cuando pensaba que iba a reventar, Mónica cerró el grifo, saco la mangueta y me puso un tapón en el culo, yo lloraba de dolor.

Por favor dejarme echar esto fuera.

Mira si quieres que te deje vaciarte tienes que prometer portarte bien, porque si no estas fotos que te hemos hecho van a llegar a mucha gente lo entiendes.

Si por favor haré lo que queráis le respondía a Mónica.

Al momento sentí como Elena soltaba mis manos, instintivamente, me las lleve a mi "nueva tripa" oí la voz de Laura acompañada de unas risas y el sonido de la cámara.

Mirar, la putita parece que esta embarazada.

Aquello les izo mucha gracia me pidieron que adoptara poses de embarazada, y a sus cámaras de fotos se sumo una de video, a demás, como me encontraba mal con tanta agua tenia cara de sofocado, con lo que parecía de verdad que estuviese embarazada.

Tras la sesión de fotos, lentamente Mónica me condujo al bater, la piernas me temblaban un poco, cuando ya estuve sentado yo mismo metí mi mano en el culo y me quite el tapón, por alguna extraña razón aproveche para meterme un dedo ahora que lo tenia abierto y note cierto placer, luego note como el agua empezaba a salir de mi cuerpo, ni siquiera me había bajado el tanga, pero que mas daba, me sentía aliviado, notaba como poco a poco me iba vaciando y una sensación de tranquilidad me invadía.

Bueno ahora ya meas como una chica, me dijo Mónica cuando termine, ahora te haremos sentir como tal.

Dicho esto me levantó me quito el tanga agarro mi poya y empezó a masturbarme, para mi sorpresa solté un gemido cuando note como dos de sus dedos entraban por mi culo y se empezaban a mover por mi interior me estaba excitando como no había echo nunca, y sin darme cuenta empecé a acompasar el movimiento de mi culo al de sus dedos.

Mirar como le gusta, comento Marta,

En esto Laura se puso delante de mí iba completamente desnuda, me fijé en su coño sin un solo pelo y sus pequeños pechos firmes y erectos.

¿A que esperas? me dijo

Me lance a estrujar y chupar como un poseso esos pechos, aquello fue demasiado para mí, me corrí abundantemente en la mano de Mónica, soltando unos gemidos bastante femeninos oleadas de placer recorrieron mi cuerpo.

Mira que cochina me has manchado las manos ¡límpialas!, me dijo acercándolas a mi boca.

Para entonces a mi todo me daba igual, tome su mano con las más y chupe de sus dedos uno por uno con avidez mi propio esperma, tomándome mi tiempo, y degustándolos como si fuera un manjar, ¿Qué me estaba pasando?. Luego para mi sorpresa exclame.

Quiero más.

Mónica sonrió.

Tenemos aquí un juguetito, que creo que te va a gustar, dijo, y tomo un consolador de la bolsa mientras lo untaba en vaselina, además es especial, ves este botoncito de la base, lo aprietas, suelta un un gel que simula esperma y con el que hemos rellenado su interior.

Sin pensarlo se lo arrebate de las manos, me deje caer en el suelo de espaldas abrí mis piernas y me dispuse a meterme el juguete por mi culo, sin embargo Elena lo tomó rápidamente de mis manos.

Tranquila, tu déjanos a nosotras, y acto seguido empezó a introducirlo poco a poco por mi ano,

Ufff

Gemí yo cuando note como las paredes de mi ano se estiraban en un intento de dejar pasar el consolador, al mismo tiempo Marta empezó a masturbarme otra vez, y mientras Mónica se quito su camiseta y dejo que sobara sus tetas, esas que yo había estado mirando el primer día, poco a poco la excitación fue invadiendo todo mi cuerpo, llego el momento en que vi que iba a correme de nuevo, en ese instante mi mano agarro la de Elena y para su sorpresa y la obligué a bombear con mas fuerza en mi interior.

¡Sigue, sigue! gritaba yo

Me corrí por segunda vez, justo en el momento en que Elena pulso el botón del consolador, y note como se vaciaba en mi interior, oleadas de placer me embargaban, ahí estaba yo tirado en el suelo, manchado con mi propio esperma, y con mi culo totalmente abierto y palpitando como si aún no hubiese tenido suficiente, segundos después empezó a brotar de el un líquido blanco con el que el consolador había llenado mi interior.

Pude observar como las chicas estaban bastante sorprendidas, mientras que reemplazaba el consolador con mis dedos, con los que seguía tocando en mi interior.

Bueno creo que por hoy es suficiente comento Mónica.

Entre todas me agarraron y me llevaron a la ducha, yo estaba exhausto, mis piernas me temblaban, y casi no me tenía en pié

Yo me dejé hacer, después me pusieron unas bragas, un camisón me llevaron a una cama donde dormí tranquilamente.

Se agradecen comentarios.