Dominado por Manuel

De como un joven totalmente normal pasa a ser la esclava sexual de su amigo.

Soy un chico de 16 años, 1.80, de complexión fuerte y físicamente bastante agraciado, eso si, después de ponerme a dieta. Ocurrió que un día fui a la casa de un amigo mío llamado Manuel durante las vacaciones de verano. Manuel es un chico de 16 años, con el pelo lacio y largo, gruesos y jugosos labios y complexión fuerte, aunque un poco rellenito.

Desde hacia varios meses me había encandilado con el, ya que jugábamos juntos desde hace bastantes años. En el último año me di cuenta de que las revistas porno ya no me excitaban, y lo que verdaderamente lo hacía eran las imágenes gays y las películas del mismo tipo. Pasé un tiempo pensando en la idea de que en el fondo fuera yo gay, lo que me llevó a muchos quebraderos de cabeza. Al final di por sentado que era bisexual, pero no quise que nadie lo supiera.

Retomando el inicio, fui una tarde a casa de este amigo mío, coincidiendo con que sus padres no estaban. En principio habíamos quedado más en su casa, pero por una serie de asuntos al final solo fui yo.

Nada mas llegar me recibió sonriente y pasamos al salón, donde nos pusimos a jugar a la videoconsola. Mientras el jugaba yo le miraba disimuladamente el paquete y creaba fantasías en mi cabeza, lo que me ponía totalmente erecto, cosa que disimulaba tapándome con un cojín.

Estuvimos jugando a la play station un buen rato, hasta que dijo de ver alguna película en el dvd, a lo que yo accedí. Pusimos "Romeo debe morir", película que yo ya había visto pero que el quería ver.

Nos sentamos en el sofá y nos acomodamos tranquilamente. Mientras pasaba la película yo no hacia mas que mirarle a el y a su paquete. En un momento dado moví mi mano y la puse sobre su pantalón, mientras que valientemente le tomé de la cara y empecé a lamerle y besarle la boca. El sorprendido se apartó.

-¿Pero, que estas haciendo? – me dijo-

  • Lo siento manu, tenía que hacerlo – le conteste-

  • No sabía que fueras gay – me respondió –

  • En realidad soy bisexual – dije – me moría de ganar de tocarte y besarte.

El se miró y luego me miró a mí diciendo:

-¿Te gustaría se mi esclava?

A lo que yo respondí:

-Si, me gustaría

Instantáneamente se bajó los pantalones y sacó de sus calzoncillos una enorme y apetitosa polla, diciéndome:

-¿A que esperas puta?. Chupamela

No tardé en abalanzarme sobre sus piernas y meterme su falo en la boca. Como loco subía y bajaba, lamiendo eso que siempre deseé. Mientras se la mamaba le acariciaba las piernas y el culo, sabiendo que estos serían pronto míos. "Que rico" pensaba yo mientras gemía como cualquier prostituta que se precie, me gustaba sentirme esclava y sabía que a el le gustaba que lo fuera.

Chupaba incesantemente, le lamía el glande y saboreaba mientras gemía. El me decía:

-Vamos putita, chupa, chupa, se que te gusta, eres un maricón muy vicioso…..aaaah…sigue…cometela toda

Me cogía de la cabeza y me apretaba contra su rabo para que me tragase todo, cosa que yo hacía.

De pronto me pegó una bofetada y me dijo:

-ahora quiero que me limpies el culo con tu lengua

Se volteó y se puso a cuatro patas, yo me lancé contra su nutrido culo y empecé a lamerle el ano, besarlo y darle pequeños mordisquitos. Nunca imaginé que me gustase tanto, y yo como una zorra hacía lo que me decía Manuel.

El se movía como una serpiente mientras yo no me separaba de su ano.

-Lamelo hasta el fondo, así, sigue…..oooohh….lame putona lame

El hoyito de su ano era solo mío, lo limpiaba y chupada tal como el quería. Pronto le noté que se iba a correr.

-Dame tu boca zorra, que me voy a correr

Obedeciéndole, me tumbé boca arriba y el acuclillado sobre mi pecho empezó a correrse en mi cara. Yo abrí la boca todo lo que pude y me tragué la mayor parte de su semen. Me relamía y le chupaba la polla esperando que me diera más.

-Voy a ducharme, sigueme zorra –me dijo-

Me puse a cuatro patas y le seguí hasta el cuarto de baño, una vez allí nos desnudamos los dos, entonces me dijo:

-siéntate en el suelo mientras yo me ducho.

Y así lo hice, me senté mientras se duchaba y aproveché para masturbarme y correrme en el suelo. Luego me metí con el en la ducha.

-Quiero comerte la polla de nuevo – le supliqué –

Entonces el me restregó su rabo por la cara y yo me la metí en la boca a modo de biberón, hasta que se corrió de nuevo esta vez dentro de mi boca. Entonces me dijo:

-Quédate con la boca abierta que te vas a tragar algo.

Entonces se dio la vuelta poniendo su culo frente a mi boca. "Lamelo" me decía, y yo como una perra obediente, lo lamía.

Mi sorpresa fue cuando noté que algo salía de su ano, entonces le abrí más el culo con mis manos y lamí rápidamente, fue entonces cuando vi la punta de sus excrementos.

-Aaaaahh….me sale…- gimió Manuel-

Entonces un compactado excremente cayó de su ano a mis manos, yo al ver esto me excité muchísimo, aunque me dio bastante asco.

-Lame mi mierda puto- me ordenó- luego tendrás postre

La acerqué a mi boca y le di un tímido lenguetazo que ciertamente me repugnó bastante, con lo que instintivamente deje caer su caca y se fue lentamente por el agujero de la ducha.

-¿Cómo te atreves? –me grito-

Entonces me pegó una bofetada y se comenzó a mear sobre mi cara.

-Bebe esclavo, bebe –me dijo-

Bebí todo aquello que llegó a mi boca y luego me ordenó ponerme a cuatro patas. Entonces noté como paseaba su polla por mi agujero.

-Vamos Manuel, hazme tuyo, follame, siempre quise que me la metieras – le decía para excitarle-

Sin pensárselo dos veces arremetió contra mi, introduciéndome toda su suculenta polla en mi enrojecido ano.

Como hacía tiempo que me metía cosas por el culo, no le costó mucho penetrarme.

Me moví como una puta. Era rápido y frenético, y yo gemía descaradamente. Me sentía dominado, y sentía su rabo inmenso recorriendo mi culo mientras yo pedía mas y mas, quería sentirme follado. El me golpeaba las nalgas mientras decia:

-Siempre supe que eras una puta y que pedirias mi polla a gritos.

Entonces cogió una toalla y con ella me ató al toallero, unicamente las manos, mientras yo le ofrecía todo mi culo. Yo indefenso solo podia ser el objeto de Manuel.

Acabó corriendose dentro de mi, entonces caí rendido y me dormí.

A la mañana siguiente me depertó el sonido de pisadas, yo seguí atado al toallero. En ese momento entró Manuel, ataviado con un pijama, se bajó el pantalón y empezó a mearme en la cara

-Veo que tienes sed, bebe putita mia.

Yo le obedecí y bebí lo que pude, después me acercó su culo a mi espalda y cagó encima mío, posteriormente limpió sus heces.

Más tarde me desató, me limpié y nos fuimos al salón, y mientras el jugaba a la play yo se la mamaba hasta que se corría en mi boca.

Desde entonces cada vez que voy a su casa y esta solo, me quito el pantalón y me pongo a cuatro patas, por si me quiere follar por el culo o la boca, y nunca rechisto incluso cuando caga u orina sobre mi pecho.