Dominado por maduro (Parte V: Conclusiones)
Un macho maduro desconocido termina por convertirme en su puta. El final de la historia.
La cena continuó como una fantasía hecha realidad. Él me miraba y me acariciaba la cabeza cada cierto tiempo y me decía cosas sucias de rato en rato. Comimos bastante rápido la verdad, tal vez no hablamos mucho pero si incrementamos nuestra cercanía con caricias y besos silenciosos. Él a veces me tocaba el sostén y los pezones haciéndome comentarios como "tetas de putita", "te queda muy bien", "te ves bien puta" y yo me sentía más excitado cada vez que me trataba así. En medio de la cena yo le había contado al oído lo que tenía planeado para nuestra noche y él asintió con la cabeza la idea que le había propuesto.
Cuando terminamos de comer recogí todo y lo coloqué en una bolsa, cumpliendo con mi labor de hembra. Me volví a sentar a su lado y sin esperarlo se levantó de la silla, me agarró del cuello y me levantó. ¿Esto es lo que querías puta?, Me dijo mientras me acercaba más hacia su boca. Me miró a los ojos fijamente con una agresividad que me parecía sensual y me besó violentamente, me introdujo toda su lengua y revolvía mi boca de una forma que nadie había hecho. Pude sentir su piel de macho apoderarse de mi ser y entonces me lanzó sin aviso a la cama. Caí de espaldas algo asustado y entonces se subió encima mío:
"Nunca había conocido a alguien tan puta como tú. Eres una puta. Mírate! Como te vistes y mueves el culo con tal que un macho de verdad te coja por el culo". Su violencia me hacía sentir deseado y con un morbo gigantesco. "SOY TU PUTA, HAZ LO QUE QUIERAS DE MÍ", respondí rogando a gritos. Me agarró del cuello nuevamente y volvió a besarme. Esta vez estuve mejor preparado y pude seguir su ritmo. Me introducía su lengua con una agilidad incomparable y con una virilidad que me hacían perderme en el placer. Después de estar algunos minutos así me jaló de la cabeza y me puso de rodillas en el suelo. Se levantó y me puso su verga frente a la cara, quise metérmela a la boca pero me detuvo con una bofetada. "Todavía no te he dado permiso, putita", me contesto mirándome. Entonces empezó a golpearme con su verga una y otra vez de izquierda a derecha y de regreso. Esa situación me ponía tan excitado que solo abría mi boca como esperando que me la meta. Me tuvo así un buen rato hasta que en el momento menos esperado me la clavó por completo. Pude sentir la calidez de su hombría penetrar mi garganta con una violencia y rapidez que solo habia soñado. Mientras me follaba la boca me recordaba lo zorra que era, lo fácil que le abrí la boca para que me follara y lo sencillo que fue hacer que me pusiera lencería de mujer para él. Cada vez que me deci algo terminaba su frase escupiéndome la cara o jalandome del cabello hacía su verga enterrándomela mucho más. Cuando empezaba a acostumbrarme a que invadiera mi garganta me la sacó. Me puso de pie jalandome de los pelos y me volvió a lanzar a la cama.
Caí mirándolo con mi boca aún abierta y deseando saber qué mas me esperaba.
- Enséñame el culo, me dijo excitado.
Yo estaba a punto de darme la vuelta para mostrarle mi culo de perrito
- No te des vuelta puta, enséñame tu culo así como estás.
Levante mis piernas y con ayuda de mis manos las sostuve un poco.
- Más puta, levanta más ese culo de perra- me gritó algo desesperado
No sé como lo logré y de donde saqué elasticidad pero logré poner mis piernas muy cerca a mi hombro y enseñando mi culito con tanga. Sacó su celular y empezó a grabarme "Vamos, dime que eres una putita y que te encanta la verga".
No podía ver muy bien por el flash que se encendió pero empecé a decirle "Soy tu puta, me encanta ser tu puta. Me gusta tu verga y que me rompas el culo. Romperme el culo por favor". El se reía con un tono burlón de lo que yo decía y hacia comentarios como "eres un putita bien golosa", "si te voy a romper ese culito mamita", "te voy a dejar preñada perrita". Yo sentía más excitación que nunca y sentía que mi ano tenía vida propia. Se abría y se cerraba como esperando que mi macho termine todo lo que había empezado. Él término de grabar y empezó a tomarme fotos. Luego volvió a grabar y empezó a meterme dedos por el culo.
Me hizo la tanga a un costado y empezó a meterme un dedo, dos dedos, tres dedos y hasta cuatro dedos. Él estaba grabando todo y yo me retorcía de placer y también de dolor por todo lo que me estaba haciendo. Quería que esa experiencia fuera infinita porque nunca en mi vida me había sentido más realizado y sometido a un hombre. Esta sensación de sumisión absoluta me ponía demasiado excitado y con ganas de seguir cumpliendo mi rol.
Entonces dejó su celular, se quito la camisa, que era lo único que le quedaba puesto y se acercó a mí. Me rozo el culo con su verga y quedo frente a mí. "Hoy te voy a romper el culito y te voy a dejar preñada, putita". Me hizo chocar las rodillas completamente hacia mí y entonces sentí su verga rozar la entrada de mi anito.
Este era el momento que había soñado y esperado por muchos días. Por fin iba a suceder y me iba a dejar dominar por completo por un macho que sabía tratarme, dominarme y hacerme sentir completamente suyo. Y entonces sentí como poco a poco su verga empezaba a entrar dentro de mí. Sentí en cámara lenta como mi ano se abría más para dejarl entrar su gruesa verga y como él me la empujaba con tanta fuerza que mis defensas se dejaban caer. Sentía un dolor muy fuerte sobre todo por el grosor de su verga, y la sentia como un fierro caliente entrando dentro de mí. Pero esto era algo que estaba esperando y lo que mas anhelaba. Así que sin dudarlo un segundo, simplemente dejé que entre por completo dentro de mí. Sentí cada centimetro de se verga que cada vez la sentía más grande y gruesa entrar dentro mío. Me llenó por colpleto hasta que sentí sus pelos chocar en mi pelvis. Esa sensación de saber que la verga de tu hombre llego hasta su tope y que lograste tenerla toda completa dentro, es indescriptible. Sientes una sensación de realización mezclada con morbo, dolor y placer que las demostré con un gemido muy fuerte que estoy seguro que se escuchó en todo el piso.
Abrí los ojos para verlo y ahí estaba él, mirándome con lujuria. Pude ver sudor en su frente y en los pocos segundos que abrí los ojos noté que se veía incluso más macho que antes, lo veía como el ser más dominante y sexual de la tierra. Mi culo estaba muy agusto de tenerlo dentro mío y quería que se quedará dentro para siempre. Pero el acto no había terminado, y él tenía mucho por ofrecer. Sin avisarme, me la saco y me la volvió a meter. Volví a pegar otro gemido fuerte y seco y entonces supe que ya había empezado. Sentía un dolor insoportable por el tamaño de su verga pero a la vez, cada vez que volvía a entrar en mí sentía un placer indescriptible que me hacía retorcerme del gusto. Movía los dedos de mis pies de formas extrañas y gemía sin parar porque sentía que eran las única forma en la que podía liberarme de esa sensaciones sin control que estaba experimentando. Mi macho me estaba taladrando el culo con mi sostén y tanguita puesto. Eso me ponía muy cachondo y solo quería que me siguiera haciendo suyo. Yo gemía pidiendo que por favor me rompa el culo. "Ah si, rompeme, rompeme todito amor, rompeme todo por favor, rompeme el culo", "soy tu putaaaaa, rompeme por favor, dame toda tu vergaaaa". Perdí la noción del tiempo, me perdí en el placer que estaba sintiendo, en su fuerza, en sus gemidos de macho, en sus palabras y en el compás de su violencia.
Entonces lo miro a los ojos y veo su hombría perderse en mi culo, Veo su sudor mojándome el cuerpo y lo veo dominar cada célula mía. Entonces siento un hormigueo que fluye dentro de mí, que se va liberando por todo mi cuerpo y entonces no aguanto más y me corro sin siquiera haberme masturbado. El se sonríe y me grita "Eres una zorra, ahí te va mi leche putaaaaa. Toma leche puta, toma lecheee perraaaa" y siento chorros de su hombría dentro mío. Me quema el interior con cada chorro y solo me sigo retorciendo de placer. El me sigue cogiendo con violencia y grita en mi cuello con cada chorro que me llena. "Te voy a preñar perra", "toma mi leche zorra, toma mi leche".
Yo sigo gimiendo de placer: "lléname por favor, lléname, dame toda tu leche"
Nuestro gemidos se juntan pero también se van silenciando poco a poco. Él va desacelerando sus movimientos y me besa tiernamente el cuello. Se acerca a mi rostro me sonríe y me vuelve a besar. Se queda encima mío con la verga dentro de mi culo. Me abraza, me dice que soy una zorra bien rica y que me quiere seguir llenando de leche por siempre. Yo le digo que me puede preñar todas las veces que quiera. Me siento realizado, me siento como una zorra que ha sido preñada por su macho.
Él se recuesta a mi lado sin sacarme la verga y me abraza y lentamente. En mi mente solo escucho el sonido de su verga en mi culo y sigo sintiendo su carne en mi culo, hasta que la noche me nubla la visión.