Dominado, humillado y brutalmente penetrado 2.

Tengo ganas de repetirlo, pero esta vez de una forma distinta.

Tercera vez.

He estado hablando con Dissech para decirle que quiero repetir lo mismo que la última vez, pero que esta vez fuese con gente nueva y hombres que les gustase las cosas raras, le puse de ejemplo lo de Omar meándome, por que me gustó.

Dissech aceptó y me volvió a llamar después de unas horas para decirme que había reunido a 6, pero que el no iba a poder ir. Me dijo que iban a venir a recogerme mañana a las 4.

Vinieron los 6 en una furgoneta vieja, grande, como las de los repartidores de paquetes. El que iba conduciendo y dueño de la furgoneta se llamaba Carlos, era un hombre mayor de casi 60 años, estaba gordo y llevaba el pelo y la barba muy largos.

Me dijeron que me subiese detrás, donde van los paquetes con los otros 5, allí me presenté y me dijeron sus nombres. Me pidieron que no contase sus nombres a nadie, por lo que no pondré como se llaman pero os lo describo.

Uno de ellos era también como Carlos, mayor entre 55 y 60, con mucho pelo y también un poco gordo.

El resto tendrían unos 40 más o menos, flacos y sin nada que destacar de momento.

Mientras Carlos conducía, uno de ellos, el más mayor me dijo que me quitase la ropa.

Me quité la ropa, ellos me miraban con deseo, alguno ya empezaba a tocarse, el mayor se quitó la ropa también, se acercó a mi, me besó en la boca mientras me apretaba el culo y empezó a hablar.

-Bueno chico, ¿qué te gustaría que hiciésemos? Nos ha dicho Dissech que quieres probar cosas nuevas.

-Sí, quiero probar cosas nuevas, podéis hacer lo que queráis.

El mismo hombre se acercó a mi de nuevo, con su polla dura la acercó a mi pecho y me apretó en el hombro para que me agachase, acercó su polla a mi boca y yo la abrí para abrirle paso. Los demás se empezaron a quitar la ropa, y se acercaron para que hiciese lo mismo.

En la furgoneta había una mesa, de madera, sin que me dijesen nada me puse encima de la mesa, boca arriba, con el cuello apoyado en el borde y la cabeza boca abajo, para que me follasen la garganta.

El primero fue uno de los hombres, que la tenía pequeña, mediría unos 15cm o menos, por lo que era capaz de meterla entera en la garganta. Mientras lo hacía cada vez más rápido mi saliva iba saliendo de mi boca y callendo sobre el resto de mi cara, los demás estaban detrás de el esperando su turno, menos uno de ellos que me acariciaba el pecho y acercó su polla a mi mano para que le pajease.

Noté por el temblor de la furgoneta que estábamos en un camino de tierra, por lo que donde íbamos estaba en medio del campo.

Estuve así unos 10 minutos, tenía toda la cara y el pelo empapados de mi propia saliba, las pollas de los 5 hombres estaban goteando aún mi saliva cuando Carlos paró la furgoneta. Habíamos llegado a el sitio, estaba en medio del campo como me imaginaba, era una casa prácticamente destruida, íbamos todos desnudos dentro de ella menos Carlos que aún seguía vestido.

Dentro de la casa había una trampilla en el suelo, había un sótano, allí era donde íbamos, bajamos las escaleras y era un espacio bastante pequeño pero suficiente, unos 30 metros cuadrados.

Había varios armarios, una mesa en el centro, una bombilla en el techo y mucho polvo en todos los sitios, y alguna telaraña, parecía que no había ido allí nadie en meses.

Carlos se quitó la ropa también, y yo me quedé impresionado al ver semejante monstruo entre sus piernas. Era la polla más grande y gorda que había visto en mi vida, mediría más de 25 cm.

(Aquí una foto de una que es casi igual)

http://www.chicomania.net/wp-content/uploads/2013/09/cipotes-grandes-25cm1.jpg

Carlos echó al suelo un colchón que estaba apoyado en la pared, se tumbó en la cama y me puse encima de el, para meter esa polla dentro de mi culito.

Mientras yo bajaba lentamente para que se hiciese paso, Carlos me agarró del culo y empezó a ayudarme a subir y bajar más rápido, después el hizo también movimiento y de forma coordinada esa polla entraba y salía completamente, tan rápido que empecé a gritar de dolor y de placer. Otro se acercó por detrás para metermela también, y otra vez una doble penetración, yo seguía gritando, se me caían las lágrimas pero me encantaba.

Después sacaron sus pollas y entró mayor, su polla ya entraba sin problema, yo estaba a cuatro patas y mientras el me penetraba y yo se la chupaba a otro por delante empezó a azotarme el culo, muy fuerte, yo le pedía que siguiese. Había un espejo donde vi mi culo completamente rojo, y mi cara y mi pecho cubiertos de mi saliva.

Me quedé tumbado yo solo en la cama boca abajo, esperando a que alguien hiciese algo, Carlos entonces me dio la vuelta y empezó a mearse encima de mi, el resto hicieron lo mismo.

Mientras 6 chorros de pis cubrían todo mi cuerpo, desde las cejas hasta los pies, Carlos abrió un armario, donde había unos cuantos hierros con tornillos, los junto todos y me lo puso debajo de mi entrepierna. Esto dejaba mi polla boca abajo, y mi culo abierto y mi cara apoyada en la cama, eso significaba que ahora solo era un agujero que se iban a follar una y otra vez.

Mientras uno y otro me iban penetrando, otros me azotaban y otros volvían a mearse encima de mi.

Estuve así 1 hora, tal vez 2, no llevaba reloj ni sabía que hora era, tenía el móvil en la furgoneta.

El primero en correrse fue Carlos, la metió en mi culo y se corrió allí, después quitó los hierros y los demás empezaron a pajearse encima de mi, y a correrse.

Cuando ya todos habían terminado se fueron y me quedé solo con Carlos.

-Bueno Mario, ¿te ha gustado?

-Sí, ha estado bastante bien, me duele un poco pero es lo normal jaja.

-Oye Mario, tengo que contarte una cosa, yo tengo un problema, cuando me follo a alguien no puedo dejar de estar cachondo, siempre quiero hacerlo una y otra vez.

-Pues hazlo otra vez si quieres.

Carlos alegro la cara, y volvió a follarme, yo estaba cansado por lo que le dije que pusiera esos hierros otra vez, y me estuvo follando, se corrió dentro y volvió a follarme otra vez, así una y otra vez durante 1 hora o más.

Carlos me llevó a su casa para que me ducharse allí, mientras íbamos me pidió que se la chupase y así hice, se corrió en mi boca para no manchar nada.

Llegamos a su piso, era un apartamento que estaba muy bien, todo súper ordenador y muy limpio, fuimos a la ducha juntos.

-¿Me dejas follarte otra vez? -Me pregunto Carlos.

-Venga vale.

Me apoyé contra la pared y el metió de nuevo su polla en mi culo, esta vez se corrió fuera para no marcharme nada, terminamos de darnos esa larga ducha y me ofreció quedarme allí a dormir.

Acepté, me quedé alli con el, cenamos tranquilamente y después nos fuimos a dormir, a él le gusta dormir desnudo, a mi no me importó y yo hice lo mismo.

A mitad de la noche noté su polla acariciando mis nalgas, estaba alucinado con el aguante de ese hombre, yo me hice el dormido y el siguió haciéndolo, la acercó a mi agujero y me penetró otra vez, yo entonces hice como que me despertaba, quite las sábanas y me puse encima de el, cuando estuvo a punto de correrse me pidió que parase. Me saque su polla de mi culo y le pregunte.

-¿qué pasa?

-¿Te gusta hacerlo en público?.

-Sí -Le dije.

Salimos al balcón, el se tumbó en la tumbona y yo me puse encima otra vez, había gente mirando desde abajo de la calle, escuchaba algunos comentarios que me ponían a 100 como: "Vaya fíjate en ese chico, tiene que ser una pasada follar con el".

Yo seguía subiendo y bajando cuando Carlos me echó a un lado, acercó su polla a mi boca y se corrió en ella, yo me asomé abajo para enseñarles mi boca llena de semen a esos 2 hombres que estaban mirando y entonces me lo tragué todo.

Carlos y yo volvimos a la cama, dormimos abrazados y desnudos.

Cuando amaneció Carlos me llevó a mi casa, mire el móvil allí y me habían mandado un video, uno de esos hombres que me vieron en el balcón lo grabó y me lo mandó con un mensaje "¿Te gustaría quedar conmigo?"