Dominada por mi diario intimo 7ª parte

Siguen los castigos y nos visitan compradores.

DOMINADA POR EL DIARIO INTIMO

7ª PARTE

Me bajaron de la camilla, esposada con las manos atrás, me dolían tremendamente no solo los pezones, sino también las tetas. Aparte de los agujeros hechos en mis pezones, tener esos anillos, el manoseo sufrido de mis tetas, todo se juntaba para sufrir.

Además la preocupación de que Olga dijo eso de mañana seguimos, no terminamos contigo, carcomía mi mente.

Al llegar a mi cobertizo me liberaron las manos de la esposas y empujaron adentro. Puse mis manos adelante para no caer, un golpe en mis tetas seria terriblemente doloroso más que ahora. Me senté en un rincón, tratando de no moverme y quede así, llorando sin ni siquiera atreverme a tocar.

Trajeron a las demás chicas. ofelia y carola se acercaron a verme antes de que apaguen las luces y viniesen los hombres a cogerlas.

carola: que bárbaro lo que te han hecho

ofelia: yo no vi ninguna chica anillada acá, eres la primera y da pánico que nos puedan hacerlo a todas.

carola: tienes las tetas enrojecidas

lolita: no saben lo que pase y encima esa maldita me dijo mañana seguimos.

ofelia: pero porque se la agarro con vos sola.

lolita: no se, pero mañana sigue dijo. Le rogué, suplique y parece que ensañaba mas. Váyanse que van a apagar las luces.

Se marcharon y quede nuevamente en soledad. Escuche entrada de tipos en lo cobertizos de las demás. En eso se abrió la puerta del mío y me pare aterrorizada. Todo oscuro. Le dije que se había equivocado de lugar y no recibía ninguna respuesta. Que esta estaba recién operada de las tetas y solo una risita nerviosa fue la contestación.

Me arrodille delante de él, suplicándole que hoy no me tocara. Me agarre de sus pantalones cuando quiso levantarme. Se dio vuelta, dándome la espalda y creí se iría . Abrió la puerta y una mano le alcanzo un farol de gas. Mi mente caminaba a mil. Que me iba a hacer, quemarme.

Encendió un fósforo delante de mi cara, donde estaba de rodillas. Mi rostro se ilumino pero no veía el de él, solo una risa sarcástica, que me ponía peor. Elevo el farol hacia si y vi su cara gritando.

lolita: Olga! Que me vas a hacer, por favor me duelen las tetas con el anillado.

Olga: ya se que duelen y es el principio. El tema es que puedes hacer vos por mí.

Desabrocho el cinturón de su pantalón y cayo al suelo.

OLGA: sácame la bombacha y ve que puedes hacer tú por mí, sino va a venir algún hombre sin miramientos a verte.

lolita: si Olga, lo que quieras hago, lo que quieras

Le baje la bombacha y quedo a mi vista una mata de pelo que cubrían su concha. Encima maloliente, sucia. Quede unos segundos mirando y dudando y la voz de ella me trajo a la realidad.

OLGA: a que esperas puta

lolita: si Olga lo que digas.

Como pude abrí sus labios vaginales, cuidando no tocara mis tetas. El olor que emanaba su sexo era nauseabundo. Tuve arcadas, pero respire profundo para evitarlas. En mi boca quedaba pelos de su concha que sacaba en todo momento. Trate de apurar la llegada de su orgasmo para poder respirar aire puro. Ella pareció adivinarlo y demoraba el mismo. Con mi boca en sus entrepiernas no soportaba más. Metí mi lengua buscando su clítoris y lo beses reiteradas veces. No quería dejar de chupar para que acabara con su orgasmo y con mi martirio.

Hasta que al final sentí mi cara mojada de flujo y las convulsiones de su cuerpo, indicando que había llegado el tan ansiado orgasmo. Cuando termino, subió su bombacha y pantalón

OLGA: hasta mañana putita

Entre los dolores de tetas y pezones y los pelos y jugos de Olga, no resistí y vomite casi encima mío. No había agua para nada.

A la mañana siguiente Olga en persona, con Lupe vinieron a buscarme. Lupe reviso y toqueteo mis tetas y pezones provocándome fuertes dolores. Pusieron la cadena a collar y me llevaron al mismo sitio del día anterior. Arrodillada ante Olga suplique, rogué no me hicieran mas nada. Pero todo era en vano, parecía no escuchar mis suplicas. Me acostaron en la camilla, me ataron igual que el anterior y pusieron una mordaza que a disposición de las carniceras. Mis ojos desorbitados giraban alrededor de ella tratando de descubrir que me harían ahora.

Lupe salio de la sala unos minutos y Olga aprovecho a manosear mi concha a su placer. Tomo mi clítoris con dos dedos y lo apretaba y pajeaba.

Entro Lupe y dejo de hacerlo

OLGA: mira la puta esta, esta mojada ya

LUPE: dirás vive mojada. Como buena puta. Bueno empezamos?

OLGA: dale, así después estamos libres. (Y dirigiéndose a mi) esta noche te visito de vuelta putona.

Yo miraba que harían y las palabras de ella parecían pasar por un oído y salir por el otro. Lo temible de todo era saber que harían conmigo. Del pánico que tenía empecé a temblar. No podía saber que harían y eso me podía más mal todavía. Pusieron el espejo, para que yo mirara, hacia la concha y transpire pensando en mi clítoris. Olga abrió un maletín del que fue sacando herramientas, como un diminuto taladro, bisturís, aparatos para dilatar la concha y otros. Yo estaba al borde el desmayo. Todo pasaba por delante mío como queriendo mostrarme lo que iban a utilizar conmigo. Estaba a un tris de desmayarme cuando Olga dijo

OLGA: bien, suficiente por hoy, llevémosla al cobertizo.

Me bajaron e hicieron caminar rumbo al cobertizo, picaneándome con un palo con una aguja en la punta, para apurar el paso. Temblado de miedo, con frío pese al calor que hacia enfile hacia el cobertizo. Me metieron adentro y se fueron, no sin antes decir Olga

OLGA: mas tarde vengo a visitarte y a lo mejor Lupe también viene. Lo otro mañana va en serio. Quieres saber que te haremos. Espera mañana y sabrás.

Se marcharon y me senté en un rincón, cuidando no golpear mis tetas. Ayer sufrí una tortura física y hoy una sicológica. No se porque lo hacían si yo había claudicado totalmente.

Estaba alerta a la espera de los dos buitres que seguirían mi martirio.

De pronto vi una luz acercarse y pensé ahí están. Si eran ellas. Lupe traía en su mano una pequeña fusta. Esperaba lo peor de ellas. Lupe se acerco a mí, mientras Olga me tenía agarrada fuertemente por detrás. Tiro la fusta al suelo y con sus manos tomo las argollas de mis pezones y movió hacia arriba y hacia abajo. Creí desmayar del dolor. Estaba inmovilizada por Olga, creí caer pero estaba sostenida por esa bestia mujer. Cuando me soltó caí de rodillas, quise tocar mis pezones y era más fuerte el dolor.

Ellas se desnudaron por completo y bailaron a mí alrededor. Yo de rodillas miraba horrorizada pensando que me harían ahora.

LUPE: perra con tu boca recoge del suelo mi fusta y alcánzamela.

Como pude fui hasta donde estaba la fusta, la mordí con mi boca y me acerque de rodillas a dársela. Ella la tomo en su mano y me acaricio mi cabeza

LUPE: mereces la caricia por obediente. (Al tiempo que con la otra mano donde tenia la fusta pego un golpe duro y seco en mis nalgas) y esto es por tardar en traerla.

Mi culo pareció estremecerse de dolor. Sin gritos ni ruegos lágrimas silenciosas caían por mi rostro. Mi incipiente cabellera fue tomada por Olga quien me hizo girar y ponerme frente a ella.

OLGA: has tu trabajo putita.

Comencé como el día anterior. El olor era peor porque creo no se había lavado los restos de orgasmos de la noche anterior. Cuando estuvo satisfecha Lupe me hizo girar

LUPE: ahora a mi putona.

Por lo menos Lupe tenía menos vello que Olga en su concha. Sino se lo depilaba por lo menos lo recortaba pero el olor era el mismo. Parece que el Amo no exige a sus guardias aseo de sus cuerpos. Una vez que se sintió satisfecha, ambas se vistieron y con hasta mañana se fueron.

A la mañana me paseaba nerviosa por la celda, rogando no vinieran a buscarme. Escuche pasos y pensé lo peor. Pero era ora guardia que tiro en el bol comida para mi y en el otro agua y se marcho. Solo miro aterrada mis argollas. De a poco la hinchazón de mis tetas bajo, pero mis pezones estaban aun sensibles, mas después que Lupe los manoseo. Vi la comida y me tire a comer, una horrible pasta tipo engrudo de fideos distintos y a tomar agua vorazmente. Hacia tres días que no comía ni bebía y con los dolores había olvidado lo que era comer. Devore todo casi limpiando el plato con lengua. Estaba agitada por lo vivido los tres días y estaba obsesionada escuchando voces y pasos. Vino una guardia y puso mi cadena en mi collar y me saco afuera a caminar. Me tranquilice cuando vi que no íbamos a hacia el maldito consultorio. Me metieron en la ducha y me bañaron como siempre. Trate con mis manos cubrir mis pezones. Salí de ahí y fui a caminar con la guardia. Sentí el comentario que habían venido compradores de esclavo para llevarse algunos. Yo como era del Amo, estaba tranquila, a mi no me venderían.