Dominada por mi diario intimo 5ª parte

Comenzó mi adiestramiento en el campo

DOMINADA POR MI DIARIO INTIMO

5ª PARTE

A las 7 de la mañana me hizo preparar el desayuno, con tostadas, galletitas, manteca y dulce, además del consabido café con leche y llevárselo a la cama. A mi me permitió tomar un mate cocido y dos galletitas. Luego que retire y lave todo me llamo para que tomara la leche. Así que le chupe la pija una vez más. Ya me estaba acostumbrando a eso y debía hacerlo obligatoriamente.

Luego me llevo al baño y me hizo bañarlo y secarlo. Tuve que vestirlo y cuando estuvo listo, creí me iba a dejarme bañar a mi pero no. Me dio un piloto de lluvia de él para ponerme para salir a la calle.

A los veinte minutos sonó el portero eléctrico y él que contestaba que ya bajaba. Me indico que bajáramos. En el ascensor encontramos al chico de la noche anterior. Iba con su padre seguro a jugar futbol. El Amo lo miraba insistentemente al chico, viendo las caras y gestos que hacia y el chico a mi, como queriéndome coger ahí mismo. Creo que lamento bajar con el padre, que iba hojeando el periódico del día. Llegamos a planta baja y ellos bajaron primero.

AMO: el mocoso te miraba como queriéndote coger, lastima venia el padre que sino lo llevaba arriba a sacarse el gusto cogiendote. A propósito como estas del culo.

LOLITA: me duele mucho Amo.

AMO: jajaja, la primera siempre duele, luego te acostumbraras. Cuando vengas del campo querrás que cojan seguido por ahí.

Todo esto me lo decía mientras nos acercábamos a un camioncito de transporte de caballos de carreras. Me encerró atrás y subió al lado del chofer. Arrancamos rumbo a no se donde. Podía mirar al exterior por la ventanilla de la puerta trasera. Tomamos una ruta que ni siquiera tenia carteles guías. Entramos en una estación de servicio a cargar combustible y luego se fueron a tomar y comer algo, dejándome ahí encerrada. Cuando volvieron me tiraron al piso un pan y un poco de queso, además de una botellita de agua mineral. Me agache y tome lo que habían tirado y comí. Tenía mucha hambre y tome toda la botella de agua. A los 5 o6 kilómetros, pararon al costado del camino y bajaron. Me hicieron bajar y sacar el piloto. Caminamos un poco hacia adentro del campo y detrás de árbol me hicieron acostar.

AMO: bueno amigo, toda tuya, tienes dos horas. Cuando termines avísame, estoy en la camioneta.

Tuve que bancarme un tipo con varios días sin bañarse. Primero me hizo chuparle la pija y luego me cogio por la concha. Realmente tuve asco al chuparle. Luego le aviso al Amo. Me llevaron de vuelta al camión y partimos nuevamente. Nos agarro la noche viajando. En un momento giro hacia la derecha por una camino de tierra con muchos pozos. Me tuve que agarrar de los barrotes de la puerta para no caer. Me bamboleaba hacia todos lados, mientras tragaba y se juntaba en mi cuerpo el polvo levantado. Por suerte fueron unos pocos kilómetros. Me bajaron esposada con las manos atrás y tirada de una cadena a mi collar.

Era una casa grande, con un amplio parque y detrás de la casa una granja y plantíos. Me metieron en la casa. El Amo se abrazo con el que nos vino a recibir y charlaron unos minutos, mientras el otro me escrutaba sin disimulo. Me llevaron a un patio grande donde había otra chica en mis mismas condiciones. No pusieron a la dos en un rincón del patio enganchando nuestras cadenas en ganchos que había en la pared. Nos sacaron las esposas y pudimos sentarnos en el suelo. Mi Amo se acerco a mí

AMO: bueno putita, tengo que marchar a la ciudad, espero un buen comportamiento tuyo, digno de una puta mía. Cuando termine la instrucción volveré a buscarte. Aprende todo en especial a obedecer , sino la vas a pasar mal.

lolita: si Amo

Y lo vi alejarse de mí. A lo pocos minutos aparecieron dos mujeres de unos 50 años, con pilotos y botas de goma largas. Extrajeron una manguera tipo de bombero y nos hicieron parar. Abrieron el grifo y un agua fría y potente cayo sobre las dos. Varias veces la fuerza del agua nos tiro al suelo y nos costaba trabajo levantarnos. Nos ayudábamos entre las dos. Parecía interminable hasta que una de ellas cerró el grifo. Mi pelo, que siempre fue mi orgullo con caída hasta más allá de la mitad de la espalda estaba completamente enredado. Ella lo tenía por los hombros y negro.

Nos llevaron adentro y una medica nos reviso de pies a cabeza y a mi me puso un DIU y a ella se lo cambio, nos vacunaron, según alcance a espiar con la antitetánica. Luego nos trasladaron a una oficina donde estaba el que se había abrazado con mi Amo. Nos hizo arrodillar, en posición de sumisa

JEFE: bien, deben llamarme Amo de ahora en adelante. Le haré unas preguntas. Primero contestas vos, señalando a la otra chica y luego tú, señalándome.

AMBAS: si Amo

JEFE: bien, vemos comenzamos bien. Nombres?

ofelia: (así dijo llamarse) ofelia

lolita: lolita (iba a decir dolores o Lola, pero temí recibir un castigo)

JEFE: estado civil e hijos?

ofelia: soltera y no tengo

lolita: divorciada sin hijos

JEFE: edades?

ofelia: 25 años

lolita: 34 años

JEFE: conservan algo virgen

ofelia: no Amo

lolita: no Amo.

JEFE: bien están aquí para ser instruidas como verdaderas esclavas sumisas. Aprenderán todo de la sumisión y además trabajan duro en la granja, no crean que están gratis aquí.

A la mañana cuando suene este timbre (lo hizo sonar) se levantaran rápido,  Irán a ducharse en cinco minutos e iran a la cocina a desayunar. Cada una tendrá al costado de la cocina un bol con la comida y uno para el agua, que llevaran sus nombres. Las estará esperando la capataz para llevarlas a trabajar a la granja, hasta las 13 hs que volverán para el almuerzo y luego hasta las 19 hs. para cenar. Previo breve baño. Después de cenar serán llevadas a sus establos para que duerman y así sucesivamente. Lógicamente la primera semana terminaran cansadas y caerán rendidas a dormir. Luego de esa semana todas las noches tendrán un macho para que las cojan. Ahora iran a dormir, por ser el primer día. Eso si esta prohibido el masturbarse sin previa autorización.

Nos llevaron a un establo y nos alojaron una al lado de la otra, pero continúa. Nos tiraron ahí para dormir sobre heno seco, apagaron las luces y quedamos en la más absoluta oscuridad. Menos mal que estábamos casi juntas porque daba miedo el lugar. Conversamos un rato y luego nos dormimos. Comenzó a sonar el timbre y nos abrieron las puertas, apenas recién comenzaba a amanecer. No bañamos y fuimos a desayunar. Ninguna de las dos teníamos practica para comer a lo perra, sin tocar con las manos, ante la atenta mirada de una guardia con rebenque en mano.

Luego a mi me hicieron esperar y a ofelia las ingresaron a una oficina. Pasaron 10 minutos y la puerta se abrió y me llamaron a mí. ofelia no estaba allí, supongo la sacarían por otra puerta. Con temor mire hacia todos lados. Me hicieron sentar en un sillón y ataron mis manos en los apoya manos del mismo. Luego una mujer saco del cajón una tremenda tijera con mucho filo y ayudaba por otra corto mi preciada cabellera. Llore de bronca, pero eso no terminaba ahí. Tomo una maquina de esquilar y la paso por toda mi cabeza. En pocos minutos que totalmente rapada.

Me desataron y llevaron atrás donde esperaba ofelia en las mismas condiciones mías. Nos llevaron a aprender a ordeñar vacas. Había una docena de vacas de ordeñe y unas cinco chicas como nosotras para hacerlo. Al principio me costo pero luego le fui tomando la mano y ordeñe sola. Después de almorzar nos llevaron al campo de nuevo y pusieron unas correas cruzadas en nuestro cuerpo, un grueso cinturón con dos argollas atrás que engancharon a las cadenas de un arado manual y viejo. Sentí mi pierna derecha, en el muslo, el golpe de una fusta y empecé a caminar arrastrando el arado. Tirando del arado, había que hacer mucha fuerza, habremos hecho dos kilómetros ida y vuelta. Cuando terminamos fuimos con las otras cinco a la casa, para bañarnos. Mientras caminamos sentí un golpe en la espalda. Me di vuelta y era otra chica que se me tiro encima tirándome de espaldas al suelo. Como yo no tenia pelo se sentó en mi estomago y me daba cachetadas en la cara. Ella si tenia ya mas pelo y la tome de las mechas y rodamos por el suelo. Dos pares de manos fuertes nos separaron. Eran dos guardias

Guardia: que pasa acá, así no aprenderán nada

esclava: ella Sra. Ella empezó, pregunte a las otras

Las cuatro amigas me señalaban como la iniciadora del conflicto rodeando a ofelia para que no hablara.

Guardia: así que eres peleadora y tienes un solo día. Vamos a la celda de castigo.

lolita: no Sra. yo no empecé

Guardia: calla o redoblare el castigo.

Me llevaron casi a rastra hasta un lugar atrás de la casa. Vi como el grupo de chica, menos ofelia sonreían gozando de lo que habían hecho. Abrieron una tabla de madera en el piso y me empujaron abajo. Caí como una bolsa de papas desde más o menos 1,70 sobre un piso de lodo. Es lo único que vi, porque cerraron la tabla y quede en la más absoluta oscuridad. Tanteando con las manos hacia un y otro lado descubrí que era una cuadrado de cemento, techo igual y como dije piso de barro. Me puse en 4 patas, mas no podía porque chocaba con mi cabeza el techo. Había mucha humedad en ese lugar y empecé a tener frío. Sentí un ruido y luego un líquido penetrar en ese agujero. Un olor nauseabundo invadió el lugar y me di cuenta que era la cloaca. Orina y excrementos comenzaron a invadir el lugar. Me agarro desesperación al sentir crecer todo eso. En pocos minutos mi cuerpo hasta mis tetas estaban cubiertos de todo eso. Sentí asco y vomite. Gritaba que me sacaran de ahí pero no me escuchaba nadie afuera. Después de un rato largo del otro lado se abrió una rejilla y se empezó a desagotar. Me senté en el suelo ya no solo de lodo sino también algunos excrementos que dejaba el agua. Llore

No se cuantas horas estuve ahí, pero cuando abrieron la tapa madera y pusieron una escalera para subir, lo hice en forma lenta, no veía bien al salir.

GUARDIA: llévenla a ducha y desinfección.

Sin tocarme empujándome con las puntas de unos palos direccionaban mi camino. Me llevaron al patio y abrieron el grifo de la manguera tirando encima. A los dos minutos pararon y una guardia se acerco y derramo sobre mi cabeza y distintas partes del cuerpo un jabón de lavar la ropa, ordenándome limpiarme. Un jabón áspero. Cuando estuve bien enjabonada abrieron el grifo y me tiraron abundante agua.

Me llevaron ante el Amo

AMO: Así que anoche te comportaste mal y fuiste a la cloaca

Bien, espero no vuelva a suceder por te va a llegar a la boca. Llévenla afuera y denle diez latigazos.

Me ataron a un poste, delante de la casa y a la vista de todos me aplicaron 10 fuertes golpes con una fusta fina en mis nalgas. Cada golpe, después del segundo era un grito y mis nalgas estaban más rojas que  mi aun escaso cabello

Al día siguiente nos llevaron a ofelia y a mí a un salón donde nos esperaban dos mujeres guardias. Una de ellas la que me había castigado airándome a la cloaca.  En su mano derecha tenia una temible fusta que hacia golpear nerviosamente sobre la palma de su mano izquierda. Daba miedo esa imagen. Nos hicieron arrodillar en medio del salón. Apareció otra mujer a la que nunca había visto, de uno 40 años de aspecto grueso y mirada dura.

Nos hizo arrodillar en posición de sumisión y miraba si estamos bien puestas. Le pidió la fusta a la guardia y paseo por alrededor nuestro. Cuando paso por mi lado con su pie golpeo mi pierna y me moví. Lo había hecho a propósito para que me moviera y yo estupida los hice al temer que se cayera por mi culpa. El fustazo que recibí en mi espalda fue terrible, tratando de mantenerme en posición. Al no lograrlo recibí otro en mis castigados muslos.

OLGA: (que así se llamaba) puta, aunque se te caiga el techo no puedes moverte.

Quede como una estatua viviente. Nos hizo erguir y ofrecer nuestras tetas, poniendo cada mano debajo de cada teta y elevarla como ofrenda. Con nuestras piernas tuvimos que levantarnos sin tocar con las manos el piso y sin dejar de ofrecer nuestras tetas.

Olga se acerco a ofelia le tomo primero y luego otra teta, las apretó y pellizco duramente sus pezones. Luego hizo lo mismo conmigo. Lagrimas silenciosas brotaban de mis ojos al retorcer mis pezones como con saña y bronca.

Habían pasado más de tres horas en ese salón cuando Olga indico que llevaran a ofelia a los trabajos del día.

OLGA: a esta no, aun no termine con ella.

Sentí un frío helado recorrer mi cuerpo, no sabia hasta llegaría ella.