Dominada en el hospital
De como un dia, sin quererlo me converti por unos minutos en la putita de un médico con ganas de jugar.
Llevaba cerca de un mes y medio de practicas en el hospital y ya empezaba a tener confianza con la gente de allí, enfermeras, médicos, las otras auxiliares.
Me movía por el hospital como si llevase allí toda la vida, saludando a la gente por su nombre y preguntando por sus hijos y esas cosas.
Estaba empezando noviembre y empezaba a hacer bastante frío incluso dentro del hospital, lo cual hacia que mis pezones estuviesen duros casi las 7 horas que duraba mi turno.
El uniforme era de manga corta, blanco, con un poco de escote pero no el suficiente como para que los enfermos mas pervertidos pudiesen ver nada.
El día aquel parecía como los otros, llegue a mi puesto y comencé a trabajar, no había gran cosa, un día tranquilo con poca gente y poco que hacer hasta que llego un tráfico.
Era un chico joven al que habían atropellado y yo me puse manos a la obra con rapidez, cogi mis tijeras y comencé a cortarle la ropa, tenia un cuerpo estupendo y debía rondar los 20 años.
Tras dejarlo completamente desnudo me fije en su cuerpo, estaba realmente bien, estaba empezando a excitarme cuando me dijeron que el chico no tenia nada pero que se iba a rayos y que me fuera cuando pudiera a buscar una manta de repuesto.
Me puse a buscar la manta, en este hospital nunca hay mantas cuando las necesitas, por ningún lado me recorrí todas las urgencias preguntando si alguien tenia una manta, pero todo el mundo me decía que no.
Opte por irme al cuarto donde los médicos duermen en las guardias, que hay, a veces tenían alguna de sobra.
Llame por educación y me respondió una voz familiar. Entre y ví a un medico que solía estar allí en urgencias, estaba solo con los vaqueros y no pude evitar volver a excitarme. Me pregunto que quería y como pude le dije que una manta. Se acerco a mí y me agarro la cara.
Me miro a los ojos y me dijo que me conocía que llevaba un tiempo mirándome y que trabajaba muy bien. Susurrándome al oído me dijo que si lo hacia todo tan bien.
Me quede sin saber que decir, esta roja hasta la punta del pelo. Debía de tener cara de idiota allí parada y con el médico semi desnudo pegado a mí cuerpo que cada vez se ponía mas caliente. Menuda situación la mía.
Me dijo entonces, que siempre había querido hacerlo en el hospital pero que las chicas de allí eran todas muy estrechas. Espero que tu seas distinta me dijo.
Le dije que si y que haría todo lo que me pidiera. Levanto una ceja incrédulo y me pidió que esperase allí, se puso la camisa y salio.
Me senté en una de las literas ¿Que estaba haciendo? ¿Me iba a jugar mi titulo por echar un polvo con ese médico? Aunque algo me decía que no iba a ser un polvo corriente. No tardo en volver y volvió a mirarme, esta vez de arriba abajo.
Se acerco y me dijo que iba a ser suya sin ponerle ni un pero y que ahora sabría lo que es que ser la putita del médico.
Aquellas palabras hicieron que mis braguitas se empaparan en un segundo, me levanto y se saco algo del bolsillo que yo reconocí de inmediato.
Eran las correas con las que atábamos a los pacientes que lo necesitaban.
Yo le di mis manos para que me las colocara y el las apretó con fuerza en torno a mis muñecas.
Me cogio la camisa y me la saco por la cabeza, contemplo mi cuerpo unos segundo para después quitarme también el sujetador con manos hábiles. Se acerco y comenzó a lamerme la cara como si fuera un perro. Agarro las correas y me subió las manos para atarlas a la parte de arriba de la litera. Y no se como, pero ahí me tenia, en el hospital medio desnuda y atada a la cama.
Hizo que me girase para darle la espalda, me agarro del pelo para echarme la cabeza hacia atrás y poder besarme con fuerza, mordiéndome los labios y con la otra mano tocarme los pechos de forma brusca pero muy excitante. Se notaba que sabia lo que hacia.
Me bajo el pantalón junto con las bragas que llevaba, dejándome así desnuda y sin poder hacer nada salvo aceptar que el controlaba por completo la situación, si hubiese querido dejarme allí me habría buscado un buen lío.
Metió su mano entre mis piernas para notar como mi vagina segregaba más y más flujos de lo excitada que estaba.
Estuvo masturbándome un rato en esa posición, sus dedos entraban y salían lo más profundo que podían.
Después de correrme un par de veces me volvió a girar, poniéndome cara a cara. No me había dado cuenta de cuando se había desnudado, pero ahí estaba, completamente desnudo y con una gran erección.
Volvió a besarme ahora con más ansia, metiendo su lengua hasta el fondo de mi boca y mordiéndome los labios, la barbilla y la cara
No hacían falta palabras, el hacia conmigo lo que quería, y yo lo aceptaba gustosa, incluso cuando me abofeteo un par de veces.
Entonces le suplique que me follase ya, no podía resistir mas y para colmo no podía tocarle.
Como si adivinase lo que estaba pensando me dijo que no, que no me iba a follar todavía.
Me desato las manos y me sentó en la cama, dejando mi cara a la altura de su pene mientras el me miraba desde arriba y me cogia la cabeza para dirigirla hacia su miembro e introducírmelo en la boca.
Comencé a chuparle, metiéndomela hasta donde podía, aunque el siempre empujaba para que entrase aun mas dentro de lo que mi boca podía asimilar.
Cuando parecía que iba a correrse se retiro y me dijo que me pusiese boca abajo en la cama.
Yo obedecí y me coloque como me dijo, me junto las piernas y se coloco encima de mi, con sus piernas abiertas abrazando las mías. Notaba su cuerpo aprisionando el mío, cuando volvió a coger las correas que sujetaban mis muñecas y me las ato juntas detrás de la espalda.
Se me acerco y me dijo al oído que le gustaba que las chicas se estuviesen quietecitas.
Entonces se tumbó un poco mas encima de mí y con su mano agarro su miembro, acercándolo a mi vagina que llevaba un buen rato esperando eso.
Cuando la tuvo bien colocada, empujo con fuerza y de un golpe entro toda hasta el fondo. No podía moverme, nada mas podía gemir.
Estuvo follándome un buen rato en esa posición, yo tenia unos orgasmos tremendos, uno detrás de otro, no paraba de retorcerme como podía, con las manos atadas y con su cuerpo sujetando el mío.
Cuando le faltaba poco para correrse, volvió a acercar su boca a mi oreja para decirme que se iba a correr en mi culo, y que mejor no me quejase.
Le dije un vale poco convincente ante lo cual me mordió el cuello con fuerza y me dijo, quiero que me digas que si, no que vale. Casi chillando le dije que si, que me follase el culo por favor.
En esa misma posición restregó parte del flujo que salía de mi vagina por mi ano, metiendo los dedos un poco mas cada vez, hasta que tuve tres dedos suyos en mi ano.
Coloco su pene en mi culo y sin más miramientos comenzó a penetrarme por detrás. Estaba tan cachonda que apenas note diferencia con los dedos y empecé a disfrutar al sentir otra vez su miembro dentro de mi.
No tardo mucho en correrse, pero salio de mi, para eyacular por mi espalda y mi culo.
Se levanto y me limpio un poco. Me desato y me dijo que me vistiese y saliese. Cuando fui a coger mis bragas me dijo, que eso se lo quedaba él de recuerdo.
Este ha sido mi primer relato de dominación y espero que les guste, no se si me ha salido muy Light .espero sus comentarios para ver que debería cambiar.