Dominacion Permitida
Mi amo ha solicitado que me presente ante como su esclava, y debo obedecer, pero que sera lo que me pida esta vez?
Mi dominación.
Me haces ir a tu casa. Me has dicho que tengo que ir perfectamente preparada para someterme a ti. Dado que ya hace frío me has dicho que valla con una gabardina. Botas altas, medias negras, micro tanga negro y sujetador negro. No puedo ir vestida, solo debo ir tapada únicamente con la gabardina y con ropa intima debajo.
Mientras me voy acercando a tu casa siento el nerviosismo de saber lo que me espera y ya me siento excitada. Camino lenta por la calle sin que nadie note que voy con ellos. Gente que me rodea y solo soy una mas que va con ellos. Siento la mirada de un chico viendo mi figura. Hummm si supiera que voy desnuda.
Con mi maletín parezco una ejecutiva más.
He llegado y me abres la puerta, me haces pasar en silencio y me observas con aire escrutador.
Quítate la gabardina. Me dices. La dejo caer de mis hombros lentamente, descubriendo mi cuerpo lentamente.
Tal como te he dicho que hagas, vienes sin ropa. Bien, quiero verte bien.
Haces que me abra de piernas, para observarme bien y saber si me he depilado el coñito, como a ti te gusta. Sin embargo he dejado demasiado pelo para tu gusto. Así que me coges de la mano y me llevas al dormitorio. Solo espero que no me castigues.
Me haces tumbarme boca arriba y abrirte mis piernas mientras traes la espuma y una esponja con agua caliente. Comienzas a afeitarme toda, primero mojando con la esponja y luego colocando espuma. Con un dedo te aseguras que este bien cubierta incluyendo mi clítoris, el cual ya esta duro. Me vas depilando toda y comienzas a limpiarme con la esponja, sin embargo mientras más secas, mas mojada estoy.
Estoy encendida por el afeitado y el agua caliente, y al manipular cerca del clítoris, he tenido que morderme los labios para que no notes mi excitación y sobre todo por sentir la crema hidratante fría alrededor de mi parte sensible.
Me haces levantarme y me pongo nuevamente el microtanga. Cuidando de que puedas observarme y ver como mi piel clara hace contraste con la ropa interior negra. Estoy guapísima y lo sabes. Veo como un bulto ya ha crecido dentro de tu pantalón.
Me das las instrucciones, diciéndome que soy tu esclava, y como tal me llamaras. Me dirigiré a ti como Amo, y solamente hablare cuando me preguntes. Asimismo, tengo prohibido gemir o emitir cualquier tipo de sonido. También tengo prohibido disfrutar sin tu permiso. Acepto todas las condiciones.
Se que te excita llamarme esclava y que te llame amo. Pasas a oscurecer la habitación, pones música relajante y algo de incienso para dar un ambiente agradable. Mientras sigo de pie solo mirándote. Me vendas los ojos con unas medias negras y me atas las muñecas, dejándome espacio para que pueda usar mis manos.
Esclava baila para mí.
Comienzo a moverme sensualmente, tratando de seguir el ritmo de la música acariciándome mi cuerpo. Mis manos aprietan mis senos, y siento como se acelera mi respiración. Trato de no moverme mucho porque no conozco bien la habitación y ahora no puedo verla por la media en mis ojos.
Esclava, desnúdate.
Me voy quitando el sujetador al ritmo de la música para luego hacer volar mi tanga, y me dejo las medias con las botas mientras bailo ondulando las caderas, como a ti te gusta.
Detente. Me ordenas.
Te acercas a mí. Se que estas cerca pero no se que vas a hacer. Te siento ahora mas cerca y noto la punta de tu pene tocándome la barriga. Me rodeas acariciándome el cuerpo, pero sin seguir un orden lógico para que no pueda esperar la próxima caricia. Tengo la piel de gallina. De pronto me pellizcas un pezón sin previo aviso y suelto un pequeño gemido y vuelves a pellizcármelo diciéndome: - Que haces esclava?
Sé que debo estar callada.
Apoyas mis manos contra la pared y me haces inclinarme hacia delante y abrir las piernas. La imagen es muy sensual y se que la estas disfrutando. Siento tus manos acariciando mi culo y sin previo aviso sueltas un cachete sobre él, paf. Doy un pequeño gemido, más de placer y de sorpresa que de dolor. Me das otro y otro mientras vas pasando de una nalga a otra.
Ya es inevitable, entre mis jadeos notas que estoy chorreando. Mi raja ha dejado correr sus jugos libremente, humedeciendo mi entrepierna. Mi respiración mas acelerada te muestra lo excitada que estoy aunque sin saber como todavía sigo reprimiendo mis ganas de gritar y de saltarte encima para que me poseas.
¿Que estás haciendo esclava? Voy a castigarte por incumplir mis ordenes.
Como te atreves a ponerte húmeda. Túmbate en la cama ahora mismo.
Obedezco.
Siento que sales de la habitación y entras de nuevo, y mi nerviosismo aumenta mi excitación y mi desesperación. No quiero que me hagas daño pero estoy muy excitada para pensar con claridad.
Ven aquí, te ordeno
Como estas sentado en una silla, voy tanteando hacia donde estas. Al acercarme me halas por las muñecas diciéndome:
Agáchate.
Y haces que me acueste boca abajo en tus piernas, cual niña mala regañada. Comienzas a darme suavemente mas palmadas en las nalgas, con la mano abierta. No me hacen daño, ni siento dolor, todo es una simple excitación generalizada.
Solo se escucha, paf, paf, paf. Y no puedo verme, pero siento mi culo como se calienta y se que esta enrojecido con tu mano marcada. Paf, paf. Con cada golpe, mi calentura aumenta, y ya no aguanto mas y empiezo a gemir. Eso hace que golpees con mas fuerza, y me pierdo entro gemidos y jadeos.
Pero que zorra eres!!! No tienes remedio. Te vas a enterar.
Tengo el culo ardiendo y sin previo aviso interrumpes el tratamiento. De pronto siento frío húmedo en el cachete. Me estas poniendo hielo en el culo. Vuelvo a chillar, pero el frío me gusta, y el hielo se derrite rápidamente. Tomas otro hielo, y esta vez me lo comienzas a pasar por los labios vaginales y por el clítoris. Que divino. Doy un pequeños saltos, pero me tienes bien agarrada, y no puedo zafarme.
- Adonde vas putita?
Metes ahora otro hielo en mi vagina y otro en el culo. Logro contener mis gemidos apretando mis labios, pero estoy chorreando, y no es por el agua.
Ahora te vas a enterar, por no obedecerme.
Me quitas la venda de los ojos. Pierdo unos segundos mientras enfoco mi vista y veo un gran espejo delante de nosotros que nos muestra perfectamente reflejados. Me atas las manos a la espalda con la venda y me haces arrodillar. Se que te gustan estas poses por lo erótica que me veo. Traes dos pepinos, que me ponen mas nerviosa aun por su tamaño. Uno es largo y el otro es mas bien grueso.
Ahora vas a ver zorra, te los voy a meter dentro.
Me metes el primero en el coño, abriendo mis piernas y trato de moverme para disfrutarlo pero me aprietas por la cintura para que no me mueva. Estoy tan excitada que no noto lo caliente que estás. Comienzas a meter el otro en mi colita. Protesto y me quejo pero no haces caso, aun así trato de zafarme y soltarme pero me tienes bien sujetada con tu otro brazo mientras le vas dando vueltas en mi huequito para que se dilate y entre jadeos y gemidos poco a poco mi ano me traiciona y se va tragando semejante vegetal. Siento mis piernas temblar por semejante doble empalada pero no me dejas moverme para disfrutarlo.
Me sueltas y te colocas delante de mí, y me dices, que me vas a follar otro agujero.
Cierra la boca, puta. Cierro los labios y comienzas a follarme la boca.
Me agarras por cabellos y me atraes y retiras mi cabeza lentamente, cual película porno. Mientras me estas follando siento como mi colita ya acostumbrada al pepino poco a poco se lo ha ido comiendo y me tienes como loca perforada por mis tres agujeros.
La escena te tiene extasiado y en poco tiempo tu miembro comienza a pulsar en mi boca, se va calentando cada vez mas y se que estas cerca de correrte, sacas tu polla y explotas en mi cara y mis labios, mojándome toda. Trato de limpiar con mi lengua pero es demasiado y siento como tu leche caliente corre por mi cara, hacia mis senos, y al enderezarme se me sale el pepino de mi vagina.
Bien perrita, ahora algo mejor.
Tomas el pepino que se salió y lo vuelves a meter, sin previo aviso. Estoy chorreando. Te colocas ahora detrás de mi haciéndome poner en cuatro apoyando mi torso sobre la silla porque sigo amarrada, y sacas el de la vagina para comenzar a follarme como un poseso, mientras que alternativamente mueves el pepino del culo y me vas dando cachetes en las nalgas. Esto es demasiado para mi y empiezo a gemir como una loca. Y como una perra en celo dejo de reprimirme para poder sentir tu ser dentro de mi.
Disfruta putita, te doy permiso.
Me sacas la polla del coño y me la metes en el culo, el ritmo es endiablado. Con tus manos en mi cintura presionas cada vez mas tu miembro dentro de mi culo bombeando cada vez mas fuerte haciéndome gritar en un orgasmo.
Siento estremecerse mi espalda mientras mis piernas flaquean pero sigues impulsándote con desenfreno y estiras tus manos para halarme por el cabello mientras que con la otra aprietas mis senos hasta que finalmente chillas, mientras te corres dentro de mi y yo con el pepino todavía en el coño alcanzo otro orgasmo mas. Es una imagen salvaje.
Sacas tu miembro y mi culo expulsa lentamente tu semen, mientras estas detrás de mí. Te deleitas mientras me desatas y con unas toallitas húmedas me limpias la cara.
Nos tumbamos en la cama, tranquilamente y recuperamos fuerzas.
Hasta el próximo encuentro.
Lynn.