Dominación en Valencia (5)
Primeras horas en la casa de los belgas; donde compruebo sus carencias sexuales y los voy adoctrinando con la ayuda de mis putitas.
Capítulo V, en la casa de la parejita belga.
Vaya pedazo de piso que teníamos delante de nosotros. Enorme.
Yo.- ¿Cómo os podéis permitir este piso tan grande y bien situado?
Cabrón.-. Es de los padres de mi mujer, amo.
Yo.- Querrás decir, de los padres de Guarra.
Cabrón.- Exacto, mi amo. De los padres de Guarra.
Yo.- Bien, pongamos orden en todo esto. Ana y Pilar fuera la ropa. Guarra, indícales donde esta el mejor cuarto de baño por que necesitan ducharse y cuando ya estéis sin jabón me llamáis que me tenéis que enjabonar y mimar a mi. Cabrón saca toallas secas, nos vamos a duchar todos.
Me fui a investigar en la nevera. Mucho producto natural y alimentos proteínicos. Esto me huele a deportistas. Sorpresa, 2 botellas de cava. Cogí una.
Yo.- Cabrón, saca 5 copas de cava. ¿Esto tiene calefacción Guarra?
Guarra.- Si, amo.
Yo.- Ponla a 27 grados.
Guarra.- Enseguida, amo.
Cuando volvió Cabrón abrí la botella de cava y me serví una copa. Me senté en el sillón más centrado del salón.
Yo.- A ver, Cabrón y Guarra quitaros toda la ropa.
Cabrón iba más rápido que Guarra y eso me serviría para castigarla. Cabrón ya estaba empalmado pero se tapaba la polla poniéndose las manos delante. Cuando Guarra termino de desnudarse vi lo que me temía, tenía todo el vello púbico sin recortar. Apure la copa de cava y me levante. Me acerque a cabrón y cogiéndole un pezón se lo retorcí.
Yo.- Ni se te ocurra taparte delante de mí, las manos a los costados y las piernas abiertas. Y ahora tú, Guarra. ¿Qué es todo este pelo? guarra.
Le di un tirón a un puñadito de vellos púbicos y aguantó en silencio y le saltaron unas lágrimas.
Yo.- Guarra, ¿porqué hay tanta imagen de santos por aquí?
Guarra.- Nuestras familias son muy religiosas.
Yo.- Pues si que se nota al ver a sus hijitos. ¿Qué habéis practicado de sexo? (dando vueltas alrededor de la pareja)
Guarra.- Solo hacemos el amor, sin cosas raras. Vemos películas porno pero no hemos practicado casi nada de lo que se ve en ellas. El francés no me acaba de gustar mucho y a cabrón le da cosa chuparme abajo.
Las hermanitas me llamaron desde el baño; ya estaban limpias. encendí un cigarro y le pedí a Guarra que trajera un cenicero; lo iba a dejar en la mesa, pero le dije que lo llevara en las manos a la altura de sus tetitas y me siguiera allá donde yo fuera.
Yo.- Guarra, hasta que te ordene lo contrario eres un cenicero con patas.
A Cabrón le ordené que sirviera cava en 3 copas y que me siguiera. Entré en el baño. Este cuarto de baño es como media casa mía. Mis chicas estaban en la bañera esperándome. Me desnude y deje el cigarro en el cenicero que mantenía Guarra en alto. Entré en medio de las hermanas. Regularon el agua caliente y me mojaron todo; después con una esponja Pilar me frotaba por todas partes y detrás iba Ana acariciándome y restregando sus tetas sobre mi. Pilar derrocho el gel y la espuma nos cubría a los tres. Si ya de por si estas putitas tenían la piel suave, con la espuma parecía que estaba con dos ángeles. Me pajearon, me metieron el dedo por el culo cuando se lo ordene a Pilar; nos morreabamos y sobé tetas y coños deliciosos. La polla se me puso dura y estaba para reventar; a gusto hubiera penetrado estos dos culitos, pero la Guarra era la elegida; y creo que todos lo sabíamos.
Yo.- Sabéis putitas que Guarra y Cabrón no practican sexo oral. Le vais a tener que enseñar a este estúpido a comerse una buena almeja. Y a la Guarra la tendréis que arreglar el coño peludo que tiene. Cabrón, acércanos las copas de cava; chicas coged una copa que esta fresquito. Bebimos, les eche cava sobre sus tetas y chupe de ellas. Que delicia de ducha. Pilar se arrodillo y me la empezó a mamar despacito. La Guarra no perdía detalle.
Yo.- Pilar, dile a Guarra cuanto te gusta chuparme la polla.
Pilar.- No me la sacaría nunca, siempre mamando y lo que más deseo es que me llene la boca de su leche.
Guarra estaba coloradota.
Yo.- Bueno chicas, elegid. ¿Quién afeita ese chocho? Y ¿quién le enseña a comerse un coño a Cabrón?
Ana.- Yo afeito, amo. Se arrodillo y le quito a Pilar mi polla de su boca, para mamármela ella.
Pilar.- Yo hago lo que usted mande amo (y me dio un morreo que casi me hizo daño de lo caliente que fue)
Cogí a Ana del pelo y la icé, cuando estuvo de pie les acerque las caras a ambas y entendiéndolo se dieron un morreo donde las lenguas entraban y salían de sus bocas muy rápido. La parejita alucinaba al ver dos chicas besándose; no sabían lo que se les venia encima.
Yo.- Guarra, acércame el cigarro para darle una calada.
Me acercaba el cenicero para que yo lo cogiera.
Yo.- (Sin levantar la voz, pero con firmeza) Estúpida, tengo las manos mojadas. Pónmelo en la boca.
Temblando me acerco el cigarro para que le diera una chupada. Y lo retiro después. La cogí de la nuca y acerque su cara hacia la de Ana. Esta lo entendió y le dio un beso sacando la lengua; la rubita no abrió la boca.
Yo.- O abres la boca y le das un morreo con lengua a mi putita o cuando salga te voy a dar más azotes que a una estera.
Guarra abrió la boca y Ana le metió la lengua con mucho vicio.
Yo.- ¿Tu lengua donde está? Guarra. Sácala.
Ahora ya se veía enlazarse las lenguas. Yo con las manos jabonosas le pellizque ligeramente un pezón. Tembló toda. Esta hembra me parece que es muy fácil de contentar.
Yo.- Ya vale. Quitadme el jabón. Cabrón trae las toallas. Me sequé y puse orden. Guarra a ducharte y vosotras dos controlad que sus agujeros estén bien limpitos, pero que no se corra. Cabrón dame mi copa y deja las otras. Ponte a cuatro patas aquí.
Mis hermanitas se quedaron mirando a ver que hacía con el chico a cuatro patas. Me senté en su espalda para ver como limpiaban a la guarra.
Yo.- Venga más jabón a esta guarra. ¿tenéis en esta casa algún enema o pera de agua?
Cabrón.- No mi amo.
Yo.- Peor para vosotros. Enjabónate el culo y ponlo mirando hacía mi.
Desenchufe la terminación del teléfono de la ducha y le metí por el ano el tubo mientras salía agua. A los 10 segundos se lo saque.
Yo.- Guarra, que no se te salga el agua. Aguántala dentro.
Le hice lo mismo a cabrón. Las chicas le metían los dedos en el coño a guarra mientras le enjabonaban las tetas. La chica se resistía a que le gustase, pero tanta caricia la estaban subiendo al séptimo cielo. Acerco su cara a Ana para besarla.
Yo.- Nada de besos y no se te ocurra correrte. Venga aclararla.
Guarra.- Amo, no puedo aguantar el agua, me has puesto mucha.
Yo.- Tu que coño sabrás si te he puesto mucha o no. Calla y aguanta. Cuando nos vayamos mañana de aquí, estaréis hechos un matrimonio de salidos. Vete a otro cuarto de baño a tirar esa agua guarra y haz lo mismo más veces, hasta que salga el agua limpia. Y ven pronto que tu maridito tiene que hacer lo mismo. Chicas secaros y salid de la bañera. Me ha gustado vuestra participación, en premio podéis chuparme la polla un rato.
Pilar.- Gracias amo, es muy generoso con nosotras.
Ana se me acerco y me dio un morreo, le correspondí; pero cuando se separo le cogí un pezón y se lo apreté.
Yo.- ¿Quién te ha dicho que me beses?
Ana.- Lo siento amo. Esta perra no puede controlarse cuando usted esta cerca.
Yo.- Como castigo no afeitaras el coño de guarra. Le adiestraras a como comerse un coño a este panoli y le sacarás una leche.
Guarra volvió. Me levante de cabrón y le deje que fuera a aliviar el dolor de tripas.
Yo.- A ver Guarra, enséñame ese culito.
Delante de mi se dobló e inspeccioné su ano, metí un dedo aunque costo un poco.
Yo.- Madre mía, como no le pongamos crema a este ano lo vas a pasar muy mal cuando te meta mi polla por aquí. Saque el dedo limpio. Muy bien, en premio comparte mi polla con Pilar.
Se arrodillo y miraba como Pilar se me tragaba la polla y jugueteaba con su lengua en mi glande. Pilar se la paso apuntando a su boca. Guarra solo la miraba con grandes ojos.
Pilar le agarro la nuca y acerco la cara de Guarra a mi polla. Abrió la boca y entro; empezó con el meter y sacar y poco a poco iba cogiendo ritmo.
Yo.- Utiliza tu lengua para acariciarme y con una mano sopésame los huevos.
Agarré del pelo a Pilar y la hice levantar, después le di un buen morreo.
Yo.- Gracias por enseñarla Pilar, mi más sumisa esclava. Guarra deja la cabeza quieta, voy a follarte la boca. Mírame a los ojos.
Sujete la cabeza de la joven y empecé a penetrarla y sacarla. Esta chiquilla me estaba gustando, mi polla lo percibió, pues se puso a tope de dura. La hice levantar y le metí un buen morreo; tampoco sabía morrearse.
Yo.- ¿Tampoco sabes besar con lengua? (Mirando a Guarra) Morreate con Pilar y repite todo lo que ella te haga. Mi putita es una experta.
Me separe un poco para verlas. Fui a mi maleta a coger la cámara y hacerles una foto. Estaban preciosas. Le cogí un pezón a Guarra y se lo retorcí un poco hasta que oí como se quejaba. La pase la mano por el coño y tenía una fuente de jugos bajándole por las piernas.
Yo.- Parar, que esta guarra es capaz de corredse con casi nada y todavía no ha llegado el momento de disfrutar. Guarra saca maquinilla de afeitar y espuma y vamos al salón. Pilar aféitale tú el coño. Lo quiero pelón como el tuyo. Cabrón dúchate a fondo, a mis chicas no les gusta la suciedad.
Guarra estaba encima del sofá espatarrada y con el monte de venus lleno de espuma.
Yo.- Ana, ven a chuparme la polla princesa, mira que soy bueno contigo y tu enfadándome a cada momento. Que mala chica eres.
Ana.- Perdón mi amo y señor. Merezco todos sus castigos.
Me la mamó durante un rato y se la saque. Llego cabrón.
Yo.- Cabrón coge una copa de cava, hazte una paja y eyacula dentro de ella. A tu edad yo me corría 6 veces en una tarde y no quiero que tengas tanta leche y acabes pronto.
Cabrón empezó a pajearse mirando como le afeitaban el coño a su mujer, que con los ojos cerrados lo estaba disfrutando o padeciendo, poco me importaba.
Yo.- Cabrón pero que caliente es tu mujercita. ¿Se corre con facilidad, no?
Cabrón.- Conmigo no ha tenido orgasmos; lo pasa bien pero no se corre, o eso creemos, por que no sabemos como es un orgasmo femenino.
Yo.- Vaya, vaya. Otro reto. Tranquilo que vas a ver bastantes orgasmos dentro de un rato.
Pilar.- Mi amo, el coño de esta guarra ya esta afeitado como usted ordeno.
Yo.- Guarra, ves a lavártelo que quiero probarlo ya, y no quiero que sepa a jabón.
Cabrón se corrió en la copa entre varios jadeos.
Yo.- Deja la copa encima de la televisión, ya veremos quien se toma eso después. Ves a lavarte la polla rápidamente. A ese baño no, ese es el mío; id al de los perros.
Abrace a las dos hermanas dándole un beso a cada una.
Yo.- Quiero que cuando nos vayamos mañana, estos dos hayan disfrutado de lo lindo. Entendido. Darle entre las dos unas lamiditas a mi polla.
Volvieron guarra y cabrón.
Yo.- Cabrón, te voy a dejar a esta putita para que te enseñe a comer un coño. Durante ese tiempo ella será tu maestra y deberás obedecerla en todo. Si no lo haces te podrá abofetear y retorcer pezones. ¿Entendido?
Cabrón.- Si, amo.
Yo.- Ana, haz lo que puedas con este tonto del culo.
Ana se sentó en un sillón con las piernas muy abiertas y empezó a explicarle las partes de un coño y donde y como debía excitarlas. Los deje allí y me fui a catar el coñito de la rubia. Pilar lo estaba inspeccionando.
Pilar.- Mi amo, su coñito lo tiene limpio y listo para ser catado.
Le pase la lengua a Pilar por sus labios y ella reacciono capturándola con los labios y sorbiéndola. Me gusto.
Yo.- Me encantas Pilar. Mantén a Guarra calientita con esa lengua que tienes que es una maravilla. Te doy permiso para chuparle las tetitas, cuello y sobarle el chochete.
Yo.- Guarra, de verdad que ¿nadie te ha comido el coño hasta hoy?
Guarra.- De verdad que no, amo.
Yo.- ¿Ninguna amiguita cuando eras jovencita?
Guarra.- No, mi amo.
Yo.- Bien, te creo. Y tu maridito ¿qué te hacía en el coñito?
Guarra.- Lo acariciaba, pero como no sabía, no notaba casi nada de placer.
Yo.- Y tu ¿te masturbabas? ¿Te tocabas?
Guarra, Sí, alguna vez me he tocado; pero me remordía la conciencia, de que de alguna manera le era infiel a mi marido.
Yo.- ¿No has tenido un orgasmo nunca?
Guarra.- Lo que cuentan mis amigas en la universidad, nunca lo he sentido. Tendré algún problema físico que me impide tenerlos.
Yo.- Me están dando unas ganas de darle una paliza a tu marido por no saber atenderte. Aunque tú tampoco hacías mucho de tu parte. Con la información que hay hoy en día en internet deberíais de disfrutar al máximo del sexo. Pero tú tampoco le chupaste la polla. ¿Es que, sois marcianos?
Guarra.- No, amo
Yo.- Y si no le querías chupar la polla a tu marido; ¿porqué me la has chupado a mi?
Guarra.- Usted, mi amo, lo ha mandado.
Pilar.- Amo, perdónelos. Dentro de lo que cabe, han sido valientes al reconocer que tenían un problema y darse cuenta de que la solución se les ha presentado esta tarde al observarnos y escucharnos.
Yo.- Rubia, Pilar os ha librado de unos azotes en el culo que os los hubiera puesto, rojos como los tomates, por tontos. Pilar ¿ya está preparada?
Pilar.- La tiene a punto, mi amo. Pezones erizados y chochito chorroso.
Yo.- Ya huelo el chocho baboso. Venga Guarra, al suelo y a lamerme los pies mientras me suplicas que te coma el coño y te demuestre que tu marido es una mierda de hombre.
La Guarra se tiro a mis pies con desesperación, se notaba que Pilar la tenía súper cachonda. Me lame los pies, me mira a los ojos y me abraza una de las piernas.
Guarra.- Por favor, amo. Cómame el coño y deme gusto.
Yo.- Más, humíllate más.
Guarra.- Mi amo, le suplico humildemente que coma el coño de esta puta que, con 20 años, no sabe lo que es un orgasmo (volvió a lamerme los pies)
La cogí del pelo y la alcé. Le di un morreo y Cogiéndola en brazos, la deposite sentada encima de la mesa del salón. Pilar atenta a mis requerimientos, vació la mesa de todo lo que había encima. Bese a la Rubia y le di unos mordisquitos en las pequeñas tetitas. Poniendo mi mano entre sus tetas, la empuje y quedo tumbada en la mesa; me puse sus piernas en los hombros y quedo su coño supurante delante de mí.
Vamos allá, me digo; empiezo pasando mi lengua por la parte interna de sus muslos, los beso, los muerdo delicadamente. Noto que se eriza su piel. Los labios exteriores de su coño se han hinchado y coloreado. Todavía no jadeaba, pero su respiración se aceleraba por momentos. Pase al monte de Venus; y sabiendo que estaba sensible por el anterior afeitado, solo pase la punta de la lengua rodeando los labios mayores. Tenía un sabor conocido pero fuera de lugar; sabía a cava. Levante la cabeza y mire hacía Pilar. Ella sonriendo mantenía la botella de cava boca abajo. Había aclarado el chocho de la guarra con cava y de ahí el sabor.
Yo.- (Sonriendo a Pilar) "te quiero putita".
Le di un chupetón que abarcó toda la vulva; se oyó el primer jadeo de la Guarra. Pasé la lengua a lo largo de los labios mayores para abrirlos y acceder al tesoro que guardaba. Misión cumplida, ya tenía el chocho abierto mostrándome un clítoris grande y unos labios menores hinchados y enrojecidos. No quise tocar el clítoris de momento. Con la punta de la lengua abrí los labios menores e introduje la lengua en la vagina saboreando los abundantes fluidos que habían. La rubia no paraba de jadear y todavía no le había hecho nada. empecé a meter, sacar y mover mi lengua en el interior de la vagina de manera pausada, sin querer rocé el clítoris con mi nariz y la guarra pego un jadeo que debió oírse en toda la finca. Mire a Pilar y me entendió al instante pues se puso a morrearse con la rubia para que no fuera esto un escándalo público.
La cadera era difícil de sujetar, se arqueaba su espalda; así que, le doble las piernas hacia su estomago y de esta manera me sería más fácil controlarla. Como a los 3 minutos de maniobrar con mi lengua en su vagina los jugos aumentaron y me decidí a pasar la punta de lengua por el clítoris, lo sujete entre mis labios y lo masajeaba, le daba golpecitos, lo besaba. La guarra empezó a hablar en su idioma natal por que no le entendíamos nada. Iba a introducir un dedo en su vagina cuando empezó el orgasmo de la guarra; los labios menores, muy hinchados, destilaban gran cantidad de líquidos que bebí con devoción (debería haber tenido una copa de cava para recogerlos) Sus manos crispadas intentaban cogerme el pelo; pero por suerte la vi venir y me aparte, sino mi cabello habría peligrado.
Poco a poco, conforme ella iba relajándose, yo deje de actuar sobre su clítoris; pase a las ingles con mi lengua y dándole beses cariñosos. La guarra parecía dormir después de tan profunda excitación. La cogí en brazos y me senté en un sillón con ella encima, le daba besitos en la cara, en las tetas pero no en los pezones. Le acaricie la cara, el pelo y su plano vientre. A los dos minutos abrió los ojos, me miro y sonrió.
Yo.- Venga Guarra, me ha gustado mucho comerte el coñito; ¿qué te ha parecido preciosa?
Guarra.- Es maravilloso, ............. es muy bueno amo. Y se durmió.
La deje en el sofá con delicadeza. Agarre a Pilar del pelo y le comí la boca mientras le pellizcaba un duro pezón.
Yo.- Esta chica se corre con solo mirarla. ¿Qué te ha parecido?
Pilar.- Es muy jovencita, amo. Tiene que ir acostumbrándose a estas cosas y su marido es muy torpe. La familia, si es muy religiosa, como lo parece, no ayuda nada a abrirse y a disfrutar del sexo. Amo, ¿le ha gustado como he preparado a la Guarra?
Yo.- Me ha gustado mucho Pilar, has hecho un gran trabajo.
La gire y me puse a su espalda, desde donde podía amasar sus dos pechos a la vez. Cuando los pezones se erizaron los pellizque con suavidad. Pilar gimió. Nos quedamos mirando a Ana y a cabrón que seguía comiendo coño. Al percatarse Ana que estaba siendo observada nos miro y sonrió.
Ana.- Poco a poco va cogiendo el secretillo, mi amo. Solo le he pegado dos veces.
Yo.- Pilar, trae la otra botella de cava de la nevera y si ves algo dulce también.
Pilar trajo el cava y una caja de bombones a medio gastar. Le serví una copa a Ana y le metí un bombón en la boca, la besé y nos fuimos para el sofá Pilar y yo. Me senté e hice que Pilar se subiera encima mío con las piernas abiertas y cara a cara. Brindamos con el cava y le metí un bombón en la boca.
Yo.- No lo muerdas. Cuando el bombón esté blandito abre la boca.
Cuando lo hizo le metí la lengua y entre los dos degustamos el magnifico sabor de los famosos chocolates belgas. La guarra se despertó y la llame para que se pusiera a nuestro lado; nos dimos un abrazo entre los tres. Que agradable es la piel juvenil de mis dos putitas.
Guarra.- Gracias amo, ha sido maravilloso.
No dejaba de darme besitos por toda la cara.
Yo.- Pilar también a colaborado en tu orgasmo; sé agradecida y dale las gracias.
Guarra.- Gracias Pilar.
Yo.- Así no, dale un buen morreo tonta.
Guarra no se lo pensó y fue a darle lengua a mi putita. Le estaban cogiendo el gusto a esto de sobarse entre ellas. Le puse la mano en la nuca a Guarra y le lleve la cara a las tetas de Pilar. Las beso y chupo.
Yo.- Venga, entre las dos darme una mamadita relajada. Y de paso, Pilar enséñale como hacerlo bien.
Durante 15 minutos estuvieron chupándome la polla, Pilar le hablaba de las diferentes maneras de dar placer a un hombre en la polla, de los ritmos, de cómo actuar con la lengua en el glande; de sin manos o con manos; de la sensibilidad de los huevos; todo eso lo hicieron de manera lenta para que no llegara a correrme; mi leche tenía que ser para el coño de la rubia.
Yo.- Venga putitas dejarlo ya.
Me levante y me fui hacia Ana y cabrón al que le di una patada en el culo, no muy fuerte, solo para que supiera que estaba allí al lado. Los rodee y cogiendo a Cabrón del pelo le hice levantar la cabeza. Ante su sorpresa le metí la polla en la boca.
Yo.- Mamala o te mato a palos.
No se corto y su boca, empapada tras la comida de coño a Ana, engullo todo mi rabo. Estuve follándome su boca un rato.
Yo.- Guarra mira como tu maridito me come la polla; ¿no será que te has casado con un marica?
La rubia abría los ojos de par en par, al ver como su esposo degustaba mi polla. Lo empuje al suelo.
Yo.- Ana, coge la copa de leche de este cabrón y ponte a hacer un 69 con él; cuando se corra la pones en la copa.
Ana, con cara de vicio, se tiro encima del chico y se puso a comerle el rabo.
Me situé delante del culo de Ana y sin decir nada le apunte el glande hacia su ano. Empuje y Ana se giro rápidamente al notar al intruso, ya tenía la mitad dentro.
Ana.- Gracias amo, fólleme fuerte. Que ganas tenía de sentir ese pollon gordo en mi culo.
Cabrón como debe ser tonto, entendió que debía parar mientras yo sodomizaba a Ana.
Yo.- (En tono alto) Seguid haciendo el 69, comeros los dos. Pilar y Guarra poneros igual que ellos; Pilar arriba que quiero visitar tu culo.
Cuando las chicas se pusieron tal y como yo dije, metí un dedo en el coño de Pilar para mojarlo.
Yo.- Ana, ahora como te estoy follando yo, sí que puedes correrte si quieres.
Ana.- Gracias amo, con usted ahí detrás si que podré llegar. Cabrón ya se ha corrido y he recogido su leche en la copa.
Yo.- Muy bien Ana. Rubia recuerda que mientras yo no te toque no debes correrte. Si lo haces, Pilar me lo dirá y te moleré el culo a azotes. Pilar, no le des mucha caña a ese coño tan rápido.
Pilar.- Si, amo.
Saque el dedo mojado del coño de Pilar y se lo metí en el culo. Suspiro.
Ana.- Mi amo, me gusta mucho como me da por el culo. ¿Puedo correrme con su polla dentro?
Yo.- Claro que puedes, princesa. Tienes el culo más bonito de los tres y me gusta sodomizarte. Cuando te corras dímelo, que también quiero follarme el culo de tu hermana.
Guarra.- ¿Y a mi también, amo?
Yo.- Guarra sigue comiéndole el coño a Pilar y cállate. Y tranquila, que antes que nos vayamos, te dolerá el culo para que me recuerdes.
Azoté los culos de las hermanas. Ana ya daba muestras de estar sumamente excitada, sus movimientos eran cada vez más convulsivos. Y empujaba cada vez más fuerte hacia atrás para meterse mi polla lo más honda posible. La agarre de las caderas y ese contacto fue el desencadenante de su orgasmo. Grito su placer de manera ronca y prolongada.
Yo..- Cabrón, recoge todos los jugos de Ana y bébetelos. Y fíjate, esto es un orgasmo femenino.
Cabrón.- Eso estoy haciendo mi amo.
Saque mi polla de Ana cuando se quedo relajada y la empuje un poco hacía adelante. Me quedo la cara de Cabrón justo debajo. Le acerque la polla.
Yo.- Límpiala cabrón. Y tú, Ana, ven y dame un abrazo princesa.
Cabrón abrió la boca y yo bajando un poco se la metí. Notaba su lengua recorrerme el glande. Ana se me abrazo y me besaba con las pocas fuerzas que le quedaban. Cuando mi polla estuvo limpia se la saque y me moví al lado donde estaba Pilar con su culo deseoso de ser partido otra vez.
Yo.- Guarra, desde ahí abajo mira como le meto la polla a Pilar en su lindo culo.
Puse mi glande en su ano y apreté. Pilar se quejo. Le di un azote.
Yo.- Aguanta puta, que sabes que después lo pasaras bien.
Volví a apretar y entro casi toda. No quería hacerle demasiado daño y la deje quieta un rato. Cuando se le paso el dolor, Pilar empujo hacía atrás y se la termino de meter toda. Este ano es más apretadito que el de Ana y esta putita es la que mejor se ha portado, asumiendo a la perfección su nuevo status. Mientras se la metía y sacaba le estrujaba las tetas colgantes, eran grandes y preciosas. Pilar sudaba mucho.
Yo.- Córrete cariño, disfruta. La cara y el chocho más bonitos de mis esclavas. Córrete por mi, dame ese gusto preciosa.
Seguía acariciándola por todo su cuerpo notando la calentura de su piel. Aun siendo mayor que Ana y Guarra, Pilar tenía la piel más suave de todas. Me dieron ganas de correrme en este culo. Pero tenía otra cosa pensada. Pilar empezó a jadear a moverse frenéticamente. Le pellizque los pezones, le cogí la melena y tiré de ella, haciendo que doblará la cabeza hacía mí. Le metí dos dedos en la boca y grito de placer corriéndose a continuación. Proseguí las penetraciones Cogiéndola por el hueso de la ingle y apretándomela todo lo que podía contra ella. Apunto estaba de correrme yo. Pilar se dejo caer encima de la Guarra, sin fuerzas. Me levante y abrace a Ana.
Yo.- Pilar, levántate.
Se levanto como drogada y nos abrazamos los tres; los besos cariñosos iban en todas direcciones y los arrumacos también.
Yo.- Que putitas tan buenas que tengo. Me hacéis gozar mucho.
Ana.- Pero quiero tu leche, amo (cogiéndome el nabo)
Yo.- Pero si tu la has tenido en todos tus agujeritos princesa.
Ana.- Por eso, me he vuelto adicta a ella.
Yo.- Y tú, Pilar ¿no pides nada?
Pilar.- Yo me lo estoy pasando muy bien. Quisiera tener más sexo conti..., con usted amo; pero somos tres mujeres por satisfacer y sé que tengo que resignarme a compartirlo, amo.
Le di un gran beso.
Yo.- Gracias Pilar. Ana, ves como tu hermana me quiere más que tú. Aunque yo os quiero a las dos por igual.
La Guarra y Cabrón seguían en el suelo y en la posición que tenían antes.
Yo.- Venga Ana y Pilar a ducharse al baño y la parejita a ducharse al baño de los perros y ni una caricia siquiera entre vosotros.
Yo me deje caer en el sofá y me tome una copa de cava y un bombón. encendí un cigarro Absorto en mis pensamientos no me percaté de que la rubia ya estaba de vuelta.
Yo.- Arrodíllate en la alfombra y mamame la polla.
Guarra.- (Sonriendo) Si, amo.
La guarra empezó demasiado rápido.
Yo.- Más despacio puta, que no tengo prisa.
Guarra.- Perdón, amo.
Yo.- Cállate y mama.
Llegó Cabrón. Le indique que se quedara en mitad del salón. Vinieron Ana y Pilar; ellas a mi lado cada una.
Yo.- (Mirando a las hermanitas) A este habrá que sacarle la leche otra vez; se ofrece alguna de vosotras.
Ana.- Que lo haga la puta de su mujercita.
Pilar.- Yo lo haré. ¿Cómo quiere mi amo que le saque la leche a Cabrón?
Yo.- Os lo iré diciendo, ponte de pie junto a él. Ven Guarra súbete aquí a mi lado y mira como tu marido va a echar un polvo. Ana, chúpame la polla lentamente.
Guarra se sentó a mi lado y con mi brazo la rodee. Apoyo su cabeza en mi hombro.
Yo.- Vosotros dos morrearos y magrearos; venga como si estuvierais solos. Pilar si ves que hace algo mal, díselo para que corrija. Cabrón el culo se lo puedes sobar, pero como toques su agujerito te corto la mano con la que lo hayas tocado ¿Entendido?
Cabrón.- Si, amo.
Yo.- Guarra, masturbate mientras ves a tu marido con otra.
Guarra.- No me gusta masturbarme, amo.
Como la tenía con mi brazo derecho rodeada, la eche sobre mis rodillas y antes de que reaccionara la azote en el culo por cuatro veces. La volví a dejar en la posición que estaba.
Yo.- Y ¿a quién coño le importa que a ti no te guste? Mastúrbate.
Llorosa empezó a acariciarse el coñito; yo le pellizcaba el pezón que tenía a mano. Pilar llevaba la iniciativa del magreo, como no podía ser de otra manera. Ana me estaba haciendo una mamada sensacional; le acaricie la mejilla, Sacándose la polla me sonrió. Pilar había obligado al muchacho a que se agachara y le besara las tetas.
Pilar.- Dame mordisquitos en los pechos y chúpame los pezones.
Yo.- Pilar, que no puedas llegar al orgasmo no significa que no lo puedas disfrutar, venga pon más ánimos. Venga cariño.
Pilar guiaba la cabeza del muchacho de una teta a otra, se arrodillo y empezó a mamarle la polla a Cabrón; al mismo tiempo le sobaba los cojones. Guarra se apegaba más a mi, como queriendo buscar refugio.
Yo.- Rubia que te parece. ¿Te gusta que tu maridito vaya a follar con otra? ¿Te gusta verlo?
Guarra.- No, no me gusta. Pero usted se lo ha ordenado y debe obedecer, amo.
Oímos un suspiro fuerte de Cabrón. La madre que lo parió, se estaba corriendo ya. Pilar aparto su boca de la polla del joven y puso la mano delante para recoger la leche.
Yo.- Capullo de mierda, te dejo a una de mis chicas y la desaprovechas corriéndote enseguida. Menos mal que era tu tercera corrida, sino te corres solo con abrazarla. ¿Pilar, estás bien?
Pilar.- Si, amo. Pero quería divertirme un poco.
Yo.- Ven cariño, ponte a mi lado. Guarra, lámele la mano a Pilar de los restos de la leche de tu marido. Como se suele decir Dios los cría y ellos se juntan. Cabrón, hasta que no controles la eyaculación precoz deberás trabajar a las mujeres con las manos y la lengua y a muy última hora podrás meterla.
Cabrón.- Perdón, amo.
Yo.- Perdón a mi, ¡pídele perdón a Pilar! Venga, ven aquí y lámele los pies y pídele perdón, tonto del culo.
Cabrón se acerco gateando a Pilar y con la lengua empezó a recorrer sus pies.
Cabrón.- Por favor, perdona a este estúpido que no ha sabido complacerte.
Pilar.- Te perdono.
Ana como estaba mamándomela, ahora, desde el suelo, tenía al lado al joven: así que, sin que se diera cuenta metió su mano entre las piernas de Cabrón y le apretó los huevos. Cabrón chillo.
Yo.- Cabrón, ves como las hermanas se protegen. Cuídate de Ana, es muy mala. Ahora ves gateando hasta el centro del salón y quédate a cuatro patas que te voy a azotar por hacerle ese feo a una de mis putas.
Yo.- Pilar, ¿cuántos azotes quieres que le dé?
Pilar.- Aunque tiene morbo la situación no me gusta la violencia, amo. No le pegue.
Yo.- Pilar, ves gateando hasta su lado, por que los azotes que no le dé a él, te los daré a ti. ¿A que esperas?
Pilar sorprendida por mi decisión y con ojos llorosos intento hablar. Pero yo, con actitud seria, le señalé con uno de mis dedos el lugar donde debía situarse. Bajo la mirada y lentamente se situó al lado de Cabrón. Me levante y me dirigí a ellos.
Yo.- Va a ser la primera vez que azote el culo de un hombre y creo que no me va a gustar. Pero debo disciplinaros a los dos. Pilar tu falta no ha sido muy grave; así que recibirás dos azotes en cada nalga. Cabrón, tu suerte va a ser, que debo dar bastantes azotes y se me cargará la mano; así que, recibirás 3 azotes por nalga. ¿Preparados? (Ninguno contesto) ¿Estáis sordos? ¿preparados?
Cabrón.- Si, amo.
Pilar.- (Sollozando) Si, mi amo.
Empecé por Cabrón dándole un azote en cada nalga, pasé a Pilar dándole un azote en cada nalga; volví a Cabrón y después Pilar; finalizando con Cabrón. La mano me ardía.
Yo.- Levántate Pilar. Cabrón, lámeme la mano que te ha azotado.
Abracé a Pilar dándole besitos en la cara y enjugando las lágrimas que derramaba.
Yo.- Venga cariñito, ya paso preciosa. Es la primera vez que recibes un castigo físico mío. Hasta ahora te habías portado muy bien conmigo; ¿porqué has puesto en duda mi autoridad? (Seguía llorando) Venga ya vale putita. Tranquilízate (le amasé las nalgas para que el dolor se fuera diluyendo más rápidamente) Ves a sentarte al sofá que ahora voy yo. (Me gire hacia Cabrón) No pienses que te voy a hacer arrumacos y dar besitos como a Pilar. Los hombres no me van, pero acércate a gatas.
Cuando lo tuve al lado, le acaricie la cabeza como a un buen perro.
Yo.- Cabrón, cuando notes que vas eyacular párate, sepárate o piensa que tu madre está a tu lado y te va ha echar la bronca. Cuando se te baje la excitación vuelves a la faena. Tienes que conseguir controlar las eyaculaciones; si no lo haces, difícilmente podrás hacer feliz sexualmente a Guarra. ¿De acuerdo?
Cabrón.- Gracias amo. Perdóneme por lo de antes (Le di dos palmaditas más en la cabeza)
Yo.- Bueno para terminar con esto, Cabrón pasa a este lado y cómele el coño a tu mujer que me la voy a follar.
Guarra me miro con una gran sonrisa. Cabrón empezó a lamerle el coño a su mujer.
Yo.- Rubia, ahora te follare el coño; pero la leche será para Pilar que todavía no la ha probado en su boca. Y mañana a las 9 de la mañana te follare el culo. A las 10 nos iremos.
Guarra.- Como usted mande; así se hará. Amo.
La rubia ya tenía erectos los pezones, supongo que por los lametones de Cabrón. cogiendo a la rubia, la puse a horcajadas sobre mi. Su respiración ya estaba acelerada, la bese.
Yo.- (Mirando a Guarra) Métetela.
Se alzo sobre sus rodillas y cojiendomela la guió a su mojado coño. Fue bajando poco a poco. Su boca abierta denotaba un gran placer. Su coño era muy estrecho y caliente. Cuando la tuvo toda dentro se quedo quieta disfrutando del momento. Llame a Ana y la puse a mi lado; así rodeado de mis hermanitas contemplamos como la Guarra se movía con mi polla dentro de ella. No sabía moverse estando encima del hombre.
Yo.- Quita de ahí, que mis putitas te enseñaran como gozar y hacer gozar en esta posición. Pilar, móntame cariño y enséñale.
Pilar la ayudo a salir y con una gran sonrisa me montó. Ya acomodada y con toda mi polla dentro, inicia el típico movimiento de sacarla y meterla.
Yo.- Guarra, mira, en esta posición el hombre cede todo el control a la mujer en la follada. Ella marca el ritmo y la profundidad de la penetración. Los movimientos básicos son 2:
meterla y sacarla, pudiendo estar la mujer vertical y así el hombre puede sobar las tetas de ella. O la mujer se puede echar sobre el hombre para besarse y con movimientos de cadera meterla y sacarla también. De esta última forma el hombre no toca los pechos, pero puede sobar el culo de la mujer y hasta meterle un dedo o un consolador anal por el ano.
vaivén de cadera, aquí la mujer frota su clítoris contra el hombre, aumentando su placer.
Conforme yo le iba hablando a la Guarra, Pilar ejecutaba los movimientos descritos. La rubia se fijaba mucho. Besé a Pilar apasionadamente.
Yo.- Eres un cielo cariño. Pero debes cederle tu puesto a la rubia.
Me abrazo muy fuerte durante un momento y después se salió. Ya a mi lado, la abrace.
Yo.- Venga Guarra, súbete y a ver si has aprendido algo.
La rubia se la metió y empezó a frotarse conmigo con el movimiento de caderas. Como yo tenia los brazos en cruz encima de los hombros de mis dos putitas les acariciaba una teta a cada una, notando cuan distintas eran los pechos de las hermanas.
Yo.- Venga Guarra, la gracia está en ir alternando los movimientos. Haz el meter y sacar; muy bien, coge un ritmo lento, después ya lo podrás acelerar. No quieras correr tanto. Vosotras dos ¿no queréis sobarles las tetas? Si no lo hacéis vosotras, lo tendré que hacer yo y entonces no os podré pellizcar a vosotras un pezón a cada una.
Accedieron las dos a sobarle un pecho cada una. La Guarra se estaba excitando deprisa demostrando que era una chica de fácil orgasmo.
Yo.- Guarra, bésame.
La rubia se lanzo como poseída a mis morros para comérselos; Ya jadeaba constantemente. Nuestras lenguas jugaron con rapidez y su respiración era muy acelerada. Le ladee la cara para que se morreara con Pilar. Yo besaba a Ana.
Yo.- Azotadle el culo chicas. Y tu Guarra, besa a Ana.
Los espasmos vaginales aparecieron casi inmediatamente.
Yo.- Cabrón, ven a ver como tu mujer se corre con una buena polla dentro. Guarra dile a tu maridito como estás.
Guarra.- Cabrón, estoy en la gloria. El amo me folla muy bien y me voy a correr ya.
Sus flujos vaginales me mojaron las pelotas y los jadeos solo se acallaban cuando Ana le metía la lengua en la boca. Poco a poco fue relajándose hasta quedar quieta encima de mí. Otra vez se quedo como dormida; la deje recuperarse. Cuando me abrazó, empezó a darme besitos y movió su cadera para seguir disfrutando de mi polla.
Yo.- Ha estado bien. Vamos a cambiar de posición Guarra.
Me levante con ella todavía ensartada. Con sus piernas me rodeo la cintura y no quería sacársela.
Yo.- Venga puta que no tengo toda la noche, ponte a cuatro patas ya.
La guarra se posiciono tal y como yo le dije y situándome detrás de ella, le metí la polla en su encharcado coño. Sin perder tiempo empecé a penetrarla con rudeza y hasta el fondo; quería ser un poco violento con esta niña bien. El ruido del choque de sus nalgas con mi pelvis era lo único que se oía en la habitación. Le escupí en el ano y le metí un dedo, costo mucho y la damita se quejaba. Pues no sabe lo que se le avecina mañana. Penetrada por sus dos agujeros empezó a jadear al ritmo de mis embestidas. Cuando ya la note muy excitada jugué una treta para corromper su personalidad.
Yo.-Guarra, reza un padrenuestro.
Se quedaron todos atónitos por mi petición. Me gusta alterar sicológicamente la personalidad de mis putas. Y esta pareja tenía unas fuertes convicciones religiosas o por lo menos se las habían tratado de imbuir.
Yo.- Te he dicho que reces un padrenuestro o te saco mi polla y no me ves más.
La Guarra empezó a rezar en voz baja.
Yo.- Mas alto puta. Y cuando lo termines vuelves a empezar.
Empezó a rezar de nuevo más fuerte y todos la podían oír; yo reanude mis penetraciones Cogiéndola por la cadera y dándole a tope. Tardo un rato, pero ya los rezos se entrecortaban con los jadeos. Volvían los espasmos vaginales y el aumento de la lubricación. Le azote fuerte el culo, dejándola una colorada marca de mi mano. El grito se mezclo con los jadeos y la oración. Solo dejo de rezar cuando le llego un fuerte orgasmo que la hizo temblar toda. Su vagina me apretaba la polla como nunca. Se dejo caer al suelo cuando se la saque. Se puso en posición fetal y ahí la deje temblando por los últimos golpes de su orgasmo. Me levanté.
Yo.- Cabrón, a ver si aprendes a dejarla así de satisfecha; mariconazo.
De pie como estaba mire a Pilar y le hice señas de que viniera al centro del salón. La picarona vino hacia mi a gatas y se engullo mi polla de un golpe. empezó una profunda mamada con lametones a mis huevos.
Yo.- Esta leche que va a salir es toda tuya, te la has ganado. ¿Dónde la quieres?
Pilar.- En mi boca para saborear la leche de mi amo.
Yo.- Pues así será.
Le agarre la cabeza y empecé a follarme su boca. Estaba cansado y quería acabar pronto; así que, a los 2 ó 3 minutos empecé a notar que me subía la leche, no quise alargar más la situación y le advertí a Pilar que llegaba su regalo. Ella abrió su boca al máximo y deposite tres grandes chorros de leche en su boca. Me maree un poco por el placer conseguido. Todo mi cuerpo estaba convulsionado por la descarga realizada y poco a poco se normalizo mi respiración. Pilar seguía saboreando mi corrida y limpiándome la polla de cualquier resto. Solo cuando comprobó que la tenia limpia se alzó. La bese con fuerza y ella me correspondió.
Yo.- Cabrón, reparte el cava que quede en 5 copas.
Guarra ya se había recuperado y le dije que se levantara. Cabrón llego con las cinco copas. Las repartió, brindamos por una buena noche de sexo y las bebimos.
Tenía ganas de mear.
Yo.- A ver parejita, vamos al baño de los perros.
Cuando llegamos, hice que se metieran en la bañera al matrimonio.
Yo.- Arrodillaros y morrearos.
Cuando estaban centrados en el beso, empecé a mearles por todo el cuerpo. Fue una meada larga y potente.
Yo.- Restregaros el cuerpo para repartiros ese regalo que os he hecho. Y no se os ocurra ni lavaros ni secaros. Dormiréis así esta noche a nuestros pies. Quedaros ahí un rato hasta que no goteéis por todo el piso. Después os espero en el salón.
Cogí a mis chicas de la cintura y salimos de allí para ir a nuestro baño y que mis putitas me dieran una ducha con mucho cariño.
Yo.- Venga hermanitas, dejadme bien limpito.
La ducha fue excelente, dos jovencitas se retaban a ver quien me hacia los mejores masajes y caricias. Si no estuviera tan cansado y tuviera menos años, me habría vuelto a empalmar; pero del estado de morcillona no paso.
Cuando salimos del baño la parejita ya nos esperaba en mitad del salón. Deje a mis putitas y fui a buscar la copa con la leche de cabrón.
Yo.- Guarra, tomate esta leche de tu marido. Pero quiero que la saborees y que te la repartas por toda tu boca. Así, esta noche, dormirás con el gusto de la leche que durante estos años no has querido probar.
La guarra lo hizo tal y como se lo ordene.
Yo.- Vamos a dormir.
Fuimos al dormitorio principal y a Cabrón le hice quitar un par de cuadros de santos y cosas de esas. En el dormitorio estaba la cama de matrimonio y alfombras a ambos lados.
Yo.- Venga perritos, a dormir cada uno en una alfombra y que no os oiga en toda la noche.
Yo me subí a la cama y cada hermana a un lado mío. Encendimos la televisión para ver algo de lo que hacían y me encendí un cigarro.
Yo.- ¿Qué os ha parecido el día?
Ana.- A mi me ha gustado más por la mañana y la tarde; te teníamos para nosotras solas. A la rubita le has dedicado mucho tiempo; y a nosotras casi nada.
Pilar.- Aunque parezca mentira, coincido con mi hermana. Pero he de decir que ha sido uno de los días más satisfactorios de mi vida.
Yo.- Venga chicas, no os enfadéis conmigo. Para compensaros, os dejo elegir un día de la próxima semana, para que quedemos los tres solos. ¿Qué os parece?
Las hermanas se pusieron a debatir que día les venia mejor y acordamos que el sábado de la semana siguiente nos veríamos los tres. Me besaron las dos.
Yo.- Ahora a dormir. ¿Me podéis acariciar la polla suavemente y lamerme los pezones mientras me duermo? A, otra cosa, Cabrón, mañana a las 7 de la mañana os levantáis los dos, os ducháis y uno que se valla a por bollería recién hecha y el otro que prepare café. A las 7,30 nos llamáis.
Sí, amo.
Yo.- Buenas noches a todos.