Dominación de un sirviente

Contra mi voluntad tuve que observar como mi amada estaba siendo gozada por otro hombre, lo disfrutaba sintiendo como sus manos pasaban por todo su cuerpo. Mientras, atado, no podía ni apartar la cabeza para evitar observar....

Trabajaba como sirviente en la casa de dos señoras de la alta sociedad, Ana y Manuela, como hombre era un poco vergonzoso tener que hacer el trabajo de una mujer pero me acostumbré. Eran dos damas de carácter muy dominante, además de su fortaleza física y carácter superior al mío. Debía limpiar el piso, lavar la ropa, tender las camas; era como una sirvienta. Un día, ocurrió un evento que precipitaría mi sumisión a lo más penoso que pudiera pasarle a un hombre

Se mudó por un tiempo a nuestra casa la única sobrina de estas señoras. Su nombre era Michelle, una hermosura de muchacha que venía a pasar su temporada de vacaciones junto a sus tías. Además de su exhuberante belleza, era de una dulzura que enamoraba a todo el que la trataba. Alta, delgada pero de buenas curvas, cabellera rojiza, una piel hermosa que lucía unas deliciosas pecas en su espalda, hombros y sobre los senos. Desde el primer encuentro quedé enamorado de ella: su sonrisa, su ternura, la fragancia de su piel; todo en ella era una delicia.

Ana enseguida se dio cuenta de que estaba loco por su sobrina; Manuela, su otra tía se encargaba de hablarme de lo maravillosa que era Michelle, pues ellas se bañaban las tres juntas y conocía el cuerpo de la muchacha. –"tiene unos senos hermosos"- decía. -"Son grandes y firmes-". –"Lo sé"- pensaba para mis adentros, pues un día tuve la dicha (o la desdicha) de contemplarla desnuda. Ese día me asomé por la ventana de mi cuarto, se bañaban en el patio, las dos tías paseaban sus manos con ganas sobre el precioso cuerpo de Michelle, mientras le decían lo hermosa que era. –"que preciosas son tus piernas"- y la enjabonaban ambas mientras la chica se dejaba, encantada. Le lavaban su cuerpo de arriba a abajo y se deshacían en halagos –"tienes el cuerpo más bello de la ciudad"- mientras Michelle sonreía tímidamente y disfrutaba de los cuidados de sus tías.

Un día entré en el cuarto de Michelle para tender su cama, sin que nadie me viera, abrí una de las gavetas de su armario. Saqué la ropa interior que había usado el día anterior y me la acerqué para olerla. Sin saberlo, Ana entró en ese momento y me descubrió! –"eres un tonto"- agregó: -"crees que mi hermosa sobrina se fijaría en ti"-. Acto seguido me agarró los brazos y amarró mis manos, sin dificultad porque soy delgado y ella una mujer fuerte. En ese momento entró Manuela también y Ana le contó mis intenciones con Michelle. –"Justo a tiempo"- dijo Manuela. -"Quería evitarte el dolor pero ahora te lo mereces"-. Sin saber a qué se referían me llevaron por la fuerza a mi cuarto, me hicieron asomar por la ventana y me decían: -"ahora sabrás lo que es un hombre de verdad"-

Las señoras le habían conseguido a Michelle una cita con un hombre que era de su agrado. Ahora yo debía ver este espectáculo tan doloroso, pues con cada día que pasaba amaba más a Michelle. –"qué los observes te digo"- Me gritaban y sujetaban mi cara para que no pudiera voltear hacia otro lado. Mientras en el patio, el hombre tomaba su mano y le hablaba al oído.

-"Se llama Klaus"- dijo Manuela, ahora verás lo que es un hombre. Pues Klaus la puso de pié, le dio la vuelta, apartó su hermosa cabellera rojiza y empezó a besar su espalda. –"no te da envidia?"- me dijo Ana. –"observa como besa su hermosa piel"-, -"como disfruta de su fragancia"-, -"como pasa su lengua y saborea su tierno cuello"-. No quería observar más, pero ellas eran más fuertes y me sostenían con firmeza para observar la escena. Ahora él le sobaba los senos, Michelle sonreía y se dejaba hacer de todo, con una pícara sonrisa. La desvistió por completo, la sentó sobre la mesa y apartó sus piernas. –"debe tener sed"- dijo Manuela mientras reía burlonamente de mí. Aquel hombre se dio banquete entre las piernas de Michelle, ella gemía y volteaba de un lado al otro por el placer que estaba sintiendo, la saboreó como quiso y mientras yo no podía aguantar la envidia.

Ahora le tocaba el turno a ella. Se puso en pie y empezó a desvestir a Klaus, al quitarle la camisa, unos grandes músculos y una amplia espalda se dejaron ver. Michelle no ocultó su satisfacción. -"ese es el cuerpo de un hombre de verdad"- dijo Ana. –"que diferencia contigo-" Mientras ambas se burlaban de mí, Michelle pasaba su lengua sobre los hermosos pectorales de Klaus, sobaba su gran culo y empezó a bajar sus pantalones. Cuando lo desnudó por completo no podía sino admirar la escogencia de sus amorosas tías. Su pene era de gran tamaño, sus huevos también, me superaba en todo aspecto y a Michelle se le hacía agua la boca admirando su cuerpo. Así que tomó su gran miembro y empezó a mamárselo con ganas.

-"Observa como goza un hombre de verdad, algo que tú jamás podrás hacer"- decía Ana, hiriéndome aún más con sus palabras. Después de brindar placer a su pene tuve que observar lo impensable. Michelle le dio la vuelta, aparto sus fuertes nalgas y empezó a saborear su culo! Su hermoso rostro desapareció de mi vista para sólo escuchar el sonido que hacía: slurp! slurp!, era lo que escuchaba. –"alguna vez te han hecho eso"- se burlaban de mí sus tías. Después de disfrutar de su culo, Klaus la levantó y la puso de espalda, con las manos sobre la mesa, ahora vendría lo más doloroso para mí.

-"Se la va a gozar"- algo que tú ni en sueños, respondió Manuela. -"Así es"- aseveró Ana. "sólo un hombre hermoso y bien dotado como él puede disfrutar a mi preciosa sobrina"- . En eso escuché a Michelle gemir de placer mientras él la empezaba a penetrar lentamente, los gestos de ella, entre dolor y placer me enloquecían y aumentaban mi tortura al ver a mi amaba entregada a otro. Klaus la movía de una posición hacia otra y Michelle no ocultaba lo complacida que estaba con él….

(La segunda parte la escribiré si ésta gustó y hay buenos comentarios =)