Dominación de mi propia hermana (3)
Mi buan amigo Marcos consigue perder su virginidad violando a mi hermana y gracias a unos eurillos.
9-5-2009
Siete días habían pasado desde que conseguí ¡por fin!- dominar por completo a mi hermana.
Hasta ahora, la dominación se basaba en el poder violarla a cambio de no delatarla, pero hace siete días conseguí que a Sara le gustara ser violada, aunque aún le da vergüenza admitirlo. La cosa no ha cambiado excesivamente mucho, pero ahora tengo la absoluta confianza en que no va a decir nada a nadie, y eso me va a dar muchísima libertad
-¡Joder Marcos!- dije- Dentro de un par de semanas cumplirás los diecisiete. ¡Cómo no pierdas la virginidad antes de esa fecha dejaré de ser tu amigo, ostias!
-Pues no será porque no lo intento, Edu- intentó explicarme mi amigo Marcos-. Si siempre lo pruebo todo. ¡Incluso tus "trucos infalibles" esos de los que tanto me hablas! Pero nada.
-Eres un pringao, tío- bromee-. Pues espabílate.
-Si hasta incluso intenté violar a mi hermana durmiéndola con pastillas- me dijo.
-¿Con pastillas?
-Sí, para dormir- me dijo serio-. No todos tenemos una hermana que se deja follar así como así.
-Shhh! Calla coño- le advertí mirando a mi alrededor-. Que quieres, que alguien más se entere?
-Bueno, lo siento tío.
-Mira, se me ocurre una idea. ¿Tienes 10 euros?
-Pues, si- me dijo hurgando en sus bolsillos- ¿Para qué quieres tú diez euros?
-Para ti capullo.
-¿Perdón?
-Mira, ahora no hay nadie en mi casa, solo mi hermana- le expliqué-. Dame los diez euros y te dejo que te la folles.
-¡Joder! ¿En serio?- preguntó excitado-. Toma, toma-. Me dio corriendo el billete.
-Pues claro que va en serio, y te dejaré que lo hagas como quieras y por donde quieras.
-¿Y ahora?
-Claro, ven te acompaño.
El viaje hasta mi casa fue tan rápido como mi buen amigo Marcos quiso, ya que estaba totalmente excitado.
Al llegar, notamos que Sara estaba en la ducha.
-¡¡Sara!!- grité-. Ven aquí, tienes un trabajito!
Enseguida salió de la ducha, empapada y desnuda. Ella pretendía hacerme una mamada, como casi siempre, pero se asustó al ver a Marcos y se tapó rápidamente como pudo. Yo le di una bofetada.
-¿Se puede saber que haces?- le dije-. ¡Quítate las manos, deja que te veamos!
-No delante de él no - dijo tímidamente.
-¿Cómo que no?- pregunté con un tono que la asustó. Obedeció-. ¿Te gusta?
-Joder, como me pone - dijo Marcos súper excitado y tocándose el paquete.
-Venid a mi habitación- indiqué a Marcos y a Sara, aunque esta no quería ir, por lo que tuve que agarrarla de los pelos-. Sara, hazme una mamada ahora.
-No - me dijo. La abofeteé-. Ayyy!!
-¿Cómo que no, zorra?- le gritaba. Acto seguido le obligé a agacharse para chupármela. Ella se resistía y lloraba de nuevo-. ¡Qué chupes!
-Espera tío, que te ayudo- me dijo Marcos agarrando los hombros de Sara y presionando para que se agache.
-Edu, no me hagas esto, por favor!- lloraba desesperada- Noo!- en ese momento le di un bofetón que la tumbó. Luego le pisé un pecho-. Ahhh! Por favor !
-Ahora mismo me la vas a chupar, ¿de acuerdo?- le dije con un tono amenazante, a lo que ella respondió con un forzado sí.
Se colocó como pudo en frente de mí agachada. Me bajó los pantalones y luego los calzoncillos. Mi polla, totalmente erecta, salió disparada contra su boca cómicamente, y ella lo aprovecho para metérsela en la boca y hacerme una de esas grandes mamadas que había perfeccionado a lo largo de su vida.
Mientras movía rítmicamente la cabeza para el mete-saca, noté como Sara intentaba taparse como podía su desnudo y mojado cuerpo, cosa que me cabreó bastante, a si que agarré su cabeza y la obligué a tragar mi polla entera, ahogándola.
-¡Dios!- gritó el sorprendido Marcos al ver la escena-. ¡Se la puede tragar entera!
-¿Claro que sí, no ves que es una zorra?
Estuve casi medio minuto con toda mi polla en su garganta. Ella tuvo que sacar sus manos de su cuerpo para intentar sacarla como pudiese.
-Jajaja!- se reía mi amigo Marcos-. ¡Mírala como intenta respirar!
Solté su cabeza, y Sara, al hacer fuerza en sentido contrario a mi agarre, cayó otra vez al suelo. Le pise esta vez un pie. Ella gritaba y lloraba.
-Ahora chúpasela a él- le ordené señalando al invitado.
-Edu, por favor- suplicaba-. No me obligues
-Es una orden, zorra!- le grité agachándome y propinándole un fuerte puñetazo en el estomago que le cortó la respiración durante segundos-. Escúchame bien, puta- le dije acercándome al oído-. Ahora me voy a ir al salón. Y durante ese tiempo, harás lo que Marcos te pida, ¿de acuerdo?- ella no contestó. Lo tomé como un sí y me fui.
Ella miraba ahora atemorizada a Marcos. No sabía lo que le podía pasar por la cabeza a ese amigo tan raro que tenía.
-Bien zorra, quítame los pantalones y hazme una buena mamada.
Así lo hizo, llorando, para variar. Pudo ver delante de ella una polla algo más pequeña que la mía, cosa que en el fondo la tranquilizó bastante. Un fuerte olor repugnante la echó para atrás, pero cogió aire.
La cogió por la base y se llevó el nabo hasta su boquita. Lo lamió como un helado, muy tímidamente, rodeándolo con su lengua, pero intentando no saborearla.
Intentó metérsela un poco más al fondo de su boca, para empezar a lamer de verdad, conseguir que se corra y esperar a que ese momento tan aterrador pase de un momento al otro.
-Eh!- le ordenó- Hasta el fondo zorra, como a tu hermano.
Lo hizo. Tuvo que hacerlo. El tamaño de aquella polla permitía a Sara poder respirar con la totalidad del falo en la boca, aunque el sabor y el hecho de que casi tocaba su paladar con el nabo lo complicaba bastante.
Por las mejillas de mi hermana-esclava resbalaban cientos de lágrimas. Sara estaba humillada. Había hecho cientos de guarreras, pero nunca había mamado ninguna polla a un desconocido, desnuda, y obligada por su hermano.
De repente notó que Marcos le cogía de los pelos hasta el punto que parecía que se los iba a arrancar.
-Ohhh!! Ohhh!! Diooooss!!- gritaba él como un animal, descargando chorros de semen contra la garganta de Sara. Ahora sí que se ahogaba-. Mierda
La soltó violentamente y ella cayó por tercera vez, tosiendo saliva y semen y revolviéndose en el suelo, luchando por levantarse y respirar.
-Edu, tío- dijo una vez llegó al salón, donde me encontraba-. Me he corrido en la boca de tu hermana, ¿me la puedo follar?
-Joder está bien, pero ten, un condón. A ver si esta vez tardas un poquito más
-Gracias, tío.
Al volver a mi habitación, vio a Sara intentando recostarse en mi cama, tosiendo todavía y de culo a Marcos.
Se la empalmó casi de golpe, y aprovechó para ponerse el condón como pudo, con prisas. Se colocó detrás de ella, la cogió por las nalgas y la volteó boca arriba. Le sobó el coño, metiéndole más de un dedo, retorciendo a Sara de dolor.
-¡¡¡Dios mío!!!- gritaba- ¡¡Socorro!!
-Calla zorra- dijo Marcos golpeándola-. Te vas a cagar.
Cogió su polla y apuntó al coño malherido de Sara. La metió de un golpe que arrancó a Sara un grito de autentico dolor, de tortura. Marcos, mientras la embestía como si aquellos fuesen sus últimos minutos de vida, le golpeaba la cara de la chica a bofetadas.
El coño de Sara, totalmente seco, empapaba la polla del torturador con la sangre de las heridas que Marcos producía. Y eso le excitaba.
A los diez minutos de brutales embestidas, y al ver que mi hermana no paraba de chillar desesperadamente, decidí ir a la habitación.
-¿Cómo va?- pregunté al entrar.
-De puta madre, tío- me dijo sin parar de embestir-. Lo malo es que esto cansa muchísimo, tío. Y esta no para de gritar.
-Tranquilo, yo soluciono eso- le contesté colocándome encima de ella, y colocando mi polla en su boca-. Chupa zorra, chupa -le decía mientras observaba el estropicio que había hecho Marcos con el coño de mi hermana-. Venga, zorra, ¿en serio te quejas de eso? Si yo te he hecho cosas peores.
-Mmmmhh- era lo único que podía decir.
Estuve embistiéndola por la boca, ahogándola por enésima vez, mientras Marcos, cada vez más cansado, se corría por fin. Justo cuando sacó la polla del coño de Sara, esta dejó de emitir cualquier sonido gutural como hasta entonces.
-Dios!- dijo mirándose el reloj- Media hora! He durado más que nunca!
-¡Por qué te has corrido, cabrón!- le dije.
- Y pensar que hasta ahora no había tenido este placer . - dijo Marcos mientras se vestía-. Tío, me tienes que dejar a tu hermana más a menudo
-Lo haré, pero seguramente tendrás que pagar más.
Sara continuaba mamando mi polla, que en aquella posición, no podía hacer nada para sacársela. Mientras tanto Marcos se acababa de vestir y finalmente se fue, dándome las gracias por todo y dejándome solo con mi hermana. Le saqué el nabo de la boca, y acto seguido comenzó a llorar.
-¿Por qué me haces esto?- preguntó entre lágrimas mientras se tocaba su dolorido coño, mirando la sangre de entre sus dedos.
-¿Cómo que por qué, puta?- le dije con un tono muy serio y amenazador, agarrándola de sus cabellos- ¡Porque soy tu hermano! Y tú debes hacer siempre lo que yo te diga.
-Pero pero esto no - dijo con la cara empapada de lagrimas.
-¿Acaso no te gusta chupármela? ¿No te gusta que te folle?
-Si - respondió Sara tímida y mirando a la pared.
-¡Pues entonces te ordeno a disfrutar cuando te violen, joder!
-Pero -no pudo acabar de quejarse, le metí la polla en su boquita tan rápido que no pudo reaccionar. Durante unos minutos me la follé literalmente por la boca, pero luego ella cogió la iniciativa y empezó a mamármela a voluntad.
Me daba avariciosos lengüetazos a lo largo de mi erecto falo, me la besaba, todo mientras que con su mano me acariciaba mis huevos y con la otra se tocaba su coño recientemente violado, que empezaba a empaparse poco a poco.
Pocos minutos tardé en correrme, a causa de la increíble mamada que me propinaba Sara. La corrida no fue abundante, pero le costó tragársela.
-¿Verdad que te dejarás follar por quien yo quiera?- le pregunté.
-Si, Edu, si- me dijo- Lo haré.