Dominación con estilos propios

Pude haberlo publicado en fantasías, pero creo que está mejor en esta categoría, es que a veces mi imaginación se muestra fértil y surgen estas reflexiones o relatos o como quieran llamarlo, va dedicado a nadie en especial y a todos los que lo lean...

En la mayoría de los relatos de dominación las mujeres y/o los hombres se convierten en seres abyectos que se someten a los más bajos instintos de sus am@s y pierden toda voluntad en función del placer de quien l@s domina.

Hoy quiero que sepas que existe cierto tipo de dominación que quizás para otr@s pueda no parecerlo, pero quien las sufre o las practica, sabe muy bien el placer que se experimenta

Como nos conocimos tú y yo no viene al caso, pero lo cierto es que en muy poco tiempo te convertiste en una presencia indispensable en mis días, mañana, tarde y noche, incluso en la madrugadas; eres tan especial, es tan especial la forma como te metes en la vida de quienes te conocemos, que te bastan pocas conversaciones para hacerte desear con locura, más que eso, te haces amar con una facilidad que asombra; recibes gustosa el amor que te brindan e incluso llegas a dar amor, al menos eso es lo que parece y, sinceramente, si es fingido, solo se sabe cuando lo dices de forma cruda y directa, sin cortapisas ni medias tintas lo sueltas a boca jarro: "No te amé, no te amo ni creo que pueda llegar a amarte jamás…"

Nada puede ser más doloroso para quien se ha enamorado perdidamente de ti, pero antes de llegar a decir eso, ya te has entregado, has consumado el amor o el sexo, no calificaremos eso ahora, de una forma total, con ternura, con frenesí, con una entrega en la cual dejas salir todo el placer, la pasión y la emoción de ese momento y créeme, lo haces tan deliciosamente, que justo en ese instante se consuma también el proceso de dominación que ya habías iniciado y que luego ejercerás a placer sobre quien te ama a muerte

Como la conocí a ella tampoco viene al caso, lo cierto es que una tarde, en su propia oficina, la tuve desnuda sobre el escritorio de su jefe ofreciéndome lo que ingenuamente ella pensaba que era patrimonio exclusivo de su esposo; me hablaba de cómo se había enamorado de mí por la forma como yo la trataba, por mi aspecto físico y mi varonilidad, creo que ese fue el término que usó, pero yo insistí, sin dejar lugar a la más mínima duda, que solo se trataba de sexo: "Olvídate de la palabra amor, eso está prohibido entre nosotros, así que si lo deseas te vistes y olvidamos esto, de lo contrario, entiende de una buena vez que jamás habrá otra cosa que no sea sexo entre nosotros…"

Que yo soy más directo o más sincero que tú, eso sería llamarte hipócrita y no pienso hacerlo, creo que es solo cuestión de estilos, pero los efectos son de una similitud impresionante; ella se convirtió en objeto de mi dominación al igual que yo lo soy para ti.

Colgué el teléfono después de haber recibido tu más reciente negativa a recibir de mí, expresiones amorosas, claro que yo colgué segundos después de que me dejaras hablando solo, me permitirás llamarte siempre y cuando no te hable del amor que siento por ti y yo, sumiso al fin, Tu Sumiso, para ser más exacto, pues solo tú eres capaz de semejante dominio sobre alguien como yo. Me quedé adolorido, dolor que llega a ser hasta físico, terminé mi cigarrillo y levanté el teléfono; ella respondió con su melodiosa voz que se hace acariciadora cuando identifica mi número en el Caller ID: "eres tú mi vida!"; "Si, soy yo y voy subiendo ahora mismo a tu oficina, prepárate…"

Se esmera en satisfacerme con su boca, no he dejado orificio de su moreno y bien formado cuerpo que no haya invadido con mi dureza ya que yo mismo la enseñé a usarlo todo y debo reconocer que lo hace de maravilla. Logra sus orgasmos, como si no estaría tan sometida a mis caprichos que surgen tan de improviso como la tos, pero apenas me desahogo en su cuerpo, comienzo a vestirme mientras ella me colma de besos y agradecimientos por el placer recibido; yo por mi parte, la insto a vestirse de inmediato para evadir esas manifestaciones de amor que me resultan tan incómodas viniendo de ella y que daría mi vida por recibirlas de ti.

Llego a mi oficina y encuentro un mensaje titilando en el Messenger, abro y apenas leo un hola escrito por ti, ya mi dolor se esfuma y vuelvo a ser el amoroso y dominado hombre que se rinde a tus encantos con una sola palabra y empieza el juego de dominación, ese que tan bien juegas conmigo y ante el cual me rindo solo por no perder el contacto contigo.

Pasas de las palabras dulces y mimosas, a los insultos repentinos para luego hacerme ver que es tan solo una de tus acostumbradas bromas y yo, simplemente me alegro que sigas allí a pesar de lo mal que me haces sentir a veces, pero soy tu dominado y no me avergüenzo al decirlo; luego me sorprendes con una llamada telefónica en la cual me llevas al cielo con tu melodiosa y cantarina voz para terminar la conversación de forma abrupta sin tan siquiera un hasta luego, otra vez hablando solo, pienso y me arrecho (todavía soy capaz de arrecharme algunas veces cuando me lo haces) hasta que vuelve a sonar el teléfono y eres tú de nuevo y mi corazón salta de nuevo y mi amor surge de nuevo y mi incondicionalidad hacia ti arrolla a mi arrechera, vuelvo a estar en el cielo por enésima vez hasta que se corta de nuevo la comunicación.

Sabes algo?; me gustaría hacerlo de nuevo hoy, espérame

Subo y allí está ella esperándome nuevamente; "que te pasa?", me pregunta, "te noto molesto"; "y lo estoy, me lo hizo de nuevo…"; le contesto y sabe que hablo de ti, pero no le importa, simplemente me ofrece su boca y su cuerpo porque sabe que es lo único que deseo de ella, sabe que mi dominio sobre ella no requiere de maltratos físicos, es peor y más efectivo cuando es emocional y lo acepta, entonces se desparrama cual rosa abierta y me ofrece el solaz que solo una buena sesión de sexo me puede brindar, pero estoy tan molesto contigo que deseo entrar en ella con violencia, la pongo de espaldas y allí, de pie, penetro su trasero sin miramientos, le duele horrores pero ha aprendido a gozar incluso de ese dolor inicial…; "se lo estás haciendo a ella, cierto?"; "puede ser, pero ahora solo muévete y goza porque sé que te encanta cuando vengo impetuoso!"; "claro mi rey, me fascina, anda, dame así mientras piensas en ella, mi amor por ti me permite aceptarte eso y más si me lo pides…", claro que se lo pido, sin palabras pero el pedido es tácito, luego de embestirla con suficiente fuerza como para que se envicie disfrutando con mis ímpetus, la hago recibirme en su boca que , golosa como siempre, no desperdicia ni una gota del néctar que alimenta su "amor" por mí; "tranquilízate mi rey, ya te llamará de nuevo, no te preocupes…"; y yo me voy tranquilo a esperar nuevas comunicaciones contigo porque, desde aquella vez, nunca más hemos tenido contacto físico, no es necesario, tu dominio se materializa aún en la distancia y yo lo acepto como ella acepta ser dominada por mí; la diferencia sigue siendo de estilos, tu dominas con una sutileza que lastima y al mismo tiempo acaricia, yo al contrario, domino de forma directa y sin tapujos, ella lo acepta o se pierde del placer que solo yo le hago sentir, modestias aparte, disculpa, pero son palabras de ella, no mías.

Me has contado del dominio que ejerces sobre otra persona y nos hemos reído a mares al darnos cuenta que estás usando mi estilo en este caso tan singular, incluso me he sometido al dolor de saber que otro hombre ocupa tu atención y tus sentimientos, pero lo acepto como ella acepta mis sentimientos por ti, por algo nos asumimos dominados, ella por mí, yo por ti, los nombres no tienen importancia.

Después de esto, quien desea someter a maltratos físicos o caprichos aberrantes a otra persona, el placer que tú yo sentimos al saber que podemos dominar de esa forma tan especial, es mayor a cualquier otro, es que nos parecemos tanto!...

La pregunta que me surge ahora es: quien te domina a ti y de que estilo se sirve?, porque todos, sin excepción de personas, somos dominados por alguien, solo espero que su estilo no sea la violencia porque ya de eso tenemos suficiente en otros relatos de dominación que ambos desechamos leer justamente porque carecen de estilo, o no?