Domenica y Nicole

A los pocos minutos de sentirla en mi llegue al que sería uno de los mejores orgasmos de mi vida, el primero de muchos que tendría a su lado.

CAPITULO 2

Como toda pareja también teníamos peleas pero las superábamos y las reconciliaciones eran muy buenas. Dome ingreso al equipo de futbol del colegio, sus entrenamientos eran por la tarde de modo que teníamos menos tiempo para vernos y esto hizo que nos distanciáramos un poco y que descubriera que yo era una persona un poco celosa.

Dome: Mi amor ayer ganamos el partido- me lo contaba con una sonrisa en su rostro de esas que desarmarían a cualquiera.

Yo: En serio mi vida? Y a cómo quedaron?

Dome: 4-1 y Alejandra metió un gol, que me dedico.

Yo: Alejandra??? Quien es Alejandra?- pregunte mientras me hervía la sangre.

Dome: Ahhh… no te he contado Ale está en el equipo y nos llevamos muy bien.

Yo: ummmm ya. –me levante del sillón deshaciéndome de su abrazo.

Dome: Mi amor que pasa?

Yo: -Lance el típico- Nada.

Dome: Estas celosa? – sonreía y se acercaba a mí.

Yo: No. Celosa yo? Cómo crees? –quería asesinar a esa tal Ale.

Dome: Ven. – estaba a centímetros de mis labios. Me beso dulcemente. Yo estoy contigo. Te adoro.

Yo: estás conmigo? Que somos Dome? –estaba cansada de pensar que solo era su mejor amiga.

Dome: yo soy tu novia y tú la mía. –volvió a besarme.

Dejamos de besarnos porque escuchamos que la puerta de su casa se abrió. Nos asustamos mucho. Debíamos tener más cuidado.

El tiempo continuo pasando y mi relación con Dome iba mucho mejor. A ella le encantaba la naturaleza, la música, la moda, la gastronomía, los libros, la F1 y los torneos de la champions league.

Nuestras citas eran en centros comerciales, tomando helado o en su casa viendo tv o simplemente conversando. Dome era una persona intelectual y esto era algo que me encantaba en ella. Siempre podíamos hablar de cualquier cosa y yo jamás me aburría de escucharle. Me gustaba mucho más cuando la veía leer. Era claro que me estaba enamorando más y más de ella.

Decidí que era tiempo de que conociera a mi familia y la invite a mi casa. Era la primera vez que traía a alguien por lo que fue difícil que la aceptaran al principio pero Dome era una buena persona y se ganó a mi ma en cuestión de días. Esto me hizo muy feliz, mi mami es la persona más importante en mi vida y Dome también lo era, que las dos se llevaran bien era importante para mí, creo que incluso la llego a querer más que a mí. jeje.

Una noche Dome se quedó a dormir en mi casa, bueno en realidad dormimos en el patio, armamos una de esas carpas para acampar. Comenzamos a besarnos primero suavemente y luego con pasión, profundizábamos los besos con nuestras lenguas. Empecé a besar su cuello mientras le acariciaba la cintura, eso la estaba excitando podía sentirlo en su respiración que con cada movimiento de mis manos se agitaba más.

Dome: Amor, bésame –susurro en mi oído.

La bese con pasión quería decirle en ese beso cuanto la deseaba. Lentamente comencé a subir su blusa, la retire con cuidado, como estábamos con ropa de dormir no llevaba brasier, sus pechos quedaron a mi disposición, tenía unos senos hermosos no eran ni pequeños ni grandes, del tamaño perfecto, blancos como el resto de su piel adornados por unos pezones café claro con un tono rosa en el centro. Simplemente perfectos. Me acerque a besarlos por completo sin dejar ni un solo centímetro sin un beso llegue a pezón y mi lengua quiso sentirlo. Su piel se erizo al contacto y sus ojos se cerraron, hice lo mismo con el otro y subí a besar sus labios. Ya extrañaba el sabor de su boca.

La seguí besando, baje por su cuello, bese la mitad de sus senos, fui trazando un camino de besos hacia su abdomen me detuve en su ombligo, bajé un poco más y me topé con su pantalón que me estorbaba, lo baje con lentitud, no quería que este momento terminara pronto. Lo baje hasta sus rodillas y bese sus muslos retire por completo su pantalón mientras la besaba. La amaba tanto aunque no se lo había dicho, mi corazón gritaba que la amaba y quería demostrárselo, le haría el amor con calma haciéndola sentir amada y segura en mis brazos.

Imponiendo el peso de su cuerpo se colocó sobre mi besándome con deseo, su lengua jugaba con la mía, recorría con la yema de sus dedos mi cintura subiendo sus manos al inicio de mis senos pero no los tocaba y eso me estaba desesperando, tenía control sobre mí, ella lo sabía y le encantaba tenerlo.

Yo: Amor por favor. –suspirando.

Dome solo sonrió, con la sonrisa más sexy que he visto y que solo ella podía ofrecer. Me retiro la blusa y se quedó observándome, note que no sabía qué hacer y la verdad yo tampoco, era la primera vez para las dos, nos dejamos llevar por el instinto, me desnudo por completo.

Dome: Te he dicho que me encantas?

Yo: Si, todo el tiempo.

Dome: Jaja modesta.

Era mi turno de hacerle sufrir un poquito. Yo también tenía mis trucos.

Retire la última prenda que la cubría y deslice de arriba abajo la yema de mis dedos en la entrada de su zona hermosa, me mantuve así varios minutos mientras la besaba y masajeaba su clítoris en círculos y lo apretaba despacito, sus gemidos iban en aumento y sus líquidos mojaban mis dedos, estaba muy excitada podía sentirlo.

Dome: Mi amor ya….- me abrazaba con fuerza.

Yo: Ya que mi vida? –disfrutaba que me rogara.

Dome: Entra.

No me hice esperar más, pero como era nuestra primera vez tenía miedo de hacerle daño. Introduje un dedo con algo de nervios, sentí esa débil telita que dividía a la niña de la mujer que yo estaba descubriendo y la presione despacio. Mi amada se aferró más a mí y soltó un leve suspiro, me quede así un momento quería que su cuerpo se acostumbrara a mí, cuando note que se relajó y sus caderas empezaron a moverse buscando más contacto introduje un segundo dedo. Su espalda se arqueo y sentí como las paredes de su precioso ser atrapaban mis dedos, luego de un pequeño grito que apague con mis besos su cuerpo se tensó indicándome que había llegado a un orgasmo.

Me recosté junto a ella para descansar un poco, ella acomodo su cabeza en mi pecho y la abrace.

Yo: mi amor estas bien? Te he lastimado? –estaba un poco preocupada.

Dome: no mi amor que dices? Jamás he estado mejor. –dijo esto y se incorporó quedando sobre mí.

Dome: mi turno.

Yo: mi vida no es necesario. –no me dejo terminar ya estaba acariciándome.

A los pocos minutos de sentirla en mi llegue al que sería uno de los mejores orgasmos de mi vida, el primero de muchos que tendría a su lado.