Doctora o Arcangel? (Capítulo 1)

Hola a tod@s nuevamente. Aquí entrego un nuevo relato, un poco de ciencia ficción y amor. Espero les guste y lo disfruten Subiré capítulos cada domingo.

CAPÍTULO  1

Hoy se supone debía ser uno de los días más felices de mi vida, después de cuatro largos años volvería a la universidad y continuaría mi carrera, sin embargo solo los recuerdos ocupaban mi mente y lograban revivir mi pesadilla una y otra vez. Hace cuatro años se había borrado mi sonrisa a pesar de haber tenido la oportunidad de volver a este plano, a pesar de tener todo a mi disposición, a pesar de poder hacer lo que cualquier ser humano en este planeta no podría, nada remplazaría lo que un día la vida misma me quito.

-          ¿April estás ahí? -  Pregunto George

-          Aquí estoy George – afirme  mirando hacia el infinito a través de la ventana.

-          ¿Estas Asustada?

-          Es complicado, no lograré adaptarme, todo es tan diferente ahora, no percibo la vida de la misma manera que antes.

-          Es falta de costumbre, a todos nos pasa al comienzo April, pero te irá bien, solo intenta abrirte al mundo, recuerda que estamos aquí porque fuimos asignados para cumplir una importante misión en este plano, así que llegó la hora de empezar.

-          Y si alguien se da cuenta.

-          Lo dudo April, ellos son poco detallistas, yo llevo más de 30 años y nadie lo ha notado, y bueno si alguien lo notara seguramente no te creería-  asintió el chico rubio con una dulce sonrisa en sus labios.

Maneje durante dos horas para llegar a la universidad, al entrar me di cuenta que de alguna manera George mintió, seguramente ya estaba acostumbrado a ese mundo. La gente me miraba con mucha curiosidad, es inevitable que nos miren y traten de acercarse y entablar amistad, y a pesar de que la mayoría de mis hermanos estaban dispuestos a relacionarse con las demás personas, a mí me era casi imposible. Tome el ascensor y subí al tercer piso del gigantesco edificio, allí quedaba la facultad de medicina, no reconocí a ninguno de mis compañeros con los que entre a la carrera, seguramente muchos de ellos ya se habían graduado y otros ya estarían trabajando o incluso realizando estudios de maestrías y doctorados, me sentí un poco frustrada ante esa idea. Sin embargo era paradójico pensar que en este punto yo sabía incluso mucho más que un PHD, me habían sido otorgados los dones de la comprensión total e irónicamente el de la sanación.

Cerré los ojos un instante  y pude revivir la pesadilla nuevamente, el auto cayendo, mi madre gritaba al volante y mi padre nos abrazaba a mí y a mi hermano menor para protegernos…

-          Buenos días-  saludo la docente de la materia. Mire a mi alrededor y todos los estudiantes  estaban sentados charlando unos con otros, mientras yo seguía sola en el último puesto de atrás. Mi mente estaba ausente, pues todo lo que decían en clases ya lo tenía más que aprendido, era como estar viendo una de esas películas que repiten miles de veces en Tv y ya te sabes hasta los libretos, por lo cual el tiempo se hacía eterno más de lo que ya era a diario.

-          Señorita Koffman quizás quiera compartirnos  el origen de la patología que hemos venido enunciado a lo largo de la clase- Exigió la docente.

Estaba tan perdida en mis pensamientos que sin querer puse mi profunda mirada sobre sus ojos y en un instante comencé a sentir su nerviosismo, pronto recordé que mis ojos podrían delatarme y retire la mirada y conteste serenamente, la explicación fue tan completa que ella pensó en exonerarme del examen final, aunque me negué rotundamente. Finalizó la clase  y todos los estudiantes salieron dedicándome algunas miradas de asombro. Tome mis cosas y me dispuse a retirarme, al salir escuche a la docente hablando por teléfono sin querer.

-          AMORRR… salio POSITIVOOOO vamos a ser papas mi amor- decía  con mucha efusividad en la llamada- … Ahhh entiendo que estas ocupado, bien solo quería compartirte la noticia…. Ok.. no no espera es que… Lamento haberte interrumpido amor, Te amo mucho, nos vemos en la noche… Si.. lo lamento, adiós.

Levanto su mirada y choco con mis ojos nuevamente y de pronto tuve una sensación que hace muchos años no tenía, una sensación de vacío en el estómago, sus ojos eran realmente hermosos, tenían un aire de inocencia y dulzura como jamás había visto.

-          Koffman, la felicito es usted una gran estudiante- Me dijo con naturalidad, pero intentando ocultar la tristeza después de la llamada.

-          Se lo agradezco licenciada ah…- Intente buscar en mi mente su nombre, pero realmente no había puesto cuidado cuando lo menciono.

-          Alexandra, mucho gusto- Extendió su mano. Quería evitar el contacto, ya que le sería fácil percibir que había algo diferente en mí, sin embargo no supe como escapar y debí darle la mano. Note como abrió sus ojos y se quedó casi sin aire cuando toco mi mano, por lo cual deje caer mi cuaderno para poder retirarla rápidamente. Ella se quedó mirándome fijamente, con mucha sorpresa en su expresión y agitamiento en su respiración.- Ohhh Por Dios… eso fue..

-          Un gusto conocerla licenciada- Sonreí de manera amable- Debo retirarme.

Camine rápidamente, teniendo cuidado de ir a una velocidad normal para que no pareciese extraño a las demás personas. Esto de no pertenecer al mundo estaba causándome serios problemas. Quería volver a mi vida de hace algunos años y no tener que pasar por esto. Entre a la biblioteca y me oculte en un cubículo hasta la siguiente clase. Cuando ingrese al salón… Oh no, era ella otra vez.

-          Koffman, parece que nos estaremos viendo mucho este semestre- Sonrió Alexandra.

-          Eso parece licenciada- Conteste con un aire total de seriedad

Después de esa clase todo empezó a tornarse un poco más sencillo, el día transcurrió más rápido y no supe porque, pero después de muchos años tuve esa sensación de querer  volver a entablar una conversación más larga con alguien que no fueran mis hermanos.

Conduje hasta la casa y llegue con una semi sonrisa a casa.

-          April!... Que hermoso es ver esa sonrisa en tu cara

-          Hola Andrew como estás

-          Bien y tu?

-          Bien… y George y Diane donde están.

-          Fueron a ver una película a cine, estaba de estreno

-          Ah.. Genial… Debo realizar algunas actividades Andrew te veo luego

-          April, percibo una energía tan diferente en ti.- Bromeo y me abrazo con fuerza exagerada

-          Si fuera una humana común y corriente hubieras roto mis huesos tonto

-          Jajajaja Me encanta el ánimo con el que llegaste niña extraterrestre.

-          Jajajajaj eres un bobo… Te quiero

-          Yo a ti April, ya verás como todo comienza a mejorar.- Asintió mi hermano con una sonrisa que derretiría al más duro e insensible humano.

El siguiente día en la facultad fue mucho mejor, tuvimos dos prácticas hospitalarias y los docentes felicitaron mis habilidades, lo cual me hizo sentir feliz conmigo misma y con mi entorno físico. Pronto salimos a la hora de almuerzo, y aunque no necesitaba alimentarme, debía hacerlo para no parecer sospechosa. Sonreí ante la idea, puesto que la situación era muy similar a la de aquel libro que todo el mundo odio en una época; crepúsculo, la historia de una familia de vampiros, solamente que esta era la realidad y bueno, yo no era exactamente un vampiro,… Pedí una gran ensalada de frutas y deguste todos los sabores de las frutas como hace mucho tiempo no lo hacía.

-          Koffman que bueno verte!- Saludo Alexandra con entusiasmo

-          Doctora buen día

-          Puedo sentarme?

-          Por supuesto- Hice un ademán para que se sentara en frente mío. Miro mis ojos y logre sentir nuevamente ese vacío en el estómago. Por andar hundida en mis pensamientos no había notado lo hermosa que era. Sus ojos color café claro me producían una sensación de bondad y pureza que normalmente no se percibían en los seres humanos.

-          Sabes una cosa Koffman hace mucho tiempo no veía comer a alguien como lo haces tu- me dedico una sonrisa

-          Cómo?- Pregunte confundida

-          Es como si nunca hubieras comido, pareces un niño pequeño probando cosas nuevas.

-          Ahh… me encanta degustar los sabores de las cosas, no entiendo como puede ser tan normal para todo el mundo.

-          Y… Luego debería ser extraño Koffman?- Pregunto algo confundida Alexandra

-          Me puede decir April, si gusta licenciada -  Sugerí intentando cambiar el tema

-          Y tú me puedes decir Alexandra y no licenciada… porque…- Se paró rápidamente de la mesa y salió corriendo. No sé por qué razón me asuste y salí corriendo tras ella hasta llegar al baño. Vomitaba sin control, tanto que no me pude contener y puse mi mano sobre su espalda e instintivamente dejo de vomitar.

-          Como hiciste eso Koffman- Pregunto sorprendida Alexandra

-          ¿Que cosa?

-          Ya lo he sentido dos veces… Es como una sensación de  tranquilidad y alivio inmediato… No sé es tan raro.

-          Ahh?.. no lo sé supongo que las enzimas que su cuerpo produce por el embarazo la hacen más sensible a algunas cosas – Dije esperando que no buscara indagar más.

-          No lo creo… Pero ahora no lo quiero discutir, quisieras por favor ayudarme, creo que me voy a desmayar- Yo podía controlar perfectamente mis emociones, pero simplemente con ella no me fluía ese control y por ello entraba en crisis a cada rato.

Pase uno de sus brazos por encima de mi hombro, me daba miedo lastimarla, pues yo era mucho más alta que ella y muchas veces no tenía un control sobre la fuerza que podía ejercer a algo o en este caso a alguien. Sentí como si una pluma se hubiese posado en mi hombro y si no hubiera sido por la concurrencia de gente hasta la hubiera alzado con total naturalidad, sin embargo recordé que debía ser discreta y trate de desdibujar mi rostro como si ella pesara toneladas, tanto así que algunos chicos rápidamente me ayudaron a cargarla hasta enfermería.

Llegamos rápidamente a la enfermería de la facultad y tuvieron que llamar una ambulancia porque  que no respondía ante los estímulos que realizaban los médicos. Nuevamente sentí ese descontrol y ese sentimiento desmedido por ayudarla, pero sabía que debía ser muy prudente y no delatarme tan fácilmente. Llegue a casa en las horas de la tarde totalmente confundida respecto a lo que debía  haber hecho con Alexandra.

-          Sucede algo?

-          George, no te sentí

-          Mmm...- dibujo una sonrisa incrédula en su rostro- se supone que debería creerte?

-          Jajajaja, quisiera que si

-          Cuéntame que paso

-          George no he entendido exactamente qué es lo que debo hacer, y eso genera confusión y descontrol en mis emociones.

-          Tranquilízate un poco April- Puso su mano en mi hombro y sentí como volvía a tener mis pensamientos claros – Eres joven aún, han  pasado solo 5 años después del accidente, tu sabes que para nosotros ese tiempo es como un nano segundo en nuestra vida. April nuestra misión es ayudarlos a ellos, hacer que su vida sea provechosa, que logren acoplarse los unos a los otros, que se amen, que cuiden su entorno. Eso es lo que debemos hacer.

-          Todo era más fácil cuando era solo una chica que estudiaba medicina.

-          Lo sé, también para mí fue difícil, pero te aseguro  que no es imposible.

-          Pero si nuestra misión es ayudar, porque ellos no pueden saber lo que somos, no los vamos a matar.

-          Si pueden April, de hecho deberían, pero eso significaría un descontrol social y una persecución científica para saber de que estamos hechos, y eso no es algo que ellos deban saber. No están preparados para afrontar esa información, sin embargo si alguien lo sabe, lo acepta y sabe mediar con ello, está bien, no vamos a desaparecer por eso. Solo procura no enamorarte de nadie.- dijo con una sonrisa tierna y al mismo tiempo entristecida.

-          Ehh??...- abri los ojos de manera sorpresiva y el miedo volvió a mí- pero…

-          April ellos no  son inmortales, y sufrirás cada vez que los veas morir.- De pronto entro en mi un sentimiento de odio por mi vida y  por todo lo que eso significaba.

Me encerré en mi habitación a meditar un par de horas, hubiera preferido morir en aquel accidente. Esto era absurdo, ojalá fuera una pesadilla, amaría que amaneciera y me despertara siendo humana otra vez, oyendo lo gritos de mamá para despertarme, papá alcahueteándome todo, mi hermanito brincando por todas partes. Desgraciadamente cuando tienes las cosas no sabes valorarlas, hasta que desgraciadamente las pierdes. Por un momento Alexandra apareció en mi mente de nuevo, me preguntaba como estaría.

Esa noche no me la pude sacar de la cabeza, y fue más tormentoso porque nosotros no necesitamos del sueño, aunque si podemos dormir plácidamente, pero esa noche no quise ni siquiera intentarlo, su rostro se me quedo metido en mi cerebro, como si hubiera pegado una fotografía de ella allí.

-          April  que haces despierta a estas horas

-          Diane!- Sonreí ante su delicada y dulce voz

-          Veo que estas muy pensativa

-          Vaya, veo que me faltan siglos de experiencia para no dejar ver todos mis sentimientos en mi cara

-          Jajajaja, no digas bobadas April, ya vas a ver que después de un tiempo te acostumbraras y todo será más sencillo.- Dijo con su entusiasmo característico

-          Diane, estoy confundida

-          Oh vaya! Y que o quien te tiene así?

-          Es  mi profesora de Patologías y de… la mitad de mis materias- Diane dibujo una enorme sonrisa en sus labios y me miro con expectativa.

-          Vamos no me mires así, es una chica

-          Somos arcángeles April, no tenemos preferencias sexuales, nos podemos enamorar de un hombre, de una mujer, de un transexual, o incluso podemos elegir estar solos.

-          No estoy enamorada Diane!

-          No lo estoy diciendo April- Me sonrió con picardía

-          Jajajaja, no seas tonta.- me quede vacilante un momento- Te has enamorado alguna vez Diane?

-          Claro que sí, dos veces, la primera vez de un chico muy lindo, pero no duro mucho, ya que no nos entendimos, y la segunda vez, me enamore hasta los huesos de una mujer, la ame con locura, pero al paso de los años ella se dio cuenta que yo no envejecía y…- Por primera vez vi como Diane perdía el control de sus emociones- intente explicarlo April… pero- Se desarmo en llanto y dolor

-          Ohh Dios, ven aquí- Abrace a mi hermana como nunca y sentí su dolor como mío- si quieres dejemos el tema hasta aquí.

-          No te preocupes, me agrada contarte mis experiencias, me gusta que tengas un referente para tu vida y que entiendas que sentir dolor hace parte de la humanidad, así no seamos humanos como tal…. Sabes April es muy bueno que estés decidida a  tener un cambio en tu vida… Eres rápida, solo ha pasado un día- Bromeo

-          Jajajaja lo sé. Es difícil, pero quiero intentarlo

-          Bueno te sigo contando… Nosotras duramos unos 12 años juntas, y cuando ella se dio cuenta que aún parecía una jovencita de 20, intente explicárselo, pero ella creyó que yo estaba loca, que mi apariencia debía tener otra razón, no pudo con la información y con el tiempo se alejó de mi hasta que terminamos.

-          Ohh ya veo, ahora entiendo lo que me decía George de no enamorarse

-          Bueno la historia de George es un poco más compleja.

-          Ya lo creo…. Diane sabes qué pasó con ella?

-          No la verdad, tuvimos que venirnos para este país, porque sabíamos que eras la próxima y no queríamos sacarte de aquí, hasta que estuvieras lista para moverte de lugar.- Abrí los ojos y la mire muy sorprendida

-          Oh Dios, he estado tan ausente, que me he perdido de muchas cosas que ustedes han hecho por mi

-          No te pongas mal April,  nosotros nos sentimos muy contentos de integrar alguien a la familia y haríamos lo que fuera para que estés bien.

-          Diane, porque no podemos convertir a otros en Arcángeles?

-          Bueno en realidad, en nuestra especie existe un mito, pero es solo un mito

-          Dime cual es! – pregunte curiosa

-          Pues se rumora que un día va a llegar un arcángel un día con el don de “convertir” seres humanos en ángeles.

-          ¿En ángeles?, pero nosotros somos arcángeles

-          Sucede que así como la estructura de los humanos es jerárquica, la nuestra también. Nosotros somos Arcángeles y somos los más cercanos a la corte celestial, los ángeles están por debajo de nosotros y la misión de ellos es cuidar a los seres humanos, mientras que nosotros además de cuidarlos, debemos proteger su especie, y ayudarlos tanto a los humanos como a los ángeles.

-          Ohhh ya veo… Y entonces porque solo un Arcángel puede hacer esta conversión.

-          Porque solamente ese arcángel, va a ser capaz de discernir aquellos seres humanos que  podrían pertenecer a nuestra “especie”

-          Wow- Exprese con asombro

-          Solo es un mito April, llevo 80 años esperando que pase eso- Afirmo con algo de enojo e ironía.

-          No sé porque no te comportas como una abuela, pareces una adolescente

-          Jajajajajajaja, - se revolcó de risa en mi cama- Nosotros tenemos adaptabilidad al cambio de acuerdo a nuestra edad, mi edad cronológica es de 100 años, pero la edad en la que fui escogida fueron los 20, por eso siempre me comportaré como una de 20 en el medio que me rodee, pero cada año que paso adquiero más experiencia, más conocimientos y mucha más paciencia para seguir llevando mi vida sin dificultades. Tu eres un bebe aún.

-          Ja ja ja, que graciosa

-          Jajajajajajaj te  quiero linda, y ahora te dejo porque ya va a amanecer y debo terminar de alistar algunas cosas para ir a trabajar

-          Yo también te quiero Diane, gracias, no te imaginas lo bien que me hiciste sentir- Sonrió dulcemente y me dio un beso en la frente.

Al llegar a la universidad, me quede dentro del auto, seguía nevando fuertemente. Nuevamente llego a mi mente la imagen del auto cayendo y me llenaba de rabia y dolor por no haber podido hacer nada, a veces maldecía el hecho de que hubiera sido yo la que quedo viva. Trate de controlar mis sentimientos y entre a clases y ahí estaba mi hermosa maestra, verla me hizo sonreír y controlarme un poco. Al finalizar la clase Alexandra se quedó sentada en su puesto, medio vacilante, medio triste y pensativa.

-          ¿Licenciada se encuentra bien?

-          April!, qué bueno verte

-          Pero si estuve todo el tiempo en su clase- Afirme agraciada

-          Es que te sientas  tan atrás que ni puedo verte.

-          Si usted quiere me hago adelante en sus clases

-          Pues si tú quieres, porque yo no tengo ninguna autoridad moral para exigírtelo, más aún cuando pienso que estás mejor preparada que yo para dictar una clase de estas.

-          Jajajaja no cree que exagera un poco?

-          No, en realidad eres tan brillante April, ojala todos los estudiantes de medicina se prepararan tanto como tú. Me imagino que no debes ni dormir estudiando como loca.

-          Mm si claro… no duermo de tanto que estudio- dije sarcásticamente.

-          Te gusta esta carrera, verdad?

-          Sí, me trae los mejores recuerdos

-          Ah? A que te refieres, si aún la estudias

-          Ah es que yo pedí reintegro a la institución

-          Estuve 5 años ausente

-          Y como es que te admitieron luego de tanto tiempo?

-          Presente examen de conocimiento.

-          Ahh ok-  en ese instante sonó su celular- Permíteme un segundito

-          Tranquila doc, siga

-          Alo… Hola mi amor! Como estas… Ayy Eduardo, porque eres así, desde la semana pasada que te dije que era hoy……. Pues claro pero…. Déjame  hablar…. Amor cálmate- Podía oír como su joyita de marido la gritaba por teléfono. Vi como comenzaron a rodar lagrimas por sus mejillas.- Bueno, está bien, perdóname por molestarte, yo voy sola…Nos vemos en la noche, te amo…..Alo?...- De repente deje fluir mis sentimientos y sentí un tanto de odio por el esposo de Alexandra, como hace años no sentía por nadie. Después que colgó, ella no quería mirarme, se quedó de espaldas a mi sin pronunciar palabra, aun así yo podía sentir su tristeza.

-           Licenciada está bien?

-          Si April- logro articular forzadamente

-          Yo no lo siento asi- Dije algo temerosa

-          Ahora resulta que puedes sentir lo que yo- afirmo con algo de rabia

-          No sabría cómo explicarlo, pero sí.

-          PUES NOOOO NADIE PUEDE ENTENDER LO QUE SIENTOOOO… NADIEEE.- me grito girándose hacia mí, con su rostro totalmente rojo y los ojos llenos de lágrimas.

Sin pensarlo dos veces la abrace, notando que al principio se resistió un poco, sin embargo cuando mi piel entro en contacto con la suya se calmó inmediatamente y se quedó totalmente aferrada a mí, en ese momento logre sentir su tranquilidad, su alivio, pero al mismo tiempo su intriga, sabía que ya no había marcha atrás, y que de aquí en adelante las preguntas incesantes de su parte me atacarían hasta que lograra saber la verdad sobre mí.