Doble Vida 4

Luego de unos días en que tenia noción del tiempo ni de mi misma, cai esclavizada por la persona que menos esperaba

DOBLE VIDA

4ª PARTE

Vestida de colegiala de 15 años, salí, cuando el taxi llego a la puerta edificio. Menos mal no me tope con nadie. El chofer casi se infarta cuando me vio así y le dije que iba a una fiesta de disfraces, que otra cosa podía decirle. Como había poco transito llegue enseguida. Pague al taxi y me acerque a la puerta del hermoso chalet. Antes de tocar timbre, cumplí con un ritual mío, respire hondo. Accione el timbre, esperando me atendiera el tipo que me contrato, porque si me atendía otro no sabia por quien preguntar. Salió un tipo de unos sesenta y pico de años y yo me quede, no sabiendo por quien pedir. Este hombre era el mayordomo, por la vestimenta que traía.

MAYORDOMO: Ud. es Paula?

PAULA: si Sr. disculpe no se por quien debo preguntar, no me lo han dicho, espero sea acá.

MAYORDOMO: si Srta. Es aquí. Me dijeron la condujera a la habitación, que se pusiera cómoda y esperara acá.

PAULA: bien Sr.

MAYORDOMO: le informo que todo el chalet tiene aparatos de filmación, incluida la piscina. Puede utilizar el baño en suite si lo desea. Enseguida esta con Ud., la persona que la convoco. Ella le indicara por los sitios de la casa que puede caminar.

Me senté al borde de la cama, ya que pensé que antes de desnudarme en el baño, querría verme de colegiala, para eso pidieron que viniera vestida así. Sentada en la orilla de la cama me dedique a contemplar toda la habitación. Era enorme, con una cama matrimonial en el centro de la habitación. Dos mesas de luz, una a cada lado y sobre la pared derecha un enorme placar. Sobre la izquierda nada. La cama era mullida y con sabanas de seda y con un cobertor rojo que quedaba hermoso. La cabecera y los pies de la cama eran de hiero forjado dorado. Espejos en el falso techo de la cama, mostraba todo en detalle. Espejos varios por toda la habitación, además de las cámaras que había dicho el mayordomo. Sobre la cabecera un aparato manual al alcance de la mano de quien estaba acostado. Mire y tenia muchos botones. TV, FM, varios de luces y otros que no alcance a ver, porque escuche pasos en el pasillo. Pensé quien seria el misterioso personaje dueño de todo eso, del hotel y vaya uno a saber cuantas cosas mas.

Debería tener mucho dinero para poseer todo eso. Mire la manija de la puerta que bajaba y la puerta se abría. Entro el mayordomo y me informo

MAYORDOMO: ya viene Srta., me ha dicho que yo me retirase si Ud. no quiere nada más

PAULA: esta bien así, gracias Sr.

MAYORDOMO: bien, que tenga buenas noches Srta. ,

PAULA: gracias Sr.

La puerta se cerro, pero en segundos se abrió nuevamente. Cuando vi quien era me quede paralizada. Enfundada en una salida de baño, había estado en la pileta, parada frente a mí, la mismísima Madama Bru. De momento quede muda.

MADAMA BRU: soy la que te contrato. Estas hermosa vestida de colegiala

PAULA: (no podía salir de mi asombro y balbuceando dijo) mme sorprendió Sra.

MADAMA BRU: esperabas un hombre verdad?

PAULA: si Sra., por lo general son hombres salvo en tríos. Y menos pensaba en Ud. Sra.

Acercándose a mí y tomando con su mano mi barbilla.

MADAMA BRU: no temas, vas a estar bien conmigo. Estas temblando, relájate. Y dime Madama Bru o Madama

Mientras me hablaba tocaba mi cuerpo. Desabrochaba una parte de mi camisa de colegiala

MADAMA BRU: tranquila, eso, así no voy a comerte, solo gozarte. Hace casi un mes estoy trabajando en ti, en tu mente y cuerpo, para traerte.

Esa mirada me turbaba y la seguridad en actuar y hablar me ponía más nerviosa. No podía articular respuestas. Las pensaba pero no podía expresarlas.

MADAMA BRU: quieres un relajante

Negué con la cabeza nerviosamente.

MADAMA BRU: (hablándome al oído suavemente) sabes que harás ahora? Iras al baño, te desnudaras, bañaras y vendrás acá, tal cual vinistes al mundo. Lleva este reloj y lo pones sobre el estante del botiquín. Tienes 10 minutos para estar frente a mí o entrare yo a buscarte. No me gusta esperar. Ah y sácate esa peluca, ven con tu pelo natural. Esta la tiras a la basura en el tacho que hay en el baño. Si?

Solo atine a afirmar con mi cabeza. Me apure para entrar al baño, medesvestí. Tire la peluca, peine con mis manos mi pelo natural rubio y salí faltando dos minutos escasos.

MADAMA BRU: bien has cumplido, acércate

No se porque me sentí avergonzada estar desnuda ante ella, mis mejillas enrojecidas y un poco mojada mi concha. Que me pasa. Que tiene esa mujer sobre mí. Era la del dolor de cabeza y mis desganos. Ella era la causal de todo lo que me sucedía desde que la conocí. Pero si ni siquiera habíamos intercambio palabras entre si.

A un paso de ella me hizo detener con un gesto con la mano. Dio vueltas  a mí alrededor palpando todo mi cuerpo y poniendo sus manos en mis agujeros. Cuando toco mi concha noto que estaba un poco mojada.

MADAMA BRU: veo eres calentona y cochina ya estas mojadita.

PAULA: puede que me haya secado mal Madama, por el apuro

Me dio un cachetazo que me hizo girar la cabeza hacia el otro lado. Un hilillo de sangre broto de mi labio inferior.

MADAMA BRU: no quiero respuestas estúpidas de mis esclavas. Entendido!

PAULA: si Madama

Esclava había dicho, me consideraba ella que yo era su esclava, sin siquiera haberme preguntado si deseaba serlo. Ante mi estupor agrego, como leyendo mi pensamiento.

MADAMA BRU: si, esclava. Es lo que eres a partir de ahora. Esclava de Madama Bru. Cierto!

PAULA: (desorientada y perpleja) si Madama

MADAMA BRU: y como tal debes comportarte. Si no, te aplicare correctivos tan fuertes que vas a pensar dos veces antes de cometer otro error.

Sus brazos bajaron por ambos lados de mi cabeza, bajaron sus manos por mi yugular, recorrieron mis tetas desde su comienzo, hasta donde comienzan las areolas de los pezones. Ahí, ambas manos formaron una tenaza sobre cada pezón. Sus dedos índice y mayor apretaban en extremo los pezones, que hicieron saltar lágrimas a mi rostro. Sus pulgares empujaban la punta como queriéndola insertar en la mama o refregaba con la yema del dedo pulgar, fuertemente la punta erguida de mi pezón. Era un dolor indescriptible y la mire, como pidiéndole clemencia y nada, parecía hacerlo mas fuerte, hasta que caí de rodillas ante ella. Luego salió de la habitación, indicándome no me moviera del lugar. Cuando se fue incline mi cuerpo hacia adelante tratando con caricias calmar el dolor de mis tetas. Yo sabia muy poco o nada de esclavos y amas y por comentarios escuchados por ahí o lecturas de paginas sobre eso, creo debía firmar un contrato aceptando por un determinado tiempo ser esclava. Además estaba el tema de sumisas y esclavas, pero desconocía bien que implicaba una y otra. No era por ignorancia, sino que como nunca me intereso, no sabía. Ahora en cambio estaba implicada y maldije no saber.

Nuevamente se abrió la puerta y entro ella majestuosamente vestida con un body de lycra negro tomado por una tira agarrada a un collar. La tira pasaba por entre la tetas al descubierto, rodeándolas por debajo y bajando hasta unos centímetros debajo del ombligo. Ahí enganchaba las ligas que sostenían la media negras también. La espalda completamente al descubierto.

Tenía las tetas, concha y culo al aire. Todo el cuerpo depilado y maquillado. Sus pezones era renegridos, contrario a los míos marrones claros. Era realmente hermosa la china. Lo que mas me inquieto era la fusta que llevaba en su mano derecha. En su izquierda una carpeta no voluminosa.

Se paro delante de mí abriendo sus piernas, donde a mi alcance podía ver claramente su sexo. Movió la fusta hacia y temí lo peor, el golpe, pero no

MADAMA BRU: abre la boca y sostenla.

Puso la fusta en mi boca, como cual perra llevando un palo jugando. Me dio la carpeta abierta, la que comencé a leer, al tiempo que me indicara la firme. Doblando su cintura hacia mí, con su boca cerca de mi oído espeto

MADAMA BRU: que firmes te dije, no que leas.

Tome la lapicera que había en la carpeta y firme, creo que la despedida de mi libertad. Una vez que firme la saco de mis manos y de mi boca la fusta. Se irguió nuevamente y  dijo

MADAMA BRU: voy a leerte todo, solo pregunta por alguna duda, veré si te contesto.

Me quede pasmada de cómo me conocía, sabia todo de mí, desde mis 16 años, mi noviazgo fracasado, mi carrera de abogada, la muerte de mis padres y hermano, el cobro de la herencia y su inversión. La compra de la peluca y mi inicio de puta fina en hoteles 5 estrellas. Que hoteles, que conserjes, mi noche con el enano. La entrega mía de parte del enano al llevarme  ante ella. Y luego el tratamiento que me aplico mediante, vía el enano, de los polvillos. Todo fue planificado, menos los dolores de cabeza. Sus palabras pasaron explicando todo como si estuviera viendo una película. Cuando termino de hablar me di cuenta que no tuve nunca escape de ella, que había sido seleccionada. Cuando termino me pregunto

MADAMEA BRU: fue así tu vida no?

Derrotada, asentí con mi cabeza que si

MADAMA BRU: tienes permiso para hacerme las últimas preguntas de tu vida, luego de esta reunión no tendrá derecho a preguntar.

Me anime a hacerle preguntas, aunque dudaba si las contestaba.

PAULA: ese contrato que firme de que es, me lo imagino pero no pude leerlo

MADAMA BRU: es el contrato de esclavitud que te liga de por vida, a lo que yo quiera hacer contigo. Tenerte, venderte, prestarte, todo. Me perteneces. Tu cuerpo, mente y alma son míos.

PAULA: (un frio helado corrió por mi cuerpo) porque yo? Nunca la había visto en mi vida, ni a Ud. ni al enano y creo a ninguno de su entorno.

MADAMA BRU: jajaja (esa risa me dejo mas helada aun) porque eres sola, no tienes ningún pariente que pueda buscarte y tu aptitud no fue, precisamente, de tener amigos, al contrario. Bueno ya esta bien, basta de preguntas y menos de preguntas estúpidas como estas. A propósito hoy día 4 es tu cumpleaños no?

Cierto, era mi cumpleaños, pero con todo esto que me estaba pasando lo olvide por completo.

PAULA: si, lo había olvidado Madama

MADAMA BRU: (mirando la carpeta) 24 años, mira que tienes una larga vida de esclava. Tengo para ti dos regalos, espera.

Se dio vuelta y fue hacia la pared, corrió un cuadro y debajo había una caja fuerte empotrada. La abrió y puso a carpeta en ella y saco un sobre. Cerró y volvió hacia mí.

MADAMA BRU: esto es como un anillo de compromiso de por vida.

Saco un collar de perra, rosa con una chapita y mi nombre. Dio vuelta la chapita y decía “propiedad de Madama Bru”. Lo coloco en mi cuello y lo cerró. Paso su mano por mi cabello rubio.

MADAMA BRU: tienes un hermoso cabello rubio, muy solicitado en mi ambiente. Lo dejare crecer y veré luego que hacer.

Al estar a mi espalda no la vi adonde ni que hacia. Trajo una pequeña botella de champaña y una copa. Se puso delante mío, se sirvió la copa, alzo su mano.

MADAMA BRU: brindo por tu cumpleaños, ojala estés muchos años conmigo.

En su otra mano tenia la botella con lo que quedaba. Tomo la copa de un sorbo y lo de la botella lo derramo sobre mi cara. Tenía sed y con mi lengua lamí las gotas que pasaban por ahí. Luego dejo la copa y la botellita sobre una mesa. Luego volvió hacia y se paro de la misma forma de antes.

MADAMA BRU: pobrecilla mi esclava, debes tener sed.

Dije que si con la cabeza.

MADAMA BRU: y querrás tomar algo no es así?

Volví a asentir. Ella me tomo del pelo de mi nuca y tiro hasta su concha, donde empezó a orinar encima de mi cara. Por más cerrado que tuviera los ojos y mi boca algo trague de ese liquido caliente y oloroso.

Me llevo al baño a darme una ducha. Cuando esta limpia y seca me llevo de los pelos al dormitorio e hizo subir a la cama.