Doble Vida 1ª

Por el sexo y el dinero cambie mi forma de vivir

DOBLE VIDA

1ª PARTE

Mi nombre es Paula, 32 años, soltera, rubia con el pelo bien cortito, ojos verdes. Muy buen lomo, al decir de amigos y conocidos. A los 16 años estaba de novia con Juan. Él fue mi primer hombre. Lo ame con todo mi ser, era feliz con él. Fue mi gran amor y mi maestro sexual. Pero un día me dijo adiós y se marcho, sin entenderlo, detrás de otra. Yo ya tenía ya 18 años y me dejo mal separarme de él. Me dejo mal y llore un tiempo su ausencia. Un día me dije basta y me dedique a estudiar, lo que siempre ambicione, abogacía. Solo me dedicaba a eso y a formar un escudo delante de los otros. No quería volver a pasar lo vivido con Juan. Entonces me encerré en un caparazón que realmente no tenía y a vivir sin escrúpulos.

Al tiempo, 23 años, me recibí de abogada, justo el día que mis padres y mi hermano murieron en un accidente. Cobre una muy buena herencia y vendí la casa, para romper con un pasado hermoso. Compre un departamento de tres ambientes y otro de 2 ambientes. Me instale en el departamento grande y luego decore el más chico. Me dije que era hora de vivir una vida plena.

Puse un estudio como abogada penalista y era muy buena, se veía, por como fui incrementando mi clientela. Estos pagaban los altos honorarios apenas tomaba el caso. Sabían que los sacaba en libertad o una condena mínima. Mi clientela eran los llamados piratas del asfalto, ladrones de alto vuelo, narcotráfico y alguno que otro crimen pasional. No aceptaba trabajos de ladronzuelos de poca monta y en caso del crimen pasional, sacaba una buena tajada de dinero. Estaba muy bien considerada  por el hampa y me conocían y respetaban llamando Sra., boga, etc.

En tribunales con mis colegas era distinto, a espaldas mías hablaban, maldiciendo si tomaba la defensa de un caso en contra de alguno de ellos. Sacando en los estrados no tenía relación con nadie. Burlonamente me había puesto varios apodos a mis espaldas. Tales como: malparida, guacha, yegua y cien más que no vienen al caso.

De mi vida privada nadie podía decir nada, pues rechazaba ofertas de salir, tanto de hombres como de mujeres. Separe bien la parte laboral a la privada. Sexualmente estaba muy bien. Nunca deje que me eligieran, yo era la que elegía, tanto mujer u hombre. Para ello tenia el departamento de dos ambientes. Hubo una excepción  en que deje me eligieran. Era una mujer que conocí en un juicio, defendía a su hermano por drogas y lo saque. Todo el tiempo que duro el juicio, esta mujer quería llevarme a la cama y yo me negaba sistemáticamente. Tenia dinero y sacamos a su hermano y cuando se despedía de mi, insistió conmigo.

PAULA: mira que eres insistente, parece que no entiendes que no tengo interés contigo

ELLA: es que nunca estuve así con ninguna mujer. Eres hermosa, inteligente y muy sexy. Haría cualquier cosa con tenerte en mi cama una noche. Hasta pagaría, por primera vez en mi vida.

Ella era mayor que yo, yo 23 y ella 30, muy linda mujer y elegante. Como vio que yo no contestaba, jugo una última carta que me sorprendió.

ELLA: dime cuanto quieres por una noche?

Pensé unos instantes y como me gustaba el dinero le dije

PAULA: una noche y adiós, no nos conocemos

ELLA: esta perfecto. Cuanto quieres?

PAULA: (la mire a los ojos, pensando me putea y se va) por una noche, dame $ 3.000 dólares.

ELLA: (rápidamente, ni lo pensó o calculo cuanto seria en nuestra moneda) hecho. Mañana a la noche. Hoy no porque festejaremos la libertad de mi hermano. Podrías venir a la fiesta.

Me disculpe con una excusa. No quería mezclar más la relación e incluso pensé si no habría hecho bien, aceptando su oferta. Tuvimos una noche a pleno sexo en mi departamentito. Cuando se fue quiso nos encontráramos otro día y le dije que no.

Cuando quede sola, mi cabeza volaba a mil. Los 3.000 en la mano, me hacían pensar en explotarme a mi misma. Durante varios días, pensé en todo. Mi carrera de abogada y el cobrar por servicios sexuales. El problema era que no sabía fingir, por más que lo intentaba, siempre terminaba acabando a la par del otro. Fui ordenando mis ideas, maquinando la forma que podía hacer para llevar las dos vidas. Si había algunas cosas que amaba, eran tres: mi carrera de abogada, el sexo y la plata. Esas tres cosas llenaban mi vida completamente.

Así fui redondeando la idea de hacer todo. Contrate una abogada, para que estuviera en el estudio, yo aparecía fugazmente y en caso necesario. Atendía y tomaba los casos. Iba a tribunales a hacer el seguimiento de los expedientes y yo aparecía en las audiencias y supervisaba los escritos a presentar. Con esa parte solucionada, me aboque a lo otro, ser una puta cara. Para ello, fui a estudio fotográfico y cerré trato para una sesión fotográfica que no solo incluía en posar, sino que también estaría presente en el revelado de las mismas y me entregaría los negativos al momento. El tipo me pidió una determinada cantidad de dinero y servicio sexual con él. Acepte y me saco 20 fotos y 50 duplicados. Lógicamente ambos cumplimos nuestro trato.

Una vez el material en mano compre cinco book para armarlos con fotos. Había fotos vestida de calle, otras con ropa de lencería y las de desnudo parcial y total. Todas con bellos colores

Una vez que complete eso, me dedique a buscar algún contacto que ofreciera mis servicios. Quería que los books, estén en los hoteles  y me llamara, para ver un cliente. Solo quería hoteles de 4 o 5 estrellas y solo turistas extranjeros, sin importarme su cuerpo, raza, religión, solo que pagaran en verde lo que yo pedía. También incluía mujeres, tríos y orgias. Todo tenía su precio, el que yo ponía con pago adelantado.

Tuve la suerte de conocer un conserje de un hotel 5 estrellas y lo fui a ver al hotel. Tomamos un café, le explique que quería, cuanto le daría a él y acepto entusismado. Con él, mediante unos dólares, conseguí tres hoteles más.

Una vez todo hecho, fui a comprarme ropa de lencería fina, ropa de calle, zapatos, medias caladas y un set completo de cosméticos. Fui a un afamado peluquero y compre una peluca de pelo lacio negro que me llegaba a la mitad de mi espalda. La probé y el hombre tenía razón, quedaba perfecta con ojos verdes. Luego fui, por último y compre preservativos. Varias caja, mientras el empleado me miraba como diciendo, como coges? Fui a mi departamento chico que ahora era donde me cambiaria y prepararía para este trabajo. El otro departamento era mi vivienda personal.

Me senté frente a la PC y busque sexshop. Me metí en uno de ellos y recorrí lo ofrecido y salí, prometiéndome a mi misma entrar en unos días y comprar, en especial algún body.

Me di un hermoso baño y me puse la salida de baño. Mientras esperaba de cenar algo rápido que estaba preparando, repase en mi mente todo, menos mal había ido al médico el mes pasado e hice cambiar el DIU

Luego de cenar, me saque la bata y me tire a dormir. Me costo dormirme, pensando en todo el giro que iba a pasar en mi vida. A fin de mezclar la cosas compre un nuevo celular y línea y fue el número que les di a los conserjes.

Bueno ahora solo queda esperar los llamados.

Me quede dormida y como a las 2 de la madrugada, me sobresalto el nuevo teléfono.

CONSERJE: Paula?

PAULA: si, quien es?

CONSERJE: Mario, del hotel…..

PAULA: hola como estas, hay algo?

CONSERJE: si, un huésped alemán, me pido un book, le mostre el tuyo y quiere que vengas dentro de una hora. Llámalo a la habitación 312

PAULA: bien gracias.

Llame al hotel y pedí por la habitación 312. Me atendió un hombre, con una mal español. Le dije si hablaba ingles y al decir que si, no entendimos enseguida. Quería pasar el resto de la noche conmigo. Le pedí una hora y acepto. Colgué y me apresure a vestirme, con una pollera verde bien sobre las rodillas, una blusa blanca y un saquito verde también. Medias caladas, con tanga y sin sostén. Me maquille, me puse zapatos taco aguja. La peluca de morocha y salí rumbo al hotel en un taxi.