Doble Juego (cap. 5)

Encontradas fotos subidas de tono de su novio, Alejo está decidio a investigar. Pero y si ahora, de repente, tu ex vuelve a dar señales de vida?

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Alejo descubre unas fotos subidas de tono de su novio Lucas. Eso le pone muy cachondo. Fer, el ex de Lucas y Alejo no se llevan bien, por algo que pasó en el pasado. Alejo descubre que alguien más ha tenido el mérito de entrar en la colección XXX de su chico. Además, su ex da señales de vida.

DOBLE JUEGO cap.5

Alejo está en la página de contactos dónde conoció a Lucas. Está buscando a ver si encuentra un perfil que pudiera ser de su chico, según fotos, descripción... "por el nick en el que lo conociste, no está, evidentemente... a ver si según edad... ... tampoco... a ver si este posible nick... ... joder... pues va a ser que no tiene perfil... pero claro... de dónde coño saca las fotos... de una página web es dificil... la foto no es muy simplona..." piensa Alejo.

Suena el teléfono, Matías desde el otro lado de la linea.

  • Qué haces? - pregunta Matías.

"nada, ver si Lucas tiene un perfil por internet" piensa Alejo.

  • Nada interesante - responde finalmente. No va a hacer que la imagen de Lucas quede manchada por simples suposiciones y tampoco quiere que Matías se entere, no aún hasta no estar 100% seguro de las andanzas de Lucas.

  • Vamos a tomar unas cervezas? - pregunta - Es que me aburro.

  • Venga va - se anima Alejo, que esa tarde, la tiene libre. Así de paso, le cuenta a alguien lo de la reaparición "estelar" en escena de su ex.

Un rato después.

  • Y qué quiere tu ex? – pregunta Matías

  • Pues vete a saber… después de estos años... – Alejo pone cara de circunstancia.

Que su ex diera señales de vida después de tanto tiempo, lo tenía descuadrado. Se supone que ha pasado el tiempo necesario para cicatrizar heridas, empezar historias nuevas… Para qué volver a repetir una historia? además que Alejo es de los que cree que segundas partes nunca son buenas.

  • Alejo, tú pasa.. – aconseja Matías.

  • Le contesté por cortesía –comunica Alejo.

  • Cortesía de qué? Chaval, te puso los cuernos y a saber qué más… un tío así no se merece ni que le prestes atención… - después de soltar el rollo de buen amigo, se puso rollo Radio Patio - pero bueno… qué  le dijiste?

  • Nada, le contesté con un “y eso?”

Matías es ahora quien pone cara de circunstancia.

  • Me contestó no sé qué que se había cambiado de compañía… y que a ver si nos veíamos algún día. – acabó Alejo

  • Claro, para dar una vuelta, ir a cenar, ver una peli… y jugar al parchís! – Matías podía ser un poco Pitonisa Lola

  • Ya, exacto. Total, que le dije que… qué le dije? no sé ya ni lo que dije, pero que se cuidara.

-  Vamos, encima eres amable y te dejaste, cuantos mensajes le enviaste? dos? Pues tu cortesía te ha costado 30 céntimos!

Matías era de los mejores  amigo de Alejo, ese día sólo pudo quedar él porque Yago y Diana estaban ocupados con proyectos finales. Aún siendo así, no sabe que Alejo y su ex, después de finiquitar su relación, estuvieron follando durante un tiempo. No queda muy bien contarle a tu mejor amigo (ahora exfollamigo) que Alejo seguía follándose a su ex hasta que lo conoció.

  • Bueno, y tú qué? – cambio de tema de Alejo directamente – hay alguien nuevo?

  • Bueno… algo hay, pero no me termina de convencer… si, es muy majo y tal pero le falta algo.

  • A todos les falta algo… creo que tendrás que cambiar de táctica.

A Matías siempre le pasa eso, chico que conoce, chico que está bien, pero va acompañado de un “pero…”.

Alejo ya conocía bien a Matías, cuando se conocieron Matías parecía el prototipo de Alejo. Era el que mostraba su lado romántico y conquistador, pero siempre usaba la misma táctica. Se llevaba a sus ligues a una casa que tienen sus padres en Palamós, pasan el fin de semana y luego ya… Cree que es una buena táctica para conocer a los tíos más profundamente y descartar. Era su manera de ponerlo a prueba.

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Tres años atrás, época estival, Matías uso esa misma táctica con Alejo.

  • Tengo un plan! – le dijo a través del teléfono  a Alejo -  qué te parece pasar un fin de semana en un apartamento que tienen mis padres en Palamós?

  • Ah! Guay – dijo Alejo.

Desde hacía un tiempo estaba conociendo a Matías. Era un chico un poco más bajito que él, castaño, ojos verdes, normalillo. Alejo estaba en la fase de querer encontrar el príncipe azul. Y Matías era uno de sus candidatos, por aquel entonces.

  • Mis amigos no pueden venir, si no, iríamos todos – por aquel entonces, la ChupiPandi aún no se había formado.

  • Vaya – contestó Alejo, cuando pensaba eso de “ya ya…”

Quedaron una hora más tarde, Alejo fue a buscar a Matías a su casa con el coche y pusieron rumbo a Palamós.

Matías se llevó la PS3, algunos juegos, el bañador y todas eso que se supone que lleva uno un fin de semana.

Llegaron a Palamós y fueron a comprar al súper algo para cenar, todo precocinado. Alejo luego descubrió que Matías y la cocina no se llevan muy bien.

Entraron a un apartamento que estaba bastante bien, cerquita de la costa, tres habitaciones, terraza… Se veía bastante acogedor.

Dejaron las cosas, Matías enseñó el apartamento y ya rondaban las 8 de la tarde, se acomodaron y empezaron a jugar al Tekken. Alejo sabía lo justito de consolas y Matías era uno de esos frikys que manejan los botones con una perfección que era evidente que acabó dándole una paliza virtual a Alejo.

En todo momento, hubo conversación, risas, hostias cuando Matías le daba una paliza al monigote que manejaba Alejo… Cenaron y  siguieron con un par de juegos más y se dieron cuenta que ya eran casi las tres de la madrugada y el sueño empezaba a hacerse evidente.

  • Dónde quieres dormir? – preguntó Matías.

  • Dónde quieras. – contesto Alejo con media sonrisa.

  • Podemos traer el colchón al salón y hacemos unas partidas más y cuando nos apetezca dormir, pues ya ni nos movemos, jeje.

Dicho y hecho, movieron un colchón, un par de partidas más y se acomodaron para dormir. Alejo se quitó la camiseta y se quedó con unos pantalones cortos. Matías se puso una camiseta blanca y unos pantalones de color rojo.

Se tumbaron, se dieron las buenas noches y se pusieron a dormir.

Alejo era muy cortado en esa época y dar él el primer paso era muy difícil.

A los dos minutos Matías preguntó:

  • No me vas a abrazar?

  • Oooooh! Qué necesita mimos el señorito!!!! – intentó quitarle hierro al asunto.

Matías estaba de lado y Alejo lo abrazó por detrás arrimándose bien a él. Alejo estaba tontorrón y Matías lo notó. Se durmieron al poco rato.

Alejo despertó ese día con una sensación rara. Muy placentera de hecho. Cuando abrió los ojos, se encontró a Matías que le estaba comiendo la polla. Así, sin más.

  • Joder, qué despertar!

  • Jejeje me he levantado cachondo – dijo Matías.

  • Ya lo veo ya…

  • Qué pedazo de polla que tienes, eh? – después Matías se a volvió a meter en la boca. “me lo dices o me lo cuentas…” pensó Alejo, que ese comentario, lo había dicho más de uno

Alejo se había subido la camiseta y se tocaba los pezones, mientras Matías, muy suavemente, le hacia una comida de polla. Rozando muy suavemente sus labios a lo largo de su polla, mientras su lengua se retorcía cada vez que llegaba al glande.

Matías hizo un parón, se quitó la camiseta, y siguió con su tarea. Alejo se humedeció los dedos de ambas manos y jugó con los pezones de Matías, los pellizcaba y los acariciaba mientras Matías seguida con su comida de polla.

Matías paró y le dijo a Alejo con cara de vicio.

  • Fóllame la boca.

Alejo cogió por los pelos a Matías y hundió su cabeza a lo largo de su polla, lo tuvo así unos segundos. Luego le alejó la cabeza.

  • Sigo?

  • Sigue – dio permiso Matías.

Volvió a cogerle de la cabeza y le volvió a meter la polla hasta donde pudiera. Después empezó a mover sus caderas a un ritmo frenético, mientras mantenía cogido por los pelos a Matías. Estaba disfrutando una barbaridad. Hizo un parón, Matías se limpió la comisura de los labios con el antebrazo, y volvió a la carga.

Alejo seguía follándole la boca, jugando un poco con él. Haciendo unos parones para que Matías pudiera contemplar cómo había puesto la polla de Alejo bien dura.

Matías se puso de pie, bajo sus pantalones y dejó al descubierto su polla en todo su esplendor. Era bastante grande, de las más grandes que Alejo había visto. Ancha y larga, poco tenía que envidiar a la de Alejo.

Alejo se puso de rodillas y pegó un lametón en el glande, le cogió por los huevos y demostró que Matías no es el único que sabe cómo comer una polla.

Alejo mientras le masajeaba los huevos, se comía la polla de Matías con muchas ganas, era la primera polla nueva que se comía desde hace tiempo. Y menudo rabo que se había encontrado.

Mientras Alejo le comía la polla a Matías, le toqueteaba los pezones por debajo de la camiseta.

Luego la chupó por los lados mientras le tocaba el culo.

Matías lo puso de pie, lo besó. Sus lenguas juguetearon un rato mientras Matías pajeaba a Alejo y éste le tocaba el culo.

  • Quieres follar? Que te folle? Pídeme lo que quieras – dijo Matías extasiado.

  • Quiero que me folles. – susurró Alejo al oído.

Matías fue a buscar el lubricante y preservativos.

Alejo se puso de espaldas a él y Matías le empezó a decir cosas guarras

  • Quieres que te folle, eh? Voy a poner mi polla dentro de tu culo y te voy a follar sin piedad – susurraba Matías, y Alejo, claro, se ponía más perro.

Se echó un poco de lubricante en las manos y lo untó en el culo de Alejo, y empezó a meter un dedito.

  • Qué bien entra, no? – y metió dos.

Alejo gemía de placer al notar como los dedos de Matías jugaban y se revolvían en su interior. Tocando puntos que hacía tiempo que no notaba.

Matías se puso detrás de Alejo, se colocó un condón y se echó más lubricante en su enorme polla.  Alejo separó los cachetes del culo para que Matías apuntara bien.

Poco a poco, la polla de Matías iba penetrando en el culo de Alejo. Se sorprendió de lo fácil que entraba.

  • Qué bien te entra, no? Menudo culo tienes, tío – susurró Matías por detrás.

  • Poco a poco, cabrón – gimió Alejo.

Poco a poco fue metiéndole la polla por el culo, mientras con sus manos se cogían de la cintura de Alejo. De hecho, fue acercando a Alejo poco a poco hasta que toda su polla estuviera dentro.

Luego empezó a aumentar el ritmo. Alejo se sujetaba a la pared mientras notaba como entraba y salía la polla de Matías. Poco a poco, fue notando como aumentaba el ritmo, y cómo las embestidas eran cada vez más fuertes. Paró y fue Alejo quien se movía para meter y sacar ese rabo descomunal que le estaba clavando Matías.

Matías se separó de Alejo, se sentó en el sofá y le dijo que se acercara. Alejo se acerco, se sentó de espaldas a él y se la volvió a meter.

Ahora era Matías quien llevaba el ritmo. Alejo solo estaba quieto mientras Matías movía sus caderas de arriba abajo mientras Alejo no paraba de gemir. Le cogió de las espaldas y lo hundió bien clavándole la polla hasta el fondo. Alejo sin sacarse la polla de su culo, se dio la vuelta y quedó de cara mirando a Matías. Lo besó largamente y acto seguido, Matías volvió al ataque.

Alejo besaba a Matías mientras notaba como lo follaba. Le besó por el cuello y Matías paró. Alejo quería más así que ahora era él quien se montaba a Matías, que de vez en cuando le daba algún azote .

  • No voy a aguantar mucho más – dijo Matías.

  • Yo tampoco.

Volvió Matías a coger él el ritmo, cada vez más rápido con ganas de descargar. Alejo gemía cada vez más, notando como estaba a punto de explotar.

Matías hizo un grito de placer, mientras sus embestidas eran más lentas y profundas y Alejo estalló en la camiseta de Matías, que salpicó incluso su cara.

Momentos después de esa gran follada, Matías cogió con los dedos un poco de lo que Alejo había salpicado en su cara y se lo metió en la boca.

Un par de fines de semana fueron al apartamento de Palamós. Matías dos semanas después le dijo a Alejo que era un chico majísimo y que no se cerrara a nada con otros tíos que pudiera conocer. Alejo le dijo lo mismo. Indirectamente, llegaron a la misma conclusión, son chicos fantásticos pero no para estar juntos en pareja, pero si para pegar polvos de vez en cuando. Y así estuvieron un tiempo.

Se hicieron (folla)amigos, Matías presentó Diana a Alejo, otro día, Diana trajo a Yago y así se acabó formando la Chupipandi.

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Qué lejano queda todo eso ya. Esta tarde están plantados el uno enfrente del otro, contándose sus batallitas con unas cervezas de por medio.

  • Hablando de ex, y del ex de Lucas? Sabes algo? – pregunta Matías de repente

  • De ése? No, desde el otro día que no sé nada de él. – dice extrañado Alejo – Por qué?

  • Porque está viniendo para aquí – dice Matías disimulando.

CONTINUARÁ