Doble infidelidad en la casa rural

La mujer tímida de mi compañero de trabajo y yo nos vimos sorprendidos por el morbo inesperado de nuestros instintos.

Soy Andoni de Bilbao nuevamente y como comenté en mi relato "La vendedora de sofás" tenía intención de compartir alguna experiencia más.

Este verano fuimos a pasar un fin de semana a una casa rural varios compañeros de trabajo con nuestras mujeres ya que estamos todos casados.

Quedamos viernes por la tarde en una gasolinera a las afueras de Bilbao y allí mismo nos presentamos todos para que nos conociéramos aunque algunos de los que estábamos ya nos conocíamos de antes. Yo personalmente conocía a dos de las mujeres de mis compañeros y a la otra no. La que no conocía se llamaba Miren era una mujer sencilla así de primeras de 38 años morena de estatura normal y no muy delgada y vestía unos pantalones anchos y camiseta manga corta holgada nada vistosos la verdad.

Llegamos a la casa rural cerca de Pamplona, descargamos todas las cosas e hicimos una barbacoa para cenar. Pasamos una bonita velada hablando y jugando a cartas hasta las dos de la mañana. Todos contaban batallas y chistes salvo Miren que escuchaba atentamente las conversaciones sin participar excesivamenete, de aquello pude deducir que era un poco tímida.

Al día siguiente mi mujer y yo fuimos los primeros en llegar a la piscina.

Yo llevaba puesto un bañador azul y el torso desnudo. Vinieron primero las dos mujeres que ya conocía antes y bueno a mi juicio tenían un cuerpo normal, hasta que vino Miren con un bikini blanco que me llamo la atención por la curvatura y sinuosidad de su cuerpo. Tenía unos pechos bastante voluminosos que el día anterior no pude apreciar y un culo más bien grande. Llevaba el pelo recogido lo cual le resaltaba más su figura.

La verdad que viendo aquel cuerpo me puse algo alterado porque no me lo esperaba lo mas mínimo.

Cada vez que se levantaba a bañarse le miraba entera de arriba abajo, como se le movían las nalgas al andar como si quisieran salirse de su bikini y como le vibraban los pechos en cada paso que daba intuyéndose bastante turgencia en los mismos. Tenía el cuerpo moreno de piel y el contraste con el bikini era palpable.

Intercambie alguna mirada con ella y algún pequeño comentario pero ahí quedo la cosa.

Eran las 12 del mediodía y en ese momento Miren me sorprendió con su iniciativa hasta el momento ausente diciendo que iba a preparar algo de comer y beber a la cocina para la gente. Ella pasó delante de nosotros y se fue con su culazo hacia la casa el cual no pude evitar mirar.

Al rato con el sol de justicia que hacia me entró sed y fui a la cocina a por agua.

Al entrar en la cocina pude contemplar una perspectiva que termino de ponerme caliente y era tener a Miren de espaldas a mi lavando unas cosas en la fregadera. En cada movimiento le temblaban las dos nalgas como flanes y estuve unos instantes clavando mi mirada en su anatomía desde su cabeza bajando por su espalda, cintura, culo, muslos, piernas hasta sus pies.

Entre hasta donde estaba ella y le pregunte que tal iba con el picnic, a lo cual me contesto con una leve sonrisa que bien.

Le dije que iba a por agua y entonces se me ocurrió ayudarle con las cosas a lo cual ella acepto.

Estábamos situados delante de un ventanal que daba al jardín de esos que tienen vidrios de los que desde dentro afuera ves pero de fuera a dentro no se ve porque hace espejo el sol.

No sabía de que hablarle ya que la había visto tímida todo el fin de semana y le pregunté por algo que sabía pero que siempre es un tema comodín, los hijos.

¿qué tal están tus críos?-

Miren contesto tímidamente

  • pues creciendo rápido ya sabes…-

En ese mismo momento Miren se puso de forma espontánea la braga del bikini bien y pude oír ese ruido tan sensual del chasquido de la goma contra su cuerpo chassssss.

Lo cual me provoco un espasmo por el cuerpo oír aquello porque mi mente estaba ya fantaseando.

Pero seguí conversando aparentando normalidad, diciéndole

¿Se llevan dos años no?

Ella contesto

Sí la mayor 8 y la peque 6- dijo sonriendo orgullosa

Yo estaba nervioso y excitadillo de teniendo a aquella hembra en bikini delante de mí con aquel cuerpo y para colmo se le cayo una servilleta al suelo y se agacho a cogerlo y no pude evitar mirar hacia abajo y verle el escote del bikini con sus dos pechos haciendo fuerza hacia abajo. Madre mía pensé para mí a la par que caía sudor por mi frente.

Se incorporó y seguimos charlando, yo me di cuenta que ella tb estaba sudando.

En un momento de la charla fuimos a coger los dos la misma cosa y nuestras manos se tocaron y nos quedamos como paralizados avergonzados de habernos tocado pero a la vez el contacto duro unos instantes como si no hubiera intención de separar las manos.

Me apresure a pedirle perdón.

perdona Miren-

y ella contesto con una mirada algo mas fija

  • tranquilo no pasa nada .-

En ese momento Miren estaba rebozando algo para freír y yo estaba picando hielos para hacer un granizado.

Me encontraba algo desconcertado con la situación de lo que estaba pasando.

Son de esas situaciones morbosas que deseas que pase algo pero no te atreves a nada por si te rechazan, además su marido y mi mujer estaban fuera de la casa lo cual el peligro aumentaba y el morbazo también.

Le comenté entonces

la verdad que hace calor, no paro de sudar-

Y ella contesto

  • uf, ya lo creo, yo también llevo sudando un buen rato.-

Entonces le propuse

quieres un hielo para quitar un poco el calor-

Con voz agradecida me dijo

  • si por favor, lo único si no te importa acércame uno a la boca que tengo las manos pringadas del rebozado-

Y a continuación cogí un hielo con cuidado y se lo acerque a la boca y cuando iba a cogerlo se empezó a reír por la situación y el hielo se cayo a plomo golpeando en su pecho y cayendo a la fregadera.

Le dije sonriendo

  • que torpe soy-

Y ella contesto sin parar de reírse.

-no pasa nada, dame otro, jajajajaja-.

Esta vez cogí el hielo mas por el centro se lo acerque a la boca y se metió el hielo en la boca y parte de mis dedos chupándolos, lo cual me puso mas caliente de lo que estaba. No sabía si estaba jugando conmigo o realmente ella era así de natural.

En ese momento quise comprobar de qué palo iba y me acerque un poco y le dije

  • ¿qué tal el hielo, te esté refrescando?

A lo que Miren me contestó contundentemente.

  • ¿Quieres probar lo frío que está acaso?

Yo le dije que sí y ella puso su hielo en los labios y yo acerque mi boca y me metí el hielo dentro de mi boca pero ya no separe mis labios de ella y nos empezamos a besar.

El beso fue resultado de una tensión sexual que era latente en el ambiente y el hielo viajaba de boca en boca deshaciéndose y chorreando por la comisura de nuestras bocas.

El agua del hielo mezclado con la saliva caía sobre sus pechos y se perdía por su canalillo.

Mientras besaba a Miren le puse apoyada contra la encimera y mientras nos comíamos la boca nos metíamos mano. Empecé a tocarle el culo que tanto había observado todo el día y lo apretaba entre mis manos.

Mi polla estaba erecionada dentro de mi bañador y en su bikini se empezaron a marcar bruscamente sus pezones.

Nos mirábamos lascivamente y nos chupábamos las bocas mientras en un momento dado me lance a su cuello y empecé a chupárselo mientras ella gemía.

Nuestras respiraciones fueron aumentando en intensidad y fui bajando de su cuello a sus pechos y allí los bese y palpe por encima de su bikini mientras ella me agarraba y perdía sus manos en mi cabello.

En un momento dado le asome el pecho derecho primero y le hice una funda de saliva a su pezón consiguiendo que se pusiera duro. Tenía unos pezones enormes lo cual me hizo ponerme más burro.

Le saque el otro pecho y me comía los dos pechos alternando mi boca en ellos y amarrándolos con mis manos los empecé a mover separándolos, juntándolos mientras nuestros cuerpo ya sudados se frotaban.

Como la ventana daba al jardín en todo momento veíamos si vení gente hacia la casa así que no nos dio reparo hacer aquello en la cocina.

El estar allí comiéndome aquellas tetazas de la mujer de mi compañero de trabajo y estando mi mujer y su marido a escasos metros era la bomba del morbo.

En ese momento mientras succionaba sus pezones de una forma tan fuerte que ella se retorcía de gusto me susurro al oído.

dame placer Andoni, dame el placer que no me dan en casa-.

En ese momento deduje que estaba mal atendida lo cual me puso a mil pq encima estaba necesitada de polla

Le cogí por la cintura y le senté en la encimera de granito, ella se sobrecogió un poco por el frío de la misma y echo su cabeza hacia atrás, la tenía a mi antojo.

Baje de sus pechos ya ensalivados a su vientre y allí le pase la lengua por el orificio del ombligo y ella empujaba mi cabeza hacia abajo dirigiéndola a su entrepierna.

Cuando llegue allí vi la braga de su bikini totalmente empapada y el olor de su sexo

hizo que me apresurara a mover la braga hacia un lado y poder comprobar que tenía el sexo semipelado y automáticamente mi boca empezó a dar lengüetazos a discreción, tenía toda la vulva chorreando flujo y mis dedos abrieron la parte de arriba para poder lamer su clítoris rojizo que asomaba. Lo golpee con la punta de mi lengua en todas las direcciones y eso le hacia gemir y jadear de placer hasta que se corrió de gusto la muy cabrona.

Yo estaba salidísimo y le chupaba todo sin parar, me comía toda la rugosidad de su coño pelado, del cual salían borbotones de flujo que se esparcían por sus muslos y por la encimera.

En ese momento me incorpore, le abrí bien las piernas estando ella todavía jadeante sentada en la encimera y me baje el bañador hasta las rodillas.

Me cogi la polla por la base y se la frote con mi glande hinchado por su sexo sin metérsela. Nos miramos los dos sudando como animales y con una voz temblorosa y lasciva me dijo Miren.

métemela hasta dentro-

Y yo la metí de un golpe ,clave mi polla todo lo que me daba y empecé a moverme sin parar. Le agarre fuerte de las caderas y le apretaba contra mi porque sino de los empujones se deslizaba por la encimera empapada de su propio jugo. En cada pollazo sus tetas se movían sin control como si tuvieran vida propia y yo se las comia para darle mas gusto.

Estábamos copulando como dos animales sin escrúpulos, embargados por el deseo, por el morbo, por el éxtasis del sexo, poseyéndola y haciéndola mía.

Miren metía sus dedos en mi boca y se los chupaba y llegaba a morder porque no podía parar mi excitación. Se le caía alguna lagrima de su ojo, pero eran de placer.

Y yo mientras se la metía y le zumbaba el coño le decía en plan cachondísimo.

  • ¿estás en celo golfa?

Y ella decía

-siiiiiiiiiiiii, estoy en celo como una perra.

Y yo le decía.

  • ¿tienes ganas de polla, eh?

Miren casi sin poder articular palabra me decía

-siiiiiiiiiiiiii, joder, siiiiiiiiiiiiiiiiii.

Yo le seguía provocando hablándole

  • pídeme que te folle, quiero oírlo.-

Y ella sudando y temblorosa se armó de fuerzas y soltó un grito

-fóllame cabronazo, follame fuerte.-

Yo le calentaba con obscenidad

te gusta eh golfa.-

Ella invadida por el calentón

-si dios, si, sigue no pares joder no pares.-

La termine humillando

-Goza puta goza-

Y ella gritando

siiiiiiiiiiiiii, reviéntame el coño a pollazos .-

y al oír eso mis cojones no pudieron evitar mandar una corrida a su coño acompañado de un gran orgasmo para mi que no pude contener en gritos a lo cual ella no pudo aguantar y correrse también retorciéndose como una perra.

Estuvimos unos instantes dejando que mi leche terminara de salir de mi polla y de depositarse en su coño, y me miro fijamente mientras me acariciaba cariñosamente diciéndome

-tranquilo tengo el DIU puesto-

A lo cual le comente aliviado

-mejor así pq me has puesto tan caliente que ni he podido pensar en eso.-

Fue un gran polvazo de esos inesperados pero con muchísimo morbo ya que fue una infidelidad doble y con una casada modosita necesitada de sexo que resulto no ser tan modosita cuando estaba excitada y caliente.