Doble anal

No querìa dejar de relatar esta historia, que aunque increìble, con esfuerzo y dedicaciòn, logrè hacerlo. Si creèn bien, si no tambien.

Doble anal

Tengo mucho que contar de mis experiencias sexuales, y es que desde que todo esto de la infidelidad empezó, o sea hace unos tres años, he sido cogida muchas más veces que en 17 años de casada. He mamado y he bebido semen de muchos hombres, mi culo y mi panocha han permitido la entrada a vergas de diferentes formas y tamaños.

Puedo decir que soy una adicta al semen, que es mi bebida favorita, de hecho el sabor del pan recién hecho, o los champiñones me traen ricos recuerdos del sabor a mecos, y cuando estoy sola, me gusta probar estos alimentos, e invoco deliciosos momentos con un buen macho y disfruto como una loca mental al grado de excitarme.

Es delicioso sentir en mi cara la venida de un macho, tener la verga en mi boca y mis manos en sus testículos para sentir como expulsa su semen. Gozo con una verga eyaculando en mi garganta, sentir el líquido caliente en mi cara, en mis labios, en mi lengua, y mientras dispara la leche, exprimo hasta la última gota. Pero no me gusta que el hombre que me esté dando su semen, no aguante mis mamadas después de venirse, y quiera quitarse.

Me considero adoradora de la verga, he tenido a mi disposición hasta siete vergas a mi alrededor, y me han bañado de leche las tetas, las nalgas, mi espalda, mi cara, y mis interiores ni se diga.

No me importa el tamaño o la forma, el único requisito que yo pido en un hombre, es que sea limpio, muy pulcro para hacerlo gozar de mi talento oral. Que dure mucho y sepa diferenciar de una buena mamada, a una mamada por compromiso. Si es guapo o feo nunca me ha importado, solo que le guste gozar una mamada regia, una buena cogida y que me haga y me diga lo que se le ocurra en ese momento, sin llegar a la agresión, y sobre todo discreción, porque seré una puta con una verga adentro, pero soy toda una señora, una dama.

He experimentado el sexo con cuatro mujeres; la primera vez con la esposa de mi compadre, que por cierto perdimos amistad, la segunda con una compañera de trabajo, que dejé por celosa, la tercera una chica que conocí en una fiesta de disfraces, y la cuarta, amiga y amante de Tony, el dueño del video club.

Además de seis orgías, en la primera con ocho hombres, la segunda siete, la tercera y cuarta con cinco, la quinta con nueve y la sexta con cuatro. Y en la última me dieron doble sexo anal y vaginal. Pero el anal me vuelve loca a más no poder y me trastorno, deliro de placer sentir dos vergas en mi culo, es lo máximo, el mayor de los placeres que me ha sucedido. Y es que desde aquella primera vez con Iván y Sandro, se ha vuelto un vicio, y cada vez que me veía con ellos no faltaba mi doble ración de verga por mi ano. De repente Sandro se fue de la ciudad, y extrañé la rica sensación de ese doble placer delicioso lleno de locura.

Hasta que una noche Iván estaba en mi cama, yo gozaba mamando su verga enorme, me esperaba una rica cogida con él. Entonces sin avisar llegó Oscar, que después de uno buen tiempo que se distanció de mí porque tenía mucho trabajo, no me asusté ni nada, pero ninguno sabía del otro.

Recibí a Oscar en la puerta, le dije que no podía verlo, se sorprendió pues sabía que mi marido no estaba.

--¿PORQUÉ NO PUEDO PASAR?,-- Me decía besando mi cuello.

--ES QUE TENGO QUE LEVANTARME TEMPRANO.—

--QUE EXCUSA TAN TONTA MARLEN, ¿NO SERÁ QUE OTRO ESTÁ CONTIGO?.—

--BUENO Y SI ASÍ FUERA, ES MI PROBLEMA Y YA.—

--SI MAMI, PERO SABES QUE A MÍ NO ME IMPORTA QUE COJAS CON OTRO, YA HEMOS ESTADO ASÍ, ¿O ACASO ES ALGUIEN QUE CONOZCO?.—No sabía que decir, pensé que ya era tanto tiempo en que los dos me cogían y no tenía caso esconderme de cada uno.

Me levantó y me llevó a la cama, Iván estaba acostado con su verga parada, los dos se sorprendieron al verse.

Oscar me acostó mientras empezaba a mamar mis tetas y sus dedos acariciaban mi vagina mojada. Iván parecía incómodo, no hacía nada, solo miraba, en eso Oscar le dijo que si no iba a participar, lo dejara solo, se iba a parar pero lo detuve y lo recosté para mamar su verga.

Le pedí a Oscar que se acostara al lado del otro. Ahí estaban los dos ricos ejemplares de verga para mí sola, las dos vergas más grandes y ricas que me habían cogido hasta ese entonces. Detrás de mí al fondo esta un espejo que dejaba ver mis nalgas mientras los mamaba alternadamente, luego me crucé entre ellos, para mamar a uno mientras el otro acariciaba mi trasero y mi raja.

Estaba mamando la verga de Oscar y me senté en ella dándole la espalda, la posición de los dos les permitía ver como mi panocha tragaba verga y mi culo pedía a gritos ser penetrado. Iván se paró sobre la cama para dejar su verga en mi cara, golosa mamé su verga y lamía sus huevos grandes.

A Iván le gustaba que lamiera su culo, y lo entendía ya que tener una lengua experta en el ano es increíble la sensación. Se agachó y me daba su verga por debajo de él, yo paseaba mi lengua desde su verga hasta su ano, mientras era cogida por mi otro macho.

Bajé a Iván para que lamiera mi raja mientras la gigante verga de Oscar me penetraba, estaba tan perdida en el placer que gritaba sin importarme nada. Luego Oscar sacó la verga y le pidió a Iván que lamiera mi culo, éste lo hizo por un buen rato, entonces Oscar puso su verga en mi ano y poco a poco me penetraba, era más placer que dolor porque la lengua de Iván se encargaba de darme placer en mi clítoris. Oscar puso mi espalda en su pecho y le dijo a Iván que me cogiera, éste frotó su palo en la entrada de mi vagina y la dejó ir sin compasión, mi mente estaba llena de nubes y estrellas, no había nada que me importara más que ser cogida por esos machos dueños de las vergas más deliciosas y grandes.

Iván desesperado mordía mis senos, luego sin sacarme sus vergas me voltearon quedando Iván debajo de mí y a mi espalda Oscar gozando mi culo.

Iván me besaba en la boca, me excita que lo hagan cuando el hombre me gusta físicamente. Luego Oscar me estiraba del pelo para besarme él, para ese momento ya sentía que su verga entraba y salía sin ningún problema.

Luego cambiaron de lugar, ahora Iván me daba por el culo y Oscar por delante. Después Oscar se paró en la orilla de la cama para que mamara su verga llena de mis jugos vaginales, Iván se sentó en mis nalgas para penetrarme a gusto, luego me volteó, puso mis piernas en sus hombros y me penetró por el culo mientras Oscar ponía sus huevos en mi cara y yo los lamía como loca.

Oscar se separó un poco para observar la faena, Iván me puso sobre él sin sacar su verga de mi culo, los movimientos de mi cintura hacían que mi clítoris frotara en su vientre duro, volteé ver a Oscar y me vino la idea loca de que también la metiera en mi culo. Se lo pedí, él se acercó;

--NO CREO QUE AGUANTES.—

--YA LO HE HECHO, SI AGUANTO.—

--¿AH SÍ?, ¿Y CON QUIENES?.—Iván respondió por mí.

--CONMIGO Y SANDRO MI AMIGO.—Yo no decía nada.

--¡VAYA SORPRESA CONTIGO MAMITA, ERES PERVERSA!.—

--¡SI PAPI, LO SOY, TU ME ENSEÑASTE A SERLO CÓGEME YA!.—

Antes de intentar meter su verga, tomó el lubricante y me untó generosamente en el ano sin sacar la verga de Iván, él se puso la suya.

Puso la cabeza en mi entrada ocupada por el palo de Iván. El dolor aumentaba conforme trataba de entrar, era imposible, parecía que me desgarraba, pero lo deseaba, el problema era que esta vez no era como con Sandro, en este caso las dos vergas eran enormes y gruesas. Apenas entraba un pedazo de la tranca de Oscar y el dolor aparecía intensamente. Intentaron metiendo primero la de Oscar, pero la de Iván no podía entrar. Luego Oscar se acostó boca abajo, me la metió abriéndome las nalgas exageradamente, Iván me volvió a untar de lubricante, luego puso gel lubricante en su palote. Pero igual no podían meterla los dos, apenas entraba y la sacaban porque se los pedía, pues me dolía horrores. Entonces desistieron y se alternaban para cogerme por mi culo, hasta que Iván se vino en mi recto, Oscar de inmediato metió su verga casi por completo haciéndome ver estrellas, me dolía tanto que por primera vez grité de dolor y no de placer, lograron estar las dos vergas adentro porque la de Iván ya no estaba tan parada y el tamaño se redujo. Iván no pudo evitar que su verga se saliera por la presión que hacía la verga dura de Oscar, y éste ya no pudo y aceleró sosteniéndose en mis nalgas y casi parado detrás de mí dejó escapar su leche que se mezclaba con la de Iván.

Dormimos profundamente, ahí estaba yo desnuda entre los dos mejores amantes que me han cogido.

No supe cuando se fueron, al día siguiente desperté sola, desnuda y adolorida del culo, recuerdo apenas caminaba y sentía una contracción de dolor en mi esfínter.

A la noche siguiente era sábado, como muchos fines de semana, estaba sola, Iván llamó a la casa diciéndome que se había puesto de acuerdo con Oscar para esa noche.

Llegaron juntos como a las once de la noche, yo ya estaba lista, porque dos horas antes de su llegada, me metí a la tina de baño para relajarme, dándome un buen lavado anal y ejercitando mi culo para tenerlo completamente relajado.

Los recibí de la manera más sexy, me puse vestido negro muy chiquito, entallado y casi trasparente, debajo un liguero negro, tanga de hilo dental y medias negras.

Al abrirles la puerta, Oscar me abrazó y besó agarrando mis nalgas, al mismo tiempo que me decía que me veía como una "PUTA DIVINA". Iván no se quiso quedar atrás y acariciaba mi trasero y besaba mi cuello. Los llevé de la mano a la sala, los senté y puse unas bebidas que disfrutamos platicando de cómo fue que nos convertimos en amantes. Fue ahí donde les confesé a ellos dos de mi compadre, de Tony, y las aventuras con ellos. Oscar recordó las veces que me llevó con sus amigos, e Iván de cómo empezamos y como con su amigo Sandro me cogían, sin faltar la ocurrencia de su amigo de penetrarme por el culo si esperar a que Iván sacara su verga.

La conversación se ponía más caliente y empezaban a fajarme sin medida, lo que soltaba uno, lo tomaba el otro mientras yo masturbaba sus enormes toletes.

Me di gusto mamando verga y dejando que los dedos de ellos exploraran mis cavidades, no me importaba quién me hacía esto o aquello, sólo dejaba que me hicieran lo que quisieran mientras como loca mamaba verga y chupaba dos pares de huevos que imaginaba llenos de leche.

Oscar se levantó y se puso a acariciar mi trasero, tomó la tanga la estiró rompiéndola, y arrojándola a un lado. Mi trasero quedó libre en todo su esplendor, lo estrujaba y nalgueaba, las separaba como intentando separarlas, llenó mi recto de gel lubricante, metía un dedo, dos, tres, y trató de meter su mano completa, luego de un rato se acostó debajo de mí para mamar mi panocha que ya estaba inundada de jugos y estaba apunto de venirme. Empezaba a venirme cuando se detuvo, se quitó y se colocó detrás para cogerme, mi panocha agradecía su intromisión, necesitaba sentir algo duro en mi vagina, arremetía con fuerza al mismo tiempo que abría mi culo. Luego sacó su verga de mi raja y sin avisar me la metió en el ano, escuchaba el chasquido que provocaba su verga en mi interior, de repente se salió para de inmediato pasar su lengua por mi ano abierto repitiendo la acción varias veces, yo no decía nada, no podía, solo gemía mamando verga de Iván.

Me levantó y me sentó sobre Iván, mi panocha recibió la verga de mi vecino, mientras Oscar me penetraba por detrás. La cogida anal fue exagerada, parecía que deseaba extender mis nalgas, abrir mi culo todo lo que pudiera. Pensé que había llegado el momento para ser penetrada doblemente, pero Oscar me dijo que teníamos más tiempo.

Nos pusimos de pié los tres, Oscar me levantó y me la metió colocando mis piernas en sus brazos, Iván lo ayudó con mi peso colocándose detrás de mí, perforando mi ano. Sus cuerpos chocaban deliciosamente en el mío. Sus vergas resbalaban en mis orificios y nuestros sudores se mezclaban.

Oscar dirigía la sesión, así que me bajó y me volteó, Iván hizo lo mismo, me levantó poniendo mis piernas en sus brazos, Oscar me penetraba analmente. El placer inundó mis entrañas dejando escapar un largo orgasmo que me hizo perder todos mis sentidos, estaba en la gloria y la causa eran dos grandes y jugosas vergas. Ellos aún no se venían y me hincaron, mi cara quedó ante dos fabulosas vergas llenas de mis jugos. Lamí, mamé, y puñeteé, a placer. Desde abajo miraba la cara de mis hombres llenas de lujuria, me sentía afortunada de gozar semejantes vergas. Mi fijación oral los llevó al clímax, primero recibí la leche de Iván, el sabor de su semen es sensacional, bebí mecos hasta la última gota, la que caía en mis tetas la recogía para tragarla. Casi de inmediato Oscar dejó escapar su leche, me pescó un poco desprevenida y el chorro de leche cayó en mi cara, rápido dirigí su verga a mi boca y un chorro llegó a mi garganta ahogándome, toqué sus huevos para sentir el paso del líquido caliente, tenía mis ojos cerrados porque un buen de semen obstruía mi visión. Oscar se dio cuenta y con sus dedos me lo quitó y me lo dio para tragarlo, golosa limpié sus dedos de semen. Me levantó y me llevaron a la sala mientras agarraban mi trasero.

Volvimos la charla caliente, me preguntaron quien era el papá de mi bebé, pero no quise revelar su nombre, les dije que ni yo sabía. Me parecía increíble que no se dieran cuenta que el niño es igual a uno de ellos. Pero en fin, los dejé con la duda.

Seguimos bebiendo y platicando alegremente. De nuevo las caricias y la calentura aumentaba, me llevaron a la recámara.

Me empinaron en la alfombra y los dos jugaban con mis nalgas, las embarraron de gel lubricante, Oscar empezó a meter sus dedos y luego logró meter su mano completa con la ayuda de Iván, parecía que ya se habían puesto de acuerdo previamente. Luego Iván hizo lo mismo, parecían alumno y maestro, en esta ocasión, mi vecino lograba meter su mano sin tanto esfuerzo, pues mi culo ya estaba relajado y su mano es más delgada. La sensación de sentir una mano en mi ano era placentera y perversa, la sacaban solo para meterla igual por mi vagina. Me di cuenta que Oscar sacaba y un plumón que estaba en el cajón del buró, y escribió en mis nalgas, Iván reía por lo que leía, diciendo que en mis nalgas cabía la palabra "re-puta", yo dejé que Oscar pusiera lo que quisiera, no era la primera vez que lo hacía, luego me di cuenta del mensaje, decía; "SOY PUTA Y QUÉ?", luego tomó unas fotos a mi trasero y su mensaje, el escrito me duró por unos días.

Después del juego manual en mi trasero, Oscar se puso detrás de mí, se sostuvo de mis caderas y me penetraba por el ano mientras yo mamaba la verga del otro, luego Iván era quién me cogía y a Oscar le mamaba, cuando uno se quitaba, el otro ocupaba su lugar. Creo que se cansaron porque me llevaron a la cama, Iván se acostó boca arriba con su verga apuntando al techo, le metí en mi vagina por un buen rato como si tratara de triturarla, Oscar le pidió que me la metiera por el culo, éste de inmediato la sacó, acomodé mis nalgas y puse su verga en mi ano, Iván me la dejó ir como queriendo lastimarme. Oscar se untó mucho gel y empezó el intento por penetrar mi agujero que ya estaba ocupado.

Primero su cabeza, el dolor no se hizo esperar, pero Oscar hizo algo increíble, no le importó que Iván tuviera su verga en mi culo, y lamió mi ano dándome una sensación deliciosa, su lengua transformaba el dolor en placer, volvía a intentar y cuando el dolor de nuevo aparecía, hacía lo mismo, y en cada intento lograba penetrarme más. Esta ocasión sería más fácil, pues sus manos ya habían hecho un buen trabajo de relajación abriéndoles el camino a sus palos., Si cupo la mano, podían entrar dos gruesas vergas, la entrada ya no era lo difícil, sino lo largo de las vergas.

Yo estaba loca de placer, y deseaba ser penetrada por los dos. En una de esas su verga entró más de la mitad, y me dolió más cuando intentó sacarla, y no le quedó otra que meterla más, pero también dolía, sentía que me partían en dos, pero estaba dispuesta a experimentar con dos vergas enormes.

Cuando logró meterla por completo, Iván estaba a punto de venirse, le supliqué que no lo hiciera, hizo un esfuerzo supremo y logró contenerse. Por un momento nos quedamos quietos, mi culo ya no sentía dolor, lo sentía anestesiado, y eso permitió que hicieran el trabajo de cogerme, cuando entraba uno, salía el otro, y cuando los dos coincidían adentro, me sentía llena de verga, empecé a moverme como loca, ya no había dolor, mi culo fácilmente recibía el doble grosor de verga. Trataba de ver en el espejo mi ano tragando verga, pero no pude, pero verme entre dos hombres sabiéndome cogida de esa manera me enloqueció más, haciéndome mover y gritar sin control. Iván no resistió más y sus gemidos aumentaron, me pedía que no me moviera pero yo no hacía caso, estaba gozando la cogida.

Sus ojos se pusieron en blanco y sentí en mi recto algo caliente, era su leche que hacía más fácil la penetración, Oscar le siguió y empezó a meter con fuerza hasta que eyaculó en compañía del otro, y yo sin dejar de moverme, alcancé un orgasmo que me desmayaba, creo que mis gritos los escuchaban los vecinos, pero en esos momentos no me importaba nada, era la puta más feliz. Los gritos cesaron, solo sentía la respiración de mis hombres, uno en mi nuca, el otro en mi cara. Mi vagina palpitando por la reciente venida, y mi culo desfondado, abierto como nunca.

Ellos se quedaron completamente dormidos, yo no dormía del gusto por lo que había pasado. Recuerdo que perversamente me empiné en la orilla de la cama para ver mi trasero en el espejo, me parecía increíble, un hoyo tan enorme que pensé que así se quedaría, y me di cuenta el porqué de la risa de Iván por lo que el otro escribía.

Sentía las caderas adoloridas y quise dormir empinada, pero luego me puse entre mis dos amantes y profundamente me dormí, y estoy segura que en mi cara había se quedó una sonrisa plena de satisfacción.

Desperté al mediodía, y eso fue porque el teléfono sonaba insistentemente, mis amantes ya no estaban, me levanté difícilmente, entre mis nalgas tenía un dolor tan placentero que casi me llevaba al orgasmo, contesté el teléfono, era la esposa de Oscar, mi cuñada que me invitaba a una reunión en familia, mis hijos ya estaban ahí, le dije que agradecía la invitación, pero que me dolía la cabeza, pero no era la cabeza, era el culo que no dejaba de dolerme, y morbosamente quería estar sola para disfrutar ese dolor que me gustaba.

Una semana estuve así, las piernas me dolían horrores, y procuré no salir de casa, estaba deshecha, argumenté que me había caído, ya que mi mal caminar era notorio y no soportaba mi mismo peso, el siguiente fin de semana, mis dos amantes volvieron a visitarme, y repetimos la experiencia, después de esa vez, mi cuerpo ya o me dolía tanto, al perecer me acostumbré a la doble ración de verga.

Sólo tres veces lo hicimos así, pues ocurrió una tragedia; Iván murió en una riña, estaba en el lugar y a la hora equivocada, pues solo pasaba cuando unos pandilleros que lo conocían peleaban con un desconocido, Iván quiso persuadirlos para que lo dejaran en paz, pero un cobarde imbécil, sin medir las consecuencias llegó por detrás de él y pasó un filoso cuchillo por su garganta. Todos huyeron, el desconocido tampoco hizo algo por él, cuando llegó la ambulancia, ya era muy tarde. Iván murió de manera estúpida, no nos explicamos porqué si lo conocían lo atacaron, quizá fueron los solventes que los hizo perder la realidad.

Yo supe de la tragedia porque Oscar me llamó y me dijo, tomé a mi bebé y acompañé a su mamá por unos momentos, y le dije algo al oído, algo que la dejó atónita y me besó agradecida. Juró guardar el secreto aunque ahora mi marido ya sabe que el padre de mi bebé era Iván, y no le importa nada, pues quiere que regrese con él. Por lo pronto la mamá de Iván dejó de hablarle a mi suegra y me da la mano con mi bebé, pues sabe que es su nieto.

Volviendo a mi relato, recomiendo a las chicas que me lean, lo intenten, y me contaran, ya que quisiera conocer a una chica que lo haya experimentado, créanme, es delicioso y trastorna los sentidos. Es lo máximo. MARLEN YADO URBINA