Divertido juego

Bienvenidos, damas y caballeros. Seguramente os estaréis pensando que hacéis en este lugar, no os preocupéis, nadie tiene intención de haceros daño. Habéis sido seleccionados para un excitante juego. Seréis sometidos a una serie de pruebas, las cuáles tendréis que superar. Si cualquiera de vosotros se niega a participar, no podréis avanzar hacia la siguiente prueba, y quedaréis aquí encerrados para siempre. Una vez superadas las pruebas, el juego terminará y podréis volver a vuestra vida normal.

Lo primero que oí nada más despertar fue un fuerte ruido de una puerta que se cerraba. Abrí los ojos y observé el sitio en el que me encontraba. Se trataba de una amplia sala con una decoración muy sobria. Desde mi posición podía vislumbrar las humedades que corrían por las paredes; no había ventanas, sólo una amplia puerta en el centro de la sala comunicaba al exterior. A su lado, un recipiente milimetrado pequeño que no deduje para que podría servir. En el techo, dos pequeños altavoces de color negro. Pero lo que más me llamó la atención fueron las personas que yacían en el suelo, en total cinco. Algunos llevaban atadas las manos a la espalda, al igual que yo, y todos parecían desorientados, mirándose unos a otros y a su alrededor. Por su expresión supuse que acababan de despertarse allí igual que yo y no sabían que demonios hacían allí.

Observé a mis acompañantes, dos chicos y tres chicas. Conocía a aquellas personas. La noche anterior salí de fiesta a una conocida discoteca y recuerdo que aquellas personas estaban allí. Poco más recuerdo, había bebido más de la cuenta y las imágenes de lo sucedido me llegaban como ráfagas sin sentido.

  • ¿Dónde coño estoy? –dijo una de las chicas. Supongo que todos nos hacíamos esa pregunta.
  • ¿Qué hacemos aquí tíos? ¡Ostias, os conozco a todos, de ayer en la discoteca! Ibamos todos pasadísimos colegas, ¿cómo hemos terminado aquí?

Nos fuimos incorporando lentamente y seguimos haciéndonos preguntas de este tipo. Una de las chicas ya estaba histérica perdida, gritando " Por dios, nos van a matar, nos van a matar, me cago en la putaa! " cuando oímos una voz procedente de los altavoces:

Bienvenidos, damas y caballeros. Seguramente os estaréis pensando que hacéis en este lugar, no os preocupéis, nadie tiene intención de haceros daño. Habéis sido seleccionados para un excitante juego. Seréis sometidos a una serie de pruebas, las cuáles tendréis que superar. Si cualquiera de vosotros se niega a participar, no podréis avanzar hacia la siguiente prueba, y quedaréis aquí encerrados para siempre. Una vez superadas las pruebas, el juego terminará y podréis volver a vuestra vida normal.

  • Joderr colega, ¿esto va en serio? –dije yo, acojonado.

Bien, cuando superéis cada prueba, la puerta se abrirá y podréis pasar a la siguiente prueba. Las instrucciones las encontraréis en una grabadora situada cerca de la puerta. Eso es todo, que comience el juego.

Nos miramos los unos a los otros, atónitos.

  • Puto psicópata, ¿qué hemos hecho nosotros para merecer esto? –dijo otra de las chicas.
  • Pff.. cago en la ostia, nos van a matar, ¡nos van a matar! –alentaba uno de los chavales.
  • Bueno, tranquilidad joder, sólo tenemos que superar unas pruebas, no creo que sea para tanto, ¿no? Además, el cabronazo éste a dicho que no nos quieren matar –dije yo- escuchemos lo que hay en la cinta, haber que coño tenemos que hacer y punto- dije apuntando con la cabeza a la grabadora, colocada al lado del recipiente ese.
  • Vale venga, este tio tiene razón, veamos haber que tenemos que hacer. Por cierto, me llamo Nacho.
  • Yo Iván –dije, y nos fuimos presentando todos.
  • Bueno, ya hechas las presentaciones, veamos que dice la cinta –dijo el otro chico, que se llamaba Aaron.

Aaron cogió la cinta y, tras dirigirnos una breve mirada a todos, pulsó el botón de play. La misma voz de los altavoces dijo..

Es hora de enfrentaros a vuestra primera prueba. Esta prueba consistirá en llenar el recipiente que habéis podido observar al lado de la puerta. Y os preguntaréis, ¿de qué? Pues de vuestro semen muahaha. Deberéis de eyacular en el recipiente y cuando lleguéis a la cantidad suficiente, la puerta se abrirá. Como habréis podido observar, los chicos tenéis las manos atadas a la espalda, supongo que sois lo suficientemente listos para saber quienes son las responsables de que os corráis. Que comience la prueba.

  • ¡Ni de coña! –dijo Alicia, una de las chicas- ¡ni de coña! ¡No pienso hacerlo!
  • Va tía… -dije yo, intentando ocultar mi sonrisa. Si todas las pruebas iban a ser de este tipo, al final me iba a divertir y todo.
  • A ver tía, ¿no has oído lo que ha dicho el hijo puta éste?- Dijo Nacho- si no hacemos las pruebas, nos quedaremos aquí encerrados toda la puta vida, ¿quieres eso?
  • Además, solo es una paja, nada más, y no estamos tan mal, ¿verdad? –dijo Aaron, con una sonrisa en los labios. Estaba disfrutando tanto como yo de esta situación.
  • Joder, vamos a tener que hacerlo tías, así que cuanto antes mejor –dijo Lucía, otra de las chicas.

<> pensé yo. Y la verdad es que ninguna de las tres estaba nada mal. Alicia era una chica pálida, morena, con los ojos verdes y con unas enormes tetas. Nada tenía que envidiarla Lucía, una rubita que aunque no tenía tan buena delantera como Alicia, tenía una carita angelical, iba a ser un gusto verla chupar. La otra chica, Laura, de pelo castaño y bajita, si bien un poco feilla de cara, tenía un culo respingon, de miedo vamos.

Sumido estaba yo en mis pensamientos cuando vi que Lucía ya se había arrodillado delante de mí y me bajaba la cremallera.

  • La tienes dura ya, cabrón –me dijo, mirándome a los ojos con una sonrisa picarona.
  • Nos a jodido tía, como no la voy a tener dura si ahhh… -no pude continuar la frase, pues Lucía, tras sobarme el paquete y comprobar mi dureza, rápidamente me la había sacado y había comenzado un lento movimiento con sus dedos, a lo largo de toda mi polla.
  • La tienes grande, ¿eh? –me dijo, y mientras se mordía el labio. Joder, había dado con la más guarra de las tres, ¡que suerte!

Aunque las otras no se habían quedado atrás. Miré a mis compañeros y vi la cara de gusto de éstos, al sacarles sus pollas de los pantalones las otras chicas. Pero pronto volví a centrarme en mí, pues Lucía había aumentado el ritmo, y comenzó a meneármela frenéticamente. Ahora me la agarraba con toda su mano, cerrada alrededor de mi polla, y haciendo unos movimientos que me volvían loco. Menuda paja me estaba dando, esta tía era una total experta, a saber cuantas pajas había hecho la muy guarra.

  • ¿Te gusta? –me dijo, sonriendome con cara de niña buena.
  • Ahh.. sii.. sigue tía, que bien lo haces… hey, ¿qué haces, por qué paras?
  • Tranquilo, ahora sigo jaja –me dijo Lucía, y comenzó a desabrocharle los botones del pantalón, para acto seguido bajármelo hasta las rodillas, junto con mis calzoncillos. Entonces volvió otra vez a la carga, recreándose en mi polla con una mano, mientras con la otra me acariciaba los huevos
  • Así mejor, ¿verdad?

Le di un gemido como respuesta. Miré a Lucía, joder como estaba, tenía una cara de cachonda perdida, estaba disfrutando de lo lindo ella también. Tan cachonda estaba que, ante mi sorpresa, metió un lametazo a la punta de mi polla. Comenzó a lamermela, desde la base hasta la punta y, cuando llegaba a la punta, aprovechaba para meterse ese cacho en la boca y succionar con fuerza.

  • Joder, como me la sigas chupando así, no voy a tardar mucho más en correrme.

Paró y me miró con vicio, para al segundo volver a comérmela con ansia, metiéndose mi polla entera en su boquita. Esta chica era puro vicio, aumentó el ritmo de las chupadas, y ahora se sacaba mi polla de la boca, hacia círculos alrededor del glande con su lengua para luego volver a introducirla hasta el fondo, con un ritmo bestial. Y claro, uno no es de piedra.

  • Tíaa me voy a correr, pónmela en el recipiente..
  • Mmm córrete en mi boca cabrón –me dijo, mirándome a los ojos, sin sacársela de la boca.
  • Dios.. que zorra eres.

Ahora Lucía succionaba la punta de la polla, mientras me hacía una paja rápida y me tocaba los huevos. Ya no podía aguantar más y chorros de leche empezaron a salir, inundando la cavidad bucal de la chiquilla, que seguía con mi polla en su boca y meneándomela. Se incorporó y se dirigió hacía el recipiente al lado de la puerta, donde echó el semen que había recogido con su boca. Después, volvió hacía mí y para terminar la faena recogió los restos de semen de mi polla, dejándomela reluciente.

Las otras parejas ya habían terminado hacía rato, y llevaban rato observándonos con lascivia, aunque no me había percatado de ello hasta entonces.

La puerta se abrió, habíamos superado la prueba. Al final me iba a alegrar y todo de estar en aquel lugar

Bueno, hasta aquí la primera entrega :P Si quieren más entregas, o también dejar alguna crítica, escriban en los comentarios o un email, ¡gracias!