Distancia de seguridad parte VII

Siento muchisimo tardar tando, creo que con esto compenso jaja, de verdad espero comentarios, ya que es un Capitulo muy importante para mi. Gracias. PL

Distancia de seguridad parte VII

El pequeño vals sin título.

Dedicado a cada, "otro trocito de ser" de cada uno de ustedes.  Disfrutalo 4 ;)

-          Buenas noches mi niña. –Digo en un suspiro.

-          Dulces sueños mi princesa.

Mi alma da un brinco al escuchar esas palabras, es increíble todo lo que me puede hacer sentir unas palabras, lo que significan para mí. Mi cabeza encaja perfectamente en su cuello, huelo su perfume, delicioso. Con sus caricias en mi brazo caigo rendida en un profundo sueño.

Desperté como cada mañana antes del amanecer, en la misma hora que me levanto cada día para ir a correr, lo que hoy es diferente, hoy he dormido con ella. Con Dani.

Me quedé mirándola por largo rato, adorando cada uno de sus rasgos, relajándome con su respiración pausada. Cerré los ojos mientras mis manos acarician su hombro y su cabello.

Delineo con mis dedos su cuerpo, despacio, deleitándome con cada movimiento, con cada caricia. Con cada gesto se abraza mas fuerte a mí y eso me encanta. Verla dormidita la hace ver diferente, como indefensa, me dan unas ganas terribles de protegerla, de que a este ángel que tengo entre mis brazos no le ocurra nada malo en la vida.

Me muevo despacio intentando escapar de su abrazo sin despertarla, pero por más cuidado que puse, al levantar su brazo de mi cuerpo, la desperté.

-          ¿Sam? –Su voz dormida es preciosa.

-          ¿Si bonita? –Le acaricio el pelo…

-          No te vayas, quédate conmigo. –Se abrazó con fuerza a mi brazo.

-          Cariño, sabes que corro cada mañana. –Le digo con dulzura.

-          Lo sé, pero quédate, hazlo por mí.

Abre los ojos que dan directamente sobre los míos, su mirada me ruega que no me vaya, que me quede junto a ella. Su mano juega entre mis dedos sin apartar la vista de mí.

-          Está bien, me quedo. Duerme un poco más preciosa. –Volvió acomodarse entre mis brazos.

-          Mi princesa. –Dice en un susurro.

Vuelve a dormirse, o por lo menos su respiración va más lenta, aunque la cabeza me está matando, no cambio por nada este despertar. Yo también vuelvo a dormirme, otra vez en sus brazos.

Siento como me besa el hombro, con mucha calma, sigue y se queda en mi clavícula, la muerde un poco y logra que me despierte completamente aunque no doy muestras de ello para que siga con este delicioso despertar. Sigue besándome hasta llegar a mi cuello, me es difícil esconder mi respiración agitada.

-          Creo que alguien se ha despertado. –Dice con su tono extremadamente sexy.

-          ¿Mmmm? –Me hago la dormida.

-          Así que la nena aún está dormida, entonces si la beso aquí. –Besa mi cuello jugando con su lengua. –No pasa nada, ¿o me equivoco? Y si muerdo un poco por aquí. –Muerde el lóbulo de mi oreja. –Nada, no hay respuesta, eres difícil de despertar ¿eh? Bueno vamos al plato fuerte… Si toco un poco por aquí. –Lleva su mano al interior de mi muslo. –¿Nada? Vaya, vaya… y si... –Lleva sus labios a mi oído. –Me encantas princesa. –Me susurra.

Esas dos palabras seguido de todo lo que me ha hecho logran sacar un gran suspira de mi, ríe. Esta melodía es lo que quiere escuchar cada día al despertar, río también, ha ganado, lo sabe, lo sé.

-          ¿Vas a besarme de una vez? –Le regaño.

-          Será un placer.

Coge mi cara entre sus manos y antes de besarme un “me encanta ganar” de sus labios. Ambas sonreímos mientras nos besamos, en el beso luchamos por quien de las dos lleva el control del beso, es una lucha placentera. Gana ella. Otra vez.

-          ¿Sabes que no vas a ganar? –Me reta.

-          No lo des todo por seguro. –Le ganaré.

-          ¿Sabes que la gente es más bonita recién levantada? Tú eres una de esas personas.

-          Buenos días mi chica favorita. –Ambas sonreímos.

-          Ven, quiero enseñarte algo.

Ambas salimos corriendo de la habitación, jugando y riendo. Al llegar al salón nos encontramos a Carol y Alice, desnudas en la alfombra.

-          ¡Vaya! Algunas sí que han tenido fiesta.   –Dije conteniendo la risa.

-          Unas que disfrutan.

-          Porque tú no quieres guapa. –La miro fijamente a los ojos, no me devuelve la mirada.

La tomé de la mano y salimos a la terraza, justo en el momento en el que el sol hace su aparición en el horizonte. Dani se situó detrás de mí abrazándome por la cintura, apoyando su cabeza en mi hombro. Dando ligeros besos en mi cuello de vez en cuando.

-          ¿Bonito eh? –Pregunto.

-          No más que tu mi niña. –Me aprieta entre sus brazos.

-          ¿Sabes? Podría acostumbrarme a esto.

-          ¿A ver amanecer?

-          No, a ti. –Digo casi en un hilo de voz.

-          Solo necesito una oportunidad fugaz para decirte que te quiero. –Lo susurra despacio en mi oído. Cierro los ojos.

Nos quedamos en silencio, no hace falta más.  En algunos momentos siento que me mira a mí y no al horizonte. Me acaricia con suavidad solo rozándome con la yema de sus dedos…  Me estremezco, los pelos se me ponen de punta con esa caricia. Me acomodo en sus brazos, encajamos perfectamente, como si estuviéramos destinadas a estar juntas.

-          ¿Damos un paseo? –Me dice.

-          Por supuesto.

-          ¿No me vas a llevar la contraria nunca? –Me mira fijamente.

-          No me da la gana. –Sonreímos.

Caminamos juntas por la arena, abrazándonos por la cintura, sin dejar de tocarnos, de sentirnos, ambas sentimos la gran necesidad de estar juntas. Se coloca detrás de mí, caminamos con dificultad, pero por nada del mundo quiero que aparte sus manos de mi vientre.

-          ¿Quiero proponerte algo? –Empiezo dudando…

-          Mmm, desde ya te digo que yo no me caso. –Bromea.

-          No tonta, aunque seguro que si te lo pido aceptas.

Al intentar darme la vuelta, ambas caemos a la arena, ella sobre mí. Justo como la primera vez que la vi, imágenes de ese día retumban en mi cabeza.

-          ¿En qué piensas princesa? –Como adoro que me llame así.

-          En la primera vez.

-          ¿Estando conmigo y pensando en otra? Esto es la primera vez que me pasa. –Se hace la ofendida e intenta levantarse, no la dejo.

-          A dónde vas. No seas tonta. –Mis manos se aferran a su cintura. –En la primera vez en que te vi, en eso pensaba.

-          Qué bien queda eres.

-          Nada de bien queda mi amor, es la verdad. –Me incorporo y la beso.

Nuestros labios hicieron contacto, solo una caricia que duró poco más de tres segundos. Sus manos cambiaron de destino y se dirigieron a mi cara. La tomé delicadamente y la voy acercando de nuevo hacia mí. El segundo contacto es un claro entendimiento entre las dos. Ella cede a cada movimiento de mis labios y acoge con ternura las tímidas estocadas de mi lengua, no sé cuánto tiempo llevamos así pero nuestras bocas siguen en ese sensual intercambio. Siento palpitar cada rincón de mi cuerpo y un incontrolable deseo se apodera de mis manos, que conquistan cada vez más terreno. Mis besos se apoderan de su cuello, besándolo con verdadera devoción, siente como una mis manos se frenan, la miro directamente a los ojos…

-          No deberíamos hacerlo… -Casi suplico.

-          Pero deseamos hacerlo.

Casi sin darme cuenta acorte la distancia que nos separaba, y me regalé el roce de sus labios, un roce casi casual, pero muy sentido, es un mero roce de labios, un beso totalmente inocente e infantil pero sentí todo en ese roce y el calor del cuerpo que lo acompaña lo sentí aún más.

-          Esto… no está…. –Mi voz se entrecorta, no puedo hablar.

Me besa de nuevo, evitando que siga hablando, me besa con pasión, con ganas. Acallando así mis malos intentos de decir algo coherente.

-          Tenemos….que… hablar. –Muerdo mi labio.

Su respuesta fue a modo de beso, un beso que me descontroló por completo, haciendo así que le clavara mis uñas en su espalda, nuestra respiración se acelera de una manera desesperada

-          Se me acabaron las escusas. –Nos miramos.

-          Ya era hora bonita.

Nos fundimos en un largo beso ahora sin que ni ella ni yo dijera una sola palabra. Intento transmitirle con cada beso todo lo que me está provocando en mi interior, tengo una lucha interna de sensaciones dentro de mí, la siento temblar en mis brazos, la escucho hablar pero sus palabras no llego a entenderlas, solo dice incoherencias… Me quita la camisa ansiosa por seguir besando mi cuerpo, no deja de hacerlo, besa mi sujetador, tiene los ojos cerrados, baja hasta mi vientre y sigue cada letra de mi tatuaje.

-          No sabes lo que me gusta tu tatuaje nena. –Uff.

Vuelve a mis labios, sin olvidarse de mi cuerpo, me acaricia las tetas con dedicación, con su mano libre desabrocha el botón de mis vaqueros y la introduce lentamente, haciéndome sufrir.

Cuando estoy a punto de enloquecer de deseo, para, me mira fijamente, nos miramos sin hablar, intento descifrar su mirada, solo veo deseo en ella, pero, ¿Por qué no sigue? Cierra los ojos y suspira.

-          ¿Qué pasa preciosa? –Pregunto aún con la voz entrecortada.

-          No podemos mi princesa, no así, no quiero que sea así. –Lo dice sin mirarme a los ojos.

-          ¡Ey bonita! –Sigue sin mirarme. –Dani. –Le levanto suavemente la cara haciendo que sus ojos den directo a los míos. –Los cierra fuertemente. Río. –No seas tonta amor, además tienes razón, que la arena se mete en todos lados. –Consigo que ría. –Así me gusta.

-          Payasa.

-          Sí, me lo dices mucho. –Sonreímos.

-          ¿Y ahora qué? Digo, ya que no vamos a follar, ¿Qué hacemos?

-          Qué bruta eres cuando quieres.

-          ¿Verdad?

-          Si, pues mira haremos algo que siempre quita el calentón. –Me mira dudando.

Como pude la cogí en brazos y corrí hacia el agua, patalea como una niña pequeña, mi niña. Con bastante esfuerzo consigo llegar a la orilla, sus patadas voladoras son ahora más rápidas, no para de moverse.

-          ¡No, no! Nena por favor, no me tires. –Chilla.

-          Así se nos pasa el calentón… -Antes de acabar la frase ya estábamos en el agua.

Buceo hasta ella y la hundo. La Abrazo con mis piernas, abrimos los ojos bajo del agua y nos miramos, nos besamos, riendo, tragando agua.

-          Esto es más bonito en las películas. –Digo.

-          Estás loca que lo sepas. –Está enfadada.

-          Si, por ti preciosa. –Nado hasta ella.

-          ¿Estás loca por mí? –Medio sonríe.

-          No puedes imaginar cuanto.

Me abraza, con la mayor ternura imaginable, nos fundimos en ese abrazo, siento como su alma se apodera de la mía, antes podía tener dudas, ahora ya no. Estoy perdida y completamente enamorada de ella.

-          No sabes cuánto te necesito conmigo. –Me susurra al odio.

Salimos del agua y entramos a casa empapadas, pero no podemos parar de reír. Carol y Alice ya están vestidas, desayunando, nos ven entrar y después de una mirada cómplice entre ellas ríen con nosotras.

-          Una cosita chicas, cuando FOLLEIS en mi casa, ¿podéis vestiros después? –Digo entre carcajadas.

-          No me digas que nos has visto… -Carol no consigue acabar.

-          Si, hija, si. –Dani le confirma lo que está pensando.

-          No os habréis tocado, ¿verdad? –Alice bromea.

-          Tocarnos, nos hemos tocado, pero precisamente por ustedes no ha sido. –Alice no esperaba esa respuesta.

-          ¡Guarra! –Chilla.

Dani y yo subimos a mi habitación a cambiarnos, vamos mojando todo por el camino pero no importa, ahora mismo nada importa.

-          Puedes coger lo que quieras del vestidor. Supongo que algo te servirá. –Lo dije tirándome en la cama.

-          Vas a mojar todo Sam.

-          Ya se secará, es mejor ver el espectáculo. –Ella es el espectáculo.

-          No sabes tú nada. –Su carita cambia un poco.

-          ¿Qué pasa bonita?

-          Me da un poco de vergüenza. –Se está riendo de mí.

-          ¿Me lo dices enserio? –No es broma.

-          Si.

-          Vale, está bien.  Te espero abajo.

Antes de bajar, me acerque a ella para dar un pequeño beso. Como adoro besarla. Bajé las escaleras con una gran sonrisa en mi rostro. Carol sigue en el mismo sitio. Ni rastro de Alice.

-          ¿Dónde está Alice? –Pregunte sentándome junto a Carol.

-          Fuera, hablando con Tania. –Me mira fija, dice la verdad.

-           Vale, vale. –Vamos Sam.

Tania. Solo una palabra, que hace que vuelva a la realidad, que baje de esa nube en la que estoy con Dani. Mis pies vuelven a la tierra. Camino por inercia, no sé qué decir, ni que hacer, solo sé que me siento mal, me sienta mal todo esto, me siento culpable. ¡¡Joder!!

Alice me ve llegar y con su mirada intenta tranquilizarme, sabe como estoy. Tania me ve, sonríe. Más culpabilidad. Corre a mis brazos.

-          Hola mi amor, te he echado de menos. ¿Por qué estas mojada? ¿Qué estabas haciendo, eh? –Es todo alegría.

-          Hola, ya sabes lo de siempre. –no sé qué decir.

-          ¿Te pasa algo? –Pregunta.

-          Bueno chicas, yo voy a dentro que tengo que preparar las cosas. Sam, recuerda que nos vamos en poco tiempo.

-          Si, Al. Gracias.

-          ¿A dónde van?

-          Mis padres quieren verme y no he podido negarme.

-          ¿Por qué no entramos y hacemos algo que te cambie la carita?

-          Luego bonita. Ven, caminemos un poco. –Que duro es esto.

Caminamos en silencio, Tania me coge de la mano, no puedo no dársela, aunque me cueste la vida después de ir de mano con Dani… Dani… Samanta céntrate.

Nos sentamos en un banco cercano a mi casa, Tania juega con mi pelo, me conoce y sabe que necesito contarle algo, me da el tiempo que necesito para que salgan las palabras. Antes que nada somos buenas amigas, siempre lo hemos sido.

-          No le des tantas vueltas amor, suéltalo y ya. –Me lo dice riendo

-          No es fácil.

-          ¿Te ayudo? –Hace un gesto de pensar con la cara.

-          No seas tonta. –Río.

-          Por lo menos te has reído, eres más guapa sonriendo.

-          A ver, como digo esto… Sabes que no me ando con rodeos pero tampoco quiero decirlo sin que suene cruel y pueda hacerte daño. –Me estoy liando…

-          ¿Quieres dejar lo que tenemos? – ¡Zas, en toda la boca!

-          Joder hija, tú tienes menos tacto que yo.

-          Es que te conozco y si es por ti y no hacerme daño, no lo dirás en la vida.

-          No es que quiera dejarlo, necesito aclararme, saber que siento por ti.

-          ¿Y tanto rollo para esto?. Preciosa que nos conocemos, y sé que si no sintieras algo muy fuerte por otra persona no tendríamos esta conversación.

-          No sé cómo fue, pasó.

-          Nosotras tampoco es que nos fuéramos a casar, ¿no? Lo hemos pasado muy bien cuando hemos estado juntas, y si lo que quiera que vayas a tener con esa chica… ¿Por qué es una chica verdad? Mira que como me digas que no, el tortazo no te lo quita nadie.

-          Si, si, es una chica. –Reímos.

-          Pues ya esta preciosa, mira, inténtalo, si sale bien, pues me invitas a tu boda y si no, pues nosotras lo volvemos a intentar.

-          No puede ser tan fácil… -Lo dije más para mí que para ella.

-          Sam, que no me guste la decisión no significa que no lo acepte, somos mayorcitas para saber llevar estas cosas. Además siempre se tienen recaídas con las ex ¿no? Mejor verle el lado bueno a las cosas. Pocas tienen una ex como tu preciosa.

-          Eres única definitivamente.

-          Por algo estabas conmigo bobita.

-          Gracias guapa. –La abrazo.

Tania se va, dejándome a mi aquí sentada, no sé si lo que acaba de pasar es real, si realmente se lo ha tomado de esta manera, si todo es así de fácil.

Me quedo en el mismo lugar por bastante rato, mirando a las parejas que pasan por el parque que está justo enfrente. Las veo y pienso como sería ser yo una de ellos, ser yo la que pasease de la mano de Dani, pero como ellos, como su pareja.

Camino a casa, sin prisa, sonriendo, aunque no me guste mucho las formas en las que lo he hecho, no puedo negar la felicidad que siento al no tener ningún impedimento para estar con ella.

Entro en casa y las chicas están viendo la TV juntas, las tres. Me apoyo en la pared y las observo. Sonrío ante tal imagen. Se dan cuenta de mi presencia y me miran con cara de atontadas. Me río bien fuerte. Me siento en el brazo del sillón, al lado de Dani.

-          ¿Todo bien Sammy? –Alice pregunta.

-          Todo bien amiga. ¿Cuándo nos vamos?

-          En cuanto te cambies y cojas cualquier cosa de ropa.

-          Vale.

-          ¿A dónde os vais? –Pregunta Dani.

-          ¿Vais? Querrás decir vamos, tú vienes con nosotras.

-           Espera, espera. ¿A dónde dices que voy?

Me siento en sus piernas, me rodea la cintura con sus brazos. La miro directamente a los ojos, me sostiene la mirada, ninguna la aparta, volvemos a jugar.

-          ¿No quieres pasar dos días junto a mí en la sierra? –Lo digo lo más sensual posible.

-          ¿Habrá bichos? –Lo dice con miedo.

-          Te prometo que no, solo caballos y nada más.

-          ¿No es en la sierra? –No confía.

-          ¿Confías en mí? –La frase no falla.

-          Si.  –La callo con un beso.

-          Entonces te llevo a casa para que cojas la ropa.

De nuevo y para que no cambie de opinión subí corriendo a mi habitación y me cambie en un microsegundo. Metí lo primero que encontré en el armario en una maleta y volví a salir corriendo de ahí.

-          ¿Nos vamos? –Pregunté.

-          Si eres así de rápida para todo, vaya fraude. –Alice y sus chistes.

-          No recuerdo que tuvieras quejas de mi, preciosa. Es más diría que disfrutaste bastante  –Contesté

-          ¿Ustedes dos habéis…? –Dani pregunta.

-          Eso, eso. –Ahora es Carol.

Alice y yo nos miramos y rompemos en una carcajada monumental. La cara de las chicas es de incomprensión.

-          Es broma chicas, Al y yo jamás hemos estado juntas, aunque si lo estuviéramos seguramente sería un polvazo. –Volvimos a reír ahora todas.

-          No les gusta a estas dos vacilarnos ni nada Dani. Será un viaje movidito. –Dice Carol.

-          Aburrirnos seguro que no. Lo que no sabes es que yo soy peor.

-          Esa es la actitud baby. –Conteste.

Las cuatro nos encaminamos hacia mi coche, decidimos que yo condujera porque Alice no se sabía muy bien en camino, cosa que es mentira, lo que quiere es meterle mano en el asiento de atrás a Carol, como si no la conociera.

Dani va jugando con las canciones, se deja el alma en ello, es muy expresiva, cuando suena algo que le gusta es como un niño pequeño el día de navidad. La miro divertida, es una niña grande, sus ojitos se iluminan mientras baila. Alice y Carol cantan a grito pelado y ella se une. Sigo mirándolas como tonta, me gusta esta sensación, la sensación de estar en el momento y lugar perfecto, con la compañía perfecta.

El camino es un poco largo y después de una hora en el coche, Carol y Alice se han dejado dormir, o eso es lo que parece desde el retrovisor. Dani juega con el aire sacando la mano por la ventanilla. Me sorprende mirándome, apoya su cabeza en el sillón y me mira fijamente, poniéndome más y más nerviosa.

-          ¿Te pongo nerviosa, verdad? –Asiento. – ¿Por qué?

-          Porque no sé lo que me haces sentir. –Miro a la carretera.

-          A ver intenta definirlo. –No parara hasta hacerme hablar, lo sé.

-          Dos o cuatro millones de sensaciones distintas.

-          Intenta definir alguna. –Día de definir.

-          No me hagas esto Dani… –Es complicado decir lo que se siente.

-          ¿Por qué? No es necesario que lo hagas tranquila. –Ríe. –Solo te pruebo, pero si te pongo nerviosa, lo noto.

-          Me harás decir que estaría la vida entera hablando contigo, solo para verte sonreír, porque tu sonrisa me da luz en cualquier habitación sin ella, porque desde que apareciste todo va bien, cuando hablo contigo todo va bien, cuando te veo sonreír por alguna palabra mía, es ir y volver del cielo, porque cuando te abrazo siento que no podré soltarte nunca, porque tu sola has logrado que diga o haga cosas que jamás digo, que adoro la manera en la que me miras, en la que me pones nerviosa, en la que eres conmigo, me haces sentir bien, diferente… Especial.

-          Sam… –Empieza.

-          No déjame terminar ¿sí? – Suspiro para continuar. –Me siento mejor persona cuando estás conmigo, eres demasiado importante para mí, te adoro y no puedo dejar de pensar en ti. –Callo y la miro.

-          Yo siempre pienso en ti, cuando me despierto, cuando estoy comiendo, cuando escucho música, cuando duermo… Siempre.

-          Eso es mucho, ¿no?

-          Vaya, yo pensé que era poco.

Me acaricia despacio el brazo, me pierdo en esa caricia. Escribe en el con la yema de sus dedos, cuando estoy a punto de descubrir que es lo que quiere decirme…

-          Necesitan follar chicas. –Alice.

-          ¿Cuánto tiempo llevas despierta?

-          El suficiente para darme cuenta de ello.

-          Al, de verdad no sé como siempre interrumpes. –Suelta Dani.

-          Ves lo que consigo Sam, que se suelte, solo hago lo mejor para ti.

Entre risas llegamos a la casa de la sierra, aunque más que una casa, es más bien una finca. Pasé buena parte de mi infancia aquí, estaba enamorada de mi caballo y de los millones de lugares mágicos de los alrededores.

Frené ante la verja, lo que espera detrás de ella no me motiva para nada, lo único bueno es que no estaré sola y Dani y las chicas están conmigo.

-          ¿Pasa algo nena? –Dani me agarra la mano.

-          No, no. Todo bien. –Que mal miento.

-          Sam, tú madre está loca, pero no es que muerda. –Alice intenta tranquilizarme.

-          ¿Tú madre?

-          Más bien, mis padres, es que querían verme, y como no quería venir sola, las chicas me acompañan.

-          No mientas, nos obligas. –Alice ríe.

-          ¿Y se te ha pasado ese detalle? –Me pregunta Dani.

-          Un detallito sin importancia.

-          Sobre todo sin importancia.

-          Mira, mi madre os dejara tranquilas, el objetivo de todo para ella soy yo así que no hay problema.

No sin mucha confianza todas aceptamos entrar, aparco justo enfrente de la puerta. La gran casa de los León está ante nosotras. Suspiro varias veces antes de bajar del coche, las casi 4 horas de viaje hacen mella en mi, estoy reventada.

Busco con la mirada algún coche que reconozca, nada, ninguno que me sea familiar, aunque aquí ya casi nada me es familiar.

Mientras bajaba el equipaje, un grito nos hizo darnos a todas la vuelta.

-          ¡¡NANA!! –¡¡MI SOBRINA!!

-          ¿Peque? –Mi sonrisa no cabe en mi cara.

Una pequeña niñita de pelo rubio y ojos verdes corre hacia mí con los brazos estirados, solo tiene 4 años, y desde que nació ha sido la niña de mis ojos.

Llegó hasta mí y salta a mis brazos. Nos abrazamos con fuerza, las dos nos alegramos de vernos, así casi 1 año que no la veo y solo tiene 6 añitos.

-          Hola pequeña.

-          La abuela me dijo que venias.

-          Pues a mí la abuela no me dijo que estabas aquí, hubiera venido antes por ti.

-          Era una sorpresa Nana.

-          Estás enorme bicho, cada día te pareces más a tu madre.

-          Mami era muy guapa.

La niña volvió abrazarme y ambas nos quedamos en silencio, las dos pensando en lo mismo, su madre, mi hermana.

-          ¿Era? –Escuche como Dani preguntaba a Alice.

-          La mamá de esté pequeño angelito, está en el cielo.

-          ¡Tita Alice! –La niña salto de mis brazos a los de Alice.

-          Pensé que no te acordabas de mi preciosa.

-          Sí que me acuerdo, ¿me vas a contar cuentos de mami? Como cuando era pequeña.

-          Sigues siendo pequeña.

-          No, yo soy muy mayor, ¿verdad que si Nana? –Qué bonita es mi niña.

-          Eres toda una mujercita peque.

-          Ves tita Alice, una muecita…

-          Mujercita. –Le corrige Alice

-          Lo que yo he dicho.

-          Lo que ella a dicho Al. –Carol ayuda a la niña.

-          Hola. –Saluda.

-          Hola preciosa. –Carol le contesta divertida.

-          ¿Usted quién es? –Pregunta.

-          Me llamo Carol, mucho gusto princesa.

-          Yo soy Ahinara. –Le acerca su mano para saludar.

Carol estrechó su mano con la de la niña, pero está se le subió a los brazos y le dio un beso sonoro en la mejilla. Carol le hacía cosquillas mientras yo me acercaba a Dani, que miraba divertida la escena.

-          Tita Alice.

-          ¿sí?

Ahinara le hace un gesto a Carol para que se acerque a donde está Alice, las tres nos miran a Dani y a mí, que estamos un poco mas juntas de lo normal, Dani me acaricia el antebrazo y no deja de sonreírme, no sé si a mí, o a la escena que nos da mi pequeño bicho.

-          ¿Ella quien es? –Señala disimuladamente a Dani.

-          Se llama Dani. –Contesta Alice.

-          Es muy guapa. –Lo dice bajito, Alice afirma con la cabeza.

-          ¿Qué estas pensando ahinarita? Te conozco.   –La niña le sonríe

-          Nada tita.

Se baja de los brazos de Carol y camina hasta donde estoy yo con Dani. Se queda mirando a Dani, le agarra la mano y la hace ponerse de cuclillas, así están de la misma altura.

-          Hola bonita. –Dani le acaricia la mejilla.

-          Hola Dani, ¿Tú eres la novia de mi nana verdad?

-          Esto peque, esas cosas no se preguntan. –Intento salir del paso.

-          Nana, hablo con Dani.

-          Vale, vale. –Que carácter.

-          Pues mira guapa, no soy la novia de tu nana, pero me gusta mucho, tú no se lo digas porque después se lo cree mucho. –Las dos se abrazaron mientras ríen.

-          Vale, será nuestro secreto.

-          ¿Y ustedes dos nos van a dejar aquí mirando? –Les regañé.

-          Viste Dani, ya se puso celosa. –Se ríe de mí.

-          ¿Enana porque no nos ayudas con el equipaje? –Dice Alice.

-          Si, vamos.

Ahinara se fue de mano con Dani, voy a tener que tener bastante cuidado con este pequeño angelito porque con esa labia y su encanto me levanta a la chica.

Entramos en la casa y ni rastro de mis padres. Nos acomodamos en las habitaciones, Carol y Alice se quedaron en la habitación contigua a la mía, y Dani, en una justo enfrente. El pequeño bicho no nos dejo hasta que conseguí que se durmiera.

Después de comer algo todas nos fuimos a descansar un poco. Yo a pesar de estar muerta no puedo dormir, cuanto más cansada estoy, menos duermo. Me vestí y salí, cuando cerraba la puerta de mi habitación, vi que la puerta de Dani estaba entre abierta. Me atreví a tocar levemente, con miedo a despertarla.

-          ¿Sí? –Susurro desde adentro.

-          ¿Puedo? –Me asome un poco revelando que era yo.

-          Claro, pasa. –Se sentó en la cama.

-          ¿Molesto?

-          No nena, que vas a molestar.

-          ¿No duermes? –Pregunte sentándome junto a ella.

-          No es que tenga sueño.

-          ¿Quieres que bajemos y picamos algo?

-          Es una gran idea.  Siempre tengo hambre. –Mirada pícara que me desarma.

Salimos de la habitación pero antes de llegar a las escaleras, la voz de Ahinara desde su habitación hizo que tuviera que ir y Dani fuera a la cocina a esperarme.

Al entrar en la cocina la vi, ¡Qué buena está por favor! Sin que de diese cuenta recorrí con la mirada cara músculo de su espalda, parándome y recreándome en su culo, ¡que culo! Qué bien le quedan esos vaqueros. Se da cuenta de mi presencia y se da la vuelta poco a poco, sonriéndome. Por delante es incluso mejor; cada rasgo de su cara es perfecto, ese pecho que parece sacado de una diosa. Todo mi cuerpo se activa en el momento en que esos ojos  se posaron en los míos.  Me desnuda con cara mirada al igual que yo a ella. Caminó despacio quedándose a solo un paso de mí. Su actitud me descoloca, ¿Por qué no hace nada? ¿Tengo que hacerlo yo? ¡Tengo que hacerlo yo! Di un paso hacia delante, nuestros labios pueden rosarse, al parecer fue el detonante porque sin esperarlo siquiera me coge en brazos apoyando sus manos en mi culo. Me gira con fuerza hasta pegarme a la pared… Mi cuerpo pide a gritos un beso, deseo volver a probar esos labios, ¿Por qué no me besa? ¿Esa sonrisa a que viene? Nada, hoy es el día que tengo que hacerlo todo yo. Cuando intento besarla se aparta hacia atrás con gracia, sonriéndome maliciosamente.

-          Solo te lo preguntaré una vez. ¿Quieres? –Me dice muy sexy.

-          ¿No te parece suficiente la postura en que estoy? –Esta seria.

-          ¿Quieres o no? –Me reta.

-          ¿Seguro que puedes con ello? –La reto.

Justo en el clavo, su respuesta fue inmediata, besándome con fuerza, con pasión, su lengua hace maravillas dentro de mi boca. ¡Qué bien besa! Me aprieta contra ella sin dejarme escapatoria alguna, mis piernas rodean su cintura con la misma fuerza. Tiró todas las cosas de la mesa y me subió encima, arrancándome la camisa con la misma fiereza con la que me besa. Con cada uno de sus besos tengo una sensación distinta, nunca imaginé lo mucho que se puede disfrutar de una sensación como esta. Muerde cada lugar que me besa, los labios, la oreja, el cuello. ¡Como me pone que haga eso! Le desabroché los pantalones para que así comience el juego de verdad, una sonrisa pícara cruza su cara.

En algún momento perdí la noción del tiempo, ni siquiera sé donde estoy, lo único que quiero es que no deje de besarme de esa manera, de acariciarme de la manera en que lo hace. Al ver que no lo hace empiezo a desabrocharme los pantalones, ni siquiera me di cuenta de cuando dejó de besarme.

-          ¿Qué pasa? – ¿Otra vez?

-          No estamos solas nena.

Mi mirada vuela a la puerta y una mini personita esta plantada riendo por la escena que está viendo. Salto de los brazos de Dani, colocándome la ropa lo mejor que puedo.

-          No puedo dormir Nana. Tengo miedo. ¿Vienes conmigo?

Miro a Dani, suplicando que me perdone, ¿Es que no vamos a poder tener un momento a solas?  Me acaricia la mejilla tranquilizándome, me conoce y sabe que no me gusta nada que nos interrumpan siempre.

-          Ve con la niña, te espero aquí, ¿Vale?

-          Lo siento.

-          No te preocupes princesa.

Subí a la niña a caballito hasta su habitación y me tumbé con ella en la cama con ella, abrazándola, estuvimos largo rato así, cuando era pequeñita siempre le gustaba quedarse dormida en mis brazos.

-          Te quiero peque. –Besé su frente.

-          Yo también te quiero. –Lo dijo antes de que saliera de la habitación.

Volví a la cocina con la mayor de la sonrisas, está niña es increíble, mi hermana estaría muy orgullosa de ella, casi tanto como lo estoy yo.

Dani comía un poco de fruta cuando yo llegue, no la deje reaccionar y cogiéndola de la cintura la bese, sus labios saben a fresa. Entre besos logré articular palabras.

-          Vamos, quiero enseñarte algo.

Caminamos por los jardines en dirección al bosque, aprieta mi mano con fuerza cuando ve cualquier bicho caminando por el suelo o por los árboles. Es una niña grande. Vamos hablando de tonterías cuando empecé a recordar con mucha claridad el camino, estamos cerca.

-          El lugar a donde vamos, es muy especial, jamás he venido con nadie y nadie más lo conoce, lo descubrí un día que me perdí en el bosque.

-          ¿No me irás a violar o algo no?

-          ¿Por quién me crees? –Me hago la ofendida.

-           Es que si me enseñas este lugar puedo traer a mis amantes.

Mi cara cambia, lo sé, lo siento, me cela que me diga esas cosas aunque también sepa que lo hace porque le gusta verme la cara que pongo. Me abraza.

-          Me encanta la cara que pones. –Me besa.

-          Ven que ya hemos llegado.

Llegamos a mi lugar especial, es un pequeño claro del bosque, con la única diferencia que justo en el centro hay una laguna que es formada por una pequeña catarata. La rodea la vegetación del lugar, rodeado de césped, gracias a que yo misma lo planté hace unos años. Dani no daba crédito a lo que veía, ni yo misma lo hice la primera vez que vi la magnitud de belleza que tiene este lugar. El sonido del agua es relajante, el entorno mágico, la compañía única.

La dejo un solo segundo sola, el que me basta para ir al rosal que está detrás de mí y coger un de las rosas más bonitas que he visto. Le acaricio la nuca con ella, despacio, se le eriza la piel. Sonríe.

Nos tumbamos en el césped a descansar un poco, la caminata ha sido un poco larga. Nos miramos a los ojos. Me acaricio el hombro despacio, ella lo ve y me aparta con delicadeza, para hacerlo ella. La miro y se ruboriza, tapa mis ojos con sus manos y me besa, muy despacio, durante un tiempo que parece infinito. El beso es tierno, dulce, perfecto.

Levanta mi camisa y me la quita. Acaricia desde mi codo hasta mi axila y me besa justo ahí. Hace un caminito de besos por mi hombro, sin prisa. Nos besamos con todo el amor que sentimos, o por lo menos yo.

Mi mano acaricia mi abdomen, ella sigue el recorrido de mi mano con su lengua intercambiándola con besos, vuelve a subir a por mí vientre, jugando en las letras de mi tatuaje. Besa  y lame el lunar de mi teta derecha.

Me coge la mano y con ella acaricia su cara, quiere al igual que yo, saber que esto es real. Abrimos los ojos en el mismo momento en el que comienza a llover, reímos, y volvemos a besarnos. Me desnuda despacio, dejando un millón de besos por cada prenda que me quita.

-          Cierra los ojos princesa, déjame estar también en tu mente. –Obedezco.

Sonrío levemente cuando pasa sus manos por mi ombligo, le gusta, porque me besa mordiendo sutilmente mi labio inferior. Cuando pasa su boca por el borde de mis caderas es una sensación indescriptible, hace que sea yo la que muerda mi labio.

Con cada gesto, cada caricia, y con cada beso me hacen ver que siente exactamente lo mismo que yo y me encanto saberlo sin la necesidad de que me lo diga.

Acaricia con la rosa cada parte de mi cuerpo desnudo estoy a punto de morir de placer y no me ha tocado siquiera. La lluvia nos empapa mientras ella se desnuda poco a poco para mí. Sin dejar de besarme y acariciar con la flor cada parte de mi. La flor llega a lugares más peligrosos, y una sonrisa maliciosa en su cara logra que enloquezca. Intercambia la flor por su lengua hasta hacerme llegar a lo más alto del cielo.

Con todo el esfuerzo del mundo consigo colocarme junto encima de ella. Su cuerpo desnudo me pide a gritos que lo haga mío. Le acaricio la cara logrando que su respiración se acelere, vuelvo a besarla, sus labios son mi droga, no puedo parar de besarlos. Poco a poco mi boca se concentra en su oreja, mordiéndola suavemente, acariciándola con mi lengua. La beso un millón de veces, quiero que enloquezca de placer, que este momento se le quede tan grabado que no se le olvide en la vida, que la recuerde como yo la voy a recordar.

La lluvia cae por nuestros cuerpos, beso casa gota de agua que cae en su piel. Nos sentamos uniendo nuestro clítoris, mirándonos en silencio. Adoro cuando no hay nada que decir, porque sus ojos son como un libro abierto. La lluvia la hace más hermosa si eso es posible. Nos besamos como si no hubiese un mañana. Las estrellas nos acompañan desde el cielo, junto a ellas la luna, que hace del momento algo inolvidable.

-          Te amo. –Le digo entre besos.

-          Yo también te amo mi princesa.

En el momento justo en el que las dos reconocemos que nos amamos, llegamos al clímax, juntas, como quiero estar durante el resto de mi vida, junto a ella. Deja de llover, el cielo nos da una tregua y se convierte en una noche estrellada.

Cae de espaldas al césped, su espalda mojada e increíblemente sexy ante mis ojos. Con las yemas de mis dedos escribo una y otra vez cuanto la amo, jamás me cansaré de hacerlo. Escribo cada sentimiento que me hace sentir, con mis caricias en su espalda, se duerme.

-          Duerme mi vida, yo estaré contigo en sueños. –Susurro.

-          Siempre. –Su última palabra mientras se acomoda en mi pecho.


De verdad siento el retraso, me ha sido dificil escribir esta parte, por muchas razones, porque no llevo mis mejores semanas, no estaba para nada motivada. Espero que me perdoneís, os lo he hecho largo en compensacion :D

Otra cosilla, se que puede que no guste, o quizas si, que se yo. He pensado que después de terminar este relato, me voy. Me "retiro" no sé si definitivamente o no, pero estaré leyendo por aqui a las grandes y a las nuevas, a cada relato que logre engancharme que son muchos.

Gracias de nuevo.

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ATENEA89: Tu apunta, que yo siempre pago y hay veces que hasta dejo propina, ahi lo dejo. Ibas pa monja, no lo nieges, si no tiene caso, la culpa es mia que te pervertí y te lleve por el mal camino jajaja!! :D Nuestras peleas a muerte mola, pero digo yo una cosa, la moqueta de tu habitacion no dolera mucho no? Tendremos que probarla jajajaj! un beso princesa :D

Chicamojito04: Gracias por comentar y por leerme, yo tambien espero que me pase la mitad de lo que escribo jaja. Si, soy española, mi chica te dira que soy marginada pero ella esta loca. Soy de Canarias. :D

Uma: Espero que la curiosidad con Tania este un poco mas resuelta en esta parte, pero esto no ha acabado aun eh, hay muchas cosas que decir todavia. Tengo pendiente una comida a un mexicano pondré en practica tus consejos, si monto un numerito en el restaurante sera tu culpa jajajajaja! un beso.

Saray: Si que somos un buen trio, aunque el tripode esta un pco desaparecido ultimamente. No, no, es lo que parece que ella es la seria, pero es la mas loca, que te lo digo yo. Lo de los scout, tanto como me llamo Patricia. Un abrazo bonita.

HombreFX: El gusto es mio al ver un comentario tuyo en cada relato, de verdad gracias :D

Noa89: y yo que pensé que tenias respuesta para todo, jaja, pierdes facultades amiga? Creo que esta parte se merece un comentario extenso. Espero de verdad que te guste, porque sabes que tu opinion es sin dudas de las mas importantes para mi, y ya dejo de ponerme seria que no me sienta. Un beso besuguito :D Te quiero.

Lisa: Me alegro en poder acertar con tus gustos :D un beso guapa y gracias por comentar.

yelyah: Si es que rodeada de mexicanas como no me va a gustar comer esa comida jajaja!! Espero y te guste esta parte tambien, no hay mexicanos pero dame tiempo jajajaja!! :D un abrazo.

Ana Maria: Yo tambien creo que estas chicas se quieren, pero el amor no siempre es facil....

LLUPPINNA: Que no se te pase comentar bonita, que los comentarios son los que me hacen escribir con mas ganas, un beso enorme.

Celi: Noa es la maestra en esto, yo solo sigo su estela, pero es un honor que me compares con ella de verdad, yo adoro los "Vos" y "sos" de verdad que los adoro!!! :D Muchisimas gracias

Vivianita: Aqui tienes la siguiente parte, un poco tarde, pero aqui esta, espero de nuevo poder leerte por aqui, espectacular es para mi que te guste. Un beso.

He de reconocer algo, SOY MUY FAN DE DANI. De verdad me encanta este personaje, y no es porque lo haya creado yo, pero me parece que tiene todo a medida, Dani, si si, que estas en mi cabeza, me encantas. (Ya se me va un poco la pinza) GRACIASSSSS!!! :D