Disfrute con la amiga trans de mi hija v

Nuevos acontecimientos, nuevas gentes. Trans, filial...

DISFRUTE CON LA AMIGA TRANS DE MI HIJA V

Ana deseaba contarle a Natalia lo ocurrido en el sex shop y como no, enseñarle las cosas que habíamos adquirido. Cogiendo el teléfono la llamó.

Ana: hola Natalia

Natalia: hola zorrita, que tal estáis

Ana: muy bien, jaja, ¿oye puedes venir a casa ahora?, tengo una cosa que contarte sobre la puta

Natalia: no se si podré, no estoy sola

Ana: vaya, ¿puedo saber con quien estás?, ¿con tu novio?

Natalia: no, no, estoy con una amiga

Ana: bueno, que venga también, sabes que no nos importa

Natalia: ya, pero no se si ella querrá ver y saber lo zorras que sois

Ana: ven por favor, necesito contarte lo que ha pasado. Estoy muy cachonda y necesito ser tu puta, por favor

Natalia: jaja, ¿me estás suplicando zorra?

Ana: si, te suplico que vengas

Natalia: y no te importa quien sea la amiga con la que estoy?

Ana: no, no me importa

Natalia: sea quien sea?

Ana: si, sea quien sea, pero te suplico que vengas

Natalia: eres una auténtica zorra. Está bien, iremos, pero te advierto una cosa, si al ver a mi amiga te sorprendes, me dará igual y espero que te comportes como la zorra que eres y la puta también, que eso quede claro

Ana: te prometo que me comportaré como la zorra que soy, sea quien sea y la maricona también

Natalia: está bien. Dile a la puta que se vista, la quiero bien guapa cuando lleguemos. Seguro que mi amiga le dará una gran sorpresa y a ti también zorra. En media hora estamos allí

Ana: gracias

Ana me contó lo hablado. Inmediatamente me mando a la ducha, aún olía a semen y meado. Al ir a la habitación, Ana me había preparado la ropa que debía ponerme. Unas medias con liguero, por supuesto un tanga y sujetador a juego, una pequeña y amplia falda y una blusa con botones. Ella misma se encargó de vestirme. Luego me pintó y maquilló. Tras arreglarme a mi, marchó a la ducha y luego se arregló ella. Se puso casi la misma ropa que yo, parecíamos dos auténticas zorras. Cada vez me gustaba más vestido de esa manera, me excitaba mirarme al espejo, asumiendo mi feminidad oculta. Fuimos al salón y esperamos a que llegase Natalia y su amiga. Al poco llamaron al timbre.

Ana: abre la puerta maricona

Me levanté y abrí la puerta. Mi cara quedó en estado de shok al ver a la amiga de Natalia, un escalofrío recorrió mi cuerpo, se me heló la sangre, mi corazón aceleró el ritmo hasta casi salir de mi pecho y mi alma se alejó de mi. ¿Como era eso posible?, ¿porque Natalia no nos había dicho nada?, ¿como podría verme así, vestido de puta?. Ana permanecía sentada, con sus piernas cruzadas, enseñando gran parte de su culo, con la blusa desabotonada hasta casi dejar al aire sus preciosas tetas, cubiertas por un sugerente sujetador.

Natalia: hola putita, me dijo al entrar

No pude responder, las palabras no salían de mi seca boca. ¿Me había llamado putita con su amiga delante?, ¿acaso ella lo sabía todo?, ¿Le habría contado Natalia lo ocurrido, lo que eramos en realidad?

Rocio: hola papa, que guapa estás así vestida, me dijo sonriendo y mirándome de arriba a bajo

Mi hija, la amiga de Natalia era mi hija. Ana escuchó esa familiar voz, se levantó de un salto e intentó ir a la habitación, pero Natalia la pilló a medio camino.

Natalia: a donde crees que vas zorra?

Ana: yo...yo.. es que…

Natalia: es que nada, ¿no me dijiste que te daba igual quien fuera?, ¿que serías mi puta?

Ana: s...si, pe..pero

Natalia. Ni pero ni hostias. Mira zorra, le he contado todo a Rocio mientras veníamos ¿y sabes una cosa?, está deseando veros en acción, ver lo zorra que eres y lo puta que es su padre, lo que os gustan las pollas a las dos, así es que no me vengas con gilipolleces. Vais a ser buenas putas y darle a vuestra hija un precioso espectáculo, ¿has entendido zorra?

Ana: s.. si.. lo he... entendido

Natalia: pues venga, vamos al salón, no la hagamos esperar más

Natalia y Ana regresaron al salón, Rocio estaba sentada en el sillón, mientras yo permanecía en pié, con mis manos entrelazadas, nervioso, cortado y humillado ante ella.

Natalia: te puedes creer la zorra?, quería irse a su habitación

Rocio: claro, le dará vergüenza que la vea así, sin embargo, mira esta puta, nerviosa y cortada, pero sigue delante de mi, jaja

Natalia: es que no sabes tu lo puta que es, más que tu madre, jaja

Rocio: mama y papa, sentaos en el sofá, Natalia ven a mi lado. Mirad, entre Natalia y yo no hay secretos, aunque la guarra me ha ocultado esto, jaja, quizá porque lo creía demasiado fuerte que lo supiera. Pero hoy, tras recibir tu llamada suplicando que viniera para que fueses su puta, me ha explicado todo, con pelos y señales, sin omitir ningún detalle. Según me lo contaba, me cabreaba más y más, sobre todo por papa, nunca pensé que fuese un maricón, que le gustaran las pollas y que le encantaba que le follaran, pero ¿sabéis que?, que yo no soy nadie para deciros que hacer o no, sois mayorcitos y si de esta forma disfrutáis, pues bienvenido. Pero por otro lado, siento curiosidad por ver cuanto de verdad hay en eso, además de que lo que me ha contado, me ha cabreado pero también me ha excitado. Así es que, Natalia, cuando quieras.

Natalia: bueno, ahora que ya sabéis todo lo que piensa vuestra hija, es hora de que vea lo putas y zorras que sois. Pero antes de empezar, zorra tenias algo que contar, ¿no?

Ana, con la voz entrecortada por el nerviosismo, comenzó a contar lo ocurrido en el sex xhop. La cara de mi hija era un poema, jamás pensó que nos comportaríamos de esa manera y menos que el maricón de su padre, estuviera dispuesto a hacerlo. Rocio no dejaba de mirar al padre, mientras sonreía y escuchaba a Ana contar la historia.

Natalía: que putas sois, os lo habéis pasado muy bien esta mañana por lo que cuentas. ¿Que hay en esa bolsa?

Ana: lo que compramos en el sex shop

Natalia: venga zorra, vamos a verlo

Ana se levantó, acercó la bolsa y comenzó a sacarlo todo. Mi hija se asombraba cada vez más, cuando vio el strapón, los ojos se le abrieron como platos.

Rocio: esto le metiste por el culo?

Ana: si hija, eso le metí

Rocio: y le entró todo?

Ana: hasta el fondo

Rocio: joder papa, pues si que eres maricón y vaya culo tragón que tienes, jaja

Natalia: ya lo creo, se tragó la de mi chico, pero esto, jaja, esto es el doble de grande

Lo último que sacó fue el puño, Rocio y Natalia se sorprendieron al verlo.

Rocio: esto es para lo que creo?

Ana: si crees que es para meterlo en el culo de tu padre, si es para eso

Rocio: en serio piensas meterle esto?, ¿no crees que te pasas un poco?

Natalia: Rocio, a la puta de tu padre, le cabe eso y más

Rocio: pero esto le destrozará el culo, se lo desgarrará

Natalia: no te preocupes Rocio, a tu padre le gusta el dolor, le gusta sufrir cuando le follan y se corre el solo sin tocarse

Rocio: aún así, creo que es demasiado grande, pero si tu dices que es así, me fio de ti. Por otro lado, creo que será morboso ver como se lo metes y como se abre su culo

Natalia: pues venga, no hay más que hablar. Putita, ven a comerte mi polla y tu zorra, ve desnudándote

Aunque la conversación me había calmado un poco, los nervios seguían apoderándose de mi, me costaba moverme con mi hija allí delante.

Natalia: no has oído putita?

Rocio: pobre, está nerviosa por mi presencia. No te preocupes putita, piensa que soy una amiga más de Natalia

Mi hija me llamó putita, bufffff, escucharla decir eso, me dio fuerzas para acercarme a Natalia, agacharme, bajar sus leggins y tanga, coger su polla y comenzar a mamar. Lo hice despacio y mirando a mi hija a los ojos, esta no perdía detalle de como mamaba esa polla.

Rocio: así, chupas muy bien putita, ya veo que Natalia tenía razón, se nota que te gustan mucho las pollas

Natalia: ya te lo dije, incluso es capaz de meterla casi entera en su boca

Rocio: en serio?, pues tu polla no es nada pequeña guapa, jaja

Natalia. Zorra, empieza a preparar el culo de la puta, quiero meterle ese puño lo antes posible

Ana fue a salir del salón, en busca de algún tipo de crema o lubricante.

Rocio: donde vas zorra?

Ana: pu..pues a por… lubricante

Rocio: no zorra, hazlo con la boca, lame el culo y hazlo bien, porque quiero que eso le entre sin apenas dolor, ¿has entendido zorra?

Ana: s.. si

Natalia: Rocio, hace una hora que le han metido el strapón, no creo que se le haya cerrado aún

Rocio: me da igual, quiero que la zorra le coma el culo

Dios, mi hija se metió en el papel muy pronto. La forma autorítaria y soez de dirigirse a su madre, hizo que me pusiera cachondo y la mamada a la polla de Natalia se intensificara. Comencé a tragar, metiendo casi al fondo de mi garganta esa deliciosa barra de carne caliente y ya dura del todo, mientras con una mano, amasaba sus huevos. Al momento, sentí como Ana subía mi pequeña falda, retiraba la fina tela del tanga, separaba mis cachetes y comenzaba a pasear su lengua alrededor de mi ano. Ummm que delicia sentir ese roce, esa humedad entrando poco a poco dentro cuando su lengua comenzó a penetrarme. Nunca nadie me hizo eso y, la verdad, es que me encantaba sentir esa sensación.

Yo: mmmmmmm

Rocio: ves zorra, a la putita le gusta que le coman el culo

De reojo miré a mi hija, con su mano en la entrepierna, sobaba su coño por encima del leggin. La situación la estaba poniendo cachonda y a mi me encantaba verla así. No dejaba de mirar como me comía la polla de Natalia, como gran parte de ella desaparecía dentro de mi glotona boca. Yo, cachondo perdido, la sacaba de vez en cuando, para que viese como mis babas caían sobre ella y paraban en sus huevos, dejando un pequeño y excitante hilo colgando entre mi boca y el capullo.

Rocio: buffff, joder putita, que buena mamada le estás haciendo, me estás poniendo muy cachonda viendo como la tragas

Natalia: mmmm, si la mama buy bien la putita, pero creo que ya está bien dura para meterla en su culo, ¿no te parece?

Rocio: mmmm, me encantará ver como lo haces

Natalia: zorra, deja ya de chupar su culo. ¿Rocio, te apetece que la zorra te coma el coño mientras?

Rocio: joder claro, que pasada, tu follándote al maricón de mi padre y la zorra de mi madre comiendo mi coño

Natalia: pues venga, vamos al lío, jaja

Natalia se levantó del sillón y se colocó detrás de mi, mientras me ponía a cuatro patas. Rocio se desnudo por completo, era la primera vez que la veía así, ya siendo mayor claro. Tenía unas preciosas y turgentes tetas, con unos duros pezones y aureolas oscuras. Su coño totalmente depilado, brillaba debido a los jugos que estaba soltando. Que delicioso sería que me dejara comerlo y limpiarlo bien. Ana se colocó entre sus piernas y comenzó a chuparlo, mientras sentía como la polla de Natalia comenzaba a taladrar mi ano, aún abierto y lleno de las babas de Ana, no fue impedimento alguno para que notara como esa polla me penetraba. Otra vez volvía a mi ser esa estupenda sensación de ser follado por una polla de carne dura y caliente, nada que ver con lo experimentado con el strapón.

Rocio: mmm zorra, sigue así, chupa mi coño, mete tu lengua bien dentro, le decía a Ana mientras apretaba su cabeza contra ella

Yo veía lo que hacían, me encantaba ver la cara de mi hija, mientras disfrutaba de esa comida que le estaba dando la zorra de su madre. Durante varios minutos estuvimos en esa posición. Natalia follaba mi culo con desprecio, metiendo y sacando su polla de forma brutal y sin compasión. Rocio apretaba más y más la cabeza de su madre contra su coño, insistiendo en que la penetrara con la lengua.

Rocio: ahhh zorrrrrraaaaaaaa, me corroooooooooo

Natalia: siiiiiiiii, correte en la boca de la zorra, que se trague tus jugos

Rocio: siiiii tomaaaa zorrrraaaaa, tragaaaaa ahhhhhhhhhhh

Natalia: yo me voy a correr dentro del culo de la putita, ¿quieres que le llene de leche, que le preñe?

Rocio: siiiii ahhhh preñaleeee hazlo dentroooooo diosssssssss

Natalia: eso haré, pero aún no, quiero darle un poco más a la putita

Rocio terminó de correrse, quedando derrumbada en el sillón, con la mano en la cabeza de su madre, seguía apretando, como esperando a que su coño estuviera bien limpio para soltarla.

Rocio: Natalia, gira un poco a la putita, quiero que le coma el culo a la zorra, si ella le ha metido el strapón a la putita, creo que es justo que lo pruebe en su culo, ¿no te parece?

Natalia: mmmm, una idea genial, ¿vas a follar a la zorra con el strapón?

Rocio: si, la voy a follar

Mientras giramos nuestros cuerpos, aún con la polla de Natalia dentro de mi, Rocio se puso el cinturón con el strapón. Ya en posición, comencé a lamer, metía y sacaba mi lengua, hacía círculos alrededor poniendo gran cantidad de saliva, incluso me permití meter dos dedos dentro, con el fin de dilatarlo cuanto antes. Quería ver como mi hija se follaba a su madre y quería verlo ya. Durante unos minutos que se me hicieron eternos, estuve lamiendo su ano.

Rocio: bueno, ya vale, dejame que la voy a follar

Ana no estaba acostumbrada a semejante medida y menos en su culo, por lo que su cara reflejaba el miedo. Rocio apuntó y comenzó a meter poco a poco. Su culo comenzó a abrirse y Ana a sentir un dolor desgarrador.

Ana: ahhh me haces mucho daño ahhh

Rocio: tranquila zorra, relaja tu culo y verás como te gustará. Lo haré quieras o no

Rocio siguió empujando, el estrapón entraba poco a poco, taladrando y abriendo su culo. El papel que estaba adoptando mi hija, era el de ama y señora dueña de nuestros cuerpos. Ana no paraba de quejarse y Rocio comenzó a enfadarse.

Rocio: quieta coño, lo voy a meter si o si, dijo mientras golpeaba fuertemente el culo de Ana y empujaba un poco más

Ana: por favor, para, me duele mucho

Rocio: cuanto más te quejes, más fuerte lo meteré, así es que tu misma

Rocio siguió y siguió, hasta tenerlo todo dentro y, durante unos instantes, se estuvo quieta, sin moverse.

Rocio: ves zorra, ya ha entrado todo, ahora me estaré un poco quieta, para que te acostumbres, pero luego te voy a follar muy duro, ¿quieres zorra, quieres que te folle duro?

Ana: si, me gusta mucho que me den fuerte

Natalia: ya lo creo que le gusta, no veas mi chico como la dejó el coño

Rocio: a si?, ya verás zorra, te voy a reventar tu puto culo

Esa forma de hablar, de tratarnos, hacía que me excitara aún más, si es que eso era ya posible y comencé a correrme.

Rocio: coño, la putita se está corriendo, jaja

Natalia: ya te lo dije, jaja

Natalia seguía dando fuertes golpes en mi culo, mientras Rocio comenzó a follar a Ana. Primero con movimientos lentos, para luego ir acelerando poco a poco, dando fuertes y profundas embestidas, haciendo que Ana se moviera de forma brusca.

Rocio: a que ahora te gusta más zorra?

Ana: siiii mmmmmm

Rocio: te gusta que te folle con esta polla, ¿verdad?

Ana: siiii, me gusta mmmmm

Rocio: porque te gusta?

Ana: porque soy una zorra, me gusta que me follen bien duro y fuerte

Natalia: Rocio, me voy a correr ya mismo

Rocio: sii, hazlo dentro, llenale el culo a la putita

Natalia: siiii tomaaaaa putaaaaaaa

Natalia, con grandes embestidas, comenzó a llenar mi culo de leche.

Yo: ahhhhh mmmmmmmm

Rocio: mira la putita como disfruta

Natalia terminó de llenar mi culo con su leche, sacó la polla y me la dio para que la limpiara. Lo hice ante la atenta mirada de Rocio, sacaba mi lengua y la pasaba por su rojizo capullo, recorría todo su tronco y acababa en los huevos, dejándola completamente limpia.

Rocio: dios que puta eres papa, me gusta haber descubierto esto de vosotros. Enseñame tu culo, quiero ver como lo ha dejado

Me giré, separé mis nalgas y dejé a la vista mi ano, empapado de leche, rojo y muy abierto.

Rocio: mmmm, como me gusta verlo así. Creo que es buen momento para probar el puño, ¿no crees Natalia?

Natalia: ya lo creo, abierto y con mi leche, le entrará mejor. ¿Quieres hacerlo tu?

Natalia ofreció a Rocio ser ella quien lo metiera, durante unos instantes quedó pensativa.

Rocio: pero si lo hago, tengo que dejar de follar a la zorra, ahora que le estaba gustando

Natalia: no pasa nada, ya volverás a hacerlo en otro momento

Rocio: bueno, vale, dijo sacando el strapón del culo de Ana

Tanto Natalia como Rocio, se colocaron detrás de mi, yo seguía a cuatro patas y las rodillas ya me dolían bastante.

Rocio: joder tía, como el has dejado el culo, jaja

Natalia: si, jaja, como la bandera de Japón, jaja

Rocio: crees que le entrara todo esto?, ¿no le hará mucho daño?

Natalia: que va, seguro que la putita lo disfruta mucho, ya verás

Rocio: me da un poco de miedo desgarrar a la puta

Natalia: que no va a pasar nada, tranquila. ¿Quieres que lo haga yo?

Rocio: no, no, lo haré yo. Putita, ahora te voy a meter esto en tu culo, estás acostumbrada a que te follen buenas pollas, no creo que te duela mucho

Natalia: lo mismo se pone a gritar la putita

Rocio: no jodas, ¿y si nos escuchan los vecinos?, no me mola eso

Ana: perdonad, en la bolsa hay una mordaza, por si queréis ponérsela

Natalia: joder zorra, es perfecto

Natalia cogió la mordaza y me la colocó en su sitio.

Natalia: venga Rocio, dale ya

Rocio acercó el puño a mi ano y comenzó a empujar. Al estar en forma de cuña, con los dedos juntos como haciendo punta, el inicio no fue demasiado doloroso, lo malo vino cuando esa cuña se fue abriendo, llegando a lo que sería la palma de la mano, entonces empezó el dolor y fue ahí cuando empecé a retorcerme.

Rocio: joder Natalia, como se mueva así no podré hacerlo

Natalia: espera, dijo poniéndose sobre mi, con una pierna a cada lado se sentó encima, impidiendo mi movimiento. Venga, sigue metiendo

Rocio volvió a empujar, el puño entraba más y más, de pronto noté como mi ano se relajaba un poco, al parecer había llegado a la muñeca haciendo que sintiera un gran alivio. Pero Rocio quería meter más, quería meterlo todo y siguió empujando. Mi ano se abría poco a poco, para dejar paso a ese monstruo que lo taladraba. De la muñeca pasó al antebrazo, la parte más ancha.

Rocio: putita, ya casi está todo

Natalia: vamos, metelo

Rocio empujó de nuevo y terminó por entrar.

Natalia: ves como a la putita le cabía

Rocio: joder, vaya forma de tragar que tiene

Natalia: ahora follala, dale duro

Rocio comenzó los movimientos, metía y sacaba el brazo de silicona de mi ano. Los primeros eran muy muy dolorosos, pero Natalia sentada sobre mi, impidiendo mi movimiento, hacían que no pudiera resistirme. De todas formas, sabía que el dolor desaparecería pronto, dejando paso a un inmenso placer, que en esta ocasión, me proporcionaría mi hija.

Poco a poco, el semen de Natalia hizo el efecto de lubricante, haciendo que su deslizamiento fuese más placentero, dando paso a un agradable placer, al sentirme completamente lleno por un instrumento manejado por mi hija, ante la atenta mirada de su madre. Rocio estuve largo rato follando mi culo, a veces aceleraba el ritmo y la embestida, otras veces lo dejaba entrar y salir despacio, la verdad es que sabía como hacerme gozar, hasta el punto de que volví a correrme de nuevo.

Ana: se está corriendo

Rocio: si?, mmm putita como te gusta esto

Terminé de correrme y Rocio terminó de follarme, sacó el “brazo” de mi ano y se quedó contemplando el inmenso agujero que había hecho.

Rocio: madre mía, vaya agujero tienes papa, jaja

Natalia: quiero verlo, quiero verlo, jaja

Rocio: joder, esto hay que inmortalizarlo, voy a hacerle una foto

Natalia: si, luego me la pasas, que se la enseño a mi novio y mi padre, seguro que les gusta lo que hemos hecho con la puta

Tras hacerme unas cuantas fotos, que por cierto me enseñaron y en donde pude contemplar su gran obra, nos sentamos los cuatro. Yo, derrotado y con las rodillas enrojecidas, exhausto, cansado y con el culo destrozado. Ana, frustrada por que Rocio no terminó su follada, Natalia, satisfecha por su corrida y por la inclusión de mi hija en esta aventura y Rocio, ilusionada con el nuevo panorama que se le presentaba en casa.

Rocio: menuda tarde, eh. Nunca imagine que mis padres fuesen así, mi padre una puta maricona y mi madre una gran zorra

Natalia: tu padre siempre ha sido así, un maricón al que le gustan las pollas, pero tu madre es zorra desde que folló con mi novio

Rocio: si, ya me lo contaste, pero de verdad que no podía creerlo. Pero hoy, joder, hoy ha sido... esto ha sido la ostia, jaja

Natalia: y ahora, que vas a hacer?

Rocio: pues no lo se, tengo que pensar, pero te aseguro que estas dos me van a dar mucho mucho juego

Natalia: espero que nos dejes seguir disfrutando de ellas, que dejes que sigan siendo nuestras putas

Rocio: tranquila, eso no cambiará, podréis seguir haciendo lo que queráis con ellas, pero yo también tendré que sacarlas partido

Natalia: claro, pocas veces se tiene una puta en casa y menos dos y además que sean tus padres

Rocio: y vosotras, no tenéis nada que decir?

Ana: yo… yo… si quieres que también sea tu puta, lo haré

Rocio: claro que quiero zorra, ¿y tu?

Yo: hija, claro que seré tu puta, hoy me has hecho la puta más feliz del mundo y te doy las gracias, le dije ya más calmado

Rocio: así me gusta, que asumáis lo que realmente sois

Agradecería comentarios, críticas o sugerencias sumisobisex@gmail.com