Disfrute con la amiga trans de mi hija iii

Mi mujer se entera de mis gustos, pero un giro inesperado cambiará la situación

DISFRUTE CON LA AMIGA TRANS DE MI HIJA III

Antes de nada, agradecer los comentarios y correos que me habéis enviado, dando vuestra opinión sobre esta serie de relatos. Disculpad, este quizás sea un poco largo.

Pasé unos días, con dolor de ano, la follada que me dieron Natalia y su padre, lo dejó bastante dolorido, por suerte mi mujer no se dio cuenta de mi forma de caminar o sentarme, al menos eso creo, porque no hizo comentario alguno al respecto.

A los cuatro días de ese maravilloso encuentro, mi mujer me dijo que teníamos que ir de compras. La verdad es que prefería quedarme en casa, para quedarme solo y llamar a Natalia. Intenté por todos los medios escabullirme, pero resultó del todo imposible, no me quedó más remedio que acompañarla.

Era sábado, salimos de casa sobre las diez de la mañana. Fuimos al centro comercial y comenzamos a dar vueltas y vueltas. Mi cara reflejaba la desilusión del momento, haciendo que mi mujer me preguntara si me pasaba algo, la respondí que no, que estaba un poco cansado.

En una de estas vueltas, vi de lejos a Natalia junto a su padre y mi cara se iluminó. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, a mi mente volvieron los momentos pasados entre los tres aquella inolvidable tarde. Venían de frente a nosotros, paso a paso se acercaban más y más y a cada metro que recortábamos, yo me ponía más nervioso.

Mujer: que te pasa, pareces acalorado

Yo: es que hace mucho calor aquí, ¿tu no tienes?

Mujer: anda, mira quien viene por ahí, Natalia y su padre

Yo: conoces al padre de Natalia?

Mujer: claro, le he visto varias veces con ella por la calle

Por fin nos juntamos. Mi mujer les saludó, dando dos besos a Natalia y lo mismo a su padre. A mi no me hacían ni caso, como si no estuviera. Por fin, el padre de Natalia se dirigió a mi.

Padre: hola, soy el padre de Natalia, supongo que tu eres su marido

Yo: si, soy su marido

Natalia me dio dos besos y tras esta breve y falsa presentación, se pusieron los tres a hablar de nuevo, haciendo caso omiso de mi presencia. Al poco, me entraron ganas de ir al baño.

Yo: perdonad, voy un momento al baño

Padre: espera, voy contigo

Escuchar esto, fue como activar la puta que llevo dentro. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Fui delante de el, notando como su mirada se posaba en mi culo. Entramos al baño y ambos comenzamos a mear. Yo suelo hacerlo de pié, pero el se metió en uno de los cubículos. Con los nervios, no me salía nada, por lo que terminó antes que yo. Girándose, para salir del cubículo, se percató de que estábamos solos.

Padre: puta, ven aquí

No sabía que hacer, seguía inmovil.

Padre: no me has oído puta?

Girándome, me encaminé hacia donde el estaba.

Padre: vamos, entra, necesito una mamada

Yo: pe.. pero.. aquí.. mi mujer está fuera

Padre: y?, quiero que me comas la polla ahora, ¿entendido?

Yo: s.. si.. lo.. que tu digas

Padre: pues venga, siéntate en el trono y abre tu puta boca

Me senté, el cerró la puerta y sacó su polla.

Padre: que coño esperas puta, comete mi polla ya

Sin decir nada más, agarré su polla y comencé a chupar. Esta nueva situación, en un baño público, donde alguien podría entrar y sospechar que allí ocurría algo y mi mujer esperándome fuera, no hicieron más que acrecentar mis ganas de chuparla. Como un loco, me dediqué a ella. Lamía, chupaba y mamaba su polla y huevos, con un ansía desmedida.

Padre: que zorra eres, tu mujer fuera y tu aquí, comiéndome la polla, pero por la forma en lo que lo estás haciendo, te pone esta situación, ¿verdad zorra?

Yo: mmmmm

Padre: tenías ganas de polla, ¿verdad?

Yo: mmmmm

Padre: así puta, sigue así. Te voy a llenar la boca de leche, no la vas a tragar toda y cuando salgas, quiero que beses a tu mujer y le pases un poco, que sepa lo que has estado haciendo aquí dentro

En ese momento, saqué su polla de mi boca y mirándole, le dije.

Yo: no por favor, eso no, se dará cuenta

Padre: y a mi que me importa maricón, si no consigues que me corra en dos minutos lo harás, ¿entendido?

Sentía miedo, ¿como diablos haría eso?, mi mujer se daría cuenta en el acto y si allí no me la liaba, seguro que en casa lo haría y sería una bronca monumental, por lo que me apliqué lo más a fondo que pude en que se corriera.

Padre: te queda solo minuto y medio maricón

Agarré su culo y empujé fuertemente. Durante unos instantes, que me parecieron eternos, metía su polla en la más profundo de mi garganta y volvía a sacarla, lo hacía velozmente, intentando que se corriera lo antes posible. Por fin, noté como su polla se hinchaba y comenzó a descargar su semen dentro.

Padre: mmmm siiiii tragaaaaaa maricónnnnnnnnnnnnn

Se corrió, lleno mi boca de semen y tragué todo lo que pude, ¿pero habría terminado a tiempo?.

Padre: jaja maricona, creo que por esta vez, tu mujer se quedará sin saberlo. El miedo a que lo sepa, ha hecho que te esmeres en la mamada

Mientras limpiaba los restos de su corrida de mi cara, respiraba aliviado

Padre: bien putita, ahora saldrás, besarás a tu mujer y le traspasaras mi leche, de lo contrario, todo el mundo sabrá que eres una maricona, me dijo enseñándome su móvil

Yo: pe.. pero me dijiste

Padre: ya se lo que te dije, pero lo he pensado mejor y me apetece ver la cara de tu mujer cuando la beses, quiero que sepa lo maricón que es su marido

Natalia ya me dijo que era un bruto, pero nunca pensé que fuese tan lejos. ¿Había grabado la mamada?, esto sí que no me lo esperaba. Cuando los vimos, me puse nervioso, cuando fuimos juntos al baño, bastante más, pero cuando volvimos con ellas, no sabía donde meterme y que hacer. ¿Y si no hacía lo que me pedía?, ¿sería capaz de enseñar el vídeo a mi familia?. No podía permitir que eso ocurriera, pero por otro lado, ¿si besaba a mi mujer con su leche en mi boca, que pasaría?, ¿que podría ser peor, el chantaje o la bronca?. Al final, decidí que lo mejor era que la besara y asumir la bronca que eso ocasionaría.

Acercándonos a ellas, cogí a mi mujer de la cintura, giré su cabeza y la besé. Metí mi lengua en su boca, jugando con mi lengua en su interior, traspasando lo poco que quedaba del semen, mientras de reojo veía como el padre de Natalia sonreía y le decía algo a ella, tras lo cual, ambos rieron silenciosamente. Terminé de besar a mi mujer y me aparté. Su mirada era de extrañeza y sorpresa, no dejaba de pasar su lengua a un lado y otro de su boca, como intentando adivinar que era aquel sabor extraño. No decía nada, solo me miraba atentamente, al final terminó por sonreír, me cogió de la mano y la apretó con fuerza. Nos despedimos de Natalia y su padre y regresamos a casa.

Por el camino, no habló, fue todo el tiempo callada, con su mirada al frente, como perdida. Yo, muerto de vergüenza, no sabía donde meterme y que hacer, por lo que opté por guardar silencio, esperar a que ella fuera quien lo rompiera.

(Hago un inciso en este momento. En la vida real, mi mujer sabe perfectamente que antes de conocerla, tuve relaciones sexuales orales con tíos, que me gustan las pollas y que siempre he sido algo sumiso)

Ya en casa, colocamos las compras y mi mujer rompió el silencio:

Ana: anda, ven y siéntate

Me senté a su lado, callado y cabizbajo, avergonzado.

Ana: que fue aquello, porque me besaste así, sin venir a cuento?

Yo permanecía en silencio, sin saber que decir.

Ana: no me dices nada?, ¿y ese sabor en tu boca?, ¿era semen, no?, ¿del padre de Natalia?, venga contesta

Como seguía sin decir nada, continuo hablando.

Ana: ya veo, tu silencio me confirma que tengo razón. Eres un maricón, siempre lo has sido, aunque te casaste conmigo, siempre has querido volver a comerte una polla. ¿Desde cuando lo haces?, ¿solo con el o con más?. Vamos contesta maricón

Yo: lo..lo siento..mucho

Ana: que lo sientes?, ¿porque no lo pensaste antes de hacerlo?. Vamos, quiero saberlo todo

Empecé a contar a Ana todo lo ocurrido con Natalia y su padre, como empezó todo, sin omitir absolutamente nada. Mientras le contaba, Ana me miraba incrédula, expectante y cabreada por lo que escuchaba. Cuando terminé, me quedé mirándola seriamente, con la cara desencajada.

Ana: bueno, la verdad es que no me lo esperaba. Muchas veces me has dicho que tenías ganas de volver a chupar una polla y las mismas veces te he dicho que por favor no lo hicieras, que no me gustaba pensar en ello. Pero veo que te ha sido imposible contenerte, en cuanto te han puesto una polla delante, te has tirado a ella y no solo la has chupado, sino que también te han follado, la verdad es que no pensaba que fueses tan maricón. Te voy a hacer una pregunta y quiero que me contestes

Yo: dime

Ana: tanto te gusta chupar pollas y que te follen?

Yo: Ana, sabes que me ha gustado desde siempre, nunca te lo he ocultado. En cuanto a lo de follarme, nunca llegué a probarlo y ahora que lo he hecho, la verdad es que me encanta

Ana: pero porque te gusta tanto?, ¿o es que eres más maricón que hombre?

Yo: creo que tienes razón, soy más maricón que hombre, disfruto más con una polla que con un coño. No se si será porque mi polla es pequeña, pero me gusta más ser follado que follar

Ana: eso no hace falta que me lo digas, ya se que tu polla es pequeña y que no te gusta follar, al menos conmigo

Yo: te juro que no he follado con nadie aparte de ti

Ana: no si te creo, más que nada porque con esa polla no creo que pudieras follar a otra. En el centro comercial, ¿porque le has hecho caso al padre de Natalia?, podrías haberle dicho que no

Yo: porque me lo ha ordenado

Ana: como ordenado, ¿acaso eres su esclavo?

Yo: si, de el y de Natalia

Ana: entonces, también eres sumiso?

Yo: si

Ana: vaya, una maricona sumisa en casa tantos años y yo sin saberlo

En ese momento, Ana se levantó del sillón. Cogió su teléfono e hizo una llamada

Ana: Natalia?

Natalia: hola

Ana: oye, puedes venir a casa, necesito hablar contigo

Natalia, conocedora de lo ocurrido en el centro comercial, intentó escabullirse.

Ana: no, tranquila que no es nada, no pasa nada, solo quiero hablar contigo del maricón mi marido

Escuchar esto de la boca de Ana, me sobresaltó e hizo queme pusiera muy nervioso. ¿Que se traería entre manos mi mujer?, ¿porque querría hablar con Natalia?

Ana: a pues bien, que vengan contigo. Vale en media hora os esperamos. Cariño, vete a la ducha y luego vienes a la habitación y por cierto, lavate profundamente

Fui a la ducha, mientras me lavaba, pensaba que es lo que ocurría, porque Ana había llamado a Natalia y porque había dicho “os esperamos”, ¿quien vendría con ella?, ¿su padre?, ¿sus amigos?, ¿porque me dijo que me lavara profundamente? Terminé de ducharme y como Ana me indicó, me esmeré en limpiar bien mi ano, ya que eso entendí cuando me dijo esas palabras. Salí del baño camino de nuestra habitación. Ana estaba allí, sentada en la cama, con esta llena de prendas de ella. Vestidos, blusas, faldas y ropa interior.

Ana: ven aquí. Ahora te vas a vestir con algo de esto que tienes aquí

Yo: pero.. ¿lo dices en serio?

Ana: claro que lo digo en serio, ¿no quieres ser una maricona?, pues toda maricona tiene que ir vestida para la ocasión. Vamos, que no tardarán en venir

Empecé por la ropa interior. Ana me pasó un tanga de color negro, con una fina tira atrás y un pequeño triángulo delante.

Ana: ponte este, no creo que te sobresalga nada por delante, aunque es muy pequeño bastará para ocultar eso, me dijo señalando mi polla

Me puse el tanga y efectivamente, su pequeño triángulo de tela era más que suficiente para tapar mi pequeña polla y huevos. El hecho de estar completamente asustado, hacía que esta se encogiera más aún. Luego me pasó un sujetador, del mismo color. Me lo abrochó ella misma a la espalda.

Ana: sabes, la verdad es que tienes buen culo, no me extraña que los tíos quieran follarte. Date la vuelta que te vea de frente

Me giré y quedé de cara a ella y al espejo. Pude verme con esas prendas y, lejos de molestarme, me gustaban. Ana se dio cuenta de mi mirada.

Ana: te gusta verdad?, ya sabía que pasaría, sabía que eras una nenita en el fondo

Poco a poco fue pasándome ropa y al final terminé con una blusa, bastante escotada y una minifalda de gran vuelo. Siempre suelo ir depilado, por lo que no quiso ponerme medias. Lo que sí me puso, fueron unos tacones. Caía tres veces al suelo al andar con ellos, pero al final me acostumbré. Luego me maquilló, me puso colorete, pintó mis labios y mis ojos. Me estaba preparando, pero ¿para que?. Cuando terminó de arreglarme, se apartó un poco para ver su obra.

Ana: bueno, no te he dejado tan mal, la verdad es que das el pego, pareces una tía. Mirate y dime que te parece

Miré al espejo y pude ver una mujer, no había rastro alguno de mi anterior yo.

Ana: que, te gusta?

Yo: si, me gusta mucho

Ana: nunca te habías vestido así?

Yo: no, nunca

Ana: pues pareces una mujer. Quizás sea el momento de cambiar, ¿no te parece?

Yo: como de cambiar?

Ana: si, que vistas siempre así, de mujer, así los tíos te podrán tirar los trastos

Yo: pero lo estás diciendo en serio?

Ana: claro que si, mira, si te parece lo harás cuando estemos en casa. Cuando llegues del trabajo, te cambias y te pones la ropa que yo te deje en la cama, por cierto, tendremos que ir a comprarte ropa, sobre todo tangas. ¿Que me dices, te gustaría vestirte de mujer en casa?

Yo: bueno, si es en casa, solo contigo

Ana: no, no solo conmigo, desde que entres por la puerta lo harás y esté quien esté o venga quien venga, estarás así vestido. Antes que Natalia y su padre, estoy yo para que seas mi esclavo, ¿no te parece?

Yo: está bien, lo que tu digas

Ana: así me gusta. Ahora vamos al salón, están apunto de llegar

Fuimos al salón, a esperar a Natalia y ¿sus acompañantes?. Ana se sentó en el sillón, a mi me dejó el sofá. Me senté con las piernas muy juntas y mis manos en las rodillas.

Ana: no, no, así no, cruza las piernas, comportate como una señora

Hice lo que me ordenó y al cruzar mis piernas, gran parte de mi nalga quedó a la vista.

Ana: sabes, te ves muy sexy, seguro que le gustarás así vestida a Natalia

Yo: pero Ana, ¿porque este cambio?, nunca me has tratado así

Ana: porque ya estoy harta y ahora quiero ver con mis propios ojos lo que eres capaz de hacer con una polla, quiero ver si es verdad que te gustan tanto, quiero ver como mamas y como te follan, solo hoy lo haré

Yo: y luego, ¿que pasara?

Ana: nada, si veo que es cierto lo que dices, podrás seguir haciéndolo, pero yo no estaré presente y si lo haces, no quiero que me cuentes nada

Yo: gracias Ana, jamas pensé que me entendieras

Ana: bueno, ya veremos lo que pasa

Llamaron a la puerta y Ana me dijo que abriera yo. Abrí y allí estaba Natalia, acompañada de su padre y un chico bastante apuesto, luego me enteré que era el novio de Natalia.

Yo: hola, pasad

Natalia: ehh, que guapa estás

Padre: vaya, veo que has decidido mostrarte como eres

Ana: no, he sido yo quien la ha vestido así. Pasad, sentaos y tomamos algo. Tu maricón, traenos algo de beber

Fui a la cocina, mientras Ana se ponía al día con Natalia.

Ana: vamos a ver, desde hace tiempo sé que a mi marido le gustan las pollas, pero me prometió que nunca lo haría y hoy me he enterado, gracias a tu padre, que ha vuelto a hacerlo

Natalia: verás, nosotros no la hemos obligado a nada, solo vimos en ella su deseo y ganas

Ana: tranquila, no te reprocho nada, ni estoy enfadada contigo, solo os he hecho venir para comprobar si es cierto que tanto le gustan

Padre: jaja, puedes estar segura, disfruta como una puta con una polla a su alcance

Natalia: y como quieres comprobarlo?

Ana: quiero ver como lo hace con vosotros, quiero verle mamando y follando. Quiero que se lo hagáis aquí y ahora

Natalia: en serio quieres verlo?

Ana: si, pero tened en cuenta que solo será el, yo miraré como lo hace, nada más

Padre: seguro?

Ana: seguro, yo cumplo mi palabra, no como esta. Me ha pedido mil veces que folle con otro y siempre le he dicho que no y pienso cumplirlo

Padre: bueno, tu misma pero seguro que cuando veas a la puta mamar y como la follamos, no podrás reprimirte y querrás intervenir

Para entonces, ya les había puesto unas cervezas y permanecí de pié, inmóvil escuchando todo lo que hablaban.

Padre: bueno putita, tu mujer quiere ver lo que eres capaz de hacer con una polla, acercate y empieza con la mía

Seguí sin moverme, miré a Ana

Ana: venga, ¿no te gustan tanto?, pues ahora tienes tres para ti sola. Ponte a cuatro patas y empieza a comer, seguro que lo de esta mañana te ha dejado con hambre

Natalia, su novio y su padre, estaban sentados los tres juntos en el sofá, mientras Ana nos contemplaba desde el sillón, desde donde podía ver todo lo que se hiciera. Me acerqué y desabroche el pantalón, metí mi mano y saqué la polla del padre de Natalia, me puse a cuatro patas y comencé a mamar su polla, con mis manos apoyadas en el suelo.

Padre: ves como le gustan las pollas a la puta, ni siquiera utiliza las manos

Ana: si, ya veo

Natalia se acercó a mi por detrás, subió mi faldita y comenzó a acariciarme y golpearme el culo.

Natalia: me encanta tu culo putita, vamos a enseñarle a tu mujer lo tragón que es y hoy por suerte, está mi chico, ya verás que polla tiene, te va a volver loca putita: Cariño, ven y mira que culo te vas a follar

El novio de Natalia se acercó y quedó parado viendo como Natalia acariciaba mi culo, esta separó mis nalgas, retiró la fina tira del tanga y así pudo contemplar mi ano.

Novio: joder que culo tiene la puta, va a ser un placer romperlo, ¿crees que podré meterla?, ya sabes como es mi polla

Natalia: si cariño, podrás meterla. A la puta no le importará sentir algo de dolor, ya le pasó con mi padre

Ana contemplaba y escuchaba desde el sillón, con los ojos abiertos como platos, observando cada detalle. Veía como la polla del padre de Natalia, entraba y salía de mi boca y como esta bajaba de vez en cuando a sus huevos, lamiendo y sorbiendo cada uno de ellos.

Padre: bueno maricona, ya está bien de mamar. Vamos que voy a ir abriendo tu culo, que falta te va a hacer cuando este te la meta

El padre de Natalia cedió su sitio al novio de esta, aún seguía con los pantalones puestos, pero ya se podía apreciar un considerable bulto en ellos. Fue el mismo quien se los bajó, así como el slip, dejando al descubierto la polla más grande que nunca había visto. Ya en semi erección, debía medir como 20 cm, pero su grosor era lo más espectacular, era como un vaso de tubo. Dios ¿como podría entrar eso en mi culo?. Cogí su polla, abrí el máximo posible mi boca y comencé a chupar, solo entraba parte del capullo, mi boca no daba más de si, no obstante, giré mi cabeza con ella dentro y miré a Ana. Vi su mirada de asombro, creo que no era el único que nunca había visto algo semejante, pero también vi que la escena estaba comenzando a hacer mella en ella, la noté nerviosa y excitada.

Natalia. Vamos putita, seguro que puedes meter más, dijo a la vez que empujaba mi cabeza

Rasgando la comisura de mis los labios consiguió que entrara la cabeza entrara y un poco más. No dejé de mirar a Ana, me encantaba verla así, su mirada fija en mi boca, viendo como era capaz de acoger esa inmensa polla, su lengua no dejaba de recorrer los labios, humedeciéndolos, deseando estar en mi lugar. El padre de Natalia, agarró su polla y mostrándosela a mi mujer, le dijo.

Padre: mira, verás como se la traga de un tirón por ese culo de puta que tiene

Dicho y hecho, acercó su polla y de un fuerte golpe, la hundió dentro de mi ano.

Padre: ves, ni se inmuta la maricona

Ana: si.. si.., ya lo veo

Padre: has visto que mi polla no es nada pequeña, ¿te gusta?

Ana: si, me gusta

Padre: quieres probarla tu después?

Ana: no, eso no va a pasar

Padre: tu misma, no entiendo que no quieras probar una polla de verdad, porque la que te ha estado follando estos años, es una mierda comparada con esta

Ana: si, es una mierda y te aseguro que no volverá a follarme, pero no quiero otra polla

Padre: bueno, ahora le voy a dar bien duro a la puta, voy a llenar su culo de leche, la voy a dejar bien preñada

Ana escuchaba con asombro las cosas que decía. Yo deseaba que se incorporara a la fiesta, pero mi mujer era bastante dura y cumplidora en estos temas, lo que decía se hacía. Aún así, no perdía la esperanza y me aplicaba en poner la polla del novio de Natalia en su máximo esplendor. Seguí mirándola fijamente, igual que ella a mi. Sacaba la polla de mi boca, pasaba mi lengua a su alrededor y por todo su tronco, llenándola bien de saliva y mientras lo hacía, la sonreía. Ana se revolvió nerviosa en el sillón y sus manos comenzaron a moverse, una de ellas fue a parar a sus tetas, agarrando y amasando, la otra a su coño, acariciándolo por encima del pantalón.

Ana: bufff que polla te estás comiendo maricón, ¿te gusta?

Yo: mmm, siiii, me encanta

Ana: tas comido alguna parecida?

Yo: nunca tan grande y gorda, mmmm

Novio: sigue puta, lo estás haciendo muy bien, se nota que te gusta comer

Natalia: cielo, ya te dije que es una buena puta mamona. Papa, no tardes que la puta tiene que probar esta deliciosa polla

Padre: si, no tardo, dijo mientras metía y sacaba su polla de mi culo

Durante rato, estuvimos así, yo mamando la polla del novio de Natalia, su padre dándome por el culo, Natalia al lado de su novio, meneando su polla y Ana masturbándose, ya con la mano dentro del pantalón. Por fin, con grandes metidas, el padre de Natalia comenzó a correrse.

Padre: tomaaaa putaaaaaa mi lecheeeeeee

El sentir el semen recorrer mi interior, hizo que mi mamada se intensificara. El placer del preciado líquido recorriendo mi cuerpo, hacía que mi lujuria se acrecentara.

Padre: ohhhh diossssss te preñoooooo putaaaaaaaaaaaaaa

Cuando terminó de correrse, sacó su polla y se acercó a mi boca.

Padre: toma puta, limpia bien

Ana no podía creerlo, sin más, dejé de mamar al novio de Natalia y comencé a limpiar la polla que me acababa de follar. El padre, agarró mi cabeza y metía y sacaba su polla, follando mi boca. Ana no salía de su asombro.

Ana: que puta eres, acaba de sacarla de tu culo y la metes en tu boca, eres una guarra, una puta guarra

Padre: jaja, ya lo creo que es eso

El novio de Natalia, no esperó más, se acercó a mi por detrás, apunto su polla a mi ano y zas. Un grito salió de mi garganta, un dolor intenso invadió mi cuerpo. Esta vez Natalia no dijo nada, al contrario.

Natalia: vamos, dale fuerte a la puta, que su mujer vea como le gusta y se convenza de ello

Ana miraba asombrada, como esa inmensa polla, con sus ya 24 cm bien dispuestos, taladraba mi ano. Con los ojos muy abiertos, contemplaba como salía y entraba, como me follaba. Ana se bajó el pantalón y el tanga, ya sin cortarse nada, comenzó a meter los dedos en su coño, lo hacía como poseída, jamás la había visto tan excitada.

Ana: siiii diossss dale… fuerte… a la putaaaaaaaa

Natalia: te está gustando esto?

Ana: siiiiii, me gustaaaaaaa

Natalia: te gusta la polla de mi novio?

Ana: mmmmm………...siiiiiiii

Natalia: quieres que te folle, quieres sentir lo que es una polla de verdad?

Ana: nooooo… siiiiii…..quiero..que...me..folleeeeeeeee

Natalia: pídela, pide que mi novio te folle y te haga su puta

Ana: siiii...por..favor...follame

Natalia: y que más?

Ana: haz...hazme.. tu...puta… ahhhhhh

Natalia: cielo, deja a la maricona y folla a esta puta

No podía creer lo que oía, por fin Ana sucumbiría a mis innumerables peticiones, por fin sería follada por otra polla y lo mejor, es que sería delante de mi y con la polla más grande que jamas me encontré. Esa Ana que siempre me negaba hacerlo con otro, que era muy clásica en la cama, ahora sería follada y bien follada.

Ana: maricón, limpia la polla, no quiero que me folle después de haberla tenido en tu culo

Padre: joder, vaya matrimonio nos hemos encontrado, una puta maricona y una zorra, jaja

Natalia: es perfecto papa, vas a poder follar a tu antojo cuando quieras, con la puta o con la zorra o con las dos

Padre: ya lo creo hija, ya lo creo

Natalia: venga maricona, que te voy a meter mi polla, tu culito se ha quedado vacío y eso no puede ser

Mientras limpiaba la polla de su novio, Natalia comenzó a follarme. La verdad es que casi no pude notar como entraba, mi culo estaba enormemente abierto por la anterior polla, aún así, me encantó sentir ese calor que desprendía su miembro. Terminé de limpiar la polla, miré a mi mujer y la vía recostada sobre el sillón, con las piernas completamente abiertas, mostrando su gran coño depilado, coronado por un enorme clítoris y empapado de jugos. Nunca la había visto así, tan salida y cachonda, tan mojada y tan puta, pero me encantaba.

El novio se acercó, apuntó la polla al coño y cuando fue a meterla, Ana le paró.

Ana: espera, espera. Tu maricón, ven aquí, quiero que la agarres y seas tu quien la meta, quiero que seas un cornudo como siempre has deseado

Como pude, ensartado con la polla de Natalia en mi ano, me acerqué, agarré la enorme polla y la coloqué en el coño de Ana.

Ana: así cornudo, ahora empuja su culo para que entre

Empujé sobre el culo del novio y la polla comenzó a entrar. Quise hacerlo despacio, para ver como desaparecía milímetro a milímetro en su interior, para ver la cara de Ana mientras era empitonada por ese enorme rabo. En ese momento, viendo esa imagen tan excitante, me corrí como nunca lo he hecho.

Padre: mira la maricona, se está corriendo

Natalia: jaja, se ve que tenía ganas de verla follando con otro

El novio comenzó a meter y sacar su polla, el coño de Ana se abría al máximo para acogerla. Natalia seguía follando mi culo y su padre, viendo esta impresionante imagen, se puso de nuevo duro. Acercándose a Ana, arrimó su polla a la boca de esta.

Padre: toma zorra, abre tu boca y come mi polla

Ana abrió la boca y comenzó a mamar, mientras notaba las embestidas de un miembro viril descomunal. Ya no me prestaba atención, solo se dedicaba a sentir placer, el placer de ser follada por una inmensa polla y el placer de mamar a la vez. El padre de Natalia, cogía sus tetas, las amasaba y apretaba, tiraba de sus endurecidos pezones y Ana gemía y gemía como una loca, como una auténtica zorra.

Padre: así zorra, mmm que bien mamas puta

Durante larguísimos minutos estuvimos follando, bueno mejor dicho, nos estuvieron follando, sus pollas entraban y salían de nuestros cuerpos, sin miramiento alguno. Tanto las embestidas de Natalia, como las de su novio, eran brutales, haciendo que el salón retumbase, que el sillón donde se encontraba Ana se moviese. Olía a sexo, lujuria y semen. Natalia comenzó a correrse dentro mi, fue la primera en hacerlo. Me llenó el culo, como las veces anteriores, luego sacó su polla y me la dio para que la limpiara. Estaba deseando terminar, quería ver como su padre y su novio, se corrían, quería ver a Ana cuando sintiera el semen de esas dos pollas.

Padre: zorra, voy a llenar tu boca de leche, la vas a tragar, ¿verdad puta?

Ana: mmmm

Padre: tomaaa putaaaaa tragaaaaaaaa

Ana tragaba la corrida, como si de un exquisito licor se tratara, por las comisuras de sus labios, caían pequeñas gotas de semen que se deslizaban por su barbilla. Cuando el padre terminó de correrse, sacó la polla de su boca y recogiendo con ella lo que había caído, se lo metía dentro.

Ana: mmmmmm

Padre: veo que a ti también te gusta la leche zorra

Ana: mm siiiiiii

Novio: puta, me voy a correr, donde quieres que lo haga

Yo: hazlo dentro de su coño

Ana: siii… haz.. hazlo dentrooooooo… preñameeeeeeeeeee

El novio comenzó a moverse más deprisa y con un gran espasmo por su parte y un temblor en el cuerpo de Ana, comenzó a correrse.

Ana: ohhhh siiiii damelooooo todooooooooo

Novio: toma zorraaa tomaaaa mi lecheeeeeee

Unos cuantos movimientos después, sacó su polla del coño y Ana se tiró a chuparla, quería disfrutar de esa primera verdadera polla de su vida, no quería dejarla escapar, aún derrotada como estaba por la tremenda follada, sacó las fuerzas suficientes como devorarla. Yo, viendo su coño empapado de jugos y semen, me acerqué a ella y comencé a lamer. Ana sacó la polla de su boca y sin soltarla, me dijo.

Ana: maricón, a partir de hoy, mi coño no es tuyo, no vas a follarme nunca más. A partir de hoy me follaran pollas de verdad, vendré llena de semen y tu me limpiaras, solo me servirás para eso, para limpiar mi coño de las lechadas que traiga. Te voy a convertir en un gran cornudo

Natalia: mira la zorra y eso que no quería, jaja

Padre: es más puta de lo que parece, solo había que sacarlo, jaja

Natalia, si jaja, ahora tendremos dos esclavas para follar cuando queramos, ¿verdad puta que lo harás cuando te digamos y con quien digamos?, le preguntó a Ana

Ana: si, cuando digáis y con quien digáis

Natalia: vais a ser nuestras putas?

Ana: si, seremos vuestras putas

Padre: ya verás puta, lo bien que lo vas a pasar, de ahora en adelante, te van a follar de verdad

Ana: has oído maricón?, a partir de hoy voy a ser la más zorra y guarra, voy a ser una puta, la puta de Natalia y su padre y tu un gran cornudo

Aquella tarde, terminó de la mejor forma posible, tanto Ana como yo, salimos bien llenos de leche.