Disfruté con la amiga trans de mi hija

Una amiga de mi hija, transexual, me hace disfrutar de una maravillosa tarde

DISFRUTE CON LA AMIGA TRANS DE MI HIJA

Desde hace un tiempo, una amiga de mi hija viene de vez en cuando a casa. La verdad es que nunca había imaginado que era transexual, siempre la he encontrado muy guapa y con un cuerpo especialmente bonito para serlo. Mi hija, dado el carácter abierto de nuestra familia, nunca tuvo la necesidad de comentarnos su situación, siendo totalmente natural en ella tener amigos de todo tipo y condición.

Natalia, así se llama la chica, ha llegado a coger mucha confianza en nosotros y nos agradece que le hayamos abierto las puertas de nuestra casa, sin preguntar ni comentar nada sobre ella.

Natalia es una mujer de 27 años, 182 cm de altura, con muchas curvas, pechos operados y un culo digo de alabar. Su cara es alargada, fina y con ojos azules. Una preciosidad de mujer que seguro romperá más de un corazón a lo largo de su vida.

Como he comentado antes, suele venir bastante a casa. Un día de los que vino a buscar a mi hija y pedirle un favor, me encontraba yo solo porque mi mujer e hija habían salido a comprar algo de ropa.

Al abrir la puerta y comentarle que estaba solo, la vi algo cortada.

Yo: que te pasa, parece que te has quedado cortada

Natalia: un poco si, la verdad

Yo: tranquila, no pasa nada, si quieres puedes esperarla aquí, la llamamos y vemos lo que tardará en venir

Natalia: no, si no es eso, es que … quería pediros un favor

Yo: puedes pedírmelo a mi si quieres

Natalia: verás, es que tenemos al fontanero en casa, mis padres están reformando el baño y no tenemos agua. Quería pedirle si podría ducharme aquí mientras terminan

Yo: por supuesto que puedes, sin ningún problema y las veces que sean necesarias. No tienes que cortarte por pedirnos esas cosas

Natalia: no sabes lo que te lo agradezco, de veras

Yo: nada, tranquila. Pasa y te duchas

Natalia fue a ducharse, mientras yo esperaba en el salón.

“Hago un paréntesis de la historia. Todos los que leen mis relatos, saben mi gusto por las pollas, saben que me encantan y vuelven loco y que no digo que no a ninguna, venga de donde venga y sea como sea”

Mientras Natalia se duchaba, mi imaginación volaba, su presencia allí, los dos solos, me calentaba sobre manera. Mi cabeza no paraba de pensar en como sería su cuerpo desnudo, como serían sus pechos y sobre todo si tenía coño o se había operado, ya que esto nunca nos lo comentó nuestra hija.

Natalia terminó de ducharse y salió al salón. Cuando la vi, mi corazón dio un vuelco. Se había puesto un albornoz de mi hija, que al ser más baja que ella, hacía que no cubriese más allá de medio muslo. Sus piernas largas, delgadas, bien formadas y depiladas, eran una impresionante visión. Su pelo mojado, cayendo sobre sus hombros hacían que su cara resplandeciera aún mas. Con el albornoz bien apretado, se marcaban unos protuberantes pechos, coronados por lo que debían ser unos duros y puntiagudos pezones. No pude remediarlo, pero mi polla se puso dura nada más verla.

Natalia: no sabes cuanto te lo agradezco, dijo mirándome con una sonrisa, a la vez que se sentaba en el sillón frente a mi

¿Habría notado mi turbación?, ¿quizás que mi polla se había empalmado?

Yo: tranquila, no hay problema, puedes hacerlo las veces que quieras, la respondí con voz temblorosa. ¿Quieres tomar algo?, la pregunté

Natalia: pues no vendría mal una cerveza, me respondió a la vez que cruzaba sus piernas

El albornoz subió lo suficiente como para dejar al aire gran parte de sus muslos, tapando unicamente su precioso tesoro. Por unos instantes, me quedé mirando fijamente, sin reaccionar. Cuando levanté la mirada, Natalia sonreía. Me levanté a por la cerveza, intentando disimular el bulto que se había formado en mi entrepierna.

Natalia: si tienes un tercio, mejor

Yo: vale

Desde la cocina, mientras me tocaba la polla por encima del pantalón, le pregunte si quería una copa. Me respondió que no, que le gustaba beber en la botella. Las cogí y regresé al salón, lógicamente me senté frente a ella de nuevo y le ofrecí la cerveza. Al cogerla, lo hizo con la mano derecha, mientras la hacía descansar sobre su izquierda. Con la derecha, comenzó a dar un pequeño masaje a la botella, subiendo y bajando su mano, como masturbando a la botella. Joder, mis ojos no se podían apartar de esas manos, con dedos finos y largos, terminados en unas uñas largas y bien cuidadas y pintadas. Yo no podía más, mi polla reventaría de seguir así.

Natalia: vamos a brindar

Yo: y .. y porque brindamos, le dije nervioso

Natalia: por vuestra gratitud, por la amistad, por la vida y por las nuevas experiencias

Alzamos las botellas y brindamos. ¿Que habría querido decir con lo de las nuevas experiencias?. Al llevarse la botella a la boca, pasó suavemente su lengua por la abertura, rodeando todo su contorno, mientras no dejaba de mirarme sonriendo. La verdad, esa mujer sabía como calentar a un tío, me estaba poniendo a mil con sus inocentes y sensuales actos. Dimos unos tragos a la cerveza y al dejarla sobre la mesa, su albornoz se abrió un poco, dejando al descubierto gran parte de sus pechos y aureolas, pero no así sus pezones.

Natalia: uy, perdona, casi te enseño las tetas, jaja

Yo: no … no … pasa nada

Natalia: te pasa algo, te noto nervioso

Yo: eh … no, tranquila, estoy bien

Natalia: vaya, pensé que te ponía nervioso con mi presencia, así vestida

Yo: bu .. bueno .. la verdad … es que un poco si

Natalia: y eso porque, supongo que estarás acostumbrado a ver mujeres desnudas, estás casado y seguro que ves porno en internet

Yo: si … si… pero, joder Natalia, es que estás buenísima, lo siento pero tenía que decírtelo

Natalia: jaja, tranquilo, lo entiendo y no pasa nada. Quizás yo sea una descarada por ponerme así delante de ti. Mejor me visto

Yo: no, no te vistas por favor

Natalia: ¿no quieres que me vista?, ¿porque?

Yo: me gusta verte así

Natalia: ¿te excita verme así?

Yo: s… si

Natalia: ¿estás excitado ahora?, ¿estás empalmado?

Yo: si… estoy excitado y … empalmado

Natalia: eres muy sensible, si solo te excitas con lo que te enseño, no imagino que sería si ves el resto

Yo: ¿pu .. puedo hacer.. te una pregunta?

Natalia: claro, dime

Yo: joder, me da un poco de vergüenza preguntarte

Natalia: vamos, no seas tímido, pregunta que quieres saber

Me quedé callado unos instantes.

Natalia: como tu no lo haces, lo haré yo. Quieres saber si tengo polla o coño, ¿verdad?

Yo: s… si

Natalia: pues tengo polla, no me he operado, aunque espero hacerlo pronto, cuando tenga el dinero

Yo: a… bien

Natalia: ¿quieres verla?

Yo: ¿como?

Natalia: que si quieres ver mi polla

Yo: bueno … vale

Natalia descruzó sus piernas, dejándolas completamente abiertas. Desató el albornoz y pude contemplar por primera vez sus preciosos pechos, sus aureolas y sus puntiagudos pezones. Daba gracias al doctor que la operó por lo bien que le habían quedado. Separó el albornoz de sus piernas, dejando al descubierto sus huevos y una preciosa polla, coronada por un reluciente y gran capullo. Debía medir unos 17 cm y no tenía pinta de estar ni mucho menos dura. Todo por supuesto bien depilado. No pude evitar pasar la lengua por mis labios.

Natalia: ¿que te parece?, me dijo a la vez que la cogía y ponía recta, ¿te gusta mi polla?

No podía decir nada, estaba absorto mirando esa preciosa polla.

Natalia: y mis huevos, ¿te gustan?, dijo a la vez que con la otra mano los cogía y amasaba. Anda, ven y miralos más de cerca

Como abducido, me levanté, me puse entre sus abiertas piernas, doblando mis rodillas y me quedé mirando.

Natalia: no me has contestado, ¿te gustan mi polla y huevos?, lo decía sin soltarlos, acariciando su polla y amasando sus huevos

Yo: s.. s.. si

Natalia: si que

Yo: si .. me .. gustan

Natalia. ¿quieres tocar?, dijo separando sus manos

Sin decir nada, acerqué mis manos y me apoderé de su polla. La acariciaba suavemente, notando el calor que desprendía. Sus huevos, grandes y bastante pesados, eran muy suaves al tacto. Su polla comenzó a reaccionar a mis caricias y poco a poco crecía entre mi mano. Su capullo sobresalía, rojo y reluciente.

Natalía, sin decir nada, puso una mano sobre mi cabeza y comenzó a acercarla a su polla. Yo me dejaba hacer, no me importaba lo que hiciera conmigo en ese momento. Ella notó que no ponía resistencia alguna.

Natalia: abre la boca, comete mi polla

Abrí mi boca, dispuesto a chupar, lamer y comerme esa preciosa polla. Quería sentir como crecía en mi interior, como me llenaba la boca de carne prieta y caliente.

Natalia: sabes , desde el primer día que te vi, supe que te gustaban las pollas, la forma de mirarme y un sexto sentido, me decía que eras un buen maricón. Desde ese día, he esperado este momento, sabía que tu hija y mujer no estaban y es mentira lo del baño de mi casa. Hoy he venido para que te comas mi polla

Mientras me decía estas cosas, yo comía y chupaba su polla, sus huevos y su culo. Los devoraba como si fuese mi última cena. Mi boca iba de un sitio a otro, sin parar. Su polla entraba hasta el fondo de mi garganta, haciendo que en más de una ocasión me viniera la arcada.

Natalia: mmmm que bien mamas maricón, sigue así, no pares y tendrás tu premio

Natalia puso las manos en los brazos del sillón y se dispuso a disfrutar de la mamada que le estaba dando. Dios era fantástico chupar esa polla. Por momentos crecía y se endurecía, llegando a medir unos excelentes 21 cm. Mi garganta no podía tragar semejante barra de carne, no obstante, intentaba meterla todo lo que podía y la dejaba dentro, haciendo que mis babas empapasen sus preciosos huevos.

Natalia: joderrrrrr que buena mamona, diosssssss, sigue no paresssssssss

Comencé a subir y bajar mi cabeza sobre su polla, follando mi boca yo mismo, de forma fuerte y brutal, esta entraba y salía de ella (nota: me encanta hacerlo así en la vida real) atravesando mi garganta.

Natalia: ohhhh siiiiiiii me me corrooooooooooooooooooooooo

En ese momento, Natalia agarró mi cabeza y apretó fuertemente contra su polla, haciendo que esta entrara aún más en el interior de mi garganta. Su leche me llenaba la boca, era imposible tragar tal cantidad. Por los lados de su polla, caían gotas de semen, yendo a parar a sus ya empapados huevos, mezclándose con mis babas. Hasta que no descargó la última gota de semen, no dejó de apretar y me soltó la cabeza.

Natalia: buffff, joder me ha encantado, eres una buena maricona y se te da muy bien mamar polla, ¿habías mamado antes?

Yo: uffffff, si pero hace muchos años que no lo hacía

Natalia: mira como me has dejado los huevos, todo empapados. Anda, chupa y dejalos bien limpios maricón

Me dispuse a hacerlo, pasaba mi lengua por ellos, recogiendo todo lo que encontraba a mi paso, hasta dejarlos bien limpios. Su polla seguía dura y yo no la soltaba de mi mano.

Natalia: ¿y solo has mamado o también te han follado?

Yo: no, solo he mamado, nadie me ha follado aún

Natalia: ¿aún?, ¿eso quiere decir que quieres que te rompan el culo?

Yo: bueno… si tengo ganas

Natalia: desnudate

Yo. ¿como?

Natalia: que te desnudes, voy a cumplir tu deseo, te voy a romper el culo, vas a ser mi puta

Yo: no se, quizás eso sea demasiado, eres amiga de mi hija, creo que ya es bastante que te haya comido la polla y tragado tu leche

Natalia: que te desnudes coño, me dijo alzando la voz

Sin contestarla, me levanté y comencé a desnudarme. Cuando terminé, me quedé de pié, esperando a ver lo que me decía, mientras con mis manos, hacía todo lo posible por tapar mi erección.

Natalia: ¿que pasa, te da vergüenza que vea tu polla?, vamos quita las manos

Su voz autoritaria, me calentaba aún más. Quite las manos, dejando al descubierto mi polla erecta.

Natalia: joder, jaja, si mide lo mismo que la mía dormida. Eres una maricona pichacorta, jaja. Venga, date la vuelta y enseñame tu culo, espero que sea mejor que tu pollita, jaja

Me giré y dejé a la vista mi culo.

Natalia: echate hacía delante y separa, que quiero ver tu ano

Hice lo que me pidió. Acercó su mano a mi ano y lo acarició.

Natalia: mmmmm, me va a encantar romperlo, se ve que está sin estrenar. ¿Tienes lubricante?

Yo: s… si

Natalia: anda y traelo

Fui a la habitación, cogí el lubricante y regresé al salón. Ella me esperaba sentada en el sillón, acariciando su polla erecta.

Natalia: mira lo que te voy a meter maricona

Yo: pero…

Natalia: ni pero ni hostias. Ya te estás dando lubricante y metiendo los dedos, prepara tu culo, porque sino lo haré sin prepararlo y te aseguro que no te gustará

Sin rechistar, unté mis dedos y comencé a pasarlos por mi ano. Tumbado en el sofá, con las piernas abiertas, pasaba los dedos en circulo, acariciando suavemente. De vez en cuando, metía uno un poco, lo sacaba y repetía la operación.

Natalia: venga coño, mete los dedos, que no tenemos todo el día

Metí un dedo y comencé a follarme con el. Natalia, se había acercado y metía su polla nuevamente en mi boca, a la vez que agarraba mis pezones y los apretaba.

Natalia: vamos, mete otro

Metí un segundo dedo y al poco un tercero, ya no esperé a que me dijera nada. Cuando creyó que ye era suficiente, sacó la polla de mi boca.

Natalia: ya vale maricón, ahora es el turno de mi polla

Se acercó, sujetó mis piernas y arrimó su polla a mi ano.

Natalia: maricona, te voy a romper el culo, vas a sentir mi polla dentro de el, vas a ser mi puta

Yo: por … por favor… lleva … cuidado

Natalia: tranquilo, llevaré cuidado

Justo en ese momento, de un fuerte empujón hundió toda su polla dentro de mi.

Yo: ahhhhhhhhh me .. me .. dueleeeeeeeeeeeeeeee

Natalia: shhhhh calla maricona, verás que pronto pasa el dolor

Yo: sacala… por favor…. Me duele muchooooo

Natalia no hacía caso, comenzó a meter y sacar su polla, mientras sujetaba fuertemente mis piernas. Lo hacía despacio, haciendo que notara como cada centímetro de su polla me invadía. El dolor inicial fue desapareciendo poco a poco, este se mezclaba con una agradable sensación.

Natalia: ves maricón, ya no te duele tanto, verdad

Yo: n.. no

Natalia: ya he roto tu culo de maricona, ahora te voy a follar

Yo: si, follame

Natalia: ¿quieres que te folle?, pídemelo

Yo: follame, por favor, follame

Natalia: claro que te voy a follar, lo voy a hacer porque eres una maricona y vas a ser mi puta

Yo: si, soy una maricona y voy a ser tu puta

Natalia: te voy a usar como y cuando quiera

Yo: siiiiiii

Natalia aceleraba el ritmo de la follada, su polla entraba y salía velozmente de mi interior, haciendo que mi polla comenzara a escupir leche. Me estaba corriendo sin tocarme, con su polla follando mi culo.

Natalia: eres tan puta que te corres sin tocarte, solo con que te follen

Yo: siiii soy una putaaaaaa

Natalia: ¿de quien eres la puta?

Yo: tuya, soy tu putaaaaaa … no pares … por … favor, no paresssssss

Natalia: voy a destrozar tu culo de puta, te voy a dar lo más duro que pueda

Yo: siiiiii follameeee durooooooo

Con grandes y profundas embestidas, Natalia estuvo follando mi culo por mucho rato. La corrida anterior, hizo que su follada fuese más larga y duradera, haciendo que el placer recorriera todo mi cuerpo, deseando que no acabara nunca.

Natalia: puta, me voy a correrrrrrrrr

Yo: siiiii hazlo dentro, preñameeeeeee

Natalia: siiii te voy a preñar puta, voy a llenar tu puto culo con mi lecheeeeeee

Yo: siiiii preñameeeeeeeeeeeeeeeeee

Natalia: ahhhhh me corroooo putaaaaaaaaaa toma mi lecheeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

Unas cuantas embestidas más y Natalia quedó tumbada sobre mi, derrotada y agotada por la follada que me había dado. Por unos instantes permanecimos así, hasta que Natalia se separó y sentó nuevamente en el sillón. Su polla, roja y reluciente, debido a la corrida, descansaba entre sus piernas. De mi ano salían gotas de semen que caían sobre la tela del sofá. El salón olía a sexo y semen.

Natalia: tendrás que limpiar antes de que vuelvan tu mujer y tu hija, no querrás que sepan lo que ha ocurrido aquí ¿verdad?

Yo: si claro, ahora lo hago

Natalia: pero primero, vamos al baño, que tengo ganas de mear

Su petición me resulto extraña, pero levantándome la seguí.

Natalia: entra en la bañera y ponte de rodillas

Hice lo que me pidió, se acercó y dirigiendo su polla hacía mi, comenzó a mear.

Yo: ¿per…?

No me dejó terminar

Natalia: estás sudoroso maricón, hay que quitarte ese olor a semen, date la vuelta y abre tu culo

Me giré y abrí de nuevo mi culo. Su chorro cayó directamente sobre mi ano abierto, arrastrando cualquier rastro de semen. Cuando terminó de mear, hizo que me pusiera nuevamente de rodillas, de frente a ella.

Natalia: vamos, limpia mi polla, chupa y lame hasta que quede bien limpia

Me dispuse a chupar y limpiar, al follarme sin condón, su polla tenía un extraño y no muy agradable sabor, pero no me importaba, deseaba tener esa polla nuevamente en mi boca y no me importaba lo que hubiera hecho anteriormente.

Natalia: que buena mamona eres, como te gusta mamar polla, decía mientras acariciaba mi cabeza

Cuando terminamos, Natalia se vistió y se despidió de mi.

Natalia: bueno maricona, ha sido un placer darte polla y romper tu culo, quien sabe, igual repetimos otro día

Yo: cuando quieras

Natalia: eso ya lo se, que cuando yo quiera. Adios

Se marchó y yo me quedé limpiando el salón. Me metí a la ducha para quitarme todo el olor a sexo y orina y, de paso, para ver como estaba mi ano. Cogí un espejo y pude ver que aún seguía abierto y bastante rojo. Esto hizo que me excitara nuevamente y tuve que masturbarme, rememorando todo lo ocurrido esa afortunada tarde y deseando que se volviera a repetir.

Agradecería comentarios, sugerencias o críticas……. sumisobisex@gmail.com