Disfrutanfo de mi cuñada junto a un amigo

Mi cuñada siempre me había excitado mucho. Logro engañarla para que vaya vestida de colegiala al despacho de mi amigo y allí le damos una buena dosis de vicio.

Tenía una autentica obsesión con mi cuñada . Desde el minuto cero la que iba a ser mi cuñada me había puesto más caliente que el palo de un churrero.

Desconocía qué había visto en mi hermano, un tipo más bien vulgar, regordete y muy maleducado, pero en ese momento mi hermano era la persona que más envidiaba en este mundo.

Mi cuñada, de nombre Vanessa,  tendría mi edad, era morenita con una carita de ángel y a la vez de vicio que tiraba para atrás. Era pequeñita, un autentico juguetito sexual. Pelo moreno, delgadita pero bien formada, labios finitos y unos pechos más bien diminutos pero muy bien proporcionados para su cuerpo. Lo mejor era su culito duro y respingón. Era un pastelito y a la vez un ángel, dudaba incluso de que mi hermano se la follara, aquello era un nivel demasiado divino para él.

Hasta que llegó el día que lo cambió todo. Fue en verano y mientras pasábamos un día con amigos, en la casa de campo de nuestros padres, la cual tenía piscina.

Durante la mañana bebimos mucho debido al calor, y todos teníamos un nivel de alcohol más bien alto.

Mi cuñada iba con un bikini diminuto, apenas le tapaba el culo y yo bebido como iba no dejaba de mirárselo. A la vez, sus pezones apuntaban hacia arriba de forma totalmente provocativa. Era mi fantasía sexual hecha mujer, pero tenía delante a mi hermano.

En un momento dado, ellos dos se fueron a la cocina a por más Martini, nadie hizo mucho caso menos yo, que me quedaba sin mi diosa. Tanto que me di cuenta de que tardaban en llegar, así que con toda mi inocencia fui a buscarlos.

Cuando me fui acercando escuchaba un ruido extraño, como un chapoteo y una voz atragantada. Como el ruido era muy extraño, me asomé con sigilo no fuera a haber un perro o un animal peligroso.

El animal peligroso era mi hermano. Allí estaba él agarrando por la cabeza a Vanessa y hundiéndole la polla hasta la campanilla. Ella con los ojos cerrados y la boca bien abierta aguantaba de rodillas mientras le agarraban duro la cabeza y le follaba literalmente la boca.

En el suelo empezaba a formarse un charco de baba y mi hermano bramaba triunfal...

- Chupa puta, quiero romperte la mandíbula. Qué bien te dejas hacer mi niña.

Nunca me hubiera imaginado eso, mi cuñada era un objeto sexual a manos de aquel hombre de las cavernas, que no paraba de darle fuertes golpes de cintura incrustándole  polla hasta más no poder, sin ningún miramiento ni respeto por ella.

Mi cuñada, aguantando el equilibrio y babeando a la vez que resoplando, aguantaba las embestidas de mi hermano con entereza, aunque la verdad es que poco más podía hacer.

Mi hermano, en un rincón para no ser descubierto y sin dejar de apretarle la cabecita seguía el terrible mete saca de su boca, buscando claramente su orgasmo y descargarle todo el lechazo dentro de su garganta.

No obstante, no paraba de bufar y decirle cosas.

  • Vanessa, que bien la chupas tía, eso no lo sabía yo al conocerte.

  • Has visto como te mira el culo mi hermano? Yo creo que le pones. Te ve comiendo polla de esta manera y le da un ataque al corazón.

  • Sigue chupando Vanessa, que bien lo haces. Asi asi aaagghhhhh hasta el fondo guarra.

Y agarrándole fuerte el pelo e hundiéndosela hasta el fondo sin piedad , empezó a correrse como una mala bestia.

Mi cuñada intentó tragárselo todo pero acabó tosiendo y derramándose abundante leche por el suelo.

Mi hermano lejos de alarmarse, la cogió por la barbilla y le restregaba la polla ya flácida por la cara.

  • Vanessa, que putita eres y como te gusta tragar rabo, limpia el suelo que nos van a pillar y van a darse todos cuenta de lo zorra que eres. Quizás mi hermano te pida una buena mamada, jajajaja.

Reía y se subía el bañador, mientras Vanessa como si allí no hubiera ocurrido nada limpiaba con papel de cocina la corrida derramada en el suelo y dejaba todo limpio y sin pistas de lo ocurrido.

A partir de ese momento, mi obsesión  por Vanessa paso de ser un amor idílico a unas ganas terribles de follármela pero bien.

Y claro, las ocasiones vienen y se tiene que aprovechar.

Mi hermano trabajaba para Carlos, un amigo de la familia que estaba muy contento con él. Claro, era un bruto y trabajaba por dos. Carlos me comentó que quería ascenderlo en la empresa por sus méritos, pero que lo quería hacer por sorpresa, en la fiesta de final de año de la empresa.

Yo me enfadaba viendo la suerte que tenía mi hermano. Se follaba a mi cuñada que me tenía loco y encima le iba perfecto en el trabajo. No tenía dos dedos de frente pero le salían las cosas a pedir de boca.

Pero dio la casualidad que una tarde mi cuñada se presentó en mi casa para hablar conmigo. Llevaba puestos unos tejanos ajustados que remarcaban el culito que tenía y una blusa con un poquito de escote que la hacía a la vez parecer una niña buena pero sin dejar de enseñar el comienzo de sus duras tetas.

Yo no daba crédito de tenerla en casa a solas y poder mirarla, esa noche iba a hacerme varias pajas seguro, pero debía saber a que había venido y no quería que se me notara tanto que babeaba por ella.

  • Dime Vanessa, que me quieres decir?

  • Mira cuñado, estoy súper nerviosa. Carlos está muy extraño con tu hermano en el trabajo, a ver si quiere hacer recortes y quiere buscar una excusa. No podemos permitir que eche a tu hermano, él es muy básico y no sabría encontrar otro trabajo en el que encajara. Tienes que hablar con Carlos que es tu amigo.

Yo asentía mientras pensaba dos cosas. La primera que mi hermano sería muy básico pero bien que le vi reventándole la boca en la cocina, y segundo que justamente Carlos pensaba todo lo contrario... pero esa mezcla de pensamientos hicieron que me callara por si podía sacar algo de todo aquel embrollo tan divertido.

  • No te preocupes Vanessa, yo hablo con Carlos y te digo.

Fui a ver a Carlos para reírme al contarle esa historia, y la verdad que la conversación fue bien pero obtuvo un giro inesperado.

  • Pues sí, Carlos, tú te crees que viene mi cuñadita a contarme que te diga que no despidas a mi hermano? Y tu pensando en ascenderlo y subirle el sueldo.

  • Si si claro, no te preocupes, es la idea, tu hermano trabaja de escándalo, estoy muy contento.

  • Jajaja, ha estado bien, deberíamos decírselo que se tranquilice

Carlos me miró pícaro, no se atrevía a decir lo que pensaba.

  • Amigo, si no lo digo reviento, anda que no está buena el pastelito de tu cuñadita

  • Cierto Carlos, yo voy loco, menudo culito duro hacia fuera que tiene

- Yo me la follaba, tengo que confesarlo, pero parece muy mojigata

  • Mojigata? La pille tragando polla de mi hermano que casi la mata, y acabó corriéndosele en la boca, porno total

  • Uffffff, que me dices? Menuda zorrita y parece todo lo contrario

  • Oye Carlos, me estoy poniendo muy cachondo, te voy a proponer una cosa...

Y así es como urdimos el plan más perverso imaginable por dos amigos de la infancia que siempre, los dos, habíamos estado coladitos por Vanessa.

Martes siguiente ,despacho de Carlos.

Le había contado a Vanessa que había hablado con Carlos pero el tema no estaba del todo claro, que quería hablar  con ella a solas para sopesarlo. Y le dije semi en secreto que a Carlos le gustaba ella, así que lo aprovechara y fuera muy sexy a la cita. Y así lo hizo y así la recibió mi amigo Carlos.

  • Adelante Vanessa -dijo Carlos-  quería hablar contigo

Yo mientras permanecía escondido viendo la escena.

Mi cuñadita entró y aquello era irreconocible.

Se había pintado bien los labios de rojo pese a que ella normalmente se pintaba muy poco.

Iba con un top muy ajustado y sin sujetador, se le marcaban todas las tetitas y los pezones.

Llevaba una minifalda de cuadros y unas medias negras de rejilla.

Parecía totalmente un putón sacado de un comic manga, aniñada pero con una pinta de zorra total.

Carlos tampoco se esperaba eso y se le volvieron los ojos para atrás...

  • Ostras Vanessa, que arreglada vienes, vas a alguna fiesta o cena después? (no pudo evitar decirle algo porque su forma de vestir era realmente increíble).

A ella se la veía muy nerviosa. claramente no estaba cómoda con esa pinta pero iba a darlo todo para cautivar a Carlos y mantener el puesto de trabajo del bruto de mi hermano.

  • Hola Carlos, sí, me apetecía ponerme guapa, después voy a salir. Que quieres contarme?

  • Mira Vanessa, me sabe mal porque nos conocemos de hace tiempo, pero va a haber recortes en la empresa y tendremos que prescindir de tu marido.

  • Lo...lo... vas a despedir? La pobre se vino abajo, recibió (todo una mentira urdida por nosotros)  la noticia de golpe y se vino abajo.

  • No no... Carlos... me he puesto guapa para ti, creía que te gustaba, y tú me dices eso. No puede ser!!!.

  • A ver Vanessa, el puesto de tu marido lo puede hacer perfectamente Juan, estoy doblando un sueldo. Y Juan tiene hijos y necesita más el puesto, no sería justo echarle a él. Tu marido encontrará pronto otro trabajo.

  • No no... imposible, él es muy bruto. No puedes hacerme esto, tiene que haber otra solución.

Carlos se le veía que no podía más, mirada directa a sus tetas, y mi cuñada vestida como un putón, suplicando, haciendo morritos y apuntándole con aquellos pezones...

  • Vanessa, te seré franco. Estoy loco por ese cuerpo que tienes, si aceptas ser esta tarde mi juguete sexual, que veo que vienes vestida que ni echo a drede, tu marido conserva el trabajo.

  • Pero... eso... no es justo... balbuceaba Vanessa.

  • Tampoco es justo que despida a Juan, tú decides.

Vanessa tampoco se lo pensó mucho y le contestó rápido-

  • Qué me vas a hacer?

  • Lo que yo quiera zorrita, ese es el trato.

  • Y me prometes que no despedidas a mi marido?

  • No sólo no lo despediré, sino que lo pienso ascender si te portas como quiero.

  • No sabía que te gustara tanto.

  • Mira Vanessa, dejemos ya de hablar y acércate como una perrita a comerme los huevos.

Vanessa se puso roja como un tomate, y Carlos le soltó un buen bofetón que la devolvió a la realidad.

  • Mira Vanessa, soy un hombre de negocios, o empiezas a espabilar o paso a otro tema y tu marido se va a la puta calle. (claramente Carlos estaba fuera de sí de la excitación).

- A cuatro patas, ya! Y acércate despacito y me lames los huevos con tu lengua de perrita.

Vanessa decidió que tenía que poner toda la carne en el asador y con la cabeza gacha empezó a gatear hasta el sillón de Carlos que ya se estaba sacando la polla sentado y mirandola acercarse relamiendose los labios.

  • Venga, los huevos, pasa la lengua y dejalos relucionetes,

Vanessa empezó a lamerle los huevos y desde donde yo estaba le veía el culo empinado, si todo salía bien en breve se lo estaría reventando, esa tarde iba a dar para mucho.

Cuando Carlos se cansó de que le chuparan los huevos, agarró fuerte la cabeza de Vanessa y se la hundió contra la polla. Él mismo empezó un mete saca dentro de su garganta, resoplando de placer.

  • Vanessa, comete mi mástil, que te cabe seguro, me han dicho que comes muy bien pollas.

  • Tú solo abre la boca, que el resto lo hago yo, que ganas tenía de ensartártela hasta dentro.

Vanessa tragaba como podía, cogida por la cabeza y sintiendo la polla de Carlos hasta la campanilla. Empezó a corrersele el rimel y no parecía mi cuñada, sino una puta de carretera, allí a cuatro patas y tragando de forma brutal la polla de Carlos.

  • Por cierto Vanessa, la comes bien pero el plato fuerte viene ahora. Te dije que haría lo que quisiera contigo y lo que más me gustaría es verte ensartada por el culo por tu cuñado.

Vanessa empezó a murmurar algo pero poco se la entendía con la polla de Carlos hasta los huevos metida en la boca. Él seguía bombeando y sonreía al ver que me acercaba.

Yo ya estaba sin pantalones y con la polla totalmente embadurnada en lubricante, me la había estado pelando a gusto, y ahora iba directo al culo de mi cuñada.

Le levanté la falda, y ella dió un respingo pero poco podía hacer cogida por la cabeza por Carlos y en esa posición de perrita.

Así que sin ninguna dificultad le subía la falda de colegiala y empecé a apuntar al agijerito de su culo.

Ella se movía, así que decidí agarrarle fuerte la cintura e incrustarle la polla de golpe.

  • Mmmmmmmmmmmmmmmm, fue la respuesta de Vanessa, y Carlos se la sacó de golpe porque le había mordido.

  • Pero tía, no me muerdas con lo bien que ibas.

Vanessa, soltaba lágrimas, y empezó a gritar.

- Me estás rompiendo el culo, que haces salvaje, nadie me la ha metido por ahí, quien eres?

  • Mira Vanessa, soy tu cuñado, y siempre he querido darte por el culo, lo siento. Esta es mi oportunidad y tú te vas a portar bien para que mi hermano conserve el trabajo, no te hagas ahora la mojigata que te vi comiéndote la polla en casa de mis padres.

  • Sois unos cabrones, pudo apenas decir porque Carlos volvió a meterle la polla hasta la garganta y siguió con su mamada.

  • Venga Vanessa, comemela bien y no muerdas, que quiero ver cómo te revientan el culo.

Yo lo tenía más fácil, su posición con el culo empinado y el lubricante facilitaba que diera golpes de polla en su estrechito culo, costaba que entrara pero se estaba abriendo perfectamente, tampoco la tenía muy grande y el lubricante iba perfecto.

  • Toma cuñadita toma, si te viera ahora mi hermano como te rompo el culo. Comesela bien a Carlos no sea que se eche atrás. Uffffff que culazo y como entra, que placer.

Carlos se lo estaba pasando genial y ya cogía a Vanesssa por las orejas y le subía y bajaba la cabeza rápidamente.

  • Venga mueve esa legua que me corra, te estás portando genial, igual te interesaría ser mi secretaria. Que pena que no puedas ver como se lo pasa tu cuñado dandote por el culo, que cara de pervertido que tiene.

Yo no podía más, ese culo tan estrecho me proporcionaba mucho placer y terminé corriéndome en nada llenandole todo el culo de leche, tanto que empezó a salirse y manchar el suelo.

  • Ostras Vanessa, que rápido se ha corrido tu cuñado. Yo aguanto más, levantate y cabalgame un poquito mirandole, tiene una cara de feliz increbile.

Y con una habilidad increible, Carlos la levantó, le dió la vuelta, y la sentó sobre sus piernas.

Vanessa lucía todo el rimel corrido, los ojos negros y los labios despintados, a mi me daba un morbo increible verla así.

  • Vanessa, termino en tu culo o en el coño, tú eliges.

  • Por el coño, tengo el culo destrozado.

Vanessa se había hecho con la situación, me miraba con cada de odio pero pensaba llegar hasta el final habiendo recorrido ya tanto camino.

Así que hábilmente puso sus manos en las piernas de Carlos y empezó a cabalgarle la polla subiendo y bajando el culo. Carlos resoplaba y le daba palmadas en el culo.

  • Pues sí que tienes un buen culo, sí, y que bien te mueves, me vas a sacar toda la leche rápido, como a mi me gusta. Por cierto amigo, no le hemos visto las tetas, sacale el top y chupaselas un poquito mientras me cabalga.

Yo no dudé, y le saqué de golpe el top, despeinandola entera, la verdad es que había venido muy arreglada y ahora estaba hecho un desastre.

Empecé a succionar esos pezones duros y a pellizcarselo. De vez en cuando le sacaba un pequeño grito de dolor, lo que aprovechaba Carlos para darle una buena torta en el culo.

  • No te quejes tanto Vanessa, que tu cuñado quiere lo mejor para ti. Plasssss, y le dejaba todo el culo rojo de la cachetada.

A mi tanto mordisqueo y pellizco me la volvió a poner dura, y sin pensarmelo dos veces la cogí por el pelo y la acerqué a la punta de mi polla.

  • Ahora el que te va a follar la boca soy yo, y quiero que estés al nivel de lo que vi en la cocina en el verano.

Vanessa escupió sobre la polla como una buena profesional y se la metió hasta la campanilla haciendo arcadas. Me miraba desafiante como pensando... "quieres una buena mamada?, pues lo vas a flipar pringado". Y ante mi sorpresa empezó a tragarsela y a mover la lengua como nunca me la habían comido.

Mi polla rebosaba con sus babas, y entraba y salía furiosa y constantemente. En el despacho sólo se oía el chapoteo de mi polla entrando y saliendo de su boca y Carlos bufando y llegando al orgasmo.

Yo no tardé nada en seguirle, separandole para correrme bien en su cara, como siempre había deseado. Dejandosela llena de mi leche resbalando desde su frente a su barbilla.

Carlos y yo estabamos en el cielo pero temiamos la reacción de Vanessa.

Ella se limpió la cara con pañuelos de papel y sin descomponerse nos dijo.

  • Habeis tenido lo que queriais, yo ya sabía que estabais locos por mi. Disfrutarlo porque no se va a repetir más cabrones. Y más os vale cumplir vuestra parte y de esto ni pío a mi marido. Y diciendo eso salió vistiendose del despacho no sin dar un sonoro portazo a la puerta.

Des pues de aquello... a mi me gustaba todavía más mi cuñada.

Pd: Relato a petición de un lector deseoso de hacerle algo parecido a su cuñadita.

Gracias por los ánimos y comentarios, que me han hecho volver a escribir otro relato de puro vicio.