Disfrutando enseñando (2)

Por fin aquella noche llego y enseñe a todo el mundo mi cuerpo entre musica, agua y mucha gente. No seria la unica vez.

DISFRUTANDO ENSEÑANDO II

Ana salio solamente con la ropa interior y me pidió disculpas por haberse demorado en la ducha, diciéndome que se entretuvo ya que le encantaba estar ahí debajo del agua, que se relajaba mucho. Con una sonrisa le disculpe y conteste que no pasaba nada, que a mi eso alguna vez me ocurría...

Debíamos de darnos prisa, quedaban escasamente una hora para que la fiesta empezara. Menos mal que Ana ató todos los cabos y convenció a dos compañeras nuestras de clase que también iban a ir para que fueran ellas a prepararlo todo antes de que empezara todo, con la excusa de que nosotras habíamos movido todos los hilos para tenerlo listo, que por lo menos fueran ellas quienes lo arreglaran. Quince minutos antes iría el Dj para dejar listo la música y todo lo que trajera, incluyendo los platos.

Ella saco del armario el pantalón negro y aquella camisa blanca con la que se la veía guapísima. Esa noche seguro que ligaba. Yo al final me lleve en la mochila una camiseta corta de blanca con la que podría lucir el ombligo y una mini-falda con pliegues, tipo escocesa, azul claro, unas botas altas y unas medias de rejilla. ¡Que divertido, parecía una colegiala! Cuando estábamos las dos vestidas, nos abrazamos diciéndonos la una a la otra que estábamos rompedoras y que seguro que esa noche muchos chicos caerían en nuestras redes.

Fue Ana al baño para coger el maquillaje. Ya que yo estaba sentada, se dispuso a arreglarme primero ella a mí. Le dije que no quería que se notara mucho, que mas bien fueran colores claros y me dijo que no me preocupara, que sabia lo que se hacia. Me recogió el pelo en una cola hacia atrás para que no le estorbaran y me maquillo casi como una actriz de Hollywood. Me dijo que me girara hacia atrás que iba a peinarme; me pregunto si tenia alguna idea de lo que quería en el pelo y le conteste que dos coletas atrás, no a los lados, para tener un aire aun mas infantil. Ahora el turno era mío, le maquille lo mejor posible y el resultado no fue tan desastroso como pensé, le gusto. En el pelo le hice un recogido, que una vez me había enseñado mi madre, que no era muy complicado de hacer pero que sin embargo quedaba como de peluquería.

Nos despedimos de su madre, y nos dirigimos ya al local para que la fiesta pudiera empezar, ya que éramos la parte importante. Claudia y Rosa, las compañeras a las cuales habíamos encargado que prepararan el local, habían hecho un buen trabajo: todo estaba listo y muy bonito.

Habían colgado serpentinas, luces de colores que iban al compás de la música y globos en el techo (algunos de ellos con un poco de alguna bebida alcohólica dentro); el Dj ya lo tenia todo preparado y había una barra en una de las paredes laterales donde se servirían las bebidas. Aquella noche iba a ser inolvidable. El local era bastante grande, así que en cada esquina superior pusimos unos altavoces y algunos sofás.

En unos diez minutos la gente empezó a venir y el local se lleno de ambiente. Vimos a muchos compañeros y compañeras de clase y del instituto. Iban todos muy frescos (aunque claro era normal con el calor que hacia) y guapísimos.

Mi novio tardaba en venir así que le llame; no tardaría mas de diez minutos me dijo. Así que fui preparándome, tome un par de chupitos para ir calentándome y empecé a bailar la música que ponía el Dj. En poco rato un par de chicos se me acercaron sospechosamente a bailar muy cerca de mí y mis movimientos se fueron haciendo cada vez más sensuales. Ellos se acercaron mas hasta que nuestros cuerpos se rozaron, y yo en medio de aquellos dos muchachos. Mi novio no me diría nada si me veía así, le gustaba que provocara a los chicos porque decía que luego cuando se enteraban que era mi novio aun le tenían mas envidia. ¡Que gracia me hacia que fuera así! Así que nada, antes de que viniera me fui al baño, me quite la poca ropa interior ya que empezaba a molestarme y enseguida volví a mi baile particular. Cuando estuve en la pista divise a Javi, que guapo estaba.

Me acerque a saludarlo, lo bese y me fui otra vez a mi sitio inicial sin quitarle la mirada. Observo como bailaba sensualmente con aquellos chicos y se acomodo para poder seguir mirándome sin cansarse y sin perderse detalle. Cuando bajaba contorneando mis caderas me abría bien de piernas para que pudiera ver que no llevaba puesto el tanga. Le gustaba, lo sabia, porque con su lengua recorría sus labios, porque había crecido algo entre sus pantalones. No se cuanto tiempo estuve allí, bailando solo para Javi, aunque hubieran cientos de personas mas. Cuando me di cuenta del tiempo, los dos chicos estaban rozando con sus manos mi culo, mis piernas y mi cintura y pegaban sus cuerpos muy cerca de los míos, para que con sus pollas encerradas pudieran tocar mi cuerpo.

Todo el mundo había llegado ya y estaban absortos en su mundo, unos hablando con otros, algunos bebiendo,... Me recorrí el local buscando a mi novio: a la derecha estaban los sofás llenos de chicos y chicas morreándose y metiéndose mano sin preocuparse de las miradas indiscretas de las demás personas, enfrente la barra estaba abarrotada... ¿Y Javi? Tenía una idea para encontrarlo. Le dije al que estaba en la barra que dijera que en unos minutos iba a haber un concurso de camisetas mojadas y que todas las chicas que quisieran participar fueran a la barra y que el resto se fuera. Yo iba a ser una de las participantes y estaba dispuesta a ser la mejor. En unos pocos segundos unas diez chicas estaban en la barra esperando instrucciones.

Dije al Dj que clase de música debería poner y trajimos unos cubos llenos de agua para que se los tiraran a las chicas. Yo seria la ultima en subir... Las chicas subieron y bueno, no fueron muy originarias, o por lo menos no tanto como yo iba a serlo. Muy normal, sin sujetador, moviéndose provocando y con el agua en sus ropas se les transparentaban los pechos. Era mi turno. Con la música me moví lo mas sensualmente que pude y mientras me tiraban agua tocaba por encima de la ropa mi cuerpo, poniendo cara de golfa insatisfecha. Cuando todos ya vieron mis pechos transparentados me quite la camiseta despacito y me di la vuelta para que antes me miraran por la parte de atrás. Me di la vuelta sin parar de moverme y a cada salto mis pechos me acompañaban. Nada más con mirar la cara de todos los hombres me excitaba más y más... sobre todo cuando pude ver la de Javi.

El estaba muy caliente y pronto llegaría su límite. Seguí bailando y bailando y la gente pedía mas, así que fui levantando mi falda lo justo para enseñar que no llevaba ninguna clase de ropa debajo. Hubo gritos y silbidos, no estaban satisfechos. Me quite la falda mientras miles de manos intentaban acariciarme. Mi cuerpo se movía solo al son de los compases y cuando quise darme cuenta había alguien mas bailando conmigo sobre la barra: era Javi. El también se desprendió de toda la ropa y ahora eran las mujeres las que gritaban por el. Seguía cayéndonos agua por encima y ahora bailaba para el y con el, hasta que no quiso que siguiera.

Cuando estuvo desnudo me agarró de las nalgas y me subió a su cintura, haciendo de mis piernas su cinturón. Estaba con su polla dentro de mí, notaba el calor que desprendía y su dureza, estaba en su punto máximo. Ahora el que se movía era el, haciendo que lo que escuchara la gente ahora no fuera la música, sino nuestros gemidos. La gente ya nos hacia fotos incluso. Cambiamos de posición unas cuantas veces, hasta que quedamos exhaustos. Me sentía bien después de aquello, ni incomoda ni nada, me gustaba sentirme cono una zorra, es lo que era. A partir de aquel día, viviría mi sexualidad con más libertad, sobre todo enseñando mi cuerpo.