Disfrutando de tus celos (Parte 2)

¿Recuerdas cuando yo fui a visitarte unos días? Sí, mujer, esa vez que casi ardes de celos cuando empecé a jugar con aquella amiga que siempre estaba en tus fantasías... ¿No te acuerdas? Entra, que te lo recuerdo. (Muy recomendado leer la parte 1, enlace en el relato).

He decidido concluir este relato para no dejar tantas historias a medias. Es un relato antiguo, por lo cuál me disculpo ya que le estilo no está tan cuidado como los últimos (realmente os sorprendería conocer la edad en la que lo escribí), aún así espero que lo disfrutéis. Creo que en este caso sí es necesario leer la primera parte para disfrutarlo, http://www.todorelatos.com/relato/89542/ . Por último me gustaría mostrar mi desencanto con la página por el nuevo portal móvil que han abierto, ya que yo disfrutaba antes de leer y buscar nuevos relatos desde mi dormitorio a través del móvil y ahora es un placer que se me ha negado. Probablemente provoque que publique menos relatos, aunque por otra parte es muy gratificante cuando conozco que os ha gustado. Un saludo.

El morbo esta vez no recaía en mí, sino era ella la que estaba volviéndote irreconocible en ese momento así que me mantuve haciéndote vibrar en tensión jugando con los ritmos: te daba el descanso suficiente para que te cogiera por sorpresa el siguiente ataque y gimieses como en celo. La verdad es que me sorprendió incluso a mí la soltura que parecía mostrar, pero te domaba en el mejor de los sentidos: se puso detrás de tu cabeza para devorarte los labios mientras con una mano trataba de deshacerse de sus vaqueros. Cuando cayó por fin al suelo, te montó mientras inmovilzaba tus brazos con sus uñas y continuaba devorándote la boca... la verdad es que nunca había visto una manera de besar igual, ni siquiera en las películas porno más depravadas; mordía, lamía, volvía a morder como si llevase años deseando este momento mientras te susurraba cosas bonitas y te gritaba obscenidades a partes iguales. Era increíble lo que soltaba por su boca, aunque más increíble era levantar la vida de tu sabroso postre y observar como su culito botaba sobre ti en su afán por tomarte ahí mismo.

Fue cuando empecé a jugar con mis dedos sobre la tela de su cullot cuando se desató por completo atándote las muñecas con su generoso sujetador mientras se movía sobre mi mano, aprovechando que tenías las manos ocupadas para comenzar a saltar entre tus pechos convirtiendo ligeras succiones en mosdiscos... te ibas a acabar aficionando a lo duro después de esto, sin duda alguna. Fueron sus dientes alrededor de tu pezón lo que marcaron el primer de tus orgasmos ya que tus piernas te delataron, y puse mi mejor esfuerzo para mantener tus alaridos el máximo tiempo posible... entonces fuiste tú la de las obscenidades. 'Joder métemela ya cabrón que lo necesito', nunca antes te había oído hablar así pero me mantuve con la lengua entre tus piernas, '¿Qué pasa? ¿De mí ya no quieres nada como no tengo rabo?' te contestó ella quitándose de ti con un salto y buscando mi mochila; aproveché ese momento para levantar la vista y verte por fin la cara: jodido espectáculo. Tu pelo no mantenía ningún parecido con el peinado del que habías presumido al salir de casa, la cara estaba con marcas de dentelladas y tus pechos más jugosos que nunca con un halo de saliva alrededor.

Cuando sacó un pequeño vibrador y te lo mostró te echaste a reír. 'Tú ríete si quieres, pero no te libras'; me lo lanzó para y lo usé en vez de mis dedos provocándote de nuevo temblores por la vibración... joder, me estaba volviendo loco hasta a mí sentir mi lengua vibrar en tu clítoris mientras eso dentro de ti estimulaba tu parte rugosa. Ya eras incapaz de articular nada lógico por lo que te limitabas a gemir. Ella vino, se tumbó a mi lado y mordiéndome la oreja me pidió que me cambiase. 'Comparte un poco coño... joder, hago juegos de palabras hasta ahora. Enséñame cómo se hace esto', le sonreír y con su lengua seguía mis movimientos mientras se iban entrelazando hasta que me separé para dejarla sola. 'No te pierdas el espectáculo por Dios', por lo que abriste de nuevo los ojos para verla devorándote con una cara de golfa que no creías haber conocido nunca. Yo mientras metí mi mano bajo sus braguitas para acercarle a ella también al climax... era divertida oírla gemir a duras penas entre tus piernas.

Tras tu segundo orgasmo me pediste que me acercara porque querías tratar de jugar con mi miembro aunque no tuvieses manos para ayudarte. Mientras sacó de mi mochila un juguetito algo más grande y lo dejó a tu lado para que fueras consciente de ello; y se acercó a nosotros para ayudarte cogiéndomela con la mano y haciéndotelo más fácil, además de comiéndote la boca mientras tú me la comías a mí. Entre tu pinta de loca con esa cara y su sonrisa de guarra sólo podía pestañear esperando guardar la foto en la cabeza durante mucho tiempo.

'Yo ya no puedo aguantar más, ábrelas bien porque te pienso partir', así que me acerqué, saboreé con mi glande la entrada de tus labios y fui entrando con soltura gracias a que tus anteriores orgasmos te han dejado empapada. Lo llevaba esperando demasiado como para detenerme en movimientos suaves y lentos, así que simplemente te embestí con todas las fuerzas acumuladas de meses de gimnasio soñando con que volvería a verte... y otra vez, y otra, y otra; mientras ella se ponían a horcajadas sobre tu rostro a petición tuya y ahora eras tú la que disfrutabas de tu primera vez jugando con la lengua.

Las caras de tu amiga eran un poema, dejándose caer sobre mis brazos mientras jadeaba al compás de mis embestidas. Adoro la húmeda sinfonía que produzco cuando caigo brusco en tu encharcada entrada, me provoca cada vez un poquito más acelerando el ritmo hasta que no pudieses continuar tu trabajo de tanto gemido, culminando de nuevo en alaridos haciendo que ella se moviese rápido para comerte los labios mientras te corrías, algo que personalmente me multiplica el placer. 'Dale un poco de aire, que empieza a estar exhausto... además, quiero que ahora nos centremos en...', y deshaciéndote del sujetador te lanzastre sobre ella. Así que comenzamos con la nueva víctima.

Estaba casi desesperada después de tanto juego y los orgasmos le llevabas casi cómicamente rápido, por lo que creo que disfrutó mucho del momento. Primero te la pediste tú solita y, ayudándote de los juguetitos sobre la cama, le devolviste el favor mientras yo te estimulaba de vez en cuando. Después de venirse las primeras veces pidió jugar ahora con la mía en vez de con plástico, buscando en tu mirada la aprobación que encontró, lo cuál provocó que empezase un vaivén salvaje mientras tú tabulabas entre unos labios y otros devorando lo que hubiera a su paso.

Cuando su sexo empezó a estar agotado hicimos de nuevo el cambio y yo pedí que quería montarte a cuatro mientras continuabas besándola. Me encanta tu trasero, es algo que me supera absolutamente, y verlo botar contra mi cadera es algo que me vuelve jodidamente loco... además, su inicativa de colarse entre tus piernas para con la lengua jugar con tu clítoris y mi glande desde abajo fue algo que me pudo. Me quedaba poco aguante para correrme, y no ayudaba el suave tacto de su lengua contrarrestando tu hervor, y ayudó muchísimo menos cuando cogió el vibrador pequeño y, tras mojarlo con nuestra mezcla, comenzó a merodear sobre tu otra entrada provocando que te estremecieras al son de su vibración.

Fue demasiado para mí y, saliendo lo rápido que puse, me vine sin acordarme que debajo estaba... no creo que le molestase, porque nada más salir sentí el calor de una boca rodeandome la cabeza y recibiendo mi descarga... 'joder te necesitaba justo ahí', no pude evitar susurrar. Tú te volteaste para jugar también con tu lengua recorriéndome, haciendo de nuevo una imagen absolutamente memorable. Fue entonces cuando caímos destrozados sobre la cama.

Después de apartar de la cama toda la ropa me recosté en la cama mientras vosotras os bañábais, ya que los tres sería bastante incómodo en esa ducha. Yo intenté mantenerme despierto recordando lo sucedido pero mi cuerpo me traicionó y el cansacio me pudo, por lo que mi siguiente recuerdo son vuestras risas mientras os acercábais desnudas a la cama y os tumbábais a ambos lados de mi, arabazándome mientras os dábais el beso de buenas noches. En ese típico trance que mezcla lo onírico con lo real recuerdo algunas de vuestras bromas al recordar lo que habíais hecho hasta que caísteis rendidas a mi lado, así como recuerdo desvelarme al sentir tus pezones erizados haciendo cosquillas en mi espalda.

Esa mañana fuiste tú la primera en despertarte y creo que tuviste un buen sueño, porque comenzaste a jugar con mi miembro y eso fue lo que me despertó. Con el movimiento de tu cuerpo y el chapoteo de tu lengua se despertó, y tras remolonear un momento se apuntó de nuevo al juego. Perdió el factor sorpresa, pero repetimos un momento casi tan agradable por lo menos... aunque por suerte duró mucho más gracias a estar descansados. Parece que te aficionó eso de devorar a una chica mientras te embestía, aunque no sé si tal vez era por ESA chica. Le debemos una, sin lugar a dudas. Porque a ti ya te pagué otras muchas veces todo lo que te debía, por ejemplo la siguiente noche. No sé si recuerdas que...