Disfrutando de selfface con mi sobrina

Pasé unos meses en casa de mi hermana, donde conocí mas profundamente a mi sobrina Patricia, descubriendo que es mas puta que las gallinas, algo que me gusta en una mujer, que le encante follar como a mí.

Mi nombre es Merli, tengo 60 años, ejerzo de profesor en un instituto de mi ciudad. Estoy  separado y tengo dos hijas que son igual o más guapa que mi ex-esposa. No creo en la monogamia, el ser humano como animal está destinado a copular todas las veces que quiera, la monogamia es solo un invento para atacar y someter a las personas a una vida de aburrimiento y monotonía, si no lo has deducido aún te lo digo, “ Me encanta follar…”

Hace unos meses me fui a vivir a casa de mi hermana para hacer una sustitución en un instituto cercano a su casa. Ella vivía  con su marido Juan y mis sobrinas, Entre mis sobrinas están Miriam de 16 y Patri que es una chica de 18 añitos pelirroja y con un cuerpo entre entre niña y mujer. Tiene unos pechos medianos, ni muy grande ni muy pequeños, y su figura es de vértigo con esas curvas que le hacen sus pechos y sus trasero redondito.

La estancia las pasaba dando clases todo el día, luego hacía vida social con mi hermana y su familia. A mi sobrina le encantaba ir en ropa corta por la casa y aunque a mí me encantaba ya que no solía llevar sujetador y se le marcaba los pezones mucho y tampoco debajo de su pantaloncito corto llevaba bragas lo que hacía que se le marca el culo. Mi hermana siempre la estaba riñendo algo que me hacía gracia porque ella a su edad ella hacía lo mismo y saca de quicio a nuestra madre. A Patri le sacaba una pila de años pero pese a ello era su tío más joven y del que presumía con sus amigas.

Cierto día terminamos las clases temprano y me fui a casa a descansar. Al llegar a la casa me encontré que no había ningún coche.  Cuando pasé por la habitación de mi sobrina, estaba haciéndose selfies con su guitarra en mano.

-           Hola - le dije

-           Hola tito - dijo ella posando con su guitarra para hacerse una foto con su móvil.

-           ¿y tu madre?

  • Se ha ido a Yoga

  • Ven siéntate que quiero hacerme una foto contigo para ponerla en mi facebook y enseñárselas a mis amigas.

-           Vale -  me senté a su lado a los pies de la cama. Mi sobrina llevaba una camiseta muy ceñida a su cuerpo y un pantaloncito corto vaquero con rajas yo después de darle un beso en la mejilla puse mi mano sobre su rodilla derecha.

-           Listo? - preguntó

-           ok - respondí posando mi mano en su barriga no sabía dónde poner la mano.

-           ok - respondió. Tomó la primera foto enfocando a nosotros pero yo casi no salía.

-           Pégate para que salgas.- y me pegué más a ella, pegando mi cadera a la suya,  yo aproveché para pasarle el brazo por detrás posando mi mano en su cadera hizo otra foto.

-           otra - y nos hicimos otra sonriendo, la verdad es que mi sobrina ponía una cara de deseo que me estaba poniendo malísimo yo cambiaba la mano ahora la puse en su trasero. Ella no hizo nada.

-           Ahora pon morritos como yo - me dijo, sacando los morros se lo ofrecía a la cámara entonces yo saqué morritos y nos hicimos otra foto, seguía mi mano en su trasero y ahora lo estrujaba. Ella seguía sin hacer nada

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-           Ahora los dos pegando nuestros morritos. Y lo hice. Pegando mis labios a los suyos.

-           Otra - me dijo y no me lo pensé y cuando vi que tenía los morritos giré la cabeza para darle un pico tras otro mientras que ella no se inmutaba es más seguía posando para las fotos.

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-           Otra - dijo ella yo ya no miraba a la cámara solamente le daba picos en la boca a mi sobrina y en su brazo mientras que le acariciaba la barriga y rozaba sus pechos ella mientras se dejaba, luego dejó de hacer fotos, bajando el móvil entonces  yo comencé a acariciar su barriga. Ella bajó la mano que tenía el móvil dejándolo sobre la cama. Yo tomé su guitarra de su mano izquierda y la puse en el suelo luego ella se me acercó de modo insinuaos tocándose la barbilla. Yo la comencé a besarla mientras le acariciaba en la barriga. En este momento pensé que quizás me estaba aprovechando de ella y de su juventud pero ella comenzó a besarme más fuertemente. No había duda ella deseaba mi cuerpo al igual que yo deseaba el suyo.

Seguí besándola sin mediar palabra y cuando comencé a subirle la camiseta ella no se inmutaba es más disfrutaba con mis acciones sobre su cuerpo, la besaba en la boca  y ella se dejaba luego con una mano acariciaba uno de sus pechos y con la boca besaba al otro. Su camiseta subió hasta sus axilas sus pechos estaban al descubierto entonces se la quité diciéndole

-           esto me sobra.

-           Si tito - respondió ella

Le terminé de quitar la camiseta, tirándola en la cama luego comencé a acariciar sus pechos y a besarlos como un loco, ella echaba la cabeza para atrás y se dejaba hacer, no sabía de cuánto tiempo contaba hasta que viniera mi hermana o su marido o mi otra sobrina por lo que tenía prisa por hacerle de todo lo imaginable a mi sobrina. Le comía los pechos mientras que mis manos juguetonas desabrochaban su pantalón vaquero. Una vez abierto metí mi mano dentro bajando la cremallera y tocando su coñito, como de costumbre no llevaba bragas, luego ella tiró del pantalón hacia abajo y terminó de bajarle quedándose completamente desnuda.

Con el momento a mí me entró calor y me quité mi polo quedándome con el torso desnudo, luego hice que Patricia abriera las piernas y yo me agaché para comerle el coño. No es por presumir pero me han dicho varias mujeres que mis comidas de coño son legendarias y ahora mi sobrina lo estaba sintiendo en sus carnes. Ella gemía de placer mientras que yo le comía el coño, menos mal que estábamos solos que si no hubiera sido un engorro con la cantidad de gritos que soltaba mi joven sobrina por esa boca.

Terminé mi comida de coño y le dije que se tumbara en la cama. Ella se dejó caer sobre ella y se dio la vuelta poniéndose a cuatro patas sobre ella. Yo me acerqué por un lado de cara a ella tocándome la polla.

-           ¿quieres verle la polla a tu tito? - le dije.

-           Sí - dijo ella con la mirada fija al bulto de mi pantalón.

-           Ven, aquí la tienes - le dije.

No es que tenga una polla muy grande pero supongo que a su tierna edad había visto pocas porque la cara que puso cuando la vio fue de sorpresa.

-           Vamos cométela - le ordené.

-           Si tito - la miraba y no sabía por dónde empezar, instintivamente comenzó lamiéndola y humedeciendo para luego tragársela poco a poco. Yo le acariciaba la espalda y el culo, sobre todo el culo tan redondo que tenía. Primero acariciaba y luego comencé a meter mi dedo dentro de su ano, ella seguía metiéndose mi polla en su boca una tras otra vez.

Al poco mi polla había llegado al máximo de su envergadura y era tiempo de metérsela,

-           Túmbate - le ordené. Ella se dio la vuelta y me ofreció su coñito. Yo me quité los vaqueros y los dejé en el suelo. Me subí a la cama y la puse de ladito para meterle mi polla en su coñito. Tengo que confesar que ese coñito estaba muy estrelló algo que me gustó mucho porque posiblemente fuera el primero en estrenar ese coñito.

Largo rato estuve dándole a ese coñito y cuando tuvo su primer orgasmo le saqué la polla y se la metí en su culito. Su culito, pese a que lo había estado visitando estaba muy estrecho así que me costó meterle mi polla dentro. Aunque a ella le estaba doliendo no se quejó ni me dijo nada. Una vez que mi polla estaba dentro comencé a meterle y a sacarle la polla de su ano, pocas embestidas hicieron falta para correrse en su culo. Para que no manchar las sábanas la tomé en brazos y la llevé a la ducha donde ella con su boca limpio las pocas de gotas de semen que quedaban en mi polla. Luego nos duchamos juntos y nos vestimos.

Que decir queda que lo repetimos más veces en la estancia que estuve en la casa pero esas historias las contaré en otro momento