Disfrutando de mi exsuegra

Lupita era una mujer que me quitaba el sueño, estaba igual o mejor que su hija, por lo que me atreví a seducirla cuando terminé con su linda hija.

La mamá de mi exnovia es una mujer divorciada de 48 años, es delgada y de cabello largo color castaño oscuro, sus piernas son torneadas es poseedora de unas bonitas y grandes nalgas. Si cintura es delgada y sus senos son de un tamaño grande que vuelven loco a cualquiera. A pesar de que ya es una persona mayor, sabe como llamar la atención de cualquier hombre para tenerlo cerca y cumplir sus demandas sexuales.

Lupita por motivos de trabajo, casi siempre tiene que usar ropa de vestir y por lo regular usa faldas a la rodilla y blusas de diferentes modelos, siempre usa medias y zapatilla de tacón; hablando de su lencería es chica y muy sugerente.

Todo empezó, en unos de esos días de calentura en que pensaba en ella, se me vino de repente a la mente invitarla a salir a pasear o a comer, pero sin que se enterara mi exnovia, ya que no se vería lógico que mi suegra y yo saliéramos juntos. Le tenía que inventar algún motivo para que aceptara a salir conmigo, así que, con la mano empalmada en mi verga, la llame por teléfono y le hice dicha invitación. El motivo era sencillo, le dije que tenía algo súper importante que tratar con ella acerca de su hija y que necesitaba verla en un lugar donde mi exnovia no nos viera. Mi suegra, súper extrañada, me dijo que no podía salir por el momento, y si quería hablar a solas con ella, debía de llegar a su casa, ya que mi exnovia se encontraba de visita con el papá, y no iba a llegar temprano.

Me arme de valor, y llevado por mi calentura, me dirigí nervioso a la casa de mi suegra, ya que, yo no sabia como iba a tomar mi calentura y mi morbosidad. Cuando llegué, me recibió muy amable, ella estaba vestida muy provocativamente, (como siempre), una faldita muy corta, blusa super escotada y unos zapatos de tacón que resaltaban sus buenas y golosas piernas.

Me invito a pasar, y me dijo que la esperara un segundito, ya que tenia otras cosas que atender. Cuando volvió, me dijo –ahora si, platiquemos!!-. Yo le empecé a tratar otros temas, del trabajo, la escuela, etc. Y la pasamos muy a gusto. Yo no sabía como decirle que quería cogerla, estaba muy nervioso. Mientras mi verga parecía una piedra al nada más verle esas piernotas y esas nalgotas tan carnosas, mi mente volaba llena de morbosidad.

Me le quedaba viendo de los pies a la cabeza, queriéndomela comer con la mirada, así que, entre platica y platica, le hice el comentario que sus zapatos estaban muy bonitos y que le iban perfecto a su vestuario; ella me contestó que si estaban bonitos pero de tanto caminar le lastimaban y le dolían mucho los pies, así que necesitaba unos masajes. Entonces fue cuando me atreví a decirle que si le podía dar yo el masaje; ella se me quedo viendo y acepto.

Ella se recostó en el sofá y me puso los pies en mis rodillas, le quité los zapatos y empecé a masajearle esos delicados pies, de arriba hacia abajo, dedo por dedo, mmmmm….no lo podía creer!!!, estaba tocando una parte del cuerpo de la mujer que me quitaba el sueño.

Mi verga estaba súper mojada y súper parada, como una roca!!!; ella cerraba los ojos en señal de que le gustaba. Yo le empecé a meter el dedo en medio de los dedos de los pies, simulando una penetración; ella se estremecía y le gustaba. Cuando hacia eso, en mi mente imaginaba que la estaba cogiendo, mmmmmmm

Ella me dijo:-Que rico masajeas los pies, ya quisiera tener a alguien así conmigo para que me mimara-. Cuando me dijo eso, a ella se le miraba una cara de super puta, mordiéndose los labios y haciéndome ojitos.

Esta era la oportunidad que había buscado desde hace tiempo, estaba súper caliente, y tenia de nuevo la verga bien parada. Entonces, fue cuando me arme de valor y le tome un pie y se lo puse encima de mi verga para que la sintiera, ella hizo una expresión de puta caliente, y me dijo: -Creo que te he excitado-. Yo le conteste con la mirada y le hice una expresión como quien dice quiero cogerte. Se levantó del sofá, y me metió la mano debajo del pantalón y del calzoncillo agarrándome la verga bien parada y caliente, me la empezó a sobar, me empezó a besar chupándome los labios con gran excitación, haciendo juegos con nuestras lenguas.

Ella me desabrochó el pantalón y yo le puse las manos en sus pechos, los cuales no estaban tan duros, pero igual estaban de ricos. Le levante la blusa, dejando al descubierto eso ricos pechos y empecé a mamarle los pezones, que para ese momento los tenia como una piedra. Me prendí de ella, mamándole los pechos. Ella me seguía sobando y besándome con gran excitación y deseo.

Ella me dijo que no se sentía cómoda en el sofá, así que nos levantamos y fuimos directamente a la camita. Cuando ella se levantó, ella tenia la falda subida hasta la cintura, fue cuando me di cuenta de que llevaba puesta una tanguita de color blanco dejando al descubierto esas ricas y carnosas nalgas, grandes, redondas y bien paradas.

Me abalance hacia ella y se las comencé a lamer, besándoselas con bastante lujuria y deseo, mmmmm.. me las quería comer!!!. Le abrí las nalgas y le hice a un ladito el hilo de la tanguita que se le metía entre el culo, y le empecé a comer el hoyo. Le metía la lengua de arriba hacia abajo.

Cuando llegamos a la cama, ella se quito la blusa y la falda, quedándose solo con tanga, mmmmmm….solo con verla con esa tanguita sentía que me corría, mi verga parecía salirse y romper mis calzoncillos. Me desvestí rápidamente, quedándome solo con ropa interior. Me acosté encima de ella, metiéndole mano por donde sea, le tocaba las nalgas, la vagina, hasta le metía el dedo en el hoyo del culo. Había que disfrutarla.

Empecé a bajar, besándola hasta llegar a su vagina, le empecé a comer la vagina que estaba bien mojadita y calientita. Que rica vagina tiene, bien rasuradita, con tan solo una línea de pelos en medio. Le metía la lengua, chupándole todo el clítoris, se lo jalaba y estiraba. Ella gritaba de pura excitación, porque la estaba haciendo gozar.

Ella me decía que ya no aguantaba que la penetrara ya, así que, me quité el calzoncillo, y desenvainé mi verga, me puse en posición y la empecé a penetrar, metiéndole la verga despacito, muy sexy. Ella solo decía: -ahhhhhhh……mmmmm……que rico….- La penetraba con gran fuerza que quería atravesarla, le daba el famoso mete y saca, primero despacito y después la arremetía con gran fuerza y lujuria. Ella estaba gozando mi verga de una manera genial. Yo, me sacaba la verga y con la punta le rozaba la vagina de arriba hacia abajo, hasta volverla a penetrar.

Nos dimos vuelta y la empecé a coger de lado, levantándole una pierna y penetrándole la vagina por detrás, que rico sentía tener tan pegado ese rico culón. Yo sentía que mi verga crecía cada vez mas, estaba pura piedra. Me despegue de ella, y la puse boca abajo, abriéndole nuevamente las nalgas y metiéndole mi lengua, chupándole todo el culo y el hoyo.

La levanté, y la empecé a coger en la famosa pose del perrito, penetrándola por detrás, jugándole esas ricas nalgotas. Ella se movía ricamente, queriendo acabar mi dura y empinada verga, de atrás para adelante. Se volteo y se puso frente de mi, me empezó a besar en la boca, agarrándome la verga con lujuria.

Ella ya había acabado una vez, pero seguía insaciable. Al poco tiempo, yo descargue un gran chorro de semen sobre su vagina, estremeciendo todo mi cuerpo. Paramos y nos abrazamos de cansancio. Ella se bajo de mí, y se recostó al lado mió. Sudados y sin ganas de nada, nos quedamos un buen rato acostados en la cama, hablando de lo rico que la habíamos pasado. Luego nos metimos a bañar, y ya estando allí, se me para la verga nuevamente. La pegue a la pared del baño y la empecé a follar otra vez, hasta acabar nuevamente.

Ahora aprovechamos el tiempo, siempre que no esta mi exnovia, ella me llama y me la voy a coger. O, a veces me pasa a traer en el auto y vamos algún motel. Se los juro, a ella solo le gusta coger. El papá de mi exnovia, se divorcio de ella, porque la fue encontrar en la cama cogiendo con su amante.

Las preferencias de Lupita son el sexo oral, anal y le gusta que me corra en su carita.