Disfrutando de la vida II

Al día siguiente de su primera sorpresa, la mujer continúo con su plan de sorprender a su marido, así que se lo llevo a cenar a un sitio especial, un bonito restaurante romántico que estaba situado delante de la playa, un sitio cálido y pequeño  con velas vino y música clásica.

Los dos se habían arreglado bastante para esa cita y hay que decir que estaban guapos los dos, el con un traje gris y camisa negra, ella con un vestido bien arrapado de color azul y unos bonitos zapatos de tacón.

La cena fue genial y comieron y bebieron muy bien, el ambiente era muy bonito y se notaba que había pasión entre ellos y muchas ganas de pasarlo bien.

Al salir del restaurante el marido se quedó sorprendido porque no fueron al coche, sino que se dirigieron a un pequeño hotel que había muy cerca.

El hotel estaba situado frente a la playa y tenía todas sus habitaciones temáticas  y la mujer escogió la que más le gustaba: el Antiguo Egipto.

Estaba decorada como un templo, con incienso, velas y una gran cama redonda en medio de la habitación con un dosel maravilloso.

-          Esto muy egipcio no es- comentó el marido.

-          Pues esto tampoco- dijo ella desde el lavabo.

Cuando el marido entró  en el lavado pudo comprobar que en un rincón había un jacuzzi bastante grande.

-          No muy egipcio no es, pero que te parece si lo probamos.

Llenaron el jacuzzi, con agua caliente y unas sales que había en una pequeña bandeja.

El marido se desnudó rápidamente y mirando a la mujer, le dijo:

-          Que no piensas quitarte el vestido

-          Ahora mismo, ves metiéndote el agua.

Así que con el marido en el agua, ella se fue desnudando delante de su marido y fue quitándose su vestido poco a poco, para mostrarle que toda la noche había llevado un conjunto muy sexy en tonos azul y negro, con su ligero y sus medias.

-          O sea que toda la noche debajo del vestido has llevado esta preciosidad y no me has dicho nada.

-          No te enfades que esto te va a encantar.

Empezó a meterse en el agua caliente, sin quitarse la ropa interior, eso hizo que su marido se volviera loco.

Ella no dijo nada más solo se puso a horcajadas encima suyo, se aparté su bragas de encaje, y se metió la polla de su marido.

En un par de envestidas, se corrieron, pues su marido se excitó mucho notando el encaje de las bragas en su polla, cada vez que entraba y salía.

Después se ducharon juntos y con una toalla se dirigieron a la cama. El estaba en la cama, esperando a que su mujer saliera del baño, después de esa agradable jacuzzi, y se sorprendió cuando ella apareció con una túnica egipcia, de un lino blanco, tan tranparente que podía ver su pezones erectos desde la otra punta de la habitación.

-          La he encontrado en un armario del baño, para ti también hay, ¿la quieres?

-          Lo que quiero es que vengas aquí ya, porque viéndote con esta túnica te voy a follar duro.

La mujer no puedo resistirse y se fue hasta la cama, lo que no esperaba era que se marido, la cogiera con mucha fuerza y la hiciera aguantarse a un poste de la cama.

-          Te voy a follar como a una autentica egipcia, escondidos en un templo.

Sin decir nada mas la hizo arrodillarse, se puso detrás suyo y estando ella de 4 patas, le subió la túnica con violencia (a ella la hizo volverse loca), y le metió la polla hasta dentro.

Estuvieron follando un buen rato hasta que ella avisó al marido que estaba a punto de correrse y su marido la cogió fuerte de sus caderas y empezó a moverse con rapidez hasta que ambos llegaron juntos al orgasmo.

CONTINUARÁ…..

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