Disfrutando con Rosaura. Una mujer muy caliente.
Disfrutando con Rosaura. Una mujer muy caliente.
Mi nombre es Carlos, estoy solo en la oficina, es día 26 de diciembre y todos mis compañeros están ya de vacaciones navideñas. Tan solo he venido yo y la señora de la limpieza, que pidió venir el día 26 en lugar del día 24.
Es una mujer suramericana de unos 48 años que se llama Rosaura, muy simpática, físicamente no destaca, ya que no es excesivamente guapa, esta rellenita y es bastante culona…Además la ropa de trabajo no le favorece.
Yo tengo 38 años, el cuerpo atlético y estoy casado con una bonita mujer. Estaba terminado mi trabajo para irme a casa, cuando ella entro en mi despacho:
-Que hago con esas botella de vino y esos dulces que hay allí abiertos?
-Son los que sobraron del aperitivo de navidad, si quiere puede llevarse los que estén cerrados y tire lo que esté abierto.
-Ok muchas gracias
Al minuto aprecio en mi despacho con una botella de vino que estaba abierta y unos polvorones.
-Le apetece algo??? Antes de tirarlo.
-Si porque no!!! ya que nos ha toca trabajar tornaremos los dos un aperitivo
Pasamos un buen rato y tomamos uno o dos vasos de vino, yo le llenaba su vaso de vino dulce y ella cada vez se soltaba y hablaba más.
-UFF, por favor no me ponga más vino, la bebida se me sube muy pronto. Decía riendo por el efecto del vino
-No se preocupe ya hemos terminado el trabajo y es navidad.
-Si pero es que me da mucha calentura y a ver quien me la apaga luego, decía sonriendo.
Aquello me calentó, nunca me había fijado sexualmente en aquella mujer. Ahora tampoco me atraía, pero me sorprendida que con solo unas copas de vino pudiera ponerse así. Aunque tal vez no hablábamos de la misma calentura y eran imaginaciones mías, así que intente subir el tono de la conversación
-Vamos toma la última. Mejor estar un poco caliente, no???
-UFF pero es que soy muy caliente, a ver como le explico a mi marido que llego así.
-No se preocupe, seguro que el agradece que llegue así.
-Si, pero el ya no consigue apagar mi fuego. Me dijo entre carcajadas
Aquello se estaba subiendo de tono, realmente el vino le había afectado, porque anteriormente no habíamos cruzado ni tres palabras.
-Pues solo tienes que buscar otro que te lo apague, le dije guiñado un ojo
-Si uno joven y guapo…pero es difícil
-Uff ahí, ya no puedo hacer nada!!! Le dije con una sonrisa cómplice
Para entonces la conversación ya estaba lanzada…y ella paso de llamarme de usted a decime Papi
-Ah!! papi uno como usted también me vale
-Y cómo puedo apagar ese fuego??
-De verdad que quiere apagarme el fuego?? Me dijo acercándose a dos centímetros de mi
Para entonces nuestros cuerpos ya se rozaban, mi pene se había puesto duro, y estábamos frente a frente sin que ninguno diera el paso.
-Uy uy si usted también está bien caliente Papi, que es eso tan duro que tiene aquí abajo. No soy yo sola la que tiene fuego.
Bajo su mano la puso sobre mi paquete y lo acaricio. No dejábamos de mirarnos, a pesar de que no era guapa si tenía unos ojos bonitos
Saco mi polla por la bragueta y la agarro con su mano, luego se arrodillo ante mí y comenzó a chupármela. Aquella situación me excitaba, no podía más, creo que me iba a correr allí mismo:
-Vamos papi porque no usas tu manguera para apagar mi fuego.
No se la podía meter con aquel calentón, me hubiera corrido casi sin meterla, y aquella mujer era un volcán, así que intente ganar tiempo.
La cogí la de mano, la lleve a la mesa de mi despacho y la bese, ella me correspondió, creo que no lo esperaba, pero le gusto y comenzó a besarme fuertemente.
Yo pase mis manos por debajo de su malla y agarre sus nalgas, vestía una malla de trabajo que marcaban todas sus carnes y una sudadera muy poco sexi. Me sorprendió porque a pesar de su edad y de que estaba trabajando llevaba tanga
La senté en la mesa, saque sus zuecos de trabajo, sus calcetines, tenía los pies ligeramente sudados, ella me miraba sin decir nada. Cogí su pie y lo bese, no se por qué pero quería que aquella mujer se sintiera como una princesa. Y lentamente le quite sus mallas sin dejar de mirarla.
Volví a coger su pie lo bese y pase mi lengua por él, sabia a sudor pero yo también estaba muy caliente y no me importo.
Fui besando sus piernas hasta llegar a sus entrepierna, donde pude ver como los pelos de su pubis sobresalían de su pequeño tanga, lo que era una imagen de todo menos sexual. Todo lo contario del pubis de mi mujer, que estaba perfectamente depilado. Sin embargo note la necesidad de lamer aquel coño, sin pensar en nada más.
Ella estaba tumbado sobre la mesa, le quite su tanga, y deje al descubierto aquel coño peludo y negro, que dejaba entrever su coño rosado y lubricado. Fui a besarlo cuando ella me detuvo.
-Que vas a hacer Papi??? Déjalo está sucio, llevo trabajando toda la mañana. Vamos méteme tu polla, y apaga mi fuego.
Yo obedecí, saque mi polla para metérsela. Pero no me apetecía terminar con un simple polvo, con una mujer que ni siquiera me atraía físicamente pero que si me hacía sacar mi lado más morboso, así que, volví a acercar mi cara a su coño, y a besar su entrepierna diciéndole:
-Si está sucio primero tendremos que limpiarlo, princesa.
-Las princesas no llevan el coño sucio ni sudado, dijo riendo. Déjelo por favor
-No te gusta que te lo chupen
-Si si me gusta, pero…
Y antes de que pudiera terminar yo ya había metido mi lengua en su coño y ella ya solo un gemido de placer!!!
Es verdad que aquel coño sabia y sobre todo olía muy fuerte, nada que ver con el de mi mujer o alguna de mis novias. Pero aquella mezcla de olores y sabores me puso todavía más caliente y comencé a lamer más y más.
Lamia su clítoris tapado por aquel vello negro, y luego bajaba por toda su raja recibiendo todos su fluidos, aquella mujer era un volcán, su coño no paraba de chorrear, ella ya solo gemía y se dejaba hacer, de vez en cuando bajaba su mano y se la llevaba a su clítoris para presionarlo y darse más placer. Mientras yo seguía intercalando juegos en su clítoris con lametones en todo su coño, una de la veces baje un poco más, llegando con mi lengua hasta su ano.
Ella se quedó paralizada unos segundo, pensando que yo me había confundió, pero volví a bajar otra vez más, y esta vez volví a llegar con mi lengua hasta su agujerito.
-Pero bueno papi!! Usted es muy caliente. No me diga que también quiere lamer mi culo?
-Si mami (le dije siguiéndole el juego) quiero comértelo todo.
Ella abrió un poco más sus piernas para facilitarme llegar hasta el, y yo intente lamerlo pero apenas llegaba, sus nalgas eran muy grandes y me impedían el paso.
-Espera mi papi, así no vas a poder, tranquilo espera un momento a que mami baje de la mesa.
Bajo de la mesa, se dio medio vuelta y apoyo medio cuerpo en la mesa, dejando su culo frente a mí. Yo me puse frente a el de rodillas, abrí sus nalgas y hundí mi cabeza en él.
Su olor era muy intenso y pensé que aquello era demasiado para mí, pero ya no había marcha atrás. Saque mi lengua y comencé a lamerlo, si su olor era intenso el sabor de aquel culo rodeado de pelos todavía lo era más. Pero poco a poco aquel olor y sabor comenzaron ponerme más y más caliente. Pasando de la repulsa al éxtasis.
Le estaba comiendo el culo a la mujer de la limpieza, y aquella idea me fascinaba!!!
Ella no paraba de gemir y de tocarse su clítoris, yo lamia su culo mientras ella acariciaba su coño y se metía los dedos, encadenado un orgasmo tras otro, hasta que no puedo más. Era como una fuente, a pesar de que yo intentaba lamerlos, sus flujos se escurrían por todas su piernas hasta llegar al suelo.
-Vamos métela papi, dame tu leche.
Yo me levante y fui a penétrala, abrí bien sus nalgas para penetrarla desde atrás, pero en lugar de llevar mi polla a su coño la lleve hacia su culo, esperando que ella me lo impidiera o me dijera algo.
Pero no me dijo nada, así que continúe y penetre aquel culo que tan bien había lubricado con mi propia lengua.
Le entro sin problema, por lo que no era la primera vez que se lo follaban, así que comencé a darle bien duro, mientras le soltaba algún cachete en sus nalgas.
Ella no paraba de gemir, de jugar con sus dedos y su clítoris y de pedirme que le diera más y más duro. Finalmente me corrí llenando su culo con mi leche. Ella se giró me agarro y me beso.
-Gracias papi. Ahora si apagaste mi calentura.
Comenzamos a vestirnos, mi pene estaba algo sucio y todavía chorreaba semen.
-Espera, mira como tienes tu polla, que harás tu mujer si la ve así??? Déjame que la limpie Papi
Se arrodillo, la cogió con sus manos clavando sus ojos en los míos y se la metió dentro de su boca, tragando los restos de semen y dejándomela totalmente limpia. Luego se levantó y me volvió a dar un beso en la boca susurrándome.
-La mami puede ser tan guarra como el papi.
Terminamos de vestirnos y nos fuimos, durante toda la navidad no dejo de pensar cómo será la vuelta a la oficina.
Chicas si os ha gustado el relatos podéis escribir a: mundoriki77@gmail.com