Disfrutando con mi vecina y su marido
Tras descubrirla espiándome decidí ir a su casa, fue la primera vez que lo hice con una mujer, lo mejor... cuando su marido nos descubrió.
DISFRUTANDO CON MI VECINA Y SU MARIDO
Hola, quiero contaros como terminó la noche con mi vecina, se llama María, para los que no hayan leído mi anterior relato os cuento que descubrí que me espiaba mientras me masturbaba, la llamé por teléfono y alcanzamos sendos orgasmos excitándonos con la conversación, situadas frente a la ventana, viéndonos desnudas, en aquella conversación descubrí también que no era la primera vez que me veía y que conocía todos mis secretos sexuales.
María es una chica de 25 años, morena, de estatura media, morenita de piel, con pechos grandes y unos pezones que ese día y posteriormente, me obsesionaban, está casada con un hombre de unos 40 años, con el que era feliz, pero que por su educación tradicional no comprendía muy bien las fantasías de su esposa, aunque con el tiempo acabó comprendiéndolas y uniéndose a sus particulares fiestas.
Yo por primera vez voy a describirme, soy todo lo contrario a ella, rubia, melena larga, alta, piel dorada pero sin rozar el moreno de ella, pechos pequeños, pezones rosados, mi edad no la diré pero soy joven, como he comentado alguna vez soy economista y no estoy casada, tengo novio "formal" y una relación paralela que hoy no viene al caso.
Tras estas descripciones voy a continuar con lo que iba a contarles, tras aquel brutal orgasmo que tuvimos, ambas nos quedamos con ganas de seguir la fiesta, así que colgué el teléfono, me puse mi bata y me dispuse a cruzar la calle, sin nada debajo excitada tan solo con un vibrador en el bolsillo nunca lo había hecho con una mujer, pero aquella noche estaba dispuesta a todo, me volvía loca la idea de que aquella mujer me deseara tanto, iba nerviosa, pues era algo nuevo para mi, pero todo eso quedó atrás cuando toqué su timbre.
Allí apareció ella, completamente desnuda, me miró de arriba abajo, diciéndome que había deseado aquel momento desde que vivía alli, enfrente de mi casa. Me invitó a pasar, a pesar de la excitación y el deseo que sentíamos, estábamos nerviosas y no sabíamos como actuar, pasé al salón me senté en el sofá y ella me trajo una copa, aún estábamos agotadas por los anteriores orgasmos que habíamos tenido, orgasmos alimentados por el morbo de saber que nos estábamos viendo y por la caliente conversación telefónica que habíamos mantenido Encendió el televisor y tenía una película porno en el vídeo que apareció en pantalla, en ella salían dos mujeres haciendo un sesenta y nueve.
Comenzamos a charlar, le pregunté si alguna vez lo había hecho con mujeres y me contestó que sí, que aunque su marido no lo sabía le gustaba mucho como se sentía, le confesé que yo era nueva en esto y ella, ni corta ni perezosa sacó un pecho de mi bata y comenzó a acariciarlo, mmmm que sensación, esas manos suaves me hacían sentir corrientes por mis pezones, me siguió contando que no se atrevía a contar todo esto a su marido, porque no sabría como reaccionaría, aunque le encantaría que compartiera esas cosas con ella, yo le conté que con mi amante hacía todo tipo de cosas y que a veces nos había pillado un chico en la oficina y que me encantaba que me observaran mientras practicaba sexo, pero que con mi novio, al igual que a ella me daba corte plantearle estas inquietudes por si las rechazaba.
El ambiente se estaba caldeando abrió completamente mi bata y me dejó ante sus ojos desnuda, aún estábamos húmedas por lo que había ocurrido así que me invitó a tomar un baño con ella.
Tenía una bañera muy grande, preparada para las dos, nos metimos, yo me senté apoyada en la pared y ella se puso delante, cogió mi mano y la puso sobre su pecho, yo aún era tímida, era mi primera vez con una mujer, estaba como en un sueño increíble sentí ese pecho duro bajo mi mano y comencé a acariciarlo, después cogí el otro con la otra mano y los comencé a amasar, haciendo movimientos en redondo con las dos manos a la vez pellizcando esos fantásticos pezones, mientras había empezado a besar su cuello muy despacito . Ella mientras tanto había metido las manos por detrás de su cuerpo y me estaba metiendo el dedo por el coño, mientras que con el pulgar acariciaba mi clítoris, oohhh que sensaciones, todo esto era nuevo para mi pero me tenía completamente caliente. Comencé a descender con mis manos, estaba a punto de correrme y empecé a acariciarle el coño, quería que sintiese lo mismo que yo, que se corriera conmigo pronto llegó ese momento tuvimos un orgasmo increíble, solo con un dedo metido en nuestro coño quedamos exhaustas y comenzamos a besarnos para relajarnos.
Salimos de la bañera, tocándonos y besándonos, cogimos una toalla, nos fuimos hacia su dormitorio y nos secamos una a la otra, haciendo especial incapié en las pechos y, como no, en el coñito, ella lo tenía con mucho pelo, como una cueva dispuesta para que la explorara, estábamos sobre la cama, la tumbé boca arriba y la abrí de piernas, ahí lo tenía, era el primer coño que me iba a comer, estaba mojada solo de verlo me acerqué lentamente, dejé que sintiera mi respiración ahí, luego le di un pequeño beso sobre el clítorix y comencé a pasarle la lengua desde el ano hasta donde comenzaba el vello, María comenzó a estremecerse y me pidió que parara, que aún no quería correrse, que quería excitarse más haciéndome todo cuanto sabía hacer, así que invertimos los papeles, yo estaba tumbada y ella sobre mi, besaba mi cuello, descendía hasta mis tetas las lamía, tiraba bocados a mis pezones que estaban completamente de punta y con su mano acariciaba mi raja, que para entonces ya estaba totalmente empapada
En ese momento apareció su marido con el vibrador que yo había traído en la mano, las dos nos quedamos sin saber que hacer, María no esperaba que llegara y mucho menos que se enterara así de sus preferencias, pero sorprendentemente nos dijo que por favor siguiéramos, le dio a Maria mi vibrador, el cual se había quedado en el sofá del salón, mientras él se iba desnudando.
María empezó a lamerme el coño, cogió el vibrador y me lo metió, se puso en forma de sesenta y nueve para que yo también pudiera comérselo, mientras su marido se masturbaba, ella con una mano movía el vibrador dentro de mi, mientras que con la otra metía los dedos por mi ano, yo creía tocar el cielo tenía un vibrador en el coño, tres dedos en el ano y otro coño en la cara, era impresionante vi como su marido se levantaba, comenzó a lamerle el ano y enseguida le metió la polla por el culo, no era capaz de ver la imagen de los tres enganchados disfrutando de ese momento, pero al pensarlo estallé en un orgasmo intenso, María lo hizo enseguida y su marido, al ver que nos habíamos corrido, sacó la verga del culo de María y echó toda su leche sobre las dos, nos pidió que le limpiáramos la polla y que después nos limpiáramos mutuamente con la lengua los restos de semen que habían quedado por nuestro cuerpo. Después los tres nos quedamos en la cama, entrelazando nuestros cuerpos, nos dormimos, pero al rato desperté al sentir como una lengua lamía mis pezones, mientras que otra subía despacio por mis piernas buscando mi coño
Como continuó y cuanto gocé es noche os lo podréis imaginar, gocé de esa nueva situación, me hicieron disfrutar como nunca, tanto él como ella, es una mujer increíble, con la cual, después ha habido muchas más ocasiones de gozar, en algunas las dos a solas y en otras con su marido con el cual puede disfrutar de lo que tanto corte le daba plantearle.
Espero vuestros comentarios ariadnna_mm@yahoo.es