Disfrutando con mi profesor

Nunca pensé en hacerlo con un hombre, pero mi profesor me puso muy caliente y me lo tiré

Antes de nada tengo que decir que no soy homosexual. No concibo que, en tema de sexo, se hable de homosexual, hetero... simplemente me gusta disfrutar del sexo, pero hasta ese día no lo sabía. Era navidad y, como viene siendo habitual, mis amigos y yo fuimos a cenar por ahí para celebrar las fiestas. Después de la cena nos fuimos de copas y, a las 4 de la mañana llevaba una borrachera bastante importante. Cuando ya estaban a punto de cerrar todos los bares, me encontré en uno a un profesor mío del instituto. Siempre me llevé muy bien con él, era uno de sus alumnos favoritos (se me daban muy bien los estudios). En todo el instituto se rumoreaba que este profesor era gay, aunque nunca lo pudimos confirmar. He de decir que, cuando a mi me daba clase, me daba la impresión de que yo le gustaba, por comentarios y esas cosas, aunque nunca lo pude saber exactamente. Era el típico treintañero que volvía locas a las chicas, alto, buen cuerpo, cara bonita... EL caso es que me lo encontré y estuvimos hablando de como nos iba la vida. En ese momento miré a mi alrededor y mis amigos se habían ido, cada uno a un lugar, unos con sus novias, otros a casa... El caso es que me quedé solo con él. Yo me lo estaba pasando bien y no tenía muchas ganas de irme a casa, así que cuando cerraron ese bar le propuse ir a tomar la última. El aceptó sin dudar. Fuimos a un bar que estaba lleno y allí nos tomamos un par de copas. El me empezó a hablar de su ex pareja, que le había dejado hacía poco y que lo había pasado mal. Yo le pregunté como se llamaba, el me dijo "Julio". Fue entonces cuando confirmé su homosexualidad y comprendí que podía estar intentando ligar conmigo.

En ese momento, y sin saber por qué (imagino que el alcohol influyó mucho) comencé a sentirme atraído por él. Le miraba a los ojos y después a los labios y me lo imaginaba besándole. Con el ruido de la música hablámos cada vez más cerca, sentía su aliento en mi oreja y comenzaba a ponerme muy caliente. Pensaba que en cualquier momento nos íbamos a comer la boca delante de todo el bar. Sin embargo, no dio tiempo. El bar encendió las luces y comenzó a desalojarse. Al salir me dijo que la noche se le estaba haciendo corta, yo le contesté que a mí tamboién me lo parecía. Me propuso ir a su casa a tomar la última. En ese momento, sentí sobre mi cuerpo una sensación muy extraña. Primero quería meterme en su coche e ir a su casa. Por otra, sabía que si me montaba era para que pasara algo, y eso me echaba para atrás porque nunca pensé en acostarme con un hombre. Le dije que a su casa no, que me llevara a la mía que estaba cansado. Cuando estábamos en su coche le miré de arriba abajo y volví a imaginarme besándome con él. Eso volvió a ponerme cachondo, así que me invadió el deseo de tirármelo y le dije "Mejor pensado, vamos a tu casa a tomar la última, un día es un día".

Llegamos a su casa, me invitó a sentarme en el sofá y se puso a servir copas. Se descalzó, y se sentó al lado mío en el sofá. Sin saber cómo, no llegué ni a tomar un sorbo. Cojió mi copa, la dejó en la mesa y me besó. Yo me separé y le pregunté que qué hacía. El me dijo que si no era para eso, para qué había ido. En ese momento me olvidé de todo y le dije: "tienes razón". Entonces le besé. Comenzamos a besarnos como si se acabara el mundo. Enseguida me empalmé. El me agarraba de la nuca mientras yo emepcé a acariciarle su torso. No tenía ni un solo pelo en su abdomen. Le quité la camiseta, el me quitó la mía. Seguimos besándonos mientras yo seguía acariciándole el abdomen, el bajó la mano hacia mi trasero, por encima del pantalón. Yo no quería tomar mucha iniciativa, pero estaba deseoso de tocarle su polla, así que bajé la mano y le toqué el paquete por encima del vaquero. Lo noté empalmado, y me daba la impresión de que la tenía grande. Le desabroché el botón y le fui bajando poco a poco el vaquero. El se levantó para quitárselo todo y de paso me quitó mis zapatos mis calcetines y mi pantalón. Entonces nos quedamos los dos en slips. Nos levantamos, seguimos besándonos. Me acariciaba las nalgas, esta vez metiendo la mano por el calzoncillo. Dejó de besarme y me dijo, "ven a la cama". Me llevó de la mano hasta su habitación, cuando llegamos me tiró sobre la cama y se puso encima mío. Yo le acariciaba sus nalgas por encima del calzoncillo mientras el me besaba en el cuello. Yo no podía más. Nos pusimos de lado mirándonos y yo decidí tomar la iniciativa, porque estaba realmente cachondo. Comencé a besarle por el cuello, a chuparle la oreja, el jadeaba, mientras fui bajando la mano y se la metí en el calzoncillo. Noté su polla empalmadísima y ya pude comprobar que él estaba muy bien dotado. Era muy parecida a la mía por lo que pude tocar, era la primera vez que se la tocaba a otro tío y ya estaba deseándo comérsela. Fui bajando poco a poco besándole por su torso, en los pezones, hasta que llegué a su vientre. Le bajé despacio el calzoncillo mientras asomaba su polla complétamente erecta. Le fui besando todo el rabo desde los huevos hasta llegar al glande. Le di dos mordisquitos y, sin pensarlo, me la metí completamente en la boca. Le oí gemir, por lo que noté que le gustaba. Seguí chupando cada vez más rápido. Él decía "ummm, qué rico". A mí también me estaba encantando. Me agarraba la nuca y me acariciaba el pelo al ritmo que yo subía y bajaba por su polla. De repente me dijo, "para por favor, que me voy a correr y no quiero todavía". Yo paré, subía hacia su boca y me dijo: "ahora me toca ver que escondes debajo del calzón". Bajó por mi torso con su lengua, me quitó el gayumbo y me dijo: "justo como la había imaginado. Me encanta tu polla". Y comenzó a pajearme. Yo gozaba como un cabrón. Entonces me la comenzó a chupar, yo estaba en la gloria. Me la habían chupado muchas veces las chicas, pero nunca como aquella. Fue espectacular. Notaba que me corría, pero intenté aguantar. Estaba tan cachondo que lo ví claro. Si eso me había gustado, pensé que si me penetraba podía ser el polvo de mi vida. No se lo quise proponer por si él quería ser el penetrado y no quería cortarle el rollo. Sin embargo él se dejó de chupármela y me dijo: "quiero comerte el culo". ASí, hicimos el sesenta y nueve. El se tumbó boca arriba mientras le puse el culo en su boca. El empezó a comerme el culo. Pufff, vaya sensación. Me estaba a punto de correr sólo con eso y no me tocaba la polla. Yo se la meneaba y chupaba. Después de esa comida de culo lo tenía claro. Le dije, "quiero que me la metas". Y el me dijo, "pensaba hacerlo".

Yo me puse a cuatro patas sobre la cama. Le advertí que probablemente no me entrara porque era mi primer anal. El me dijo que no me preocupara. Después de ponerse el condón, noté que habría un cajón y que sacaba un bote, que supuse que era baselina. Se echó en la mano y me lo huntó por el culo. Primero me metió un dedo, luego dos. Los metía y los sacaba cada vez más rápido mientras yo gemía de placer. En un momento sacó los dedos y sin más noté como me metía la polla. Desde el principio, entró bien, aunque a mí me dolió, pero sólo la primera embestida. El comenzó a ir aumentando la velocidad de metidas y sacadas. Me agarraba de la cintura mientras me la metía cada vez más rápido. Poco tardó en follarme fuerte, metiéndomela hasta el fondo mientras sus huevos chocaban contra mis nalgas. De hecho, en la habitación sólo se oían mis pequeños gemidos y sus huevos chocando contra mis nalgas. Le dije que quería verle la cara mientras me la metía, así que me dijo que me pusiera yo encima y que le cabalgara. Dicho y hecho. Me puse encima y comencé a cabalgarle. Mi culo estaba totalmente abierto y he de decir que esta postura era la que más me gustaba. Yu subía y bajaba sobre su pene mientras el me agarraba con fuerza las nalgas. Su cara era de auténtico placer. Noté, por las contracciones que tenía, que se iba a correr. No quería que se corriera aún así que dejé de cabalgar y le besé. El me dio la vuelta y comenzó a follarme con fuerza con la postura del misionero. En esa postura yo pude tocarme la polla y masturbarme. Poco tardamos, ambos, en corrernos. Cuando noté que me iba a correr le dije que se corriera en mi abdomen. Dicho y echo, la sacó me corrí yo primero y el se la machacó y se corrió en mi pecho.

Después de ese POLVAZO, nos quedamos tumbados en la cama, totalmente relajados, con la corrida en mi pecho. Ahí comencé a pensar en todo lo que acababa de hacer. Por una parte estaba convencido de que había echado el polvo de mi vida, pero por otra no dejaba de preguntarme por qué había sido con un hombre. Me preguntó que que me pasaba y le dije que no sabía por qué había hecho eso y le pedí que no lo contara. El me dijo que no tenía intención de contar nada, pero era estupido arrepentirse y debíamos aprovechar. Le dije que tenía razón. Me levanté, me fui a la ducha y me pegué un buen baño para limpiarme después del coito y dormir. Cuando volví el ya estaba dormido, así que me acosté a su lado y me dormí también.

A la mañana siguiente (mediodía). Nos despertamos abrazados. Yo abrí los ojos primero. Estaba dormido, así que miré por debajo de las sábanas y le vi completamente empalmado. Aproveché esa oportunidad para darle los buenos días de manera especial. Bajé hasta su polla y comencé a chupársela. El se despertó y me vio chupándosela. Me sonrío, yo hice lo mismo y le dice: "buenos días". Él dijo, "buenos no, buenísismos". Yo seguí a lo mío mientras el gemía. Se la comí con tantas ganas que en seguida me dijo: "si no quieres tragarte mi leche será mejor que pares". Yo me la saqué de la boca, pero no dejé de menearsela hasta que se corrió en su vientre. Me había propuesto darle los buenos días de manera especial y ¡qué manera! Le besé y me dijo. "Esto es gratuito o quieres algo a cambio". "Gratuito", dije. Me levanté y me fui a la ducha (otra vez). En medio de la ducha apareció el por detras y comenzó a acariciarme. Noté como su polla, aún erecta, me rozaba el culo mientras el bajó la mano y me la machacaba. Me dijo "A lo mejor tu quieres que sea gratis pero yo quiero despedirme de ti como se merece". Entonces me la machacó con fuerza mientras metió su polla en mi culo. Me incliné un poco hacia adelante para que entrara mejor, le dije que me follara con fuerza hasta que me corriera. Pero fue él quien se corrió antes, lo hizo en mis nalgas. Después me dio la vuelta, bajó y me la empezó a chupar. Le repetí algo que me había dicho: "Si no quieres tragarte mi leche será mejor que pares", sin embargo no paró y cuando me fui a correr intenté apartar su cabeza, pero me quitó la mano hasta que me corrí en su boca. Descargué una cantidad de lefa impresionante. Él me la limpió entera y se levantó. Nos besamos y nos abrazamos.

Terminamos de ducharnos. Me vestí y le dije que me lo había pasado muy bien. Esa fue mi primera experiencia homosexual. Si fue la hostia, si me dieron ganas de repetir, pero no. No lo volví a hacer nunca con él. De hecho, no le veo desde hace tiempo. Sin embargo, eso me hizo despertar un hambre sexual por los hombres que he saciado discreta, aunque muy apasionadamente. Pero eso os lo contaré en otras historias...