Disfrutando al máximo del sexo III
Final de mi relato, en el que narro como acabó la orgía bisexual en la que participaba.
Disfrutando al máximo del sexo III
Hola a todos los lectores de Todorelatos y gracias por las puntuaciones que me habéis otorgado en los otros dos relatos, que parece que han gustado y eso me halaga. Ahora pasaré a contar el último relato de mi experiencia en esa orgía bisexual que estaba disfrutando.
Haciendo un breve comentario de cómo acabó el anterior relato, tuve un placentero despertar con la bellísima Ruth comiéndome la polla y que acabó con ella pajeándome hasta que me corrí mientras ambos nos besábamos. Estuvimos un rato mas abrazados y tumbados en la cama hasta que pensamos que lo mejor sería ducharnos y bajar con los demás. Ella se levantó primero y se fue al cuarto de baño comunitario del piso de arriba. Yo me quede tumbado encima de la cama, vagueando un poquito, lo que provocó que casi me volviera a dormir. Por suerte para mi, jeje, fui despertado por un toallazo húmedo que me lanzó Ruth, diciéndome que me levantara de una vez. La verdad es que, viéndola desnuda y acabada de duchar, era un monumento de mujer. Morena de ojos claros, con un cuerpo perfecto, pechos bonitos y de tamaño justo, culito respingón y un coñito decorado con un poquito de pelo, lo que, particularmente, me gusta más que las mujeres que lo tienen todo rasurado.
Así pues, le levante de un salto desnudo como estaba y en menos de 5 minutos me duché. Volví a la habitación a por un pantalón corto (la verdad, ahora que lo pienso, no se para que) y vi que Ruth aún estaba esperándome. Llevaba puesto un vestido muy liviano, que no le llegaba mucho más debajo de los muslos y que le sentaba muy bien.
- No vas un poquito demasiado tapada. –le dije yo de broma.
- Tú crees. –dijo ella levantándose el vestido y mostrando que no llevaba nada debajo.
Ambos nos reímos de la situación y fuimos a ver a los demás, pero la fiesta estaba ya “montada” en la planta baja y el jardín. Nada más bajar las escaleras, vimos Eli y Jesús follando en el sofá. Él estaba sentado comiéndole las tetas mientras ella lo cabalgaba como una experta amazona, metiéndose la polla hasta el fondo una y otra vez. Cuando nos vieron bajar y a pesar del polvo que estaban pegando, ambos nos dieron los buenos días, saludo que Ruth y yo devolvimos al instante. Nosotros dos entramos a la cocina a desayunar y les dejamos a lo suyo. Sin embargo, una vez dentro de la cocina, vimos a través de la ventana como Roger y Odalys también estaban follando en el jardín. En su caso, ella estaba de rodillas encima de la tumbona mientras él la penetraba por detrás. Escuchamos como pararon los gritos y gemidos que provenían del salón, entrando al instante Jesús en la cocina, el cual se sentó con nosotros a tomar algo. Eli había ido a asearse un poco, pero enseguida se reunió con nosotros tres. Allí, sentados en la mesa de la cocina, veíamos por la ventana como Roger clavaba su polla en el culo de Odalys, la cual lo estaba gozaba mucho. Poco después, este se la sacó del culo, la giró y se corrió encima de sus pechos, recibiendo ambos una “espontánea” ovación de nuestra parte por el espectáculo. La verdad es que el ambiente era muy bueno, y cinco minutos después estábamos todos en la cocina, algunos desayunando y otros simplemente hablando. Sin embargo, como no podía ser de otra manera, la conversación fue volviéndose, poco a poco, más picante. Yo me encontraba sentado al lado de Eli y noté como ella, disimuladamente, empezó a jugar con su mano por debajo de la mesa. Primero iba acariciando mi pierna, subiendo, poco a poco, hasta llegar a la altura de mi pantaloncito. Luego fue metiendo la mano por debajo de la tela y me iba acariciando la polla y los huevos de manera muy delicada, lo cual iba haciendo que me excitara y que me fuera empalmando. Yo decidí seguirle el juego e hice lo mismo. Con mi mano le busqué la entrepierna y empecé a jugar con mis deditos acariciando su coñito. Nuestro juego, por muy discreto que fuera, no pasó inadvertido para el resto de la mesa, que nos miraba disimuladamente sin querer “romper” nuestro momento. Sin embargo, yo no estaba dispuesto a aguantar mucho más. Notaba como la mano de Eli subía y bajaba por mi polla dentro de mi pantalón, pajeándome muy despacio mientras que yo le iba metiendo un par de deditos en su ya húmedo coño. Así que cogí la iniciativa, la atraje hacía mi y empezamos a besarnos. Todo el juego y el disimulo desapareció, y que todos nos miraran ya poco importaba. Me la quería follar, así que la cogí de la mano, nos levantamos y fuimos a buscar un lugar mas intimo. Decidí llevarla a una de las habitaciones de arriba e hice que se tumbara en la cama. Era una mujer de 42 años pero tremendamente atractiva, con un cuerpo delgado pero con cuervas, pechos bastante grandes y aún firmes y un culo estupendo. Hice que se tumbara en la cama y empecé a comerle el coñito. Al igual que Ruth, Eli mantenía una arregladita matita de pelo, con la que iba jugando a medida que le iba metiendo mi lengüita y mis dedos dentro de su sexo. Cuando ya vi que estaba a punto de correrse, aceleré con mis dedos, note que se tensaba y se que se corría, notando y provando yo todos sus jugos que emanaban de su coño. Sin embargo, yo no había acabado. La cogí de las manos, la levante hasta dejarla sentada al lado de la cama, me baje los pantalones y le metí mi polla en su boca hasta la garganta. La tenía cogida por la cabeza y le iba dando polla como si de su coñito se tratara. Como se suele decir, le estaba follando la boca. Ella se dejaba hacer como una perfecta sumisa y eso a mi me excitaba mucho. Yo apretaba y apretaba fuerte, sacándosela de vez en cuando para que cogiera aire, pero volviendo a metérsela después con más fuerza si cabe. No aguante mucho mas y me derrame en su boca. Ella, lejos de parar, empezó a jugar otra vez con mi polla para volver a ponerla a tono, jugando con sus deditos pasándolos por mis los huevos y por la entrada de mi culito. Fue en ese momento cuando note una mano que me acarició por la espalda. Se trataba de Roger, que se quedó mirando, con cara de evidente deseo mirando, como su mujer, aún con restos de mi corrida en la cara, intentaba y conseguía volver a poner mi aparato listo para follar.
- Si quieres, ponte a su lado y ayúdala -, le dije yo a Roger.
Este, al oír mi ofrecimiento, se sentó al lado de su esposa, me cogió la polla y se la metió en su boca. Era un experto mamador, sabía lo que hacía con su lengua y con sus manos. Sin embargo, Eli no quería perder su parte del caramelo y ambos empezaron a hacerme una mamada a duo. Tenía decidido que me los iba a follar a los dos, así que me puse manos a la obra. Hice que Roger se tumbara en la cama boca arriba y que abriera bien las piernas, mientras que situé a Eli de perrito en la cama para que fuera chupándole el culo a su marido mientras que yo le follaba el coño desde atrás. Me situé detrás de Eli, apunte mi polla a su coño y empecé a metersela con bastante fuerza mientras que esta iba chupando y abriéndole el culo con sus dedos a su esposo para dejárselo bien preparado para que yo lo enculara. Estuvimos un buen rato así hasta que cambiáramos de postura. Ahora era el momento de follar a Roger y “devolverle” la enculada que me pegó aquella noche en la cocina. Aparte a Eli, me puse encima de Roger, que seguía tumbado con las piernas abiertas, acomodé mi polla en su culo y empecé a empujar hasta ir metiendola poco a poco. Una vez le entró toda, empecé a penetrarlo cada vez con mas intensidad. Roger gemía y daba gritos en inglés, aunque se le entendía todo:
- ¡¡Oh my godness!!,¡¡Yes, yes!!,¡¡fuck me...!!,¡¡fuck me hard!!
Antes de correrme, le di la vuelta, los puse a 4 patas y le pedí a Eli que se pusiera al lado de su marido en la misma postura, que los iba a encular a ambos alternativamente. Y así lo hizo. Se puso de perrito al lado de su marido y esperó pacientemente su turno. Yo me situé primero detrás de Roger y volví a ensartarlo por detrás. Esta penetración no fue tan costosa, le entró mucho mas suave que antes. Después de unos pocos bombeos, me puse detrás de Eli, apunté mi polla en su culo y se la metí con fuerza. No tenía el agujerito tan abierto como su marido pero tampoco costo demasiado que le entrara toda hasta el fondo. Estuve como 5 minutos cambiando de un culo a otro hasta que ya no pude más, me iba a volver a correr y quería hacerlo en sus caras. Así que los puse de rodillas a ambos en el suelo, uno al lado de otro y me corrí en sus caras.
Después del polvo, me tumbé en la cama un rato mientras que ellos se iban a duchar. Supongo que por el cansancio acumulado, me quede dormido un ratito, hasta que me despertó la voz de Eli. Esta me dijo que habían pensado que estaría bien salir todos a comer, cosa que me pareció perfecta. Le dije que quería ducharme antes de cambiarme, y me contestó que utilizara el baño de su habitación, pues los otros estaban ocupados. Entre en el baño, me duché y fui a cambiarme. Al entrar a la habitación en la que tenía la ropa, me volví a cruzar con Ruth, ya que ella también tenía la ropa en mi misma habitación y se estaba cambiando para salir. Por lo que me contó después, Jesús, Odalys y ella, viendo que Eli y yo nos subíamos a la habitación y que Roger nos siguió, también se montaron su propia fiesta, siendo folladas ambas por Jesús. Nos cambiamos, bajamos al salón y esperamos que estuviéramos todos preparados para salir a comer. Cogimos dos coches, el mío y el de Jesús y nos fuimos a un restaurante. Los 2 matrimonios fueron en el auto de Jesús y yo iba solo con Ruth, lo que me pareció perfecto porque me gustaba mucho esa mujer. Fuimos hablando de muchas cosas, tanto en la ida como en la vuelta, haciendo muy buenas migas ambos. Era evidente que ella me gustaba y, probablemente, yo a ella también.
Pues bien, llegamos al restaurante, comimos invitados por Roger y decidimos volver a descansar un ratito. Al llegar a la casa, nos volvimos a desnudar todos para ponernos “cómodos” y la gente se fue descansar a las distintas habitaciones. Yo preferí quedarme en el piso de abajo, pegarme un chapuzón en la piscina y luego tumbarme un ratito en el sofá viendo la tele. Estaba pegándome el chapuzón cuando vi que Ruth también se metía en la piscina,
- Hace mucho calor y me has dado ganas de bañarme.
El agua estaba perfecta, un poco fría como a mi me gusta, y el baño fue reconfortante. Salimos los dos de la piscina, nos secamos con unas toallas y entramos al salón. El sofá era amplio, y nos tumbamos los dos juntos en él. Yo me puse apoyado en el respaldo y ella se tumbó delante de mi. Hablamos un poco hasta que nos quedamos totalmente relajados y nos dormimos. Cuando desperté, Ruth seguía dormida y yo le pasaba la mano por encima. Además, desperté de la siesta, como nos pasa a muchos hombres, totalmente empalmado y decidí aprovecharlo. Así que, aprovechando la posición en la que nos dormimos, le levanté un poquito la pierna para hacerme sitio y empecé a penetrarla muy despacio. Ella se despertó entre sus gemidos, se notaba que estaba disfrutando, al igual que yo. Era excitante despertarse al lado de una mujer hermosa y poder follarla a placer, saber que ella estaba totalmente receptiva y que lo disfrutaría al máximo. Fue una follada muy lenta y profunda. Yo le besaba la espalda y el cuello, jugando también con mis manos, acariciándole sus pechos y su coñito conforme se la iba metiendo. Ella no dijo nada en todo el polvo, solo gemía y me dejaba hacer, hasta que notó que yo me tensaba y me corría dentro de ella, pronunciando solo una palabra que reflejó lo que sentía en ese momento: “gracias”. Continuamos un rato más tumbados hasta que ella se levanto y fue al baño. Yo aproveché, me levanté y fui a bañarme en la piscina otra vez. Mientras estaba en el agua, Ruth salió al jardín y se sentó en una tumbona a tomar el sol. Al poco, se nos unieron Roger y Eli y, después, Jesús y Odalys.
Estuvimos el resto de la tarde bañándonos y hablando, hasta que llegó la hora de cenar. Esta vez, para no complicarnos, decidimos pedir unas pizzas y que nos las trajeran a casa. Ese fue uno de los momentos mas divertidos del fin de semana. Cuando llamaron a la puerta, no caímos que andábamos todos desnudos, por lo que a Eli se le ocurrió una idea perversa. Nos dijo que mirásemos a escondidas desde el jardín, que le iba a gastar una broma al repartidor. Roger aprovechó para coger la cámara y grabar la escena escondido. Eli se enrolló una toalla bastante pequeña en el cuerpo que casi no le daba para cubrirse los pechos y que tapaba poco mas que sus muslos, cogió su monedero y abrió. Abrió la puerta y apareció un chaval jovencito, de unos 17-18 años o por ahí, cargado con las pizzas. Ella le hizo pasar para que dejara las pizzas en la mesa de la entrada, le pidió la cuenta y mientras sacaba el dinero, muy disimuladamente, dejó caer la toalla al suelo mientras le daba el billete. La cara del chaval fue todo un poema. Ella le dándole el billete y el pasmado delante de una mujer como Eli. Ella se hizo un poco la tonta, recogió la toalla tapándose como podía y pidiéndole perdón al chico, que retiraba la mirada de ella mientras buscaba el cambio. Ella, muy amablemente, le dijo que se quedara vueltas como propina por las molestias y él se despidió deprisa dándole las gracias y cerrando con un portazo. La carcajada fue general ya que todos pudimos ver la escena y recordábamos la cara que puso el pobre repartidor, o no tan pobre porque como dijo Jesús, ya que Eli le dejo una imagen con la cual pajearse cuando llegara a casa. Mientras cenábamos, Roger puso varias veces el video que grabó en la televisión y las risas fueron constantes. Otra cena que regamos con bastante y buen vino y que terminó, a diferencia de la noche anterior donde nos fuimos juntando por parejas, con una gran orgía de “todos contra todos” en el salón de la casa.
Sería muy largo contar todo lo que hicimos y todo lo que pasó en esa orgía, debido a que ni yo se muy bien como transcurrieron las cosas. Se que estuvimos como 2 horas entre follando y descansando, que me corrí varias veces y que me follé todos los coños los culos de la fiesta, tanto el de las mujeres como el de los 2 hombres, los cuales si recuerdo que me follaron a mi a dúo, comiéndosela a uno mientras el otro me enculaba y se corría dentro de mí, y cambiando las posiciones después, limpiándole la polla al que me había follado mientras el otro ocupaba su lugar y me enculaba hasta volver a correrse. Recuerdo hacerle una lamida de coño a Eli mientras que Ruth me cabalga con fuerza o tener a 4 patas a Odalys y a su marido, como hice con Roger y Eli por la mañana y encularlos a ambos alternativamente, etc...Lo cierto es que, cuando estábamos todos agotados, nos fuimos a dormir hasta el día siguiente.
Sin embargo, lo que pasó después no fue nada grato. De buena mañana, Jesús recibió la noticia que su hijo pequeño había tenido un accidente con el coche volviendo de fiesta. Por suerte, estaba ingresado fuera de peligro y sin lesiones graves, pero decidió que ellos se volvían ya. Esto nos corto un poco el rollo a los demás, así que todos decidimos dar por finalizado el finde y irnos por la mañana a casa a descansar.
Desde esos días, y como seguro habrán deducido, yo y Ruth empezamos a salir como pareja hasta la actualidad. Ella se vino a vivir conmigo a mi ciudad y encontró trabajo por aquí. De cara a la gente, nos conocimos de casualidad en uno de mis viajes y empezamos a mantener una relación de amistad que derivó en amor. No tenemos problemas en cuanto al sexo, disfrutamos el uno del otro al máximo y cuando queremos “algo” especial, nos ponemos de acuerdo y lo hacemos, bien sean tríos con un hombre, con una mujer o, incluso, con un transexual.
Así que me despido de todos los lectores que hayan leído mis relatos y les hayan gustado. No se si este será mi último relato o escribiré alguno más contando alguno de los encuentros que yo y mi novia mantenemos, pero eso seguro será otra historia.