Discreta infidelidad

Tuve un sueño (Relato: “Sueños) o no, pero los sueños pueden cumplirse.

A mediados de enero, mi sobrina Mar, vino a pasar unos días con nosotros. El motivo principal era que mi mujer había sufrido varios ataques de lumbalgia, pero había un segundo motivo algo mas rebuscado, que me enteraría mas tarde al escuchar una conversación entre mi mujer y su sobrina Mar.

Desde el primer día que llego, hizo que me pusiera caliente, nada mas verla se me ponía tiesa, me volvían los recuerdos de veranos atrás y sobretodo de tres o cuatro años atrás (Relato Sueños ).

Mar a sus 27 años, aunque aparentaba tener menos, era una mujer de bandera, con muy buena figura, no muy alta y siempre cuidándose para no engordar, y si algo desentonaba de su cuerpo eran las tetas, tal vez algo grandes para aquel cuerpo delgado. Ella era consciente de lo grandes que las tenia, pero no las ocultaba, solía usar ropa ajustada con grandes escotes para potenciar su sensualidad. En verano, por el contrario,  le gustaba vestir ropa holgada y en bikini, y la parte superior muy escasa de tela, enseñando más que lo que escondía.

Pasaban los días, mi excitación iba en aumento. Tan excitado estaba que incluso llegue a soñar con ella.

Una tarde llegue pronto a casa, fui a ducharme, en el segundo piso, tras la ducha me puse el pijama y me quede dormido en la cama, no sé el tiempo que dormí, sentí  a mi hija gritando, pidiendo agua. Así que baje para decirles que estaba allí, pero en mitad de la escalera me pare para escuchar lo que decían, no se escuchaba bien por la distancia y por los gritos de mi hija.

-          “Tía me ha llamado mi novio” dijo Mar.

-          “¿Qué te ha dicho? dijo mi mujer.

-          “Nada nuevo, quiere que vuelva” dijo Mar.

-          “Viniste para darle tiempo” dijo mi mujer.

-          “Si, pero llevo aquí ya muchos días y lo echo de menos” dijo Mar.

-          “Pero si al fin te vas a Estados Unidos durante un año estarás mas días sin el” dijo mi mujer.

Comprendí que el otro motivo de Mar de pasar unos días con nosotros era alejarse del novio.

-          “Pero no lo echo de menos en ese sentido” dijo Mar

-          “¿En qué sentido?” dijo mi mujer.

-          “¡Tía, por favor!, sabes que él y yo teníamos una relación plena” dijo Mar.

-          “¿Plena?, ah te refieres al sexo” dijo mi mujer.

-          “Si, y aquí no conozco a ningún hombre” dijo Mar.

-          “Eso no es cierto, conoces a José Antonio” dijo mi mujer.

-          “¡José Antonio!, solo conozco a un… ¡Oh! te refieres…” no termino de decirlo Mar.

-          “Si, a mi marido” dijo mi mujer.

-          “Pero…” dijo Mar.

-          “Te aseguro que es un amante increíble, se por los amigos de él que antes de conocernos tuvo bastantes amantes” dijo mi mujer.

Mi mujer me estaba ofreciendo a su sobrina.

-          “¿Quieres que te sea infiel?”  dijo Mar.

-          “Yo sé que me quiere; pero cuando hemos ido a su ciudad natal, no siempre he estado con él, y sé a ciencia cierta que se ha visto con alguna de sus amigas de antes. Incluso te diría que aquí mismo seguro que tiene alguna amante” dijo mi mujer.

-          “¿Estas segura de eso?” dijo Mar

-          “No por supuesto que no, es un infiel muy discreto” dijo mi mujer.

-          “Estas de broma, ¿No?” dijo Mar

En ese momento mi hija comenzó a subir las escaleras y me iba a ver.

-          “¿Ya estáis aquí?” dije apareciendo en la escalera.

Mi hija me recibió con gritos de alegría. Termine de bajar y llegue junto a mi mujer y a Mar.

-          “Lo habéis pasado bien” dije.

-          “Hemos ido a probarme los disfraces de carnaval” dijo mi mujer.

-          Por un segundo vi en el rostro de Mar el deseo, no me miro a la cara sino a mi entrepierna.

-          “Voy a cenar un poco de fruta y me voy a dormir” dije dirigiéndome a la cocina.

Mi mujer y Mar siguieron hablando, pero no de sexo sino de cosas varias sobre el próximo carnaval. Mi hija ceno lo mismo que yo, fruta. Y me la lleve a su habitación, a dormirla contándole un cuento, en el comedor cenaban mi mujer y Mar, las escuche cuchichear.

Esa noche intente por enésima vez hacer el amor con mi mujer, y por enésima vez puso como escusa su lumbago, tuve unos sueños muy excitantes soñando como me follaba a Mar mientras mi mujer nos miraba. A media noche me fui al lavabo y me masturbe.

Los siguientes días fueron tensos, por mi cabeza pasaban una y otra vez las palabras de mi mujer, en varias ocasiones estuve tentado de hablar con Mar para llevármela a la cama. Pero la duda me retenía.

Al final decidí hablar con mi mujer, una tarde que estábamos solos, pues la cría se había ido con Mar.

-          “Tenemos que hablar” le dije a mi mujer.

-          “Date prisa, tengo cosas que hacer” dijo mi mujer.

-          “El otro día os escuche a Mar y a ti” dije.

-          “¿Cuándo?” dijo mi mujer.

-          “La otra noche, cuando yo llegue antes que vosotras” dije.

-          “Nos escuchaste” dijo mi mujer.

-          “Si, y tu le decías a Mar que se podía acostar conmigo” dije.

-          “Ah, eso, estábamos de broma, sabíamos que tú estabas escuchando” dijo mi mujer.

No era lo que yo esperaba, pero tenía que reconocer que era lo más normal, no iba a reconocer que me había ofrecido a su sobrina.

Pasaron los días, y Mar cada día se mostraba más provocativa, me tenía loco de ganas de follarla, pero ante la respuesta de mi mujer no podía jugármela.

El domingo antes de carnaval, era el inicio de la última semana de carnaval, se podía decir que era la gran semana (Relato: Siempre por carnaval). Ese día estaba yo en la ducha, cuando entro en el lavabo Mar y me vio totalmente desnudo, lo cierto es que yo tampoco hice mucho por taparme, ella se disculpo diciendo que no sabía que estaba el lavabo ocupado, pero es muy difícil no saber que hay alguien dentro de la ducha. Por eso de la ducha y otras cosas más me tenia confuso.

El jueves de carnaval la gente se disfrazaba, y Mar escogió un disfraz de policía, pero de policía sexy, un pantaloncito corto, un top, y una camisa con tres botones superiores si abotonar que dejaba ver bastante de sus pechos.

El viernes de carnaval, Mar se disfrazo de diablesa, con un body rojo muy ajustado. El viernes, se puso un traje de vaquera de mi mujer, ambas pueden intercambiarse la ropa pues visten el mismo número, la diferencia solo está en el pecho que Mar tiene mucho más que mi mujer.

El sábado de carnaval, llegaron los padres y hermanos de Mar. Todos nos disfrazamos, y Mar a diferencia de los anteriores días uso un disfraz mas recatado, de monja, totalmente cubierta.

Y por fin llego el domingo de carnaval, la gran cabalgata, todo fue muy bien, además como nos había tocado salir en uno de los primeros puestos terminamos pronto.

Mientras mi mujer y mi hija se quedaban en la sede de la asociación, estarían allí hasta saber el resultado de la cabalgata, yo prefería ir a casa sentarme en el sofá y descansar.

Estando allí llego Mar, como cada día iba disfrazada muy provocativamente, en esta ocasión iba de enfermera sexy, una bata corta y muy escotada, medias blancas hasta medio muslo, cogidas con un liguero.

-          “Que haces aquí” dijo Mar.

-          “No me encuentro bien” dije.

-          “Que es lo que te pasa” dijo Mar.

-          “La enfermera eres tu” dije.

Mar cogió el endoscopio que tenia de juguete

-           “Te duele aquí” dijo poniendo el aparato en mi pecho y su escote justo en mi nariz.

-          “No es algo mas abajo” dije

-          “Sera aquí” dijo Mar, posando el endoscopio en mi barriga.

-          “Es algo mas abajo” dije sonriendo, siguiéndole el juego.

Puso el endoscopio encima de mi paquete.

-          “Es aquí” dijo Mar.

-          “Si” dije.

Mar separo el endoscopio, y puso su mano sobre mi paquete.

-          “Si parece que aquí esta el problema, esta muy dura” dijo.

-          “Y que puede ser enfermera” dije.

-          “Creo que es un exceso de leche” dijo.

-          “¿Tiene solución?” pregunte.

-          “Creo que sí, voy a comprobarlo” dijo, acercando sus manos a mi paquete.

Me bajo la cremallera, acaricio mi polla por encima del slip, y la saco, la acaricio. Agacho su cabeza, acerco su boca a mi polla, me beso la punta, en ese momento pareció que una descarga eléctrica recorría mi cuerpo. Me acaricio la polla para terminar metiéndosela en la boca, como me la chupaba, por un momento perdí la noción de todo, pero cuando me di cuenta de lo que estaba sucediendo la separe de mi.

-          “Me parece que he bebido más de la cuenta, eres mi sobrina” dije

-          “No creo que hayas bebido tanto, y técnicamente soy la sobrina de tu mujer” dijo.

-          “Por eso mismo, tu lo has dicho mi mujer, soy casado” dije.

-          “A mi tía no le importara; pero ¿Si tienes alguna duda?” dijo.

Mar se quito la bata, dejando ver su cuerpo solo cubierto por el sujetado las bragas, t las medias con su liguero.

-          “Lo que hagas con mi cuerpo, mi tía no se enterara” dijo, y ando hacia las escaleras.

Estaba deseando subir con ella las escaleras pero el recuerdo de mi mujer me impedía moverme.

-          “Ven, te espero en mi habitación” dijo empezó a subir las escaleras.

Mire hacia mi polla, que unos minutos antes había estado en su boca, estaba tiesa, muy tiesa. Había visto su cuerpo casi desnudo, había soñado con ella. Que podía pasar si me follaba a Mar, que ella lo contara, entonces debería echarle cara y negar, sería su palabra contra la mía, después de lo que había hablado con mi mujer, siempre habría una duda; pero lo más normal es que ella no contara nada, los dos éramos mayores de edad.

Decidí subir las escaleras, cuando llegue a su habitación en el tercer piso, ella estaba desnuda sobre la cama.

-          “Desnúdate, quiero verte desnudo, espero que mi tía tenga razón y seas un buen amante” dijo agarrándose las tetas, parecían que aumentaban de tamaño.

Me desnude, y me acerque a la cama.

-           “Quiero sentir esa polla dentro de mi” dijo Mar, pasándose la lengua por los labios.

Me deje caer junto a ella, restregando mi polla por su muslo, le acaricie las tetas, pellizque sus pezones arrancándole los primeros gemidos, que aumentaron al sentir como con una mano apretujaba una teta suya y mi boca chupaba su pezón, mientras con la otra mano acariciaba su cuerpo, empezando por su barriga, bajando hacia abajo hasta su vello púbico, acariciándolo, manoseándolo sentí como se estremecía al meter mi mano en su entrepierna, su coño empezaba a estar húmedo, como plegaba su cuerpo al acariciar circularmente su clítoris, y su grito al pasar mis dedos por sus labios vaginales e introducir dos dedos en su vagina.

No tardo mucho en gritar, y jadear, sentí estremecerse todo su cuerpo, cerró las piernas dejando aprisionada mi mano.

-          “¡Ya!” dijo envarando su cuerpo.

Tras alcanzar el orgasmo relajo su cuerpo, me puse sobre ella haciéndole que se abriese de piernas nuevamente.

Mar restregó su cuerpo con el mío, haciendo que mi polla acariciase una y otra vez su entrepierna. Lentamente mi polla fue recorriendo su vagina, seguía agarrándole las tetas, mordisqueando los pezones, sus gemido iban en aumento.

-          “Si, no parecía tan grande, la siento que lo ocupa todo” dijo jadeante Mar.

No hice caso, yo seguí empujando, ella entrecruzo sus piernas en mi espalda, las penetraciones eran mucho más profundas.

-          “Increíble, me voy a correr” dijo gritando.

Su cuerpo se retorcía sobre la cama, y nuevamente dio un grito triunfal al alcanzar el orgasmo.

-          “Quiero ponerme encima quiero cabalgar” dijo.

Saque la polla de su vagina, y me deje caer boca arriba a su lado. Entonces Mar se arrodillo sobre la cama, poniendo una rodilla a cada lado de mi cintura, cogió mi polla la puso vertical y lentamente se dejo caer, mi polla quedo en la entrada de su vagina, entonces bajo de golpe haciendo que la penetración fuese total, Mar comenzó a moverse en círculos, frenéticamente, jadeando, yo le agarre las tetas, las manosee, y estruje, al igual que sus pezones, Mar de pronto acelero sus movimientos, los hizo más bruscos, amenazando en caerse, tuve que agarrarla con fuerza por la cintura, sus gemidos aumentaron de intensidad y frecuencia, sabía que estaba a punto de volver a alcanzar otro orgasmo, a mi no me faltaba nada para correrme, la abrace haciendo que su cuerpo se apoyara contra mi cuerpo, entonces lentamente hice que mi polla, con movimientos pélvicos, recorriese una y otra vez su vagina y poco a poco aumente la intensidad y frecuencia de mis movimientos, eran penetraciones profundas y fuertes, ella jadeaba, gemía, gritaba pidiendo más. Estaba a punto de correrme, y lo hice coincidiendo con un nuevo orgasmo de Mar, durante unos minutos nuestros cuerpos parecían uno. Mar se incorporo con dificultad, se puso de pie.

-          “Ha estado bien, ha valido la pena, ¿Qué te ha parecido?” dijo Mar.

Sonreí, nuevamente admire su desnudez, y sobre todo sus tetas.

-          “Tu lo has dicho ha valido la pena” dije.

-          “¿Puedo pedirte un favor?” dijo Mar.

-          “¿Pídeme lo que quieras?” le respondí.

-          “Mañana me voy para Estados Unidos, que esto tiene que quedar entre nosotros” dijo.

-          “Claro, por supuesto” dije, el más interesado en que quedase entre nosotros era yo.

Mar se vistió y se marcho.

Epílogo

:

Al día siguiente Mar se fue con sus padres, iban al aeropuerto, donde mar cogería un avión para Estados unidos.

Unos días más tarde en mi correo electrónico tenía un mensaje de Mar, que decía:

“Fue genial, aun creo sentirte dentro de mí, aunque voy a estar aquí un año, volveré varias veces en ese año, espero que nos veamos y repitamos”

Mi contestación fue:

“Yo también lo estoy deseando, y que lo repitamos”.

Y hoy mismo he recibió otro email de ella, que decía:

“Hasta que volvamos a vernos disfruta con esta foto” y de anexo me mandaba una foto de su coño abierto acariciándoselo.

… Continuará …