Diosa celestial

Bruja, divinidad, mujer... todo en una!.

Una vez conocí a una mujer de esas que marcan, de esas que, sin saber como, dejan un surco en ti difícil de borrar. Una de esas féminas que, aunque quieras, no puedes olvidar pase lo que pase porque siempre te recuerdan que se puede salir adelante con poca cosa.

Si os digo la verdad, primero metimos el dedo y luego hablamos para conocer dentro de quien y me sorprendió que aquella mujer tuviese aquel amplio interior. Bueno, ya sabéis que, los rollos de una noche no suelen tener esos momentos de lucidez, pero en aquel caso las cosas fueron diferentes.

No se, esa mujer me inspiró serenidad (y algo más me debió inspirar, por algo estoy escribiendo ahora). La tomé como ejemplo para muchas cosas. La principal, ninguna mujer necesita el apoyo de nadie para emprender una nueva vida. Es más, una mujer siempre tiene lo que hay que tener para deshacerse de todo aquello que lastra su subida al olimpo.

Lo pasó mal. La hicieron sufrir y ella sufrió por aquellos y por si misma, hasta que se dio cuenta de que ese sufrimiento no la llevaría a ninguna parte. Que ese sufrimiento ponía freno a lo que ella siempre había ansiado: ser ella misma. Pero siempre supo que lo principal para ser feliz era poder ser ella, gustase a quien le gustase.

Ella misma me decía: "Sabes, estaba atada de pies y manos, pero, como soy un poco bruja, conseguí deshacerme de esas ataduras poco a poco y, cuando todos pensaron que me ahogaría en aquel gran barreño de agua, salí nadando cual sirena. Nadie pudo hacer nada para ahogarme, me habían salido agallas."

Me hizo gracia aquella metáfora, pero debía tener razón, cuando la conocí irradiaba algo que hacía que me sintiera en presencia de una diosa. Era una de esas personas que dan paz y hacen que tú la des también.

"Está bien, te contaré un poco de mi historia. Pero quiero que sepas que eres una cotilla, niña."

"Lo se, pero es que quiero saber…"

"Bueno, te cuento. Yo no soy de por aquí, aunque ya lo sabes por mi acento. Me vine a vivir a Galicia por cosas de trabajo y, una vez aquí, me di cuenta de que no me podría seguir reprimiendo mucho más tiempo."

"¿A que te refieres?"

"Pues a que lo que me rodeaba no era lo que yo realmente quería o anhelaba, no estaba siendo feliz. Tenía una especie de nudo en el pecho desde hacía demasiados años y quería saber el por qué. Así que…"

"¡Saliste un día de marcha y conociste a la mujer de tu vida!"

"¿Me vas a dejar hablar o vas a inventarte tu mi historia?"

"Disculpa. Mejor continúa tú."

"Está bien. Comencé a leer mucho y a indagar en mi interior. Me interesaba saber cosas a cerca de la energía de las personas y a estudiar los por qués de la humanidad."

"¿Cómo el de de donde venimos?"

"Bueno, podemos llamarlo así. Pero, en plena búsqueda de respuestas, apareció ella…"

"Ves, en todas las historias existe ella… vale, vale, ya me cayo."

"Ella fue Angelina Jolie… no te rías idiota…. Pero, al poco tiempo, ya no era esa musa inalcanzable, si no, la panadera. Una muchacha cercana y a la que veía todos los días. Aquello que intenté interiorizar y esconder, salió a la superficie y se convirtió en miradas furtivas a otras mujeres. Incluso, cuando me cruzaba con alguna belleza latina, mi tendencia era voltearme para poder mirarla mejor. A pesar de que trataba de autocensurarme, no podía evitar tener aquello muy adentro.

"Comencé a sumergirme en el mundo femenino homosexual (vale, no me mires así, se que suena pedante) y descubrí varias páginas de relatos. También me adentré en el porno… menos mal que descubrí unas películas hechas para el público femenino, las otras me resultaban repulsivas. Total, que me di cuenta de que, las mujeres hacían que mi libido se disparase."

"Se a que te refieres…"

"Si quieres que siga hablando deja de tocarme las tetas, así no puedo concentrarme…"

"Vale, pero… no te aseguro que aguante demasiado sin tocarte…"

"Jajajaja, que niña esta. En fin, mi situación aquí tampoco era la más sencilla. Mi marido…"

"¿Tu qué? ¿Marido? ¿Estás casada?"

"No, ya no. Pero no adelantes acontecimientos… yo estaba casada con un hombre que me ayudó a soltar las amarras con las que mis padres me tenían presa (ya sabrás que mi país no es como este, el machismo está más arraigado), aunque mi madre no estaba demasiado de acuerdo con todo aquello. Realmente le quería mucho, si no, no habría hecho todo aquello, pero, una vez en España, me di cuenta de que mis ojos necesitaban ver más allá de él."

"Vaya, eso tiene que ser duro, ¿no? Darte cuenta de que hay cosas que necesitas probar y te sientes atada por algo."

"Si, es duro, muy duro, te lo puedo asegurar. Lo cierto es que las cosas ya no marchaban del todo bien entre nosotros. El hecho de que me quisiera como "mujer florero", que me interrogara cada dos horas y que todo girase en torno a su persona no hacía que las cosas fueran del todo bien, pero sabía que se podría solucionar. Lo que pasa es que ya no me quedaban fuerzas para todo aquello. De hecho, creo que él se dio cuenta de que algo no funcionaba bien e hizo muchas cosas, consciente de que me hacía daño. Al igual que las hice yo."

"Es lo malo de las parejas, tienen tanta confianza, que saben bien donde atacar."

"Así es. Pero era algo que, tarde o temprano, acabaría pasando. Y a nosotros nos pasó. La verdad es que los peores momentos se vivieron gracias a la intromisión de su familia, pero… ya sabes nena, las rupturas siempre son traumáticas y difíciles. Sobre todo cuando pruebas la miel… luego no quieres comerte el cerdo."

"Jajajajajaja, si que tienes razón, jajajajaja."

"Y la miel me la puso en los labios una impresionante morena que conocí en una fiesta gay que había… bueno, ya sabes tu donde organizan buenas fiestas por aquí, ¿no?"

"Siiii"

"Pues, estábamos un grupo de muchachas y apareció mi prototipo de mujer y nadie se atrevió a presentarnos. Mi altura permitió que la mirase por encima de las cabezas de las demás y ella también me miró a mi. Le guiñé un ojo y puse mi sonrisa de medio lado (esa solo me sale cuando me pongo nerviosa), ella me sonrió, se acercó, extendió su mano para presentarse, agarró la mía y tiró de mi para plantarme un beso en todos los morros…"

"¡¡Hala!! Que suerte tienen algunas…"

"Y tu te podrás quejar… bueno, como puedes comprobar, todo esto no resultó demasiado sencillo. En mi interior no había más que nubes negras y traumas que comenzaban a crearse. Pero descubrí algo que hizo más llevadero todo aquello: el paganismo y, bueno, incursionar en ese tema y ese volver a mi misma, ese volver a casa.... me ayudo mucho a encontrar mi esencia.

"Conseguí reconciliarme conmigo misma y descubrí y abracé la grandeza de la Diosa, la grandeza de ser mujer… el valor de Hecate, Afrodita, Diana… me llevó de manera muy natural a desamarrarme sin mirar atrás y, si encontré todas mis orientaciones vitarles, fue gracias a todo ese proceso. Es una experiencia personal... un camino a recorrer hacia atrás, hacia lo esencial, lo primario... y que te lleva hacia adelante sin que te des cuenta."

"Guau, no se mucho del paganismo, pero suena realmente fascinante… yo es que creo en mi y poco más."

"Aunque he de reconocer que usaron todo esto para desacreditarme, ¿sabes? De hecho llamaron a mis amigos para decirles que me estaba volviendo loca. Pero toda esa paz que había encontrado me sirvió para no dejarme caer al abismo y decidí hacer caso omiso a todo aquello que lanzaban para hacerme daño."

"Ya, entiendo. Tuvo que ser muy duro… tienes unos ojos muy bonitos…"

"¿Ya empiezas? ¿No querías saber mi historia?"

"Y quiero, pero es que te escucho hablar así, veo como se iluminan tus ojos… no puedo contenerme mas, en serio…"

"Pues te voy a hacer…"

No pude contenerme más. No se que tenía esa mujer en su "aura", pero me estaba volviendo loca de nuevo. No habían pasado ni dos horas desde la última vez que lo habíamos hecho y yo ya estaba de nuevo comiéndole la boca. Su saliva sabía a menta, estaba comiendo un chicle, y la mía a tabaco.

Aprisioné su cuerpo contra el colchón que nos sostenía mientras ella se reía por mi poco aguante y, como ya estábamos desnudas, pasear mis manos por su cuerpo fue gratificante desde el minuto uno. Me gustaba sentir su piel, tenía como una especie de carga eléctrica que impedía que mis manos dejaran de tocarla y que mi boca se separara de su cuerpo bajo ningún concepto.

Vaya manera de encenderme. Un solo roce de su dedo en mi espalda, haciendo algún que otro dibujo, transportándome a mundos a los que solo puedes llegar de esa forma. Mis dientes se aferraron a su cuello obligándola a suspirar con fuerza y a clavar sus uñas en el lugar donde estaban posadas sus manos.

Hacía mucho calor en aquel lugar, pero no era que la temperatura del cuarto fuese elevada, éramos nosotras las que calentábamos el ambiente. Nosotras con nuestros cuerpos desnudos, con nuestras manos acariciándonos, con nuestras bocas bailando la una sobre el cuerpo de la otra

No me podía creer el estado en el que me encontraba, era como si la piel de aquella bella mujer tuviese algún tipo de sustancia dopante que hacía que mi excitación aumentase a cada pasada de lengua sobre ella. Me apoderé de sus pechos en el momento en el que ella guió mi cabeza hacia ellos. Todo mi ser se sentía maravillado ante aquel sensual despliegue de movimientos y suspiros. Mi humedad recorría ya imparable por mis muslos a medida que iba desplazando el resto de mi cuerpo hacía abajo para saborearla una vez más. Era como una de esas comidas que te gustan tanto que no puedes dejar de comer y que nunca encuentras que te sacian.

Ella estaba tanto o más húmeda que yo y cuando sintió mi lengua por sus intimidades, agarró con fuerza mi cabeza para sentirme mejor al tiempo que comenzaba a agitarse y a emitir leves gemidos que inundaban mis oídos. Círculos, elipses, semicírculos, rectángulos, triángulos… todas las figuras geométricas habidas y por haber fueron dibujadas sobre su hinchado clítoris.

No pude evitar indagar en las profundidades de su vagina con mis expertos dedos mientras seguía con mi clase de dibujo técnico. Cuando sintió su interior ocupado, desplazó sus manos hacia las sábanas para aferrarse con fuerza a ellas mientras arqueaba la espalda buscando el aire que le faltaba. Aparté mi boca de aquel lugar para poder volver a sus pechos que estaban más que hinchados, con sus pezones rosados apuntándome directamente y suplicando ser mordidos. No los hice esperar demasiado así como hice que un tercer dedo siguiera ocupando aquella cavidad que pedía a gritos más estimulación que la que le estaba proporcionando.

El bombeo al que la sometí era cada vez más intenso y sus suspiros comenzaron a transformarse en gritos cuando, mientras seguía lamiendo, chupando y mordiendo sus pechos, mi otra mano comenzó a masajear su clítoris en un frenético ritmo haciendo compases similares a los de mi senestra en su interior.

Levanté la cabeza para mirar su preciosa cara y mi mayor sorpresa fue sentir sus ojos clavados en los míos mientras en su interior se desencadenaba un increíble y majestuoso orgasmo.

No se de donde sacó aquella fuerza, supongo que sus adoradas diosas la empujaban, pero me tumbó en la cama y, poniéndose sobre mi, comenzó a besar todos y cada uno de los rincones de mi piel para después quedar centrada únicamente en mi boca, paseando su lengua sobre mis dientes. Su mano se apropió de mi y sus dedos fueron directos hacia mi interior para hacer que toda yo bailara a su ritmo.

A penas podía respirar ya que, con su lengua en mi boca, mis intentos por tomar aire se veían muy limitados. Además de proporcionarme todo aquel placer con su mano, alimentaba mi excitación el hecho de que, cada vez que giraba mi cabeza para poder tomar aire o gemir, sus labios se acercaban a mi oreja para decirme cientos de cosas que, en aquellos momentos, resultaban las más excitantes palabras que mi mente había escuchado nunca.

Sacó los dedos de mi interior y me dijo que iba a hacer magia con mi cuerpo, que sus diosas le habían otorgado un poder muy especial

"Mira preciosa, solo con este dedo (dijo introduciendo en mi boca su dedo corazón) te voy a llevar a mi pequeño paraíso."

Y juro que si me lo llegan a contar, no me lo creo: con solo posar y presionar ligeramente aquel dedo sobre mi clítoris, una increíble descarga eléctrica recorrió mi cuerpo hasta el punto de que me quedé allí tumbada sin poder a penas moverme, con los ojos cerrados y una surrealista imagen de cientos de divinidades desnudas bailando para mi, mientras un gran placer hacía que mi cuerpo sintiese como si estuviese levitando.

Alcancé el nirvana con solo un dedo de aquella espectacular mujer.

"¿Te encuentras bien?"

"Si… pero no puedo abrir los ojos ni mover los brazos."

"Jajaja, pobre chiquilla."

"¿Cómo acaba tu historia?"

"Mi historia no acaba… mi historia está siendo vivida cada día. Mi marido ya es agua pasada y ahora me he centrado en disfrutar de mi, de mi vida… y de las diosas terrenales."

"Mujeres… tu eres una gran mujer… me has dejado rota."

"Pues, no hemos hecho más que empezar… creo que te voy a convertir al paganismo…"

"Y yo creo que me voy a volver una gran creyente como sigas llevándome de esta manera a tu paraíso…"

As meigas haberlas hailas, o caso e encontrailas!!