Diomedeidae - 4

Nadia tiene intención de acercarse de nuevo a Luismi, pero antes debe de encontrar la forma de poder hacerlo, aunque quizá eso no resulte tan simple

Diomedeidae -4

Cuando se marchaba de casa de Margarita en la moto, Luismi era consciente de la presencia en la casa de varias personas. A través de los cristales de la gran corredera que separaba el salón del jardín pudo ver asomados al marido de Margarita y a tres chicas, no le costó nada reconocer entre ellas a Nadia, la hubiese reconocido en cualquier sitio, estaba seguro de ello, no había hecho sino cambiar para mejor, para muchísimo mejor. Si antes, cuando sucedió todo era una chica preciosa, ahora era toda una mujer, una mujer de bandera y banda de música.

No pudo evitar pensar que ojalá lo de Lucia hubiese sido como lo que sucedió con ella, ojalá y que pudiese seguir viva para poder perdonarla sin perderla como la había perdido. Se dio cuenta de que en esos momentos no le hubiese importado para nada hablar con Nadia o con cualquiera de las otras dos chicas, que supuso que solo podían ser sus dos sombras, Lorena y Ana. Luismi comprendió lo poco que significaba ahora mismo para él lo que le hizo Nadia, algo que pensó que jamás podría llegar a perdonar, algo que creyó que era como el fin del mundo. Qué estúpido le pareció todo aquello al lado de la pérdida de Lucia, no podía dejar de pensar que ojalá todo fuese solo como lo de Nadia.

Nadia por su parte seguía en estado de shock, una cosa era saber que él estaba por algún sitio y otra muy distinta que estaba tan cerca, también le había dolido lo que le dijo su madre sobre esa chica, Lucia. No se hacía a la idea de Luismi prometido con otra que no fuese ella, Luismi, "SU" Luismi. Durante algún tiempo había tenido la oculta esperanza de que no fuese capaz de olvidarla y regresase, poco a poco esa esperanza fue muriendo, solo para renacer con toda virulencia cuando su madre le dijo que ese chico del jardín era él. No presto atención a nada más que a eso, al hecho de que ese chico tan guapo, ese magnífico ejemplar de hombre era él, era "SU" Luismi. Únicamente para descubrir de boca de su madre que no, que no era nada suyo, que de hecho había sido el Luismi de otra mujer, una mujer que había muerto en sus brazos.

Nadia se percató al día siguiente de que si su madre no consideraba a Luismi como un paciente, sino como un amigo, no habría ningún problema para que le hablase de él. Enseguida se presentó en su casa dispuesta a que su madre hablase largo y tendido sobre todo lo que sabía sobre él, quería saberlo todo, absolutamente todo lo que supiese su madre. Se sentó a desayunar con sus padres olvidándose por completo de sus amigas, dispuesta a lo que fuese para hacer que le hablasen de Luismi. Lo primero que le quiso dejar muy claro a su madre, es que su interés por él era únicamente como la amiga que pese a todo lo sucedido aun se consideraba suya y que tenía mucho que devolverle por lo que le había hecho, por lo que quería ayudarle en lo que pudiese. Le dijo también a su madre que no era más que eso, pero que necesitaba saber que le pasaba a Luismi para ello y como ayudarlo. Lo peor de todo, es que Nadia mientras lo decía empezó a la vez a intentar autoconvencerse de ello.

Margarita supo desde el principio de ver a Luismi, que como profesional no lograría nada de él, únicamente como amiga podría llegar a conseguir que hablase. La única razón de intentarlo fue que se lo pidió su madre, que sabía tan bien como ella que Luismi no hablaría con nadie más, Margarita por el cariño que él la tenía desde niño sería el único psicólogo que tuviese alguna oportunidad de hablar con él. El motivo de desvelar su presencia a Nadia, aparte de las razones que le dio, hubo una muy importante que no quiso confiarle, y es que Luismi lo que necesitaba a su juicio en esos momentos era una amiga como en su día lo fue ella, la Nadia de antes de traicionarlo. Margarita era plenamente consciente tras las charlas mantenidas con él, que tras lo sucedido con Lucia, Luismi sería receptivo a volver a aceptar de modo progresivo a Nadia cerca de él, lo que podría servirle en cierto modo como acicate para ir superándolo de verdad. Tras perder a Lucia para él lo de Nadia no pasaba de ser una estupidez grave que si bien le hizo mucho daño, aún así todavía podía tener solución, no como lo de Lucia. Y ahí precisamente estaba la llave y problema de todo, en Lucia, en su recuerdo.

Obviamente a su hija no le dijo nada de esto, aunque sabía de sobra porque la conocía bien, que ésta pensaría que como primer paso para intentar recuperarlo para ella tendría que lograr volver a ser aceptada como su amiga, intentaría volver a una posición cercana a la que tenía antes con él. Porque sí de algo también estaba segurísima Margarita con respecto a Nadia, es que pese a lo que su hija pudiese decirse a sí misma, sobre todas sus buenas intenciones de amiga para con Luismi y pese a negarlo rotundamente si se le preguntase, es que antes o después intentaría reconquistarlo. Margarita quería que su hija se quedase en esa casa los quince días que ellos y los padres de este faltarían, no dudó en proponérselo de forma que ésta no tuviese otra que aceptar que al menos por el día las tres trabajarían allí en lugar de en su propia casa.

Luismi le había comunicado a su madre que se quedaría en su chalet como mínimo esa primera semana porque iban a ir a verle algunas amigas y su piso era muy pequeño para que se quedasen con él. A su madre le faltó tiempo para contárselo a Margarita, que fue cuando decidió revelar su presencia e intentar que su hija se quedase como mínimo durante el día en esa casa, desde donde podría ver sin problema lo que sucediese donde estaría Luismi, y por lo que su madre había dicho, sin duda muy bien acompañado. Estaba segura que en cuanto se diese cuenta de la situación, eso haría reaccionar a Nadia. Confiaba en su hija, pero pese a su aparente fachada de decisión y confianza,  la veía un tanto reticente a exponerse de nuevo a otro rechazo por parte de él, y esa era una forma perfectísima para obligarla a tomar la decisión de moverse en serio a por él.

El mismo día que se iba con los padres de Luismi tuvo la ocasión de conocer a quienes se quedarían con él. Nada más ver a esas personas estuvo segurísima de que su querida hijita en cuanto los viese pasaría en el acto a ocupar su antigua habitación para dormir, únicamente porque desde su ventana podía controlar por completo casi todo el chalet donde él estaría y podría ver que hacía. Eran un chico que obviamente debía de ser Gay y tres chicas, que por cierto menudas tres chicas, eran autenticas bellezas, a una de ellas la reconoció sin problemas de haberla visto de forma reiterada en revistas de moda. Dedujo que las tres debían de ser modelos, tuvo que confesarse a sí misma asombrada que debía de ser verdad todo lo que él le conto sobre su vida como fotógrafo y el extraño nombre con el que firmaba su trabajo... No es que le hubiese creído totalmente cuando le hablo sobre ello, pero esa chica que había reconocido era la que según él le ayudo a dar el primer paso en su actual profesión, y ahora estaba allí con él, abrazándolo como si se conociesen de toda la vida.

Esta joven a la que llamaremos Jakie solo con el fin de mantener su anonimato, era una auténtica preciosidad y por lo que vió Margarita su confianza con Luismi era muchísima. Cuando éste presentó a todo el mundo, tanto a ella y su marido como a sus propios padres, ella no se corto ni un pelo en colgarse de su brazo como si fuese su novia, apoyando su cabeza en su hombro. Margarita aprecio en ellos una enorme complicidad que le recordaba muchísimo a la que en su día tuvo él con su hija Nadia. Supo al instante que alguien lo iba a pasar francamente mal cuando se diese cuenta de ello, más aún de lo que había esperado al saber que con él estarían algunas chicas. Sólo esperaba que Nadia fuese lo suficientemente madura como para no estropear su oportunidad y se dejase llevar por los celos que estaba más que segura iba a sentir al ver esto.

Ese mismo día, justo después de comer las tres, fue Lorena la primera en ver a las visitas de Luismi, tanto ellas dos como la propia Nadia, cuando estaba en casa de los padres de esta, cuando tenían que ir al servicio, por costumbre cogida desde jóvenes, las tres iban al cuarto de baño de la antigua habitación de Nadia. Cuando Lorena bajó Ana muy divertida le pregunto con malicia si ya había espiado a Luismi desde la ventana, Lorena mandó a su amiga a freír espárragos. Nadia se iba a reír cuando no supo bien porqué, pero le pareció que Lorena pese a su salida contra Ana ponía una sonrisa forzada al contestarle, levantándose le pregunto qué pasaba. El que Lorena como toda excusa dijera que nada, que no se había molestado en mirar siquiera donde Luismi escamó a Nadia, ya que sabía de sobra que era del todo imposible que Lorena no hubiese mirado ni un segundo siquiera, se puso en marcha hacia su antigua habitación de inmediato seguida de sus dos amigas.

Cuando llegó a la ventana en cuestión entendió porque su amiga no quiso decir nada. Con Luismi había gente, concretamente tres chicas y un chico. Lo malo no era esto, sino que una de las chicas estaba tomando el sol con Luismi, en una tumbona junto a la piscina de los padres de este. Lo que provoco que Nadia apretase los dientes hasta hacerse daño en la mandíbula, es que esa chica, una morena preciosa con un cuerpazo de infarto, estaba en una tumbona, cierto, pero no tendida sobre la tela de ésta, sino directamente sobre el cuerpo de Luismi mientras éste la tenía sujeta por la cintura y hablaban animadamente riéndose. La chica tenía los brazos cruzados sobre el pecho de él, y una de sus piernas metidas entre las de él. Al ver eso Nadia sintió como si le hubiesen metido una puñalada en las tripas..., por fortuna para ella Ana y Lorena más tranquilas vieron otras cosas.

En primer lugar se dieron cuenta de que estaban todos ellos hablando animadamente y riéndose, incluidos también la morena y Luismi. También de la posición relajada de los dos mirando a sus amigos cuando éstos hablaban, ambas le hicieron ver que no estaban haciendo nada de lo que ella se temía. Le hicieron ver que sólo estaban conversando como dos amigos, por mucho a equivoco que pudiese llevar la posturita de ambos, pasando las dos por alto cualquier comentario sobre la confianza que requería el hacer algo así con un chico para no agobiar aún más a su amiga.

Ante las miradas irónicas de sus dos amigas, una Nadia algo rabiosilla, tuvo que ver cómo Luismi a los dos minutos de estar allí se había levantado y jugaba con las tres chicas lanzándose con ellas a la piscina, también con el chico, pero sobre todo con la preciosa morena, por mucho que tanto Lorena como Ana le dijesen que claramente solo estaban jugando, ver a esos dos con esas confianzas... Eso era algo que hacía que se la llevaran los demonios. Aun así se engañaba a sí misma al obligarse a pensar que todo era por su preocupación por Luismi por su situación tras la pérdida de su novia y que no se aprovechasen de él, sin admitir que lo que  le pasaba simple y llanamente es que le podían los celos cuando veía a esa chica con él, tan cerca de él.

Ese día para terminar de arreglárselo a Nadia, Lorena se dio cuenta de quién era en realidad la morena, ni más ni menos que una modelo de cierta fama y prestigio, que para colmo era una de las modelos que habían sido seleccionadas para participar en el trabajo que les habían encargado con el fotógrafo ese de marras del nombrecito complicado, el tal Diomedeidae de las narices. Nadia se tiró a por los expedientes de las modelos que habían preseleccionado para ver si alguna de las otras dos chicas también estuviese allí, no encontrándose con ninguna, pero si con el chico, que resulto ser un reconocido estilista de las grandes pasarelas. Nadia en esos momentos bufaba, sin embargo Ana se frotó las manos, ya que esa chica y ese chico podrían suponer su puerta de acceso a Luismi y atraves de ellos podrían lograr una excusa perfecta para incorporarse a su jardín de amigos.

De lo que no se dio cuenta ninguna de las tres mujeres era de qué habían sido descubiertas mirando. Jakie se lo comentó a Luismi cuando estaba encima de él, le dijo que había tres mujeres espiándoles, indicando donde estaban. También le explicó que al principio le pareció que sólo era una y se había ido, pero que ahora sin duda eran tres quienes les observaban. Luismi se echó a reír, imaginando quiénes podían ser dado la habitación que era y que tanto sus padres como Margarita acompañada de su marido se habían ido de allí. Sus risas y las de Jakie cuando le dijo quien era posiblemente, su primer gran amor, atrajo la atención del resto de amigos, contándoles más o menos Jakie lo que sucedía, añadiendo que según Luismi posiblemente solo fuese curiosidad por parte de su ex. Al final Luismi terminó persiguiéndoles a los cuatro hasta la piscina para que dejasen de pincharle con "su primera noviecita".

Jakie pese a toda su alegría no podía evitar cierta decepción consigo misma por no haber sido capaz de enamorarse de Luismi. Se había acostado con él unas cuantas veces cuando ambos estaban sin pareja. Se lo pasaba genial con él y personalmente le encantaba estar como hacía un rato, de aquel modo, tumbada junto con él, a su lado, encima suyo y sentirle cerca... Era consciente que no había ninguna malicia en él pese a que su mano por ejemplo le acariciase la espalda mientras hablaban, era solo un gesto reflejo por su parte..., aunque más de una vez después de eso ambos habían terminado follando, siempre y cuando ninguno estuviese emparejado.

Jakie también sabía que Luismi tenía pocos amigos en su mundillo, y todos ellos eran de la época del inicio de su carrera, ni uno solo era de su época ya como famoso fotógrafo. Cuando adquirió cierta fama se retrajo un tanto con la gente que conocía nueva, no concedía ya su amistad con la misma facilidad, y eso que no es que tampoco la hubiese concedido nunca así como así. Estaba muy contenta de poder volver a trabajar con él, igual que Frank. En cierto modo también se había estado riendo de sus pensamientos, muchas modelos habían salido trasquiladas con él por su personalidad, parecía haberse acostumbrado a dar una apariencia tímida, suave, pícara y divertida. Cuando alguna se había confundido y pretendía conseguir algo más con él..., sistemáticamente recibía un susto. No podía evitar reírse, los palos que se habían llevado por pasarse de listas debían de ser terriblemente dolorosos para cualquier modelo.

Estaba de nuevo sobre Luismi después del jueguecito de la piscina, con las tres vecinas espías aún mirando cuando se tuvo que aguantar las risas al recordar a cierta modelo que quiso obtener una posición de preferencia para una serie de fotos de moda para una de las más prestigiosas revistas dedicadas a esto. En la revista se estuvieron riendo de la pobre todo lo que quisieron y un poco más, el famoso Diomedeidae le hizo unas fotos tan buenas como las de las demás, pero en cambio le hizo otras en las que parecía una auténtica payasa. La modelo en cuestión aprendió la lección, en el siguiente trabajo que tuvo con él estuvo dócil como una gatita, sólo le faltó menear el rabito de alegría al ver que no la había tomado con ella por lo que sucedió.

Para ese mismo lunes, Jakie y Frank fueron requeridos por la revista para la que harían el reportaje para ir tomando contacto, o más bien para que los responsables de ésta pudiesen conocerles a ellos. Jakie le preguntó a Luismi si le conocían, él dijo que en persona no, sólo por teléfono con la directora y la editora jefe, con las que tenía buen trato por cierto. Jakie entonces con una sonrisita maliciosa le dijo que quería que les acompañase a la sede de la revista como si fuese un gran amigo, lo que en este caso, además era algo totalmente cierto. Luismi riéndose acepto encantado.

Nadia, Lorena y Ana habían estado trabajando, eso era cierto, también habían acabado con la preselección solo a falta de la decisión final de modelos por parte del fotógrafo. También con una completa selección de decorados, paisajes y enclaves dentro de los parámetros que les habían pedido que encontrasen. Tal y como Margarita supuso, Nadia se mudó a su habitación arrastrando tras de sí a sus dos amigas con la excusa del trabajo y cuidar de día de la casa tan pronto vió a Luismi en tan agradable e intima compañía, especialmente con la confianza que aparentaba tener con la morena. Durante todo el fin de semana, ver el grado de intima confianza de Luismi con Jakie hizo que el humor de la siempre agradabilísima Nadia se agriase en muchísimos enteros, pegando en algunos casos unas contestaciones a sus amigas lo suficientemente bordes como para que éstas la hubiesen mandado a freír espárragos como mínimo. Sin embargo en este caso ellas sólo sonreían irónicas al ver a su amiga con aquel genio de mil demonios.

Cuando el lunes se dirigían las tres a la sede de la revista, Nadia no llevaba nada claro el plan que le habían explicado entre Ana y Lorena para poder volver a ponerse ante Luismi como si de una casualidad se tratase. El primer susto se lo llevaron nada más entrar, no se chocaron con Luismi de milagro, habían entrado tan tranquilas cuando se lo encontraron de espaldas, junto a la tal Jakie y el tal Frank hablando con la directora de la publicación. Se las apañaron las tres para salir a toda prisa por donde habían entrado e irse por otro lado sin que ninguno se diese cuenta. Existía otra forma de llegar a su destino sin que desde esa antesala se les viese, de modo que por allí se fueron, reponiéndose del susto y dando gracias de que Luismi hubiese estado de espaldas a ellas. Las tres casi a la vez hicieron la misma pregunta a las otras... ¿Qué narices estaba haciendo allí Luismi?

Jakie y Frank presentaron a Luismi como un amigo, no dijeron ni por un instante quien era en realidad. Lo cierto es que la editora nada más oírle hablar se quedó mirándole fijamente, Luismi estaba seguro que se estaba esforzando por recordar dónde había oído antes su voz. Frank riéndose la sacó de dudas, cogiéndose del brazo de Luismi como si fuese su pareja o algo así, entre risas le dijo que su cara no la conocería casi nadie, pero que su vocecita tan particular desde luego la conocía muchísima gente... después le llamó "señor fotógrafo famoso". La mujer abrió los ojos como platos al darse cuenta por fin de quien era el que tenía frente a ella. Luismi en lugar de estrecharle la mano como ella pretendía hizo algo que siempre le había funcionado muy bien en estos casos, le dio dos besos en las mejillas, dejándola desarmada al poner toda su simpatía en juego.

La mujer aceptó el hecho que le plantearon de que Luismi en ese momento era Luismi, que él no tenía nada que hacer con ellos en la reunión. Eso era entre los tres. La mujer se vio gratamente sorprendida con Luismi, pese a las excepcionales referencias de otros compañeros y lo tratado por teléfono con él, esperaba alguien con un cierto ego y se acababa de encontrar con un tío sencillísimo que no pretendía meterse para nada en algo que no era de su competencia. De hecho no había hablado para nada en favor de ninguno de sus dos amigos, no le había dejado a ella conocer su opinión sobre el contar con ellos... le había dejado por completo la decisión a ella sin tratar de interferir.

Jakie y Frank estuvieron con la directora negociando su presencia en el reportaje, ella como modelo principal debido a su importante caché y él como uno de los nuevos genios del estilismo internacional del mundo de la moda. Estaban terminando los últimos flecos en sus respectivos contratos, específicamente imponiendo la clausula especial en la que solo harían ese trabajo si el fotógrafo era Diomedeidae y él estaba a cargo de todo. Nada más dejar eso aclarado y empezar con las firmas llamaron a una especie de puerta lateral del despacho y a la voz de adelante por parte de la directora entraron tres mujeres.

Por primera vez Nadia tuvo directamente frente a ella, a un palmo de distancia, a la zorra de la morena que se restregaba contra Luismi en su jardín… Le pareció muy guapa, con un cuerpazo,  pero estuvo segura de que debía de ser una golfa de cuidado, tenía claro que semejante putòn a “su” Luismi no le convenía. La directora presento a las tres mujeres a ambos personajes. Primero a la morena, a la tal Jakie, modelo de caché internacional que según ella únicamente hacia el trabajo porque era Diomedeidae el fotógrafo, y en segundo lugar al tal Frank estilista de fama internacional, que según aprecio Nadia debía de ser gay hasta las pestañas y por lo que habían averiguado sobre él tras verle en casa de Luismi, era un descubrimiento personal del tal Diomedeidae que fue el que le ayudo a llegar a lo que era hoy.

Mientras Jakie y Frank estaban en la reunión con los responsables del trabajo, Luismi estuvo leyendo tranquilamente en un elegantísimo salón de espera en el que incluso le sirvieron un cafecito. Quince minutos después entró una joven, que no hacía falta mucho pensar para saber que era modelo, entre otras cosas porque le acompañaba su representante con un más que evidente Book de la joven, a la que dejó allí internándose en las oficinas. Viendo su nerviosismo cuando le ofrecieron algo de beber y pidió un café, le aconsejo que lo evitase, que pidiese otra cosa, algo del estilo de una tila, una menta-poleo o incluso una manzanilla, que lo que necesitaba era calmarse un poquito.

Al final terminó sentándose junto a ella tomándose el café y charlando mientras que ella haciéndole caso estaba con un Menta-poleo. Parecía que milagrosamente hablando con él había dejado de lado su nerviosismo, estaba incluso riéndose con alegría ante las batallitas que Luismi le estaba contado. Lo cierto es que Luismi no estaba conversando y haciendo que se calmase o riese por hacerle un favor, sino que le había gustado desde el momento en que la vio, de modo que estaba tratando de evaluarla como posible modelo para el trabajo. Una vez que decidió que pese a su inexperiencia y a que estuviese empezando le serviría perfectamente para lo que se quería hacer. Una vez decidido esto fue cuando empezó a tratar de que ella solo le viese como el agradable y simpatiquísimo Luismi.

Tenía suficiente experiencia como para saber el grado de nerviosismo que podía arrastrar un novato que intentaba abrirse camino, cuando se le ofrecía algo tan importante como sería este trabajo para ella. Normalmente los nervios hacían que la fastidiasen, pero sabía que si lograba que lo viese como Luismi, cuando supiese quien era de verdad aunque se pusiese nerviosa, ya se encargaría el entonces de recordarla al chico que había conocido allí mismo para que fuese calmándose para el trabajo, era un truquito que muy poquitas veces le había fallado.

Cuando sus amigos salieron con la directora de la revista y se estaban despidiendo, en voz baja le dijo a esta ultima que la chica que estaba allí desearía que fuese preseleccionada, que le veía muchísimo potencial.

Jakie también pertenecía a la agencia que le llevaba a él los trabajos, por lo que nada más salir les llamó para que echasen un vistazo sobre la joven modelo cuyo nombre le facilitó Luismi. Tras mencionar lo que opinaba Diomedeidae la agencia no chistó y se puso sobre la pista, si él decía que tenía potencial, es que lo tenía y la agencia era experta en desarrollar eso. Hasta el momento en estos años Luismi solamente había recomendado a dos personas, que además en ambos casos habían sido todo un logro. Una de las personas que recomendó había sido el propio Frank, por eso lo que él decía en ese sentido era tenido rápidamente en cuenta por la agencia, hasta ahora eran dos recomendaciones, dos éxitos absolutos.

Cuando llegaron a la casa tanto Frank como Jakie empezaron a contarles a todos los demás lo que se había hablado en la reunión. Jakie también les describió a las tres mujeres con las que tendrían que tratar, especialmente se las describió a Luismi con cierta malicia, ya que según ella eran tres bombones. Lo que Jakie no sabía es que nada más describirlas Luismi supo en el acto quiénes eran y tuvo que hacer auténticos esfuerzos por no reírse delante de Jakie, sabía de sobra lo mal que podría llegar a sentarle si se enterase de ello. Luismi comprendió que posiblemente la sorprendente llamada del fin de semana para Frank y Jakie había sido organizada por esas tres con algún fin determinado y para lo único que se le ocurría es poder meterse allí con ellos mediante una escusa valida. No era tonto, suponía que Nadia todavía debía de estar un tanto recelosa de cómo le pudiese recibir pese a haber transcurridos tantos años. Tampoco se engañó mucho al pensar que seguramente también su madre y Margarita tendrían algo que ver en la presencia de esas tres en casa de Margarita, especialmente en el caso de Nadia, que tenía su propia casa una puerta más allá.

Al final tuvo que contárselo a los demás, ya que Jakie y Frank le dijeron que como por lo visto una de las tres vivía cerca de allí, las otras dos eran amigas de toda la vida y ahora están quedándose en su casa, les habían invitado a pasarse por allí. Los dos lo dijeron con algo de recelo por la posible reacción de Luismi ante una invitación que habían hecho a unas personas desconocidas a una casa que no era la de ellos y que además tampoco era de este, sino de sus padres. Luismi por el contrario y para su sorpresa se empezó a reír a carcajada limpia sin poder evitarlo, Jakie se mosqueó seriamente con él cuando se dio cuenta que de la risa se le saltaban hasta las lagrimas sin que fuese capaz de explicar el motivo de ello. Luismi no tuvo otra opción que confesarles quién pensaba que eran las tres y dónde estaban exactamente..., la cara de Jakie al darse cuenta también ella de la jugada fue espectacular, se puso de uñas, Frank por el contrario se unió a las risas de Luismi y las otras dos amigas, poniendo aún de peor humor a Jakie.

Ésta desde luego no era nada tonta, sabiendo ya que una de ellas, además por lo que le dijo Luismi la más atractiva de las tres había sido su novia, que terminaron mal y que posiblemente no se atreviera a aparecer ante él por las buenas llegó a la misma conclusión que él. Lo malo era que para acceder a Luismi les habían utilizado a Frank y a ella, y eso sí que lo llevaba mal, pero mal de narices. Esa tarde cuando volvieron a salir a la piscina para darse un baño y tumbarse un poco al sol, según se tumbó Luismi en una hamaca, ella se puso en un sitio junto a él sin perder la casa de al lado de vista. Por fin a la hora de estar vigilando tuvo el placer de ver las siluetas de tres personas tras las cortinas, concretamente tres mujeres. Sin pensárselo dos veces se levantó tumbándose de nuevo encima de Luismi, pero esta vez, mientras hablaban le acariciaba el pecho jugueteando con sus dedos sobre él.

Luismi no se dejó engañar por eso, estaba viendo cómo Jakie no perdía de vista la casa de Nadia con el rabillo del ojo. Estaba claro que la acción de Jakie era por haberla usado para poder acercarse a él y estaba en plan juguetón solo por darle en los morros a Nadia. Jakie por su parte no pensaba exactamente como Luismi sobre su antigua novia, según su modesta opinión, como buen ejemplar de hombre que era, no se enteraba ni de la mitad de sobre qué iba aquello. En su opinión allí, en aquella casa había alguien del sexo femenino a quien él por mucho que creyese que no dados sus antecedentes entre ellos, le debía de gustar lo suyo. Eso que decía Luismi de que tanto mirar no era nada más que por curiosidad se lo creería él y nadie más, el hacerlo de forma tan constante en una mujer hablaba mas de celos que de otra cosa según opinaba Jakie.

Desgraciadamente para Jakie el problema de que estuviese jugueteando con Luismi de ese modo aparentemente tan realista, es que de verdad se le fue la mano y empezó a calentarse en serio. Aunque no se hubiese enamorado de él y siempre se lo echase a sí misma en cara por estúpida, no podía negar que era un hombre que le encantaba en todos los aspectos, incluido el de compañero ideal para pasar una noche de sexo, sabía que con él tenia pasión, cariño, dulzura e incluso si ella se lo pedía un puntito de violencia que le encantaba como la ejercía.

Esa noche acudió a la cama de Luismi únicamente con un tanguita muy fácil de quitar ya que iba sujeto a sus caderas por sendos lacitos a cada lado. Se tumbó en la cama junto a él que al sentir la presencia de alguien se dio la vuelta quedando frente a ella, mirándose a los ojos a escasos centímetros de los del otro.

  • ¿Cuanto hace que no...? Bueno, ya sabes -dijo Jakie.

  • Veras, para serte sincero desde la última vez con Lucia, primero su muerte, luego el hospital y en fin… que... –Jakie le puso un dedo en los labios para que lo dejase

  • Joder... lástima, mala suerte...

  • ¿Por qué mala suerte?

  • Pues porque venía dispuesta a hacerte pasar un buen rato y está claro que no estás para eso...

No la dejó decir nada más, simplemente llevó su mano a su mejilla, cogiéndosela con firmeza y suavidad. Acercó sus labios a los suyos y la dio un suave beso. Jakie se lanzó sobre él, tumbándole sin dejar de besarlo, después se alzó, subiéndose sobre él, buscando los lacitos de su tanga para deshacerlos. Posteriormente a quedar desnuda sobre él, notó cómo Luismi se ayudaba de los pies para deshacerse de su pantalón corto de dormir. Entonces su mano sujetó con fuerza el pene del chico..., le pregunto si estaba seguro y él le contesto que con ella estaba seguro del todo. Jakie algo emocionada  ni se lo pensó, poco a poco fue introduciéndoselo hasta el fondo, fue sentándose sobre él, clavándose en su miembro.

Una vez le tuvo dentro por completo empezó a moverse con calma, sin despegarse de él, besándolo. Jakie era consciente de que tenía que ir con cuidado, era la primera mujer con la que estaba tras lo de Lucia, sentía en su interior cierto orgullo por ser ella la primera que le volvía a arrastrar de regreso a la vida, o al sexo, pero lo primero le sonaba mucho mejor. Despacio, con muchísimo cariño empezó a cabalgarlo, mordiéndole los labios, poco a poco fue mostrándose más pasional. Llegó un instante en que no pudo seguir manteniendo el control que pretendía, hubo un momento en el que el placer empezó a poderla. Pero se dio cuenta de que él estaba también completamente centrado en conseguir que ella disfrutase, parecía haberse olvidado de todo para concentrarse única y exclusivamente en ella.

Estaba al borde del orgasmo cuando Luismi la volteó, dejándola bajo él, que salió de su interior para ir poco a poco descendiendo besando y lamiendo su enfebrecido cuerpo, al que acababa de quitarle de la boca las mieles del orgasmo. Cuando sus labios llegaron por fin a su sexo y su lengua pasó un par de veces por su rajita, su cuerpo se tensó, se estremeció, alcanzando por fin el ansiado orgasmo que anteriormente le había sido negado. Mientras su cuerpo se recuperaba del orgasmo, Jakie sentía cómo los labios de Luismi se concentraban en besar la parte interior de sus muslos, avanzando y retrocediendo por ellos mientras sus manos estaban posadas en sus glúteos, masajeándoseos despacio, suavemente. Pocos minutos después sus labios regresaron a su sexo, introduciéndole la lengua todo lo más profundamente que el chico pudo.

Jakie se sentía en una espiral de placer, sentía cómo la lengua y los labios de Luismi recorrían toda su intimidad una y otra vez, llevándola a una cada vez más intensa sensación de placer. Sentía cómo sus labios de vez en cuando sorbían su clítoris para después rápidamente soltarlo... creía sentirlo palpitar tras ello, en cada una de las veces creía que se correría viva, sin embargo el chico siempre se quitaba antes de que la sensación se hiciese realidad. Peor fue cuando notó cómo las manos separaban sus cachetes alzando un poco su culo, dejando expuesto su agujerito y sintió que la lengua de Luismi se desplazaba hacia allí lamiéndolo todo a su paso, enviando ondas de placer a su cerebro que le impedían poder tomar ninguna iniciativa. Cuando sintió cómo la lengua de Luismi, enroscada en forma de punta de lanza le abría el culito para entrar estalló en un orgasmo que la hizo gritar a causa del placer que sintió subir por su columna y estallar en su cerebro.

CONTINUARA