Diomedeidae - 2

La vida continua y Nadia ha crecido convirtiéndose en toda una mujer, una mujer bellísima, una mujer con éxito profesional, ¿pero será feliz?

Diomedeidae -2

Estaba en la fiesta, circulando entre los invitados, Nadia tenía ya 29 años y una considerable colección de hombres a sus espaldas, así como de relaciones fracasadas. Los hombres únicamente le duraban cuatro o cinco meses, poco a poco iban perdiendo fuelle y ella los daba boleto, no lograba encontrar lo que buscaba. Miro con cierta envidia a Lorena y Ana, sus dos mejores amigas desde los tiempos de instituto, con sus novios, ya llevaban juntos tres años en el caso de Lorena y dos en el de Ana.

Había logrado más de lo que nunca imaginó, a su edad era la encargada de coordinar las varias revistas de la multinacional para la que trabajaba, así mismo era la encargada de tratar con la sede central de la editorial en EEUU. Había comprado el chalet que había junto al de sus padres, sus amigas le dijeron que eso era una locura, pero a ella vivir allí le gustaba... Pero como siempre, cada vez que pensaba en ello, una punzada le sacudía el estomago. Justo al otro lado del de sus padres estaba el de los padres de Luismi, eso aun le dolía pese a los años pasados. Para sus amigas, para sus padres, para todo el mundo era un tema tabú, prohibido terminantemente hablar de él en su presencia. Incluso evitaba en lo posible a los padres de él, el verlos le traía a su memoria y dolía, aun le dolía.

Recordó también cuando Lorena y Ana se enteraron de la verdad de lo sucedido con él, de porque la escupió. No les sentó nada bien a ninguna de las dos, ellas fueron en realidad las instigadoras principales de la primera paliza que le dieron y también de que nadie le quisiese en el viaje de fin de curso. Saber lo que sucedió realmente no fue nada agradable para ninguna de las dos, el chico no es que les cayese muy allá, sobretodo después de empezar a salir con su amiga, pero desde luego ninguna de las dos le había considerado nunca un mal tío. Tras todas las cosas que le habían hecho pasar para ninguna fue agradable enterarse de que en realidad él no fue culpable de nada y que además tenía razones más que sobradas para actuar como lo hizo. Las tres cerraron filas en torno al asunto, corriendo un tupido velo sobre todo lo relacionado con él y lo que había pasado.

Luismi no había vuelto a dar señales de vida para ella, sabía que había estado de visita donde sus padres, justo en la casa de al lado de la suya. También que en esas ocasiones incluso había estado en su propia casa para ver a sus padres y saludarlos, que había estado allí, en su casa, pero nunca hizo el menor atisbo de intención de verla o cuanto menos de saludarla siquiera. Además parecía elegir sus visitas con cuidado, apropósito para ir cuando supiese seguro que ella no estaría por allí, y eso también dolía. Todo el tiempo supo del daño que le había hecho, de que todo esto era su culpa, que era normal que no quisiese ni verla, pero aun así dolía, y joder como dolía. Nadia desechó todos esos pensamientos, no quería volver a entristecerse como ocurría cada vez que pensaba en esa época. Se volvió a centrar en la fiesta, se obligo a sonreír de nuevo, más aun cuando vio como Lorena y Ana la miraban fijamente, supo por sus caras que habían imaginado lo que pasaba por su mente en esos instantes. Sus dos amigas se pegaron a ella como lapas, arrastrando a sus novios detrás, no pudo por menos que agradecer como siempre en estos casos, sus esfuerzos porque dejara a sus recuerdos dormir de nuevo.

Se paseo de nuevo por la fiesta departiendo entre los invitados, dejando nuevamente a sus amigas libres para divertirse. Fue separarse de ellas y de gente relativamente importante para que empezasen a entrarle los admiradores. Con su 1'79 de estatura, con su estilizada figura, con sus preciosas piernas, su trasero durito y respingón, sus ojos oscuros, su pelo negro cortado con flequillo, sus sensuales labios recubiertos con un suave color que los realzaba, sus pechos proporcionados con su cuerpo, añadiéndole además a todo esto su simpatía natural... Nadia era más que consciente que causaba estragos entre el género masculino y no precisamente atracción por interés, que indudablemente en este ámbito también la había, solo agregándose esta en determinados casos al coctel.

Con elegancia, simpatía, gesto pícaro y mucha educación, sin que nadie se sintiese ofendido, fue despachando sus pretendientes uno tras otros. Estuvo con una copa, paseando entre todos, observando a los hombres presentes con discreción, preguntándose si merecería la pena irse con alguno de los presentes esa noche. Le apetecía sexo, le apetecía pasar esa noche con compañía. Se decidió por un morenazo de ojos verdes que parecía un modelo, no lo conocía pero eso tenía fácil remedio, se acercó al círculo de gente con el que estaba conversando, haciéndose un hueco en el al instante. Solo cinco minutos después tenía a su elegido comiendo de la palma de su mano, intentando hacer meritos, intentando seducirla para poder llevársela a la cama.

Nadia no podía dejar de sonreír ante lo simples que podían ser los hombres, el pobre tipo estaba esforzándose por conseguir algo que ya tenía en sus manos desde antes siquiera que hubiese puesto sus ojos sobre ella. Como siempre le continúo dando cuerda, haciendo que se lo ganase, dejando que la conquistase, que pusiese toda la carne en el asador para conseguirla. Sus dos amigas cruzaron miradas divertidas con ella, la conocían más que de sobra como para no saber que ese chico había sido el elegido por ella para pasar esa noche. Le hicieron leves gestos de aprobación con la cabeza sobre la calidad del magnífico ejemplar de hombre seleccionado. Le faltó poco para reírse de él al pensar en el cazador cazado cuando vio los gestos de sus amigas. Dos horas después, cuando consideró una hora prudencial para poder retirarse sin resultar descortés, se fue de allí en compañía de su "victorioso conquistador".

Fue una intensa noche de pasión de hotel, terminaron en uno cercano de cuatro estrellas. En la habitación bombones y cava. Él bebió directamente de su cuerpo, ella del de él, luego le saboreó, lamió prácticamente cada centímetro de su piel, él hizo lo propio con ella. Después la poseyó, la dominó, se comportó como todo un semental, llevándola varias veces a obtener un intenso placer. Logro llegar a un clímax intenso cinco veces esa noche por tres de él. No estuvo nada mal, se divirtió y terminó completamente saciada, satisfecha de sexo. Luego como cada vez anterior en esas circunstancias, cuando él se durmió ella se vistió y regreso a su casa, a su cama, a conseguir un sueño reparador para lo que quedaba de noche.

Había metido en la empresa a sus amigas, las había "enchufado" como vulgarmente se dice. Ninguna de las dos estaba en su departamento, pero de vez en cuando coincidían las tres en los mismos trabajos, estos normalmente eran tremendamente apreciados por todas ya que les permitían estar mucho tiempo juntas, quedarse para trabajar en casa de una o de otra, pisar poco por la oficina y divertirse las tres por malo que fuese el asunto que les cayese encima. En esta ocasión les había caído encima un buen marrón en forma de fotos para una revista dedicada a las mujeres. El problema era el fotógrafo que la revista quería, y lo que era aun peor, alguna otra revista más de la editorial se había enterado de ello y también querían hablar con él para algún posible reportaje futuro para ellas. Todo eso se convirtió en un problema y ella en la encargada de resolverlo.

El fotógrafo en cuestión era una joya a nivel mundial, uno de los mejores fotógrafos que había, tan conocido en ese mundillo como desconocido fuera de él. Realmente nadie se preocupaba mucho de quien era el que había hecho las fotos que enriquecían las publicaciones, excepto claro, los profesionales de las mismas. Este sujeto había desaparecido del mapa hacia un año y por lo que se ve había reaparecido aquí mismo, en España, y a ella le habían encargado desde EEUU ocuparse de todo lo relacionado con él aun cuando desde allí ya habían llegado a un trato con la agencia que lo representaba. Realmente no era su trabajo, pero dada la situación no tuvo más remedio que aceptar.

De modo que en esta ocasión Lorena, Ana y ella como responsable del equipo, se tenían que encargar del fotógrafo, el tal Diomedeidae, que joder también con el nombrecito no pudo evitar pensar ninguna de las tres. Era por lo que vieron Ana y Lorena en su expediente cuando le investigaron una especie de loco, porque no podía considerarse de otro modo al sujeto en cuestión. Sus fotos iban desde fotos de ríos de la lava de volcanes en plena erupción sacada a escasos metros, incluso ampollas se decía que saco junto con las fotos por acercarse tanto al rio de magma, a fotos de animales salvajes desde metros, muy poquitos metros. También zonas de guerra, Irak, Afganistán, etc, paisajes naturales de increíble belleza o fotos submarinas, tiburones incluidos por supuesto. Y por fin algo más normal, fotos de ropa, ropa interior, etc, fotos normales con modelos. En definitiva como le dijeron ambas a Nadia cuando le presentaron su informe, era un sujeto al que no sabían exactamente como calificar y que veríamos como seria de tratar. Para la forma de ver las tres tras conocer su historial, por encima en el caso de Nadia, el señor fotógrafo era un marrón de mucho cuidado.

Para arreglar aun más las malísimas vibraciones que las tres recibían de este trabajo, cuando intentaron encontrar como comunicarse con él para ir tomando contacto, en su agencia les dijeron que no se preocupasen por eso que él se pondría en comunicación con ellas, ya que aun faltaba más de un mes y medio para empezar a trabajar con lo que la revista quería. Para terminar de rematarlas a las tres, cuando recurrieron a la directora de la revista para que intentase solucionarlo esta les "tranquilizo" con respecto al fotógrafo, según les dijo ellos ya habían trabajado con él anteriormente y que aun cuando ella no le conociese personalmente, le creyesen al decirles que era una gran persona además de un excelente profesional con el que no tendrían el mas mínimo problema. Amablemente le explicaron a la directora lo del asunto de comunicarse, para su sorpresa ella descolgó, marco personalmente y hablo durante cinco minutos riéndose a carcajadas al menos dos de estos. Cuando colgó y sonriendo de oreja a oreja les comunicó que no se preocupasen, que él les llamaría quince días antes de la fecha para ponerse con lo que deseaban casi les da un ataque… Les falto a las tres el canto de una pestaña para saltarle al cuello al escucharla.

Estaban las tres en casa de los padres de Nadia, ya que iban a cenar con ellos, hablando con el padre de lo sucedido mientras este se reía a carcajadas. Sobre todo con eso de que la directora llamase al fotógrafo ante su cara y no les diese el número porque "él no quería" que se diera, alegando cuando se lo pidieron que entenderían que no podía porque la confianza en ese mundillo era algo vital. Con una copa de vino en la mano Nadia se acerco a la gran puerta corredera del jardín. Vio sentada a su madre en uno de los butacones de mimbre, junto a ella en otro de los butacones se encontraba un joven moreno con el pelo revuelto y cara picara de más o menos su misma edad, un hombre de los enseguida llaman la atención de cualquier mujer. Sin que se percatara sus dos amigas se habían acercado a ella, mirando también al atractivo desconocido. Las tres estaban calibrando al morenazo como hombre, pensando en que tal resultaría como amante... También el padre de Nadia se acerco mirando la escena.

  • Ni se os ocurra salir o tu madre os mata a alguna, ya sabéis como va esto -dijo su padre.

  • Lo sé papa, tranquilo, supuse que seria algún paciente de su consultorio –respondió Nadia.

Nadia se retiro con sus amigas de allí ya que conocía a su madre. Era psicóloga, tenía su propio consultorio, también se dedicaba al asunto de los problemas matrimoniales. Entre sus clientes habían estado algunas parejas famosas y sabia que para evitar posibles sospechas de la prensa, en algunas ocasiones invitaba a sus clientes a cenar con ellos, de ese modo a estos les conferían una cierta protección ante su fama al ser solo una cena con amigos. Nadia y sus amigas sabían de sobra que en esos casos ellas sobraban, que si aparecían ante ella sin ser invitadas expresamente se podían ir preparando. Conociéndola como la conocían  no se atreverían a hacer algo así ni aunque su hombre ideal estuviese allí mismo, ante ellas.

Media hora después las tres se acercaron de nuevo a la puerta del jardín cuando escucharon el sonido de unos acordes. Vieron al joven que estaba con su madre rasgar una guitarra que Nadia reconoció como suya, aparentemente estaba afinando sus cuerdas, colocándolas bien y tensándolas. Entonces el chico empezó a cantar, a las tres se les hizo un nudo en el estomago con la canción. No por ella en sí ya que incluso era una que a las tres les encantaba particularmente, sino por la tristeza que desprendía la voz de chico al cantarla y como parecía que el dolor que transmitía te tocase el alma.

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Ninguna de las tres noto cuando el padre de Nadia se coloco a su lado, tan metidas estaban en el dolor de la canción.

  • Joder que triste, dan ganas de llorar -dijo Lorena con la voz tomada.

  • Si, desde luego el chico no lo ha tenido nada fácil en la vida –repuso serio el padre de Nadia

  • ¡¡Papa!! Como te escuche mama decir algo de uno de sus pacientes te mata... –exclamo Nadia sorprendida por el comentario.

  • No te preocupes cielo, en este caso no creo que pase nada si os enteráis de algo –dijo su padre sonriendo ahora de forma enigmática.

  • ¿Entonces que le pasa a ese chico para estar así de triste?, porque la canción, joder..., la verdad es que te acongoja escucharle -pregunto Ana.

  • Su novia, en realidad su prometida desde el día anterior, fue atropellada ante él hace casi un año y murió en sus brazos. Se llamaba Lucia, como la chica de la canción –dijo su padre muy serio sin dejar de mirar hacia el jardín.

  • Vaya palo que debió de ser… -comento Lorena

  • Si, además a los dos meses de la muerte de Lucia tuvo un accidente con una moto, cayó con ella al mar por un precipicio y casi se ahoga. No lo ha tenido fácil a nivel personal en sus relaciones sentimentales, no ha tenido mucha suerte, no -dijo el padre de Nadia mirándola fijamente.

  • Vaya carrerón, pobre chaval..., no me extraña que transmita tanto dolor –comento Nadia fijando la vista en el desconocido.

  • Casi dan ganas de salir para consolarle a ver si así se recupera un poquito -dijo Lorena

  • Dejadlo estar –dijo muy serio dirigiéndose a su hija y amigas- o tú madre es capaz de escabecharos vivas a alguna de las tres como se os ocurra poner un pie fuera.

Las tres jóvenes vieron como el joven se levanto cuando termino la canción dejando la guitarra a un lado, después tendió la mano a la madre de Nadia que la tomo permitiendo que le ayudase a levantarse. Para asombro de las tres por semejantes confianzas el chico la atrajo hacia sí, luego los dos se fueron cogidos por la cintura en dirección a la puerta de la calle, una vez allí ambos se dieron un fuerte abrazo y un beso en cada mejilla. Vieron como antes de desaparecer el chico sonriendo a la madre de Nadia dijo algo que provoco la risa de esta, luego salió mientras se ponía un casco de moto. Apenas un minuto después escucharon el inconfundible sonido de una moto alejándose a toda velocidad.

Cuando Margarita, la madre de Nadia entró en casa abrazó y beso a su esposo, que le pregunto directamente que tal andaba el chico. Para sorpresa de Nadia ella le respondió. Le dijo que estaba bien, que dentro de la suerte que parecía acompañarle estaba bien y que tenía intención de volver pronto al trabajo. Nadia vio como su padre torcía el gesto ante la noticia que había dado su madre, pareció que le contrariaba, no alcanzaba a entender bien que ocurría con ese paciente del que para su sorpresa su madre parecía hablar libremente. Lorena por su parte hizo una pequeña broma, le dijo a la madre de Nadia que si quería ellas tres se encargarían de animarle un poquito el cuerpo, hizo un claro mohín insinuante a lo que se refería. Pero estuvo lejos de hacerle gracia a Margarita, se soltó de su marido, las miro a las tres fijamente diciéndolas en un tono seco y cortante que le dejasen en paz.

El padre de Nadia abrazó de nuevo a su esposa y le dijo que no se pusiese así, que solo había sido una broma, que ninguna de ellas sabia quien era el chico. Nadia vio que su madre tras la intervención de su padre se tranquilizó un poco. Minutos después Margarita les pidió disculpas por su salida de tono. Tras esto se quedo unos instantes mirando disimuladamente a Nadia, y después de meditarlo un buen rato en silencio se marcho a su habitación bajando poco después, sonriendo para sí, pensando en la bomba que iba a soltar sobre las tres chicas, pero sobre todo sobre su hija. No había pensado hacerlo exactamente así, pero pensaba que quizá y pese a todo aun fuese un buen momento.

Estaban cenando cuando Lorena de nuevo pidió disculpas a Margarita por su broma. Esta muy seria empezó a hablar con calma, mirándolas muy fijamente a las tres, tan fijamente que se pusieron nerviosas enseguida...

  • Yo también lo siento, pero en estos momentos no creo que lo mejor para ese chico sea veros a ninguna de las tres, y mucho menos aun que os pongáis en plan de hacerle un favor –Margarita estaba muy seria.

  • Tranquila mama, solo era una broma, ya nos dijo papa lo de su novia y evidentemente que no es plan. Lorena solo lo dijo de broma, además te recuerdo que estas dos tienen novio… -Dijo Nadia intentando calmarla.

  • El pobre chaval desde luego no ha tenido mucha suerte -comentó Ana intentando rebajar la tensión.

  • Pues no, no la ha tenido, ni ahora ni antes, con ninguno de sus dos amores, luego además tuvo un gravísimo accidente con una moto -dijo Margarita

  • Lo sabemos mamá, papá nos ha contado lo de la moto. ¿Con la otra que le ocurrió? –no pudo evitar preguntar Nadia

  • Su primera novia, su primer amor, le traiciono dándole una puñalada por la espalda de forma continuada durante bastante tiempo -dijo mirando a su marido de forma extraña

Nadia vio que su padre iba a hablar pero su madre le apretó la mano haciendo que este se callase al instante apretando un poco los labios. No supo interpretar bien eso, pero sumado a como la miró su madre le provocó un escalofrió. Tuvo un muy mal presentimiento sobre lo que su madre iba a contarles. Margarita siguió…

  • Esa misma chica le destrozo la vida. Era la persona en quien mas confiaba. Y si, ciertamente tenéis razón, no ha tenido nada de suerte, ahora cuando por fin se había logrado rehacer con alguien que de verdad le quería, tuvo que verla morir en sus brazos. No –meneó la cabeza-, definitivamente no ha tenido mucha suerte con las mujeres. Profesionalmente sí, eso lo ha conseguido, pero a nivel sentimental –suspiró-, ha sido un desastre...

  • Tranquila mamá, que no lo molestaremos ni le diremos nada tampoco. Después de lo que nos has contado creo que las tres entendemos de sobra que no está como para tonterías –repuso Nadia.

  • Gracias por entenderlo así hija. Por cierto, toma esto, tal y como me pediste te lo devuelvo, pero ni se te ocurra intentar verle ahora mismo, dale margen a que supere lo de Lucia –Dijo Margarita mirando muy seria y fijamente a los ojos de su hija.

Nadia se puso pálida como una muerta cuando su madre le tiro el sobre encima de la mesa, no le hacía falta abrirlo para saber lo que contenía, era el mismo que ella le dio a su madre para que se lo devolviese cuando Luismi regresase. Sus amigas y su padre se sobresaltaron al ver como se puso de pálida, Lorena corriendo le pregunto si se encontraba bien...

  • Es Luismi, ese chico del jardín era Luismi... –dijo afirmando con la voz rota

  • ¡Sí!, -repuso rotunda Margarita-, el chico que estaba conmigo en el jardín y que tan mal lo ha pasado era Luismi. Aun no ha superado la perdida de Lucia, de modo que no os quiero ver a ninguna cerca de esa casa. ¿Estamos? –Pregunto con tono áspero

  • ¿Desde... desde cuándo...? -Nadia estaba al borde del llanto.

  • ¿Desde cuándo esta aquí?, desde hace algo más de tres meses, quizá cuatro, vino poco después de que saliese del hospital tras el accidente con la moto que os conto tu padre... –Margarita no separaba sus ojos de su hija

  • ¡¡¡Y tu lo sabías!!! ¿Sabías que estaba aquí y no me lo has dicho? -se levanto de un salto.

  • Si, eso he hecho Nadia, eso mismo y vuelve a sentarte de nuevo. Dime, ¿qué piensas hacer ahora que sabes que esta ahí al lado Nadia?, ¿presentarte ante él y volver a joderle de nuevo la vida como hiciste en el instituto? –su voz sonó calmada pero sería-. Dale tiempo al tiempo hija, pero ahora está superando lo de su novia y prometida, así que, por favor déjale en paz –la voz de Margarita se dulcifico-. No cometas un nuevo error.

  • Entonces porque me lo has dicho, porque me has dicho que era él –Se veía claramente como Nadia aguataba como podía para no llorar

  • Porque antes o después le veras en su casa, o le veras salir de ella y no tardarías mucho en darte cuenta de quién es. Por lo que me comentaste los próximos quince días prácticamente os los vais a pasar las tres en tú casa todo el tiempo, preparando el próximo trabajo que tenéis que hacer. Por eso era preferible que lo supieses, ya que tu padre y yo nos vamos a ir unos días. No pensaba habértelo dicho de este modo, pero dada la situación que se va a dar he creído que era lo mejor para todos, por eso mismo también te he contado por lo que él ha pasado. Ya la fastidiaste una vez hija, ándate con mucho cuidado con los pasos que des no tengas que volver a arrepentirte de nuevo.

Nadia no dijo nada, sus amigas tampoco, pero las tres se miraron consternadas por la situación. La cena fue tensa y ellas se despidieron enseguida de los padres de Nadia, yéndose a casa de esta a pasar la noche. Cuando llegaron a casa de Nadia en lugar de acostarse las tres pensaron lo mismo, que necesitaban una copa con urgencia. La primera copa de Tequila a palo seco cayó de un solo trago, la segunda les duro un poco más, solo unos pocos segundos más..., pronto llego la tercera… Solo entonces se encontraron con fuerzas de hablar…

  • Joder, vaya sorpresa... –jadeó Lorena-. Era Luismi, ese chico tan guapo del jardín era Luismi.

  • Eso es lo que menos me preocupa. ¡Joder!, con qué cara vamos a mirarle después de todo lo que ocurrió..., ¿qué le vamos a decir...? "¡¡Oye Luismi mira, que sentimos muchísimo haberte jodido la vida, solo fue un error!!", ¡¡¡¡Joder, que mierda!!! -exploto Ana

  • La culpa de todo fue mia, no vuestra, soy yo quien debo de enfrentarlo y pedirle perdón por todo lo que le hice, vosotras solo actuasteis como buenas amigas -los ojos de Nadia se llenaron de lagrimas- Solo yo soy la culpable de todo, iré a su casa para disculparme aunque después no me quiera volver a ver de nuevo o me vuelva a escupir al verme, pero al menos me disculpare con él.

  • Mira Nadia, vamos a ver si dejamos de ser tan hipócritas de una puta vez y deja de hacerte la mártir, ¿vale?. Sigues tan colgada de Luismi como el primer día, no sé porque harías aquello con el imbécil de Javier cagándola como la cagaste, siendo luego además tan hija de puta con él de dejarle tirado como lo hiciste cuando veías lo que estaba pasándole en el instituto o en su casa, pero no la vas a joder otra vez de nuevo, no te lo voy a permitir -dijo Lorena abrazando a su amiga que estaba a punto de llorar.

  • Nadia por favor, haz lo que ha dicho tu madre, reconoce que lo de su novia es muy fuerte, verla morir en sus brazos al día siguiente de prometerse... ¡¡Joder tía piensa un poco!! –Exclamo Ana-. Si apareces ahora mismo ante él no solo no te perdonara sino que aun será peor.

  • Mira –dijo Ana intentando parecer calmada y coherente-, por mucho que te duela pese al tiempo pasado, ten en cuenta de que no ha intentado verte ni una sola vez cuando a estado aquí, pese a haber estado en tu misma casa viendo a tus padres. Déjanos que Lorena y yo tanteemos el terreno antes, que sea él quien decida si quiere que te acerques o no en estos momentos. Como digo, desde aquello ha pasado mucho tiempo, puede que con nosotras quizá no reaccione muy mal y podamos hacerle razonar para que te vea…

  • Pero soy yo quien debe de dar la cara, además todo aquello ya pasó, ahora no... –dijo una Nadia angustiada hasta que Lorena le cortó

  • ¡¡Nadia te he dicho que te dejes de mierdas!! Somos nosotras, Ana y Lorena, por si no te habías dado cuenta todavía. Llevas años pegándoles la patada en el culo a todos los hombres con los que sales solo porque ninguno es capaz de ser como era Luismi -dijo Lorena

  • Pero...

  • Ni peros Nadia, sabes que es verdad, cada vez que Luismi aparecía por algún sitio en una conversación te metías en tu mundo de melancolía, luego nos costaba dios y ayuda sacarte de allí otra vez. Te hemos aguantado hablar de él docenas de veces, sabes que sigues tan colgada por él como cuando erais críos... –le dijo Lorena

  • No la jodas ahora, entonces no lo sabías, ahora si lo sabes quieras reconocerlo o no, deja de hacer el gilipollas y ponte las pilas tía, ya no eres aquella niñata imbécil, ahora eres una mujer hecha y derecha. Tu madre ya te ha advertido y explicado como esta Luismi, ¡¡no la cagues otra vez joder!! -dijo Ana

  • Tu Luismi está aquí de nuevo Nadia, entre Ana y yo te aseguro que haremos que termine por aceptar verte de nuevo. Es lo justo, nosotras le fastidiamos todo lo que pudimos y ahora nosotras le abriremos de nuevo los ojos para que te vuelva a mirar -soltó Lorena.

  • ¿Y como pensáis hacerlo? -pregunto Nadia con las lagrimas corriendo ya libres por sus mejillas

Ana y Lorena se miraron unos instantes, entonces las dos a dúo soltaron un "ni puta idea pero algo se nos ocurrirá", lo que provoco que las tres terminasen a carcajada limpia mientras Nadia se secaba la cara. Mientras las tres estaban riéndose de la situación Nadia se prometió así misma una cosa, que pasase lo que pasase, tuviese que hacer lo que tuviese que hacer, no iba a volver a joderla con Luismi.

Una vez que aceptase volver a verla pensaba pedirle perdón por todo lo que le hizo pasar. También entendía que aunque su madre lo dijese por su bien, lo que más necesitaba Luismi ahora tras lo de su novia era una amiga, era a ella, a laque fue su amiga de la infancia, aunque eso significase que después no la volviese a mirar nunca más como mujer. También tuvo que aceptar que lo que le dijeron Lorena y Ana, aunque no quería hacerlo, posiblemente fuese cierto que estaba y probablemente siempre había estado enamorada de Luismi desde que eran niños sin darse cuenta de ello hasta el fatídico momento en que le perdió, o quizá no. Quizá aun tuviese una última oportunidad de enmendarlo…, aunque solo fuese su amistad, pero todo esto y así de golpe desde luego no le era nada fácil de asumir.

CONTINUARA