Dingo
De ver unas fotos en Internet a probar el miembro de un enorme pastor alemán solo media la colaboración de un amigo.
Todo había comenzado con los extraños relatos de sexo y con las fotos que había bajado de Internet en mi oficina estaba aquella hermosa vendedora Verónica era una delicia total no tanto por su figura que era un poco rellena pero destellaba una fuerza de pasión increíble, tenia una boca de esas que uno sueña que le arrancan los huevos, el asunto es que ese día como de costumbre atendía a mis proveedores en la mañana, después de haber despachado a casi una docena de ellos y eran casi las doce hora de acabar con el asunto se presento Verónica, le dije que si no se tratara de ella no la atendería ya que era tarde después de los formalismos propios de nuestros trabajos ella cobrarme y yo pagarle, como estaba conectado a la red ella me pidió ver su correo a lo que yo accedí inmediatamente, terminado esto nos pusimos a hablar de las cosas que se ven por ahí, y ella me dijo (no se si mentía) que no había visto mucho, entonces me dispuse a enseñarle todo un arsenal de fotos que tengo desde las mas inocentes hasta las mas bizarras cuando llegue a las de zoofilia , note que le llamó mucho la atención una foto en la que un gran danés se está clavando a una mujer por detrás y se le nota un cipote más que grande, inmenso, ella me preguntó que si eso era un montaje y le dije que no, que hay algunos perros que la tienen mayor que algunos hombres noté la lujuria en su tono y en su comportamiento fue cuando le dije que tenia una amiga que ya había hecho eso con su perro, un pastor alemán (era un invento mío) y que le había encantado al punto que poco hacía el amor con su novio, ella escuchaba atenta la historia, yo estaba a mil por hora y ella notó como en mi pantalón se extendía algo fuera de sitio.
Hubo un momento de silencio y como estaba junto a mí por estar mirando el computador, me dije es ahora o nunca , volví la mirada hacia ella y le planté un beso, ella me respondió agarrándome por el cuello y nuestras lenguas se mezclaron en una danza frenética casi interminable, pasé mis manos por sus grande tetas y noté como estaban a punto de estallar sus también grandes pezones decidí ir más allá y cuando me disponía a meter mi mano bajo su falda me paró diciendo que no era el lugar ni la hora adecuada para eso además podía llegar mi mujer y allí se terminaba todo y comenzaba para mí un gran rollo, me indicó que nos viéramos por la tarde y quedamos en su casa ya que me dijo que iba a estar sola entonces asentí y nos despedimos no sin antes darnos otro lenguazo de espanto y brinco.
Me fui a almorzar y se me hizo una eternidad aquella espera, cuando llegó la hora llegue a su casa y me recibió con una súper minifalda de esas que no son falda para nada y un top de licra que mostraban sus colgantes pero gigantes tetas sin sujetador, sé empezó a reír cuando me dijo que pasara a una pequeña sala de estar que tenía en el exterior de su casa noté que en el patio había mucho agua derramada y no había llovido cuando entendí el motivo de su risa allí estaba sentado junto a un arbusto en la grama un gran pastor alemán, entonces le dije: ¡no me habías dicho nada! Y me contestó: era una sorpresa estabamos temblando sólo de pensar lo que estaba a punto de suceder comencé a quitarle el top y la minifalda, no tenia bragas y su entrepierna esta muy húmeda al punto que se le había escurrido algunos chorros por su muslo, me desnudé por completo y se dirigió hasta mi palo el que se tragó implacablemente haciendo una mamada angelical entretanto metí dos dedos con mucha facilidad en su coño y se dejaron sentir en las casa los jadeos de ambos, pasamos a hacer un 69 y noté como se corría esto me excitó muchísimo y le advertí que me corría yo también fue cuando se puso como una loca y por ella me arranca el palo se lo metió todo hasta su garganta y acabé estremeciendo y ella sin dejar nada afuera se tragaba toda mi leche, después de esto seguía con mi palo tieso como hierro, le dije que quería verla con su perro se quedó callada sólo se incorporo y fue a buscar a Dingo que era su nombre, le pregunté cuán dócil era y no hizo falta responderme ya que el animalito se mostraba bastante juguetón.
Ella lo soltó a nuestro alrededor y Dingo se dirigió hacia mi verga me la tapé con miedo y Verónica me dijo que lo dejara a ver que sucedía el perro comenzó a dar lametones y el susto se me fue pasando al sentir su rugosa lengua en mi capullo me lamía hasta los huevos me senté en un sillón para disfrutar mejor de las caricias perrunas y mi sorpresa cuando el perro me lamía hasta mi culo debe ser por la mezcla de los jugos de mi verga con los de la vagina de Verónica, note como Verónica se masturbaba con frenesí cuando dirigí a Dingo hasta ella dio un salto ya que estaba tan absorta en su vagina el perro comenzó a lamer con mucha pasión como si supiera que se trataba de una hembra y Verónica se recostó alcanzando no se cuantos orgasmos mientras el perro metía su lengua lo mas que podía fue cuando se me vino a la mente tantos relatos leídos y me propuse a hacer realidad una de mis fantasías así que comencé a hacerle un paja a Dingo, ya tenía un buen pedazo afuera pero mi ordeño lo puso de un tamaño increíble nunca pensé que la tuvieran tan grande y al final su bulbo aunque no estaba hinchado pero si más grande que todo lo demás, lo agarré y lo coloqué encima de Verónica ella esta quieta y sabia que lo estaba esperando así que ayudé a Dingo que comenzó a dar embestidas aún sin estar dentro de ella, cuando lo puse en la entrada de su vagina se la clavó de una sola estocada Verónica parecía que se iba a desmayar gritaba y jadeaba como una loca abrió las piernas lo mas que pudo y vi como Dingo metía sin compasión aquel mástil duro y rojizo, agarre el pene de Dingo por la parte final porque sabía lo que podía pasar, lo quería pero no en esa cueva, ya que lo alojaría mas fácilmente así que cuando estaba a punto de acabar por lo menos lo pensé por sus movimientos mas rápidos lo retiré de encima de Verónica soltando chorritos de semen.
Ella seguía acostada y le dije que se diera vuelta no me dijo nada y lo hizo se puso a cuatro patas con su gran culo bien empinado monté nuevamente a Dingo pero esta vez empecé a pasarle su verga primero por la vagina otra vez pero después empecé a rozarle el culo ella se estremeció así que no hizo falta decirle nada, primero dejé que metiera la punta de verga que tiene forma de cono, eso facilitó las cosas así que no tuve que dilatárselo primero, además tenía un culo que le hacia honor a su voluptuosidad cuando ya lo tenía en la entrada entonces solté a Dingo fue tanta la fuerza que Verónica gritó y me dijo que lo quemaba que lo quitara, pero lo que hice fue empujar más al perro hacia ella y termino de clavársela por completo ella ya estaba con la cabeza baja y contorneándose como poseída en realidad lo que poseía era un trozo de carne descomunal llenándole sus entrañas pero esta vez no iba a detener al perro en sus embestidas ella me dijo que le estaba doliendo, que sentía algo mas grande al final de la verga yo le dije que no se preocupara y que disfrutara que lo mejor vendría pronto terminado de decir esto el perro comenzó a dar embestidas fenomenales y vi como Verónica estaba teniendo un orgasmo infinito el perro no cesaba de arremeter contra ella Verónica jadeaba y gritaba.
¡¡¡Méteme más por favor la quiero toda dentro de mí, dame más, más!!! Empujé todo lo que pude al perro y de pronto Verónica lanzo un grito
AAAYYYY, me va a reventar, qué me esta metiendo, me esta rompiendo el culo, ¡¡¡nooooooo!!! ¡¡¡por favooooor!!!.
Pero ya no podía hacer nada y el bulbo de Dingo estaba todo metido en el culo comencé a mecerle tres dedos en su vagina y comenzó a agitar la cabeza sentía como el bulbo chocaba con las paredes de la vagina y casi se desmayó en otro orgasmo increíble, le dije que tuviera paciencia que en unos minutos se le relajaría la verga del perro y se la sacaría, y así fue, después me recompensó con otra mamada acabé en un santiamén estaba que estalla con todo lo que vi nos fuimos a duchar y me dijo que me invitaría mas a menudo a su casa.