Dile a tu amante...

Te has ido, que más da, dile que...

Hola:

Hoy, al entrar en nuestro apartamento pude darme cuenta que, finalmente me abandonaste, en fin, nada que yo no pudiera imaginar.

Lo sospeche desde aquella noche cuando susurraste su nombre entre gemidos de placer... no, no me equivoqué, ahora lo sé. Lo sospeché desde que te reunías hasta tarde por cosas de "Negocios". Tus ausencias, tus olvidos, tus dietas, tus cuidados excesivos. Noté tu renacimiento para él.

Dile a él que se lleva gran parte de mi vida, amor, lo eras, como me duele soñarte entre sus brazos, como me tortura saber que le regalas todos tus gestos de amor, tu sudor ardiente, tus labios de miel, como me duele saber que te posee noche a noche, con lo palpitante de tu carne, tus endiabladas caderas, tu creatividad a la hora de la pasión.

Dile que te cuide, que te llene palmo a palmo, que te proteja y dé la suficiente dicha que yo no pude, que valore cada uno de tus susurros mañaneros, cada abrazo, que se sirva de tu lengua cuando cobra vida propia... que se deje hacer de tus manos sabias y que disfrute de tu imparable lascivia.

Demás está decirte que espero que sea definitivo, aunque me lleve al calvario decirlo, espero que si te has ido, sea para no volver. Te agradezco que hayas sincerado tu vida y hayas partido con él, en busca de nuevas aventuras y nuevas hazañas que te llenen más que los tristes capítulos de subsistencia que viviste conmigo.

Leonardo, aunque parezca mentira, no te guardo rencor, Leito y yo veremos como seguir, y que aunque para tu tío Estoquio - el curita – sea un pecado que te hayas fugado con el compadre, ustedes tranquilos, por mi no te preocupes, firmaré el divorcio en el tiempo estipulado. De corazón espero, que la brisa de Madrid les haga bien y que la boda les quede de maravillas.

Saludos cordiales,

Pili.