Diferencia de edades

Estar con dos hombres diferentes en menos de cinco días y de diferentes edades, puede ser una experiencia deliciosa, que deja muchos sentimientos revueltos

DIFERENCIA DE EDADES

Una de mis mejores amigas estaba pasando por una crisis matrimonial, al punto que ella y su esposo habían decidido separarse por un tiempo. El se fue a vivir con un hermano y ella se quedó en el apartamento donde vivía con su esposo. Ella se llama Martha y a raíz de su crisis, estábamos saliendo casi todas las tardes, íbamos a tomar café, a cine, la verdad me preocupaba que entrara en una depresión, por eso mis amigas y yo andábamos muy pendientes de ella.

Hacíamos diferentes planes, tanto entre semana como los fines de semana, inclusive nosotras intentamos conseguirle un amante para que “despejara” todos los problemas que tenía en la cabeza. Una tarde estábamos tomando café después de haber almorzado en un reconocido restaurante, nuestra mesa se encontraba en la terraza. El clima se puso malo; comenzó a hacer un frio terrible. Nuestras piernas se congelaron, todas llevábamos falda, unas más cortas que otras. La verdad es que sentimos mucho frio. Dijimos que sería rico poder tomar unas cervezas pero sintiendo algo de calor, por eso de inmediato planeamos un viaje a la ciudad de Cartagena. Nos íbamos a ir todas, íbamos a dejar a nuestros maridos, novios y amantes en la fría Bogotá y nos divertiríamos durante una semana en una calurosa y hermosa ciudad del caribe colombiano. No entraré en los detalles de la planeación del viaje porque sé que eso es irrelevante, pero nos tocó cuadrar horarios laborales y personales para poder realizar este viaje lo más pronto posible. El caso es que organizamos todo y tomamos un avión con destino Cartagena.

Llegamos a Cartagena, no dirigimos al hotel y luego nos acomodamos en nuestras habitaciones; en cada habitación íbamos a dormir dos de nosotras. Todas teníamos la idea de pasarla bien, de tomar licor y de olvidarnos de la rutina de todos los días, pero la idea principal era hacer que Martha se sintiera mucho mejor y que tuviera un tiempo de relajación para que pudiera volver a su matrimonio. De todas formas ninguna de nosotras tenía planeado estar aburrida y yo por mi parte tenía el objetivo de tener unos días en que no pensara en nada, en no tener que cumplir horarios de ninguna índole y de que fuera un tiempo para mí también.

Para nuestra primera noche en Cartagena decidimos que no íbamos a salir a la ciudad, nos quedaríamos cenando e iríamos por unas cervezas en la discoteca del hotel. La idea era pasar un buen rato, que fuera una noche y unos días de chicas, pero eso no significaba que no nos arreglaríamos. Así sea noche de chicas, siempre las mujeres queremos estar atractivas y que los hombres nos miren y en este paseo eso no iba a cambiar, así que cada una de nosotras se colocó una ropa que la hiciera ver atractiva. Yo quería que desde la primera noche me vieran y dijeran que mujer tan atractiva; como dicen por estos lados del planeta, que mujer tan buena. Así que me puse una blusa rosada y una minifalda negra y zapatos de tacón y sin medias.

Primero fuimos al restaurante, todas íbamos súper atractivas, y apenas entramos no faltaron las miradas de los hombres, así estuvieran con sus familias. A mi particularmente me fascinaron esas miradas y como suele sucederme, me excita que me miren así, con deseo, con ganas de solo hacerme sexo. Nos sentamos en la mesa y ordenamos nuestra cena. Mientras nos traían la orden, nos pusimos a hablar entre nosotras y yo comencé a coquetear con un hombre que estaba en la mesa del lado. Este hombre no era nada atractivo, solo que desde que me senté en la mesa, no dejaba de mirarme. Me miraba sin importarle que estuviera sentado en la mesa junto a su esposa y sus hijos.

Comencé a mostrarle mis piernas; las cruzaba y hacía que la falda se subiera más y más. En las mesas de restaurante es un poco complicado mostrar las piernas ya que estas quedan debajo de la mesa y más si esta tiene mantel. Pero yo corrí mi silla para quedar separada de la mesa y así poder mostrarle mis piernas por completo. Este hombre no quitaba los ojos de mí, me miraba de arriba hacia abajo y yo no paraba de cruzar y descruzar mis piernas. De pronto el hombre estira su mano izquierda hacia abajo y me hace una seña. Yo lo miré e inmediatamente él se lleva su mano hacia su pene, tocándoselo por encima del pantalón; noté que lo tenía parado e inmediatamente acaricié mis piernas. En ese momento estaba súper excitada y quería llevarme a ese tipo al baño y que me lo metiera duro. Pero cuando yo estaba a punto de pararme hacia el baño haciéndole alguna seña a ese tipo, su esposa se lo llevó del restaurante. Esa familia ya estaba finalizando su comida, pero no sé si la esposa se lo llevo por el simple hecho de que había terminado de cenar o porque había notado nuestro pequeño juego. El caso es que el juego terminó y yo quedé supremamente excitada. No tenía pensado tener sexo en este viaje, pero la puta que llevo adentro y la puta que he sido, cambiaron esa opinión, así que esa misma noche tendría que conseguir un buen hombre para que me lo metiera duro y con toda la excitación que yo lo pudiera generar.

La orden de la comida llegó y mientras disfrutábamos de una buena cena y una buena charla, planeamos lo que íbamos a hacer luego de salir del restaurante. Como yo lo único que quería era tener sexo, de una propuse que fuéramos a la discoteca del hotel a tomarnos unas cervezas y a bailar. Yo tenía la esperanza que de pronto el tipo del coqueteo en el restaurante se apareciera. La verdad ese señor no era atractivo, pero me había gustado el coqueteo y estaba muy excitada, así que no importaba que estuviera feo, igual dejaría que me lo metiera. Pero igual si ese tipo no se aparece no importaba porque mi idea era conseguir un hombre.

Por fortuna todas estuvimos de acuerdo en ir a la discoteca y hasta mis amigas dijeron que se podrían conseguir amante. Así que en ese momento supe que íbamos con toda y que yo fuera como fuera iba a tener sexo. Caminando hacia la discoteca, llamé a mi esposo para decirle que nos tomaríamos algo y nos iríamos a dormir. Todas hicieron lo mismo con la intención que no nos llamaran más tarde ni que nos molestaran; queríamos estar solas, haciendo lo que se nos diera la gana.

Entramos a la discoteca, no estaba muy llena. Nos sentamos en una mesa y pedimos una botella de ron. Si estaba excitada, con ese licor todo se iba a aumentar. La verdad al comienzo me sentí decepcionada porque la discoteca estaba casi vacía, los hombres que había estaban con sus parejas y no sabía cómo hacer para seducir a un hombre de esos, que me lo hiciera en el baño y no tener ningún tipo de problema. Así que me preocupé porque no sabía qué hacer para bajar la excitación que traía. Pensaba que tal vez debía ir a otra parte, pero a cuál? el resto de zonas del hotel no estarían ocupadas ni mucho menos habría hombres solos. Pensé en ir a la habitación y colocarme mi traje de baño e ir a la piscina para tener alguna oportunidad de conocer un hombre, pero mientras pensaba en eso, a nuestra mesa se acercaron unos jóvenes a hablarnos.

Nos dijeron buenas noches, nos podemos sentar con ustedes?. Todas nos miramos y nos reímos un poco, pero igual aceptamos a que estos jóvenes se sentaran con nosotras. Eran unos jovencitos, tenían entre 18 y 20 años (Aclaro que en mi país, Colombia, la mayoría de edad se cumple a los 18 y a partir de esta edad se puede tomar licor y ejercer los deberes y derechos de una persona adulta). Nos contaron que estaban de paseo, que estudiaban en la universidad. Sé que las mujeres mayores pueden resultar atractivas para jovencitos de esta edad, pero lo que me interesó era saber que tan arriesgados eran. Si solo quería tomar algo, hablar de bobadas y ya o se atreverían a proponer algo.

Con la sorpresa que generaron estos muchachos, se me olvidó por completo mi plan de ir a la piscina y me concentré en hablar con ellos. A mi lado se sentó Gabriel, era el menor de ellos, tenía tan solo 18 años y cursaba primer semestre en la universidad. Me contó que habían realizado ese viaje por dos cosas. Una era para descansar de la universidad y la otra como regalo para él por haber cumplido sus 18 años. Le pregunté que si el viaje era su única celebración o si ya había tenido alguna fiesta. Me dijo que era su única celebración y que quería festejar con toda.

Diciendo esto me invitó a bailar a lo que accedí con gusto. Me di cuenta que a pesar de su juventud era un chico decidido y que no era tímido. Eso me gustó, aunque a decir verdad jamás pensé en tener algo con él.

Pasaron las horas y cada vez hablábamos más y bailábamos más. También tomábamos más licor. Bailando una canción, Gabriel sin decir nada, bajo su mano y me apretó el culo. Yo estaba un poco tomada y la excitación había vuelto, así que no dije nada cuando sucedió esto. Gabriel al notar esto se tomó más confianza e intentó besarme, pero no lo permití porque no quería que mis amigas me vieran besándome con él. Seguimos bailando y noté que mis amigas se estaban dejando manosear por el resto de los chicos. Así que dije, porque no hacer algo con Gabriel y que me baje la calentura. Le dije a Gabriel que si quería un regalo de cumpleaños, dijo que si y me lo lleve a la habitación.

Estando en la habitación nos besamos y le dije que me hiciera el amor. Yo no sabía lo que estaba haciendo, porque estar con un chico tan joven, que no estaba atractivo porque era bien flaco, no era algo que hiciera seguido, es más, nunca lo había hecho. Tal vez era mi excitación y los tragos, pero definitivamente la principal razón era lo puta que soy.

Estábamos desnudos y Gabriel lo único que quería era meterlo, nada de preámbulos. Yo no quería que fuera tan pronto la penetración, pero la inexperiencia de él era notoria. Yo no dejaba que me lo metiera tan pronto, pero él estaba muy excitado. Al yo no dejarlo, Gabriel me pegó una cachetada que me dejó un poco aturdida. En ese instante me lo metió. Se comenzó a mover rápido y con fuerza y yo sentía placer. Me estaba gustando y yo comenzaba a gemir. Gabriel era flaco, pero tenía un pene sabroso. Yo gemía por la tremenda cogida que me estaban metiendo. Pero todo fue para nada. Una vez más la inexperiencia de él se notó. Mientras me lo metía con fuerza, duro, rico, se vino dentro de mi cuca llenándomela de su semen caliente. Que desgracia!!! Yo no había estado ni cerca de un orgasmo y este chico ya había terminado. Me lo sacó, se vistió, me dio un beso en la boca y se fue. Mientras tanto yo, estaba aún más caliente que antes y solo había servido de agujero de un jovencito para que el calmara sus ganas de mujer. Fui al baño, me limpié y luego me acosté.

Cuando amaneció comencé a pensar en lo sucedido, pero no importaba nada, solo quería hallar la solución al problema que estaba teniendo, quería por fin bajar mi calentura. El día transcurrió normal, fuimos a recorrer la ciudad, hablamos, nos contamos todo lo que había sucedido la noche anterior y me di cuenta que era la única a la que se la había follado. Pero que más daba en ese momento, he servido de puta a varios hombres, que tanto uno más.

Al llegar la noche nuevamente comencé a pensar en cómo conseguir un hombre que me hiciera sexo para bajar mi excitación. Lo único que pensé, fue en contarles a mis amigas lo que me sucedía para que ellas me dieran un consejo. Ellas dijeron que después de la manoseada que los chicos de la noche anterior les habían hecho, también estaban con ganas. Llegamos a la conclusión que no había nada extraño para hacer, que debíamos ir a un bar de la ciudad y listo. Así que esa noche iríamos a un bar de la ciudad para pasar un rato, pero principalmente para conocer hombres.

Yo me puse una ropa para verme súper sexy, aunque creo que más bien lo que buscaba era verme como una puta. Me coloqué una blusa blanca transparente, minifalda de satín azul supera justada y súper corta, zapatos de tacón tipo sandalia y sin medias. Mi ropa interior era un brasier blanco y una tanga azul transparente en la parte de adelante y atrás hilo. Cuando salí de la habitación, me encontré con mi amiga Marcela quien me dijo que las esperara un momento abajo en el lobby del hotel mientras que ella y las demás se arreglaban. Yo no le vi problema y le dije que no se demoraran.

Bajé y me senté en uno de los sofás del lobby y me encantó porque apenas llegue, todos los hombres comenzaron a mirarme. Eso me emocionó mucho porque supe que si sería fácil conocer al que me iba a dar placer esa noche. Mientras pensaba en lo fácil que sería seducir a un hombre, alguien se me acerca y me dice que el señor que está en una silla del fondo quiere hablar con usted. Yo me voltee y lo miré y este señor me levantó la mano diciendo que fuera hacia donde él se encontraba. Yo le dije al que me había hablado que no podía porque estaba esperando unas amigas a lo que este insistió diciéndome que no me demoraría.

Me paré de mi silla, me dirigí donde estaba el señor y le dije

-      Buenas noches, cómo está?

Me contestó

-      Muy bien gracias y a usted ni le pregunto porque está muy buena. Siéntese un momento y hablemos. No se preocupe, soy amigo de Marcela, soy un cliente de ella. Si quiere llámela y verá que no tiene porque preocuparse.

Me senté y llamé a Marcela desde mi teléfono móvil, le pregunté que quien era ese señor. Ella me respondió que se llamaba Miguel, que era un cliente suyo. Marcela es abogada y lleva procesos en todas partes del país.

Me dijo que era alguien que nos había visto y que le había preguntado por mí, que estuviera tranquila que era cliente y amigo. Yo quedé más tranquila y ya comencé a hablar con él.

-      Ya hablé con Marcela y sé que no hay ningún problema. Mucho gusto, me llamo Susana

-      El gusto es mío y luego lo será más. Me llamo Miguel, pero me dicen “viejo migue”. Mire, yo no quiero hablar acá, vámonos para mi finca y estamos más tranquilos allá

-      Perdón? No, yo voy a salir hoy con mis amigas y además a usted no lo conozco para irme de una a su finca

-      A ellas no les va a importar que usted se vaya conmigo, en cambio a mi si me importaría mucho que usted no aceptara irse conmigo

Diciendo esto, me mostro una pistola y señaló al hombre que me había hablado y este a su vez me mostro otra pistola. Me dio miedo, así que acepté. “El viejo migue” era un hombre maduro, de unos 55 años. Era de tez morena, pelo encrespado negro, alto y un poco gordo. No era atractivo, pero tampoco era feo. Llevaba un pantalón blanco con zapatos del mismo color y una camisa café, la cual usaba abierta dejando notar su cadena de oro. El aspecto de él me dio temor y también la situación, pero que más podía hacer, me dan más miedo las pistolas.

Nos subimos a la camioneta de él y el hombre que me había hablado era su chofer. Yo y migue nos hicimos en la parte trasera. Apenas arrancamos, migue me comenzó a hablar

-      Yo soy un tipo directo y sin rodeos y no tengo tiempo para perder. Usted ya debe saber a lo que viene

Cuando termino de decir esto, se me abalanzó. Me agarró las piernas y comenzó a besarme el cuello. Yo hice un poco de fuerza al comienzo, pero el miedo que este señor me había causado impidió que hiciera más fuerza. Además cuando sentí sus manos sobre mis piernas y su boca en mi cuello, la calentura que tenía salió a flote y yo no pude hacer más sino entregarme al placer. Abrí mis piernas y migue me acarició la cuca por encima de la tanga. Besaba mi cuello con intensidad y luego bajo a mi pecho. Me abrió la blusa y comenzó a comerse todo mi pecho. Subió mi brasier y me chupó las tetas mientras me corrió la tanga y me acarició mi clítoris para luego meter un dedo en mi húmeda cuca.  El chofer nos miraba por el retrovisor y yo lo miraba también. Comencé a gemir de placer y esperaba que me metiera su pene ya.

Migue paró de chuparme las tetas y me saco la mano de mi cuca. Se abrió la bragueta del pantalón y se sacó su pene. Estaba delicioso; parado, grueso, a punto de estallar. Me quería sentar en ese trozo ya mismo, sin embargo el plan de migue era otro.

-      Te gustó mi amor? Es solo el comienzo y yo esta noche te complaceré, te haré mía y jamás serás de nadie más. Ahora ven, antes que te de más placer, mámamela todita!!!

Lo miré, le di un beso en la boca y baje hacia su pene. Le comencé a pasar la lengua por su glande y luego lo lamí enterito. Le pase la lengua por todo su pene para luego introducírmelo completo. Comencé suave, me lo metía en la boca y me lo sacaba, despacio, degustando el bocado que tenía para mi. Así suave, cuando llegaba a su glande lo chupaba con fuerza como queriendo succionar todo lo que había dentro. Luego me descontrolé totalmente y comencé a chuparlo rápido y fuerte. Migue me detuvo

-      Detente ahí, no me quiero venir todavía. Quieres que te clave ya?

-      Si, quiero que me lo hagas ya.

-      Yo te daré mucho placer esta noche, pero no me quiero venir. Antes tienes que hacer algo por mi

Le ordeno a su chofer que se detuviera. Estábamos en una carretera un poco sola. Le dijo a su chofer que se bajara.

-      Mámasela a él así de rico como me la acabas de mamar

Sin decir nada, me arrodillé, baje el pantalón del chofer y comencé a chupársela fuerte. Quería que se viniera rápido para que migue ya me la clavara. Se lo chupaba al chofer duro y rápido. Migue se acercó por un lado y se arrodilló también. Me comenzó a meter sus dedos por mi cuca y comenzó a masturbarme. Que delicia!!!.

Cuando sentí que el chofer se venía, me lo saque de la boca y se vino en toda mi blusa. Migue dejo de masturbarme.

-      Ahora si, sigamos el camino para la finca. Apúrale hombre que no tengo tiempo.

Llegamos a la finca. Era lujosa y custodiada por un montón de gente armada. Yo iba como ebria por todo lo que había pasado ya. Migue me subió a su habitación. Sacó algo de un cajón, era cocaína. La inhaló y me beso con fuerza. Se tiró sobre mí para caer en la cama. Comenzó a besarme mi cuello mientras sus manos grandes agarraban mis piernas y me las apretaba. Rompió mi blusa y me quitó el brasier. Con una mano agarró y estrujó mi teta derecha y con su boca me chupaba la izquierda y me mordía mi pezón. Luego chupo mi otra teta.

-      Aaahhh…que rico mi amor!!! Soy tuya!! Métemelo yaaa por favor!!! Te lo pido!!

Cuando dije esto, él se levantó y se desnudó. Su cuerpo era gordo, pero no desagradable. Me quito mis zapatos y mi falda y se podría decir que arrancó mi tanga. Me abrió las piernas y comenzó a hacerme sexo oral. Me chupó mi clítoris primero y luego bajo a mi cuca y jugaba con su lengua metiéndomela. Mientras su lengua estaba adentro, con una mano me sobaba el clítoris.

-      Oohhh Ooohhhh Aaahhhh. Me voy a venir!!! Aaaahhhh

Migue se detuvo y volvió al cajón, saco nuevamente más cocaína. Colocó un poco en mi cuca y volvió a chupar. No sé si sentía algo él, pero yo sentía ardor, pero al mismo tiempo me excitaba más. Cuando acabó con toda la cocaína. Abrió bien mis piernas me dio un beso apasionado y me metió su delicioso pene.

Yo solo di un gemido de placer. Migue no tuvo nada de preámbulos cuando me penetró. Comenzó a darme con toda, comenzó a metérmelo duro, rápido, con desespero. Parecía que con cada embestida que me pegaba, quisiera romper algo, parecía como si quisiera atravesarme.

-      AAaaaaaaahhhhhhhhhh Aaaaaaahhhhhhhh aahhhhhhhh AAAAAAAAAHHHHHHHH!!!!!!!!

-      Que cucota tiene perra malparida!!!!! Ooogggg ooooggggg. Puta de mierda como esta de rica!!!!

Yo estaba perdida de placer. Le agarré su culo y con mi cara le hacía gestos de placer. Gestos de que quería que me diera más duro.

-      Clavemeeee!!!! Clavemeeee!!!! Así así así.

Migue seguía clavándome sin parar. Duro. En un momento se detuvo, se colocó en posición vertical, algo parecido a estar arrodillado. Me levanto las piernas y las puso en sus hombros. Me lo metió hasta el fondo. Con mis piernas en sus hombros, se agacho un poco y agarró mis tetas con ambas manos. Las embestidas que me pegaba eran peores. Y su pene entraba hasta el fondo. Sentía que tocaba el límite de mi cuerpo. Migue estaba poseído y me lo metía y sacaba duro y fuerte. Volvió a ponerse vertical y esta vez agarro mis piernas; las agarró por los tobillos y las abrió hasta donde la extensión de sus brazos daba. Me lo metía hasta el fondo y duro y ahora cuando él me lo metía, el choque de mi cuerpo con el de él producía un sonido como si estuvieran aplaudiendo.

-      Aaaaaaahhhhhh ricooooo mi amor!!! Aaaahhhh ricoooo

-      Jueputa perra tan ricaaaaa. La voy a destrozar!!! Le voy a destrozar esta cucotaaaaa!!!!! Tengaaaa. Oogggg ooooogggggg

Me lo sacó por completo de forma brusca y me puso en cuatro. Me lo metió de una, sin mediar palabra. Nuevamente sus embestidas eran duras y fuertes. El sonido de mi culo chocando con su cuerpo producía el mismo sonido de antes, el del aplauso. No aguanté esa posición más porque estaba perdida de placer, estaba loca, ebria y de tantos orgasmos ya no tenía fuerza. Me dejé caer en la cama. Luego migue me volvió a voltear para quedar boca arriba. Abrió mis piernas y me lo metió duro. Ahora sus mete y saca eran algo bestial. Ya me estaba doliendo mi cuca.

-      Aaaahhhh me duele!!!!!! Aahhhhh!!

-      Rico perraaaaa!!!! Tome por esa cucota!!!

Me lo metió con mas fuerza que antes. Iba a 100000Km por hora. Me lo metia demasiado fuerte y duro. Hasta que un chorro con fuerza salió de él. Todo su semen caliente me lleno, me inundó mi cuca.

-      Tomaaaaa perra hijueputa!!!! OOOooooooogggggg ooooooooooogggggggg puta deliciosa!!!!! Tomaaaaaaa

Salió una buena cantidad de semen y yo llegué a otro orgasmo. El me lo saco y se recostó en la cama. Nos quedamos callados un momento. Yo estaba con los ojos cerrados y seguía con las piernas abiertas porque no podía cerrarlas. La cuca me dolía, me ardía. Hasta que migue rompió su silencio con un beso apasionado.

El resto de la noche nos quedamos en su cama desnudos, tomando whisky y comiendo diferentes tipos de jamones. Él me contaba de su vida, de sus negocios turbios y cada cuanto él me volvía a montar. Simplemente se quedaba en silencio, me abría las piernas y se acostaba encima de mí. Me lo metía fuerte, delicioso y me daba más orgasmos. Me lo metió en varias posiciones y yo lo cabalgué una vez. Pero me encantaba que sencillamente estuviéramos hablando y el me montara y me lo metiera.

En una de esas montadas no me lo metió rápido, pero si hasta el fondo. Me lo metía a un ritmo constante y hasta el fondo hasta que se vino. No sé cómo hacía este hombre para metérmelo cada rato, pero eso no me importaba. Yo solo abría mis piernas para recibir placer.

En la última vez que me lo metió antes de quedarnos dormidos, ya mi cuca me dolió. Pero a él eso no le importó. Aunque tengo que reconocerlo, me gustó demasiado y sí, me dio placer y me dio orgasmo. Esta vez comenzó a metérmelo suave, pero luego se convirtió en la bestia que había sido toda la noche. Pero el máximo clímax llegó cuando el coloco mis piernas en sus hombros y se acostó encima mío, haciendo que mis rodillas casi tocaran mi tetas. Migue estiro sus piernas y solo se sostuvo con la punta de sus pies. Así que solo había tres cosas que lo sostenían; la punta de sus pies, sus manos y mi cuca mientras me metía su pene. Sus embestidas en esta posición eran descomunales. Se levantaba y literalmente caía en mi cuca con toda su fuerza y me metía su delicioso pene por completo, hasta el fondo.

El dolor que sentí al comienzo se cambió por un placer intenso.

-      Aaaahhhhh aaaayyyyy aaaayyyyyyy mi cucaaaa……ayyyyy ayayayyyyyyy mi cuca….aaaaaahhhhh aaaaahhhh

-      Ooooogggggg perraaaaaaaa, putaaaaaaaaa

Y nuevamente su chorro de semen me llenó la cuca. Ya me sentía inundada. Creo que no podría recibir más semen porque estaba como una piscina. Luego nos quedamos dormidos

Ya en la mañana me despertó migue acostándose sobre mí. Pero esta vez yo estaba boca abajo y migue estando encima mío dijo

-      Mamasota rica, por donde me entre

Y diciendo esto me la clavo en el culo

-      Aaayy mi culooo!!!!

-      Puta rica, le voy a reventar ese culote tan malparido que tiene!!!!!

Me lo metía duro por el culo y a mi me dolía. Por fortuna termino rápido y me lleno mi culo con su semen.

-      Susana, usted ya es mía. Usted se va a quedar conmigo por los tres días siguientes y luego si se va para Bogotá. Pero quiero que sepa que usted ya es mía. Y no me importa que usted esté casada, al maricón de su marido ya se la quité y voy a ir por usted a Bogotá.

-      De eso hablamos luego, pero no me puedo quedar acá tres días sin ropa, tengo que ir al hotel por mi maleta

-      Usted no va a ninguna parte, póngase su falda y su blusa y camine ya le compro la ropa que quiera

Me sorprendió todo lo que dijo, pero en ese momento no tenía cabeza para procesar nada. Me vestí y cuando baje a la sala de la finca de migue me llevé la sorpresa de la vida al ver a todas mis amigas ahí. Me contaron que las habían llevado para una fiesta. Hablamos un poco y quedamos que en unos días nos contábamos todos. Salimos con migue y efectivamente me compró toda la ropa que quise. Pasé los tres días con él. Solo tuvimos sexo, sexo y más sexo. De día y de noche solo era sexo. Lo hicimos en la ducha y en la piscina. Un día tenía minifalda y me invitó a mirar unos carros que tenía. De un momento a otro me empujó y me recostó en un carro. Me subió la falda, me corrió la tanga y me la clavó ahí. No le importó que estuviéramos acompañados por sus escoltas y sus empleados.

-      Bueno malparidos, miran para otro lado porque si no los quiebro. Mirando para otro lado que me voy a clavar a mi mujer

Me la clavó durísimo ahí mismo y yo solo gemía de placer sin importarme nada que nos vieran y el choque de su cuerpo con mi culo sonaba por toda la finca, fue una clavada durísima. Se vino dentro de mí y yo también tuve un orgasmo delicioso.

Al llegar el día de irme, me dolía mi cuca y mi culo, también mis caderas estaban destruidas y solo quería dormir por al menos una semana porque estaba supremamente cansada.

-      Camine la dejo en el hotel y ya sabe, usted es mía y en unos días voy por usted a Bogotá

-      No estoy segura de eso, pero le agradezco mucho todo y yo creo que sin dejar a mi marido, usted y yo nos podemos ver cuando quiera

Nos subimos a la camioneta y dándome un beso me dejó en el hotel. Subí a mi habitación, deje la maleta y baje a tomar algo porque quería pensar en todo. Quería pensar en lo que había sucedido y en lo que me había dicho migue. Fui al bar en busca de un jugo o una soda. Tomándome mi bebida me puse a llorar porque por más que la había pasado delicioso, me sentía como una real puta y por primera vez en mis años de tener sexo, me había sentido utilizada.

-      Hola susy, que te pasa?? Te puedo acompañar? Te puedo invitar a algo?

Miré y me sorprendí al ver que quien me saludaba era Gabriel. En ese momento sentí que aparte de todo también quería algo de cariño. Así que abracé a Gabriel. Sentí ternura con él y creo que eso me hacía falta en ese momento. Nos pusimos a hablar, pero obvio yo no le conté nada. Me invitó a almorzar y luego me dijo que si caminábamos por la playa. Le dije que sí. Fuimos a la playa y en un mientras caminábamos hablamos

-      Oye susy, me encantas. Podríamos vernos de nuevo de Bogotá. Por favor dame tu teléfono

-      Si claro, mi número es…

Y me abrazó y me dio un beso. Me dijo que si podíamos ir a su cuarto y me pidió perdón por el golpe que me dio la otra vez. Acepté en ir a su cuarto sabiendo lo que iba a pasar, pero no si era porque soy una puta insaciable o porque de verdad necesitaba algo más que solo sexo. Necesitaba ternura y cariño y sentí que Gabriel me la podía dar en ese momento. No quería ir donde mi marido en Bogotá porque me sentía sucia.

Llegamos a la habitación y comenzamos a besarnos. Nos desnudamos y el me abrió las piernas y comenzó a penetrarme. Le dije que sin golpearme pero que fuera más despacio porque no quería que se viniera tan pronto.

-      Pero me es difícil Susy porque me fascinas

-      Déjame guiarte mi amor!!

Lo puse a él boca arriba y me senté sobre él. Me introduje su pene y comencé a cabalgarlo. Suavemente y despacio al comienzo y luego con fuerza.

-      Has lo mismo mi amor, suave al comienzo y luego como quieras

-      Si lo hago me prometes que nos vemos en bogota?

-      Es una promesa

Se colocó encima mio y me lo metió. Comenzó a penetrarme suave y lento. Me besaba y yo le agarraba su culo.

-      Asiii asiii asiii

Empezaba a sentir placer, comenzaba a disfrutar

-      Asii mi amor….Asiii mi amor

Pero Gabriel no aguantó más y ahora si se enloqueció y comenzó a metérmelo con toda. La cama sonaba como si se fuera a desbaratar. La follada fue descomunal, toda la energía de un joven fue puesta en tremenda follada. Nuevamente me lleno mi cuca de semen caliente y yo tuve un orgasmo. Delicioso!!!. Nos despedimos con un beso y quedamos en vernos en Bogotá

Mi noche antes de regresar a Bogotá no fue como esperaba. No dormí para nada. Seguía sintiéndome mal y ahora ya con cabeza fría pensaba en todo lo que había pasado. Qué tal si migue de verdad iba a Bogotá y que tal si Gabriel se volvía un fastidio. No sabía cómo lidiar con eso. Pero al final solo me puse a pensar en todo el sexo que tuve durante esos días, todo lo que había sentido y lo delicioso que dos hombres me habían dado por mi cuca. Y quería llegar a Bogotá, sin sentirme mal y que mi marido me cogiera y me hiciera el amor. Ya después miraría como saldría de los problemas.