Dias inolvidables
El mundo se a hecho nada, solo quedamos dos amantes, ella y yo
El dia empezo muy temprano en aquel verano del 2006, sobre las 7:00 de la mañana, teniamos todo preparado, las maletas llenas de ropa, el coche equipado con la mejor musica de mi repertorio (melodico-flamenco por decirlo de alguna manera), nuestro pequeño niño dejado en el mejor cuidado. Nos quedaba un largo viaje desde nuestra pequeña ciudad del norte hasta la encantadora ciudad de Cordoba.
Ya en camino, mientras conduzco, la conversacion es de lo mas agradable, mi mujer acaricia mi mano derecha que se encuentra sobre la palanca del cambio, sabe que eso me encanta. Estos dias que vamos a estar solos sin obligaciones los vamos a dedicar el uno al otro.
Vamos recordando viejos tiempos, pues aunque somos jovenes (33-33) llevamos muchos años juntos, mi mujer ahora me acaricia el pelo, luego su mano con delicadeza va recorriendo mi cuerpo hasta llegar a mi pierna para continuar con sus caricias, yo la correspondo con la mano que me queda libre acercandome a su entre pierna.
Al atardecer llegamos a nuestro destino, buscamos el hotel que anteriormente habiamos reservado, una vez que entramos vemos que el hotel es precioso. Por lo poco que hemos visto es todo perfecto, el alojamiento por un lado y la ciudad encantadora, justo lo que nos hacia falta, solo un pero, demasiado calor.
Una ducha y un rato de cama nos hace recargar pilas, pues el viaje, aunque muy ameno, ha sido bastante largo.
Su piel morena al salir del baño brilla por alguna crema hidratante, su pelo largo y negro todavia goteando agua me deja extasiado, no lo puedo remediar mi mirada se queda clavado en su cuerpo desnudo mientras ella se va vistiendo, primero su ropa interior preparada para la ocasion, un tanga sujerente que separa la linea de su espalda de su culito, un sujetador a conjunto aprisiona sus senos para marcar su escote. Mi mirada sigue fija, ahora una malla viste sus piernas marcando todas sus curvas, una camiseta me deja sin el espectaculo que para mi supone el resto de su cuerpo.
Una vez arreglados salimos del hotel con la intencion de conocer un poco mas la ciudad, mientras paseamos mi mano estrecha su cintura, involuntariamente mi mano se desliza por su cadera para luego caer en su provocativo y respingon trasero.
Despues de tomar unas cervezas bien frias la tarde cae. Sentados en una terraza nuestros labios se juntan, nos besamos como dos adolescentes que se acaban de enamorar y tienen las hormonas alborotadas, en mi entrepierna siento una pequeña presion, estoy como atontado, siento ganas de desnudar a mi esposa y hacerla el amor aqui mismo, pero es mala idea porque la noche acabaria de otra manera bien distinta a la que se presagiaba.
El sitio que hemos elegido para cenar es idilico, la mesa esta situada en la azotea de un viejo edificio, desde hay se divisa la torre de la antigua mezquita. La comida esta exquisita, el vino todavia esta mejor si cabe, aunque lo mejor es mi compañia, estoy sentado frente a la mujer de mis sueños, la felicidad inunda mi espiritu, no entro dentro de mi, tengo la mujer perfecta para mi.
Despues de la cena buscamos un local agradable, acertamos de pleno pues el pub tenia un patio en su interior, al aire libre en la calurosa noche nos tomamos una copa para seguir con nuestro juego de adolescentes, con nuestras miradas complices nos deciamos las ganas que teniamos el uno del otro, asi que apuramos nuestras bebidas para perdernos en la noche de camino al hotel.
Nada mas cerrar la puerta de la habitacion nos besamos apasionadamente, mis manos se deslizan rapido por su cuerpo, quiero que no se me escape ni un centrimetro de su piel sin palpar, tengo muchas ganas de ella, necesito la droga que para mi supone su cuerpo. Mis manos desnudan su cuerpo, siento el roce de sus senos en mi pecho, se eriza mi bello, mis manos rodean su cuello y muevo su cabeza mi antojo, nuestros labios siguen enlazados en un profundo beso, busco el cierre del sujetador para dejar a la vista su precioso pecho que ahora ya sin ningun obstaculo se roza con el mio, sus pezones erectos me desafian, la beso en el cuello, me dejo caer y ahora mi lengua dibuja un redondel sobre suave pezon, mis manos acarician su espalda desnuda, mi saliva ya brilla en sus dos preciosas tetas, su respiracion cada vez es mas fuerte mientras se deja hacer.
Contra la pared de espaldas a mi la muerdo en el cuello, mis manos cada vez con mas fuerza siguen jugando con sus tetas, quiero hacerla mia pero todavia no puedo, mi lado animal me dice que la quite la malla que cubre sus piernas y que la penetre sin contemplaciones, necesito apagar el fuego que me viene quemando desde que amanecio el dia, pero hoy no quiero follarme a mi mujer, me tengo que controlar, hoy lo que me apetece es hacer el amor con ella, es el faro que alumbra mis noches y la mayor parte del dia mi pensamiento esta en su persona. Me es imposible describir lo que siento, la quiero con todas mis fuerzas, debo de controlar mi instinto.
Estamos completamente desnudos, de pies, mi cuerpo descansa sobre el suyo y el suyo sobre la pared, con nuestras manos recorremos todo nuestros cuerpos, tengo una gran ereccion y mi polla roza su ya humedo coño, siento que a llegado el momento de hacerla mia y nos acostamos sobre la cama.
Mi cuerpo cubre por completo el suyo, la penetracion es suave, siento el calor de lo mas profundo de su ser, un pequeño gemido sale de su boca, mi excitacion sube por momentos, mis manos sujetan las suyas,es mia por completo.
El mundo se a hecho nada, solo quedamos dos amantes, ella y yo, este amor que nos une es mas fuerte que nuestras vidas, es un amor loco, mas profundo que el oceano.
Siento una gran ternura en cada roce de sus manos, me esta dando su vida en un minuto, y yo estoy perdiendo la mia, estoy perdiendo todo en esta batalla del amor, quiero fundirme en su cuerpo, en lo mas profundo de su ser, mi cuerpo late dentro de ellla y la abrazo lo mas fuerte que puedo.
Mis ojos estan fijos en los suyos, su cuerpo se mueve por los embietes de pasion del mio. La quiero con toda mi alma. La miro mientras nuestros cuerpos siguen rozandose impregnados de mi sudor, no la digo nada, mi mente busca describir con palabras lo que siento hacia ella, no encuentro la palabra o la frase, asi que la beso mientras me tiene rodeado con sus brazos, me susurra al oido y me dice que me quiere, yo no la correspondo con palabras, no las encuentro, solo me puedo expresar con mi cuerpo. Entro en su cuerpo lo mas fuerte y profundo que puedo, sus gemidos y su abrazo que me tiene prisionero hace que se desate en mi el extasis, mi polla late y mi cuerpo la embiste al ritmo de mis palpitaciones, nuestros flujos empapan nuestro sexo, los ya gritos de placer de mi amor se oyen en todo el pasillo de habitaciones.
Unidos en un abrazo nuestro cuerpos se relajan, siento su respiracion cada vez mas pausada en mi oido, sus dedos rozan mi espalda, mi cuerpo sigue unido al suyo mientras la beso.
Abrazados sobre la cama caemos dormidos hasta el dia siguiente.
Durante los dias de vacaciones se volvieron a repetir estas noches de pasion mezcladas con otras de puro sexo animal.
Que bonito recordar y soñar con ella despierto. Lo que siento no se puede expresar.