Dias en la playa
Como unos días en la playa ,despertaron mi vouyerismo , el exibicionismo de mi mujer y algo más.
Empezaré por presentarme:
Me llamo Juan, tengo 32 años, soy un tipo normal, llevo casado 5 años, y no tenemos niños. Mi trabajo es un trabajo normal de oficina de lunes a viernes. En definitiva, un tipo normal.
Mi mujer se llama Laura, tiene 25 años, y es un monumento de mujer. Ella es morena de ojos negros, una cara preciosa, y un cuerpo de infarto. Sus senos no son muy grandes, pero están perfectos, su culo está duro debido a sus muchos años haciendo deporte, y sus piernas están perfectamente proporcionadas, debido a lo que comenté anteriormente. Le gusta vestir muy ceñidita, cosa que a veces me saca de mis casillas y que algún problema que otro nos ha causado, pero que en definitiva me gusta.
En fin, entremos en materia.
Hace ya 3 años decidimos ir unos días al piso de unos amigos en la playa, ellos habían insistido varias veces, pero nunca habíamos coincidido en vacaciones mi mujer y yo, hasta aquella ocasión.
Así pues, nos decidimos a hacer la maleta y allí que nos fuimos durante varios días.
Mi mujer, llevaba un pantalón muy corto, de esos que se ve casi el cachete del culo. Sólo lo utilizaba para estar en casa o cuando íbamos a la piscina, pero en esta ocasión se lo puso, alegando el calor tan impresionante que hacía en esta época y su comodidad, a lo que yo, a regañadientes, accedí. Para arriba, llevaba una camiseta corta, sin sujetador, lo que tampoco me hacía gracia, pero me dijo, que no nos íbamos a bajar del coche hasta llegar al destino, y que una vez allí se cambiaría, por lo que también me convenció.
El viaje transcurrió con normalidad, y tras 3 horas de camino llegamos al piso de nuestros amigos.
Cuando estábamos llegando al destino, llamé a mi amigo para que me indicara por donde debía ir para llegar hasta su piso, me lo indicó y me dijo que él bajaría para ayudarme con el equipaje. Así fue, siguiendo sus instrucciones, llegamos hasta su piso, y él estaba esperándonos.
Cuando nos bajamos, nos dimos un abrazo, y al dirigirse a mi mujer pude ver como en un segundo la miró de arriba abajo fijándose que sus pezones estaban duros, debido a que era de noche y hacía un poco de fresco en aquella parte de la costa, entonces exclamó:
Coño, cada día estás mas guapa, no se lo que viste en éste para casarte con él.
Hay que destacar que mi amigo está siempre de broma y un comentario así no me molestó lo más mínimo.
Subimos al piso, y una vez allí, estaba su mujer esperándonos.
Nos saludamos y comenzamos a deshacer la maleta.
Nuestra habitación daba al pasillo, donde se encontraba el baño y en frente de nuestra habitación, la de ellos.
Misteriosamente, nuestra puerta no se podía cerrar. Así que la dejamos entreabierta (al menos 2 cuartas), y mientras deshacíamos la maleta, pude observar que mi amigo, cada vez que pasaba por la puerta, miraba a mi mujer con deseos poco amistosos, y en especial su culo, ya que se le había subido un poco más si cabe el pantalón y se le veía casi todo.
En fin, una vez deshecha la maleta, le pregunté a mi mujer si se iba a cambiar de ropa, y me dijo que si, que tenía un poco de frío, a lo que le respondí:
- Ya me he dado cuenta, he visto como tienes los pezones, ( y con una sonrisa pícara, añadí), aunque creo que no he sido el único que se ha dado cuenta .
Ella sonrió y asintió con la cabeza, se acercó hasta mí y me dijo susurrándome:
anda tonto, que se que te ha gustado
Yo sonreí y le dije que mucho, pero que seguro que no quedaría ahí la cosa.
Mi mujer se dispuso a desnudarse, por lo que yo me acerqué hasta la puerta para cerrarla.
Cuando me acercaba, mi mujer me dijo:
No te preocupes, que no se me va a ver nada.
Yo no me lo podía creer, mi mujer quería cambiarse de ropa con la puerta casi abierta, pudiendo ser descubierta por mi amigo o su mujer . Hasta ese momento, no había pasado nada parecido en nuestro matrimonio, pero sin saber por qué, me salí al salón donde estaban mi amigo y su mujer, y dejé a mi mujer sola en la habitación con la puerta entreabierta, mientras se cambiaba.
Una vez allí, mi amigo (que no es tonto), me dijo que iba al servicio, y yo mirándole de reojo, me fijé que cuando pasaba junto a la puerta de nuestro dormitorio, ralentizó el paso y miró disimuladamente hacia el interior, donde se encontraba mi mujer, supongo que desnuda.
No me lo podía creer, yo que hasta entonces era algo celoso, estaba disfrutando con aquello y mi entrepierna lo notaba.
Al momento regresó mi amigo, y como llevaba un pantalón corto , pude medio ver que venía empalmado, y un poco nervioso, temiendo que mi mujer o yo nos hubiéramos dado cuenta.
Poco después llegó mi mujer con un pantalón de chándal y una camiseta de manga corta, pero sin sujetador, así que cuando se agachaba casi se le podían ver sus tetas, cosa que mi amigo, no tardo en darse cuenta, y no le quitaba ojo.
Mientras su mujer también se puso cómoda, se puso un pantalón corto y una blusa (ella si llevaba sujetador, pero yo no dejaba de mirarla disimuladamente a ver si le podía ver algo, pero solo le vi su sujetador .
Bueno, la noche siguió sin más, sólo que yo (y mi mujer) notábamos como mi amigo, cada vez que podía, se asomaba al balcón del escote de mi mujer.
Decidimos hacer la cena mi amigo y yo, con tan mala suerte que me quemé la mano al caerme un poco de aceite encima, nada importante, pero si un poco doloroso.
Cuando terminamos de cenar, nos tomamos unas copas (bastantes) y aunque por momentos la conversación subía de tono, no paso nada relevante.
Cuando ya estábamos bastante bebidos, decidimos acostarnos y así lo hicimos, nos dimos las buenas noches y cada uno a su habitación (siempre recordando que mi puerta se quedaba medio abierta).
Yo me desnudé por completo, pero me puse un pantaloncito para dormir.
Mi mujer hizo lo propio, se desnudó y se puso un camisón que le llegaba un poco por debajo de la cintura, es decir, al mínimo movimiento, se podía ver su tanga y su hermoso culo.
Dormimos como pudimos, y a la mañana siguiente yo me desperté al escuchar abrir una puerta. Era mi amigo que ya se había levantado y se disponía ir al baño.
Rápidamente y sin saber por qué ,le subí el camisón a mi mujer y me puse de lado haciéndome el dormido pero mirando a la puerta.
Entonces apareció mi amigo sigilosamente, primero me miró a ver si dormía y al creer que si, miró a mi mujer de arriba abajo, sin desperdiciar ni una milésima de segundo de aquel espectáculo que estaba viendo. Ví como se metía la mano en el pantalón y se tocaba su polla, que parecía enorme.
Su mujer hizo ruido en la cama y se apresuró a entrar en el baño, donde se pasó un buen rato.
Al momento pasó su mujer y observó la misma escena que había visto antes su marido, yo fasciné cuando vi que se mojó los labios con su lengua de forma lasciva, yo estaba empalmado , y ella no quitaba ojo de mi polla y del culo de mi mujer. A saber que estaría pensando.
Bueno, nos levantamos, desayunamos y nos íbamos a ir a la playa. La mujer de mi amigo, dijo que fuéramos nosotros, que ella se quedaría un poco recogiendo el piso.
Al llegar a la playa no había casi nadie, pusimos las sombrillas y empezamos a charlar normalmente.
Mi mujer se dijo que iba a tomar el sol, por lo que puso una toalla justo delante de nosotros y se quitó la camiseta que llevaba. La vista fue asombrosa, mi mujer con un pequeño bikini negro de esos que pueden cerrarse un poco para tomar mejor el sol. Lo tenia casi cerrado, por lo que al girarse, pudimos ver como le tapaba poco más que los pezones.
Mi amigo y yo nos quedamos en silencio por un instante, pero más boquiabiertos nos quedamos cuando se quitó el pantalón y la parte de abajo del bikini era tan pequeña como la superior. Se lo quitó despacio, y de espaldas a nosotros , por lo que cuando se agachó se podía ver su culo con todo su esplendor.
En fin, rápidamente mi amigo (al que se le notaba que estaba ya empalmado), sacó un tema de conversación de esos que no tienen interés ninguno, pero para distraer el tema de atención.
Bueno, pasados unos minutos, mi mujer se empezó a echar crema por delante con la "mala fortuna" que al frotarse , se le salio un pecho en un par de ocasiones, mi amigo se hacía el loco, y mi mujer nos miraba y sonreía como diciendo "ups, se me ha salido".
Luego fue lo mejor del día, mi mujer se dio la vuelta, se desabrochó el bikini y me pidió que le untara crema por la espalda.
Ella sabía perfectamente que no podía, ya que me había quemado la noche anterior, a lo que le dije :
Coño, que te unte éste que yo no puedo.
Y ella dijo:
- Bueno, quien sea, pero rápido, que me voy a quemar.
Mi amigo ni corto ni perezoso, no se cortó un pelo y se ofreció rápidamente.
NO ME LO PODIA CREER, mi amigo estaba sobándole la espalda a mi mujer, el muy cabrón lo hizo despacito, disfrutando de aquella oportunidad que seguro que había soñado en multitud de ocasiones.
Cuando acabó por la espalda, se iba a quitar, y mi mujer le cogió de la mano y le dijo con una voz de placer y de guarra que no te imaginas:
Oye, por las piernas también , que ahí también me quiero poner morenita.
A mi amigo se le iba a salir la polla por el pantalón, pero el hijo de puta empezó a masajear las piernas duras de mi mujer y la muy puta , se metió el bañador por el culo y le volvió a decir:
- Procura que no se me quede las marcas del bikini, llega hasta donde quieras.
Yo estaba mitad cabreado por que mi colega estaba sobando literalmente las piernas y el culo de mi mujer y a la vez super cachondo de ver ese espectáculo.
Una vez que mi amigo se despachó a gusto con mi mujer , se puso a mi lado y me dijo:
Tío me vas a perdonar si esto te molesta, pero tu mujer está un rato de buena, creo que me he empalmado y todo.
Yo le dije, medio en broma y medio en serio :
JAJAJA, a mi me lo vas a decir, pero que la tuya no tiene desperdicio, vaya par de tetas que tiene la jodia.
Bueno, creo que me estoy extendiendo mucho en este mi primer relato, no sé si os estará gustando, pero si es así, por favor decírmelo y os contaré como acabamos aquellos inolvidables días en la playa (por que aún hay más).