Días cotidianos II (Corrección)

Una enorme disculpa!!! confundí los archivos y subí el equivocado este es el que deben leer xD, agradezco a las personas que comentaron y leyeron el pasado y perdón por no separarlo más, espero que este sea más fácil de leer … saludos

Era comienzo del verano, era un día de esos pocos perfectos que existen durante el año en el que el clima no era ni frio ni caliente y había suficientes nubes como para que el sol no te quemara demasiado, la brisa traía consigo un aroma a flores y hierba fresca era un día hermoso. Fer se encontraba en la facultad era su último día de clase, era viernes,  comenzaría ya su internado en un hospital no muy lejano, eso me quita un peso inmenso de encima, no podría soportar que estuviera lejos de mí de nuevo.

En dos meses cumpliríamos ya ocho años de noviazgo y dos viviendo juntas, no nos bastaba con las visitas mensuales o bimensuales que hacíamos, a veces ella a veces yo nos quedábamos una o dos semanas en la casa de la otra era una tortura la despedida después de esos días maravillosos, a mí ya me habían regularizado y a Fer le dio resultado una inversión que hiso a una microempresa, si, tuve que soportar un ¡te lo dije!, pero gracias a esto teníamos más solvencia económica y el negocio podía ser atendido fácilmente en línea así que decidimos vivir juntas.

Ya le quedaba solo un mes para que partiera al internado y ese mes quería ser yo lo único que le pasara por la cabeza y un día tan bello no lo podía desperdiciar así como así, ya casi llegaba a casa, tengo poco más de media hora, siempre era puntual para comer conmigo, ella dice que ese ratito junto a mí la llenaba de energía para poder soportar lo que le restaba de mi ausencia (suspiro) aún me hace suspirar esa mujer. Además sé que ya no tendrá que regresar en la tarde a la U así que no me resisto más, tomo una hogaza de pan tipo baguette y comienzo arrellanarla con ingredientes típicos de un emparedado lo corto a la mitad  y lo envuelvo en papel aluminio, preparo una ensalada sencilla con un poco de aceite de olivo y un toque de aderezo, saco fresas del refrigerador y en un recipiente pequeño vacío un poco de chocolate líquido, una barrita de queso crema con galletas, agua embotellada, dos vasos, dos copas, una botella de su vino tinto preferido, bueno mejor dos por  si acaso (me conozco y la conozco demasiado), una frazada y ya tenía listo todo para un picnic puesto en la canasta, la escondo en la alacena y le comienzo a preparar la tina, mi mujer va a llegar en cualquier momento, templo un poco el agua para que quede caliente pero no demasiado, vierto sales aromáticas y minerales y una fórmula de espuma... escucho la llave en el cerrojo de la puerta abriéndola y un:

-Ya llegue mi amor!!! Dónde estás??

Salgo del baño ya con todo listo para mi amorcito, la abrazo y le planto un beso en los labios, me encanta besarla, el tiempo se detiene cuando lo hago, siento como se le dibuja una sonrisa, se separa un poco y me dice quedito

  • no sabes cómo te extrañe ya quería llegar para estar contigo pero había un tráfico horrible

-shhhh!! Ya estás aquí mi amor-  le contesto en un tono cariñoso y poniendo mi dedo índice en sus labios, me rodea con sus brazos por la cintura mientras me besa, comienzo a desabrocharle la bata y le saco la demás ropa, ella profundiza un poco más el beso, cuando solo le queda puesta la ropa interior yo ya comienzo a sentir el calor de su cuerpo listo para las caricias y el amor, me despego un poco y le digo

  • Cariño ya te tengo lista la tina-  una sonrisa pícara se dibuja en sus labios

  • que bueno mi amor, compartámosla- comienza a besar deliciosamente mi cuello, dirigiéndome de espaldas hacia el baño, al entrar siento sus manos en mi vientre al instante comienza a subir mi temperatura y un suave gemido escapa de mi garganta provocando mayor ímpetu en Fernanda

-Mi amor…- me separo un poco - pero es que no, no podemos quedarnos aquí porque te tengo una sorpresa, anda metete a la tina que hace un día hermoso y te voy a llevar a un lugar-, puedo ver su cara de deseo desconcertado, pero supongo que le dio curiosidad y sin más reclamos le quito la ropa faltante y se mete a la tina, salgo a nuestra habitación por un gel de baño que sé que por sus componentes la relaja, regreso y vierto una cantidad generosas sobre una esponja para el baño y con amor comienzo a frotar su cuello, y su espalda haciendo énfasis en los omoplatos que por lo general lleva tensos, sumerjo una mano en la tina para buscar la suya que saco suavemente para frotarla

  • mi amor no tienes que hacerlo- beso sus labios en señal de silencio

-Quiero hacerlo, déjame apapacharte -, le doy un beso en la mejilla y no da ninguna otra señal de réplica, sé que le encanta jejeje. Así continuo con  cada parte de su cuerpo lavándola con dedicación y amor

-Listo mi amor reposa un rato y mientras te enjuagas yo me visto y coloco lo que vamos a necesitar en el auto si?- no le doy tiempo de responder y salgo a terminar de alistar todo.

Creo más que dejarse llevar por la corriente y dejar que el destino decida por nosotros, tenemos que elegir lo que nos haga felices y luchar por ese algo, por ese alguien…por ese sueño. Fernanda es cinco años menor que yo no voy a decir mi edad pero no estoy demasiado vieja jejeje, hay mil cosas que se de ella pero me quedan aún un millón por conocer, tal vez eso fue lo que me gusto, o quizás ese brillo en sus ojos color verdes cuando me ve, o la forma en la que me habla con ternura aunque la haga enojar, o ese color tan blanco de su piel, tal vez fue todo eso combinado con lo que me hace sentir cuando estoy con ella, lo que soy cuando esta junto a mí. El beso en mi cuello y sus manos rodeándome por la espalda me hicieron alejarme de mis pensamientos

– ¿A dónde iremos?- Me dice al oído, -¿que hay en la canasta?-, realmente está muy ansiosa me encanta ver esa sonrisa en su cara

– mi amor! Ten paciencia ¿si? Vamos sube ya está todo en el auto – tome las llaves y nos montamos en mi crossfox naranja, Fer prefería los carros más elegantes sofisticados y glamurosos en cambio los 4x4 se adaptaban mejor a mí, tienen mejor rendimiento, más resistentes, mayor espacio y eran ideales para viajar, Fer y yo acostumbrábamos hacerlo muy seguido, cada que tenemos vacaciones visitábamos un lugar diferente, a mí me gustan los lugares llenos de naturaleza, de paisajes, me hacían sentir en paz y recargan mi energía, Fer dice que me acompañara a cualquier parte y que me ara el amor en cada rincón del mundo, si es una ninfómana jejeje y me encanta. Estamos ahorrando para visitar Madrid no sé por qué pero desde que nos conocimos ese ha sido uno de nuestros sueño.

Ya estábamos a las afueras de la ciudad próximas a tomar la carretera, con it's my life de Bon Jovi en el reproductor, siempre que vamos juntas programamos una canción ella seguida de una que me guste a mí, en realidad no diferimos mucho en cuanto gustos musicales pero Fer prefiere la música en inglés y eso a mí no se me da muy bien aunque son pocas las canciones de ella que no me gustan y yo le metí por la fuerza mi grupo favorito así que no discutimos por ello. Estaba por terminar la canción y Fer coloco su mano sobre la que yo tenía en la palanca de cambios, aun que pasan los años no pierde esos detalles conmigo, como diciéndome estoy junto a ti mi amor y quiero permanecer cerca, no necesitamos decir palabras, con el silencio lo decimos todo.

–Jejeje ya sé a dónde me llevas, es un excelente día para nadar un rato-

Dijo triunfante mientras se colocaba las gafas oscuras ya que el sol nos daba de frente, entrelazo sus dedos con los míos y llevo mi mano a su boca besando el dorso, no creía que lo descubriría tan pronto, por lo menos no hasta que hubiera una vista del lago, teníamos años sin ir ahí

  • ¡No es justo! ¡Nunca me dejas sorprenderte!- dije haciendo berrinche

– jajaja Te Amo- dijo esto inclinándose un poco sobre mí para besar la comisura de mis labios eso despertó un montón de sensaciones, lo que comúnmente llamamos “mariposas en el estómago” (siempre le he dicho a Fer que yo siento hormigas jejeje) después de tanto tiempo aun me hace sentirlo, como con el primer beso que nos dimos aunque apenas y si nos conocíamos, ella dice que nuestro destino era conocernos, yo creo que ya la conocía desde antes, si sonara psicótico y trillado pero la única forma concebible para mí que pueda explicar que a pesar de todo lo que pasamos sumado a la distancia y la edad, es que nuestras esencias fueron creadas juntas y se empeñaron en permanecer así por siempre y para siempre, lo sé a veces suelo ser muy cursi jejeje.

Por fin llegamos era un paisaje bellísimo, un lugar que solíamos visitar para vernos furtivamente, lejos de todo y de todos. Caminamos tomadas de la mano hacia una planicie cerca de la orilla, el lago tenia aguas cristalinas que eran decoradas con los rayos del sol estos hacían que se desprendieran pequeños brillos en su superficie. Nos instalamos bajo un frondoso árbol colocando la manta y las demás cosas entre juegos y bromas, generalmente tonteábamos mucho, era parte de nuestra relación, si no se tornaría aburrido.

Nos sentamos a comer, mientras me contaba de su día de lo ajetreado y estresante que estuvo pero también lo gratificante que era terminar la jornada sabiendo que hiciste algo bueno por alguien y le ayudaste a sentirse mejor, ella dice que los doctores como ella se encargan de curar los dolores del el cuerpo y que las enfermeras como yo arreglábamos los del alma, cualquiera que no conociera lo suficiente a Fer pensaría que es la persona más egocéntrica e insensible del mundo, ella misma se lo cree, pero en realidad como muchas cosas y personas las apariencias engañan, yo sé que solo trata de protegerse, desgraciadamente como muchas personas que son “diferentes” la lastimaron y lo peor es que esa incomprensión y rechazo viene en ocasiones de las personas más cercanas a nosotros. Hoy aun no llega día en que su madre nos pueda ver.

-En que piensas amor? Me pregunto sonriéndome, mientras guardaba los refractarios vacíos y sacaba la botella de vino de la canasta, entre la plática ya habíamos terminado de comer.

-Pienso en ti, en lo afortunada que me siento de estar hoy aquí contigo- le dije esto mientras los minúsculos rayos del sol se filtraban entre las hojas formando esas sombras raras sobre su piel, es tan tierna, me encanta verla sonrojada y más si soy yo la que lo provoco.

-Entonces brindemos, por hoy, por mañana y por todos los maravillosos años que nos quedan por compartir, por ti y por mí…

Le di un suave beso en los labios para sellar ese momento en mi mente y guardarlo en lo más profundo de mí, ahí en ese espacio que era solo mío y que me encantaba llenar de ella, del amor de mi vida.

-Salud- dije chocando mi copa con la suya para después llevármela a mis labios y degustar ese delicioso vino que tenía ya bastantes años de reposo

-… y porque no… - dijo mientras yo me pasaba el primer trago, - también por Sofía

Sentí el ahogo que te provoca tomar líquidos al mismo tiempo que respiras, una tos por reflejo se presentó, pero eso no era realmente lo que me importaba en ese momento sino  más bien la razón de mi sorpresa, estará hablando en serio? En verdad estaba insinuando lo que yo suponía?

-Mi vida estas bien?- me dijo con esa voz de pánico mientras daba pequeñas palmadas en mi espalda

Asentí mientras recuperaba el aliento

-Tampoco es para tanto mi amor, solo creí que este era el momento perfecto para proponértelo

  • estás hablando en serio? Le dije ya con mi vía aérea por fin despejada

  • Muy en serio…

Simplemente no lo podía creer, a decir verdad yo ya desde hace mucho tiempo me sentía lista, solo que no quería darle guerra con el tema a Fernanda, ella respetaba mi argumento de que no se necesitaba un papel para sentirla mía y sentirme suya por completo, ni tampoco para vivir juntas y ser una familia, así que resignada acepto que no nos casáramos y para corresponderle yo no le presionaba con el tema de un bebé, claro que ya lo habíamos hablado pero muy superficialmente, las dos estábamos de acuerdo en que sería niña y en que se llamaría Sofía.

-Me estás haciendo la mujer más feliz del mundo- le dije mientras acortaba la distancia entre nosotras acercando mi cara a la suya para pegar su frente con la mía, quería ver sus ojos de cerca, quería cerciorarme de que no hubiera ninguna duda en ellos… y no la había, cerramos los ojos mientras me abrazaba por la cintura y yo pasaba mis brazos por su cuello.

-Te amo, y yo conjunto a ti siempre he sido la mujer más feliz del mundo- no lo resistí mas, escuchar sus palabras me hicieron amarla más de lo que ya lo hacía, ella tenía ese don me hacía sentir más amor cuando creía que ya no se podía.

Elimine la distancia que le quedaba a nuestros labios la bese queriendo transmitirle todo el amor que tenía para ella, comenzó con un beso tierno, quizá hasta tímido, ella recargo más su peso hacia mi haciéndonos caer suavemente sobre la frazada, hice más profundo el beso, sus labios y los míos encajaban a la perfección nos besamos con la pasión del momento, sentí como sus manos comenzaron a recorrer los costados de mi torso, mientras mi lengua luchaba por ganarle la batalla a la suya, nuestras respiraciones aumentaban, haciéndose más superficiales.