Diarios de Zolst 02 - El primer día de clase.

Emily estrena su nuevo uniforme de la escuela Santa Margarita, es follada por primera vez por sus compañeros y descubre las rutinas que la irán entrenando para ser una buena chica zolstiana.

2 de Septiembre de 2025.

Querido diario:

Hoy he tenido mi primer día de clase en serio en la escuela de educación secundaria de Santa Margarita. Ha sido un torrente de emociones que aún estoy asimilando y eso que ya es de noche. Será mejor que vaya con calma y te cuente todo poco a poco. Sosiego y calma, Emily, que te tiembla el bolígrafo.

Mamá vino a levantarme a las 7:00 de la mañana para ir al colegio como habíamos quedado, aunque tendremos que sentarnos a pensar algún otro método alternativo porque he pasado una noche espantosa. Verás, como ciudadana de Zolst nuestros agujeros ya no nos pertenecen sino que es el Estado el que los pone a disposición de todos. Pues eso viene a significar que que ya no tengo libertad para masturbarme. Como tenía la mala costumbre de jugar con mi botoncito de placer un buen rato todos los días antes de dormirme resulta un incordio eso de no poder tocarme. En el cuadernillo de instrucciones básicas que nos dieron durante la presentación del curso nos recomendaban dormir con las manos esposadas al cabecero de la cama. Así evitábamos la tentación de masturbarnos y además ibamos desarrollando costumbre de estar atadas y de estar calientes. Pero claro, lo que no ponía es que si necesitabas levantarte a media noche para ir al cuarto de baño no ibas a poder… y me he tirado desde las tres de la mañana aguantándome las ganas de orinar, dando vueltas en la cama y pasándolo fatal. Creo que cuando mamá me ha soltado las muñecas del cabecero he batido el récord nacional de carrera descalza.

Después de desayunar ha venido otra novedad para mí pero que va a convertirse rápidamente en una costumbre diaria como toda buena

joven

zolstiana. En pocas palabras: hoy me he puesto mi primer enema; práctica fundamental tanto para ir ensanchando y suavizando mi culo con propósito de usarlo

apropiadamente y

para mantener la higiene

esencial

durante el sexo

anal

. Ahí Mamá ha sido muy amable porque me ha estado ayudando desde el primer momento y me ha dado consejos muy útiles. Básicamente te tenido que meterme una cánula por el culo y con una jeringa de gran tamaño con émbolo he tenido que bombear a mis intestinos un litro de agua. Una vez dentro, aguantas los retortijones durante un cuarto de hora y luego, bueno... te cagas encima con gran estrépito saliendo el litro de agua y cualquier residuo sólido que pudieses tener ahí dentro.

Tengo que reconocer que la recomendación de mamá de usar agua calentita, introducir todo ese volumen de manera progresiva mientras se respira hondo y realizar luego una limpieza de repaso con toallitas húmedas han sido muy agradecidas porque si no lo habría pasado fatal. Engrasar el dilatador anal

que tengo que llevar todo el día

con

un poquito de loción lubricante para que se aloje bien en mi cu

l

o y no se mueva también ha sido un

buen apunte

.

Por último, me he puesto mi escueto uniforme escolar oficial consistente en una

escasísima blusa de manga corta

que apenas cubre la parte superior de mis pechos dejando todo el vientre y ombligo al aire (para tener fácil acceso a mis tetas) y una faldita

a cuadros

tableada tan corta que

el borde inferior no llega a tapar el final de mis braguitas. Aunque más que braguitas tendría que decir tanga de hilo dental de tan mínimas que son, la verdad. Según mamá su función principal no es taparme sino mantener en su sitio y que no se salga el dilatador de mi culo pero pueden apartarse con suma facilidad para dejar libre acceso a mis agujeros.

Este conjunto se completa con un bonito corbatín de color rojo (las de primero lo llevamos rojo, las de segundo amarillo y las de tercero verde) y unos calcetines altos que llegan casi hasta medio muslo y que tenemos la opción de sujetar con unos pequeños ligueros de pierna. De calzado tengo unos preciosos botines de color marrón con tacón de 5 cm. Mamá dice que son para acostumbrarse porque la altura del tacón va a ir aumentando progresivamente según avancen los cursos. Desde luego, me ha enseñado algunos

de los que usa ella en el burdel y prácticamente son verticales y con unos tacones de aguja finísimos. Voy a necesitar mucho, mucho entrenamiento para aprender a caminar con uno de esos. Por supuesto,

también llevo oportunos grilletes en muñecas y tobillos en caso de que alguien quiera usarme o castigarme y necesite inmovilizarme previamente. Pero n

o te deprimas, Emily, que es tu primer día de clase en serio y estás más verde que las lechugas. Me miré de nuevo al espejo y tuve que reconocerlo: entre mis tetas, mi carita de niña buena con mi larga trenza, mis gafas y la microfalda, estaba hecha una jovencita que invitaba a la violación. Si ahora estoy así de buena, cuando cumpla 21 los hombres van a pelearse por ponerme la cadena al cuello.

P

ero como pasa siempre, la realidad se encarga de fastidiar todas las ilusiones. Cuando

he salido a la calle y

me he cruzado con mi amiga Mari para ir juntas a la escuela en seguida he visto que algo no iba bien.

Mi querida amiga

no había entendido el proceso del enema porque estaba muy mal explicado en las instrucciones que nos dieron ayer y su madre tenía turno doble en el burdel por lo que tampoco había podido ayudar a su hija. La pobre se había metido un litro de agua recién salida de la nevera

por el recto

y a continuación se había puesto el dilatador por lo que andaba trastabillando, muy congestionada y con un revuelto atroz en las tripas.

Hemos pasado en seguida a un bar abierto para que pudiese evacuar de emergencia en el cuarto de baño, menos mal

.

Encima hemos tenido que hacer el resto del camino hasta la escuela corriendo para no llegar tarde

y con un dolor bastante desagradable

. Muy mala idea

el ponernos a

correr con un dilatador anal recién metido en un culito tierno como el mío.

A

l menos las clases han estado entretenidas y muy interesantes. Estoy en la clase de 1ºC y somos treinta alumnos: quince chicos y quince chicas.

Los chicos tienen asistencia obligatoria a clases como historia, literatura, matemáticas, introducción a la medicina o gimnasia.

Las chicas también podemos asistir a dichas clases pero nos avisan que dentro de poco será complicado mantener las asignaturas al día pues nuestros intereses educativos son otros. En concreto, nosotras tenemos clases de técnicas sexuales variadas, comportamiento, condicionamiento mental y actitud, posiciones y elasticidad, cabullería y shibari, tonificación muscular y demás temas que nos serán mucho más útiles para

nuestras futuras carreras como esclavas prostitutas. Espero al menos poder seguir las clases de historia, porque es un tema que me apasiona

desde niña

.

Un detalle interesante es que tendremos tres meses de calentamiento en los que aprenderemos las técnicas básicas y a partir de entonces cada alumna es destinada a un alumno al azar para servirle sexualmente. Este servicio dura dos semanas y cuando se cumplan el alumno que ha actuado como Amo entregará una

completa

evaluación a nuestro tutor

sobre como nos hemos comportado en esa qui

n

cena y si hemos sido complacientes o no.

Por supuesto, ellos están obligados a seguir nuestro currículo así que si ese mes a las chicas les toca practicar comidas de culo por mucho que los chicos no nes guste que les metan la lengua por ahí van a tener que fastidiarse y bajarse los pantalones. -

Estas rotaciones están pensadas para que cultivemos nuestra habilidad para reconocer, adaptarnos y satisfacer las preferencias de distintos hombres en poco tiempo. Dicha habilidad nos será muy útil en el futuro, tanto para el servicio obligatorio en el burdel como para nuestra vida diaria.

La verdad, me da un morbo tremendo saber que voy a tener un amo distinto cada dos semanas,

cada uno con sus filias y sus fobias

. Ahora entiendo porqué veo a las alumnas de segundo van todas unidas a un compañero por una correa a su cuello como

mascotas bien entrenadas a las que sacan de paseo.

Estoy deseando verme asi.

¡

No he dicho nada de mi collar nuevo

!

Es precioso, de unos cuatro centímetros de ancho y de cuero rojo con hebilla dorada. Tiene una anilla

en el centro que está pensada para sujetar mi correa o bien para mantenerme encadenada en algún sitio. Hay tres anillas más un poco más pequeñas: una a cada lado de mi cuello y una atrás, justo encima de mi columna vertebral.

Mari no sabía para qué es esa anilla pero una, que está bastante leída, sabe que es para un estilo tradicional zolstiano de sujeción en el que las manos de la esclava son atadas a la espalda por las muñecas y luego son elevadas hacia el cuello mediante un cordón o tira de cuero a la anilla trasera. De este modo se estiran brazos y hombros para atrás y los pechos quedan elevados y destacados. Cuando se lo he explicado a mi amiga esta ha fruncido el ceño y ha mascullado algo sobre atar así a cierta engreída del barrio que se pavonea del tamaño de sus tetas para a continuación usarlas como diana de dardos. Las dos nos hemos imaginado la escena y nos hemos partido de la risa. Seremos aprendizas de esclavas prostitutas, pero también somos chicas jóvenes. De vez en cuando viene bien hacer un poco el tonto.

Cuando han dado las once y después del descanso de media mañana nos han avisado que nos iban a follar por primera vez así que era mejor que nos fuésemos mentalizando. Querido diario, me vas a permitir que me ponga un poco protestona pero hay veces que los profesores se pasan de políticamente correctos

y eso me harta

. Decirle hoy en día a una chica zolstiana moderna, urbana, bien informada y con los pies en la tierra que se la van a follar en el colegio es como decir que en diciembre hace frío. Todas sabemos a lo que venimos y la que no quiera que se monte en una barca y se organice su comuna hippie en el polo norte. La mitad de las chicas de la clase ya tenían experiencia bien fuese por un hermano, primo, padre o

lo que fuese. Una de nosotras alardeaba de haberse estrenado con su monísimo hermanito pequeño, ella con 16 y él con 14.

Menuda

creída

imbécil; el papel de un hombre en el sexo es el de dominante y ella prácticamente lo había violado. Espero que al pobre chaval no le haya quedado trauma.

L

a otra mitad de la clase entre las que me incluyo nos habían roto el himen con un vibrador el día de antes y teníamos unas ganas locas de probar lo auténtico y genuino. Cuando empezaron a atarnos las manos a la espalda estábamos ya todas jadeando por las ganas.

Una vez atadas nos tumbaron a cada una boca arriba encima de nuestro pupitre y nos sujetaron las piernas con unos elásticos que nos dejaban con las piernas en forma de M perfectamente sujetas y con nuestros agujeros expuestos, vulnerables y listos para el uso. Para las que somos algo altas como yo la cabeza nos quedaba colgando por el borde, pero nuestro tutor nos fue poniendo una almohada en la nuca para evitar lesiones.

También nos retiraron el dilatador anal, por lo visto era aún muy temprano para que experimentásemos algo parecido a una doble penetración.

Por último nos taparon los ojos con una venda oscura, aclarándonos que nos follarían alumnos al azar de nuestra clase y que esta dinámica se repetiría dos veces al día variando siempre las parejas. El tutor hace siempre mucho hincapié en que es muy importante evitar los apegos durante las primeras semanas ya que nuestros cuerpos no nos pertenecen y encapricharnos de alguno de nuestros compañeros sería muy perjudicial a estas alturas de nuestra formación. Tengo que confesar que a estas alturas a mí me daba igual

porque

lo único que quería era un buen pollón en mi coñito solitario.

Estaba semidesnuda, atada, cegada, abierta de piernas y mojada como una fuente. No estaba para ponerme exquisita, la verdad.

Tampoco habría hecho falta la venda porque si me quitas las gafas veo menos que un gato de escayola pero el tutor me comentó que al anular el sentido de la vista se intensifican los demás. En pocas palabras: que así me lo pasaría mejor en los inicios.

¿Y como ha sido mi primer polvo? Pues pienso que he tenido suerte, no puedo quejarme. Resulta complicado ponerme a sacar defectos a mi desconocido amante cuando me corrí tres veces, con gran profusión de gritos de placer y casi orinándome encima de la fuerza del último orgasmo. No puedo decir que haya sido una excepción ya que todas las chicas de clase nos hemos corrido al menos una vez en la primera sesión

y aquello ha sido un concierto de gemidos de éxtasis.

P

ero

puedo decir que el alumno que me ha estado usando tenía una polla larga y bien proporcionada, fuerza en el empujón

y

aguante en la follada. No sé cuánto tiempo se ha tirado con el mete y saca, pero yo me lo estaba pasando tan bien que podría haber seguido todo el día. Un detalle que me ha gustado es que era muy considerado, quizás porque sabía que era mi primera vez. Mientras me follaba se ha entretenido estimulando tanto mis tetas como mi botoncito de placer y eso me ha encantado.

Incluso me ha dado un par de morreos que me han sabido infinitamente más intensos y estimulantes que aquellos que había compartido con Mari. Que no te engañen, las lenguas de un hombre y una mujer se sienten totalmente distintas. Mi desconocido compañero no ha querido correrse en mi interior porque aún no hemos empezado con los tratamientos anticonceptivos así que se ha vaciado en mi cara y mis tetas. Creo que se ha quedado algo sorprendido cuando le he preguntado si no queria que le limpiase la polla con la boca después de eyacular. Me ha parecido escuchar un “ah, muy amable” antes de notar su sabor en mis labios. Me ha sonado muy mono por su parte, creo que no se lo esperaba. Caray, es la mínima cortesía que puede tener una esclava

cuando acaban de hacerte sentir tres orgasmos bien fuertes de manera consecutiva

.

Más o menos sobre las 13 nos han desatado y nos han ordenado ir a limpiarnos los bajos ya que la comida se serviría a las 13:30. Llevaba dos horas abierta de piernas e inmovilizada así que el agua fría me ha venido bien para espabilarme y volver a pensar con claridad. En el baño me he reencontrado con Mari, que estaba en un estado bipolar de alegría y cabreo tal que parecía que iba a ponerse a dar vueltas sobre sí misma. Resulta que el alumno que le había tocado era de los que le gustan a ella: fornido, algo bruto y que durante el sexo te tratan como un tra

p

o o un juguete. No se había andado con preliminares: se la había metido de un empujón y

el mete saca había sido frenético. Ella se había corrido dos veces porque el muchacho calzaba un aparato de buen tamaño y se había sentido un auténtico cubo de semen porque el único contacto que había habido entre ellos había sido su polla y las manos de él en sus caderas para empujar con más control.

Ni un beso, ni una caricia ni nada; cien por cien usada como un objeto y eso es algo que a Mari le encanta.

Lo malo había sido al terminar porque le habían gustado mucho las encantadoras coletas bajas de

mi amiga

así que el fulano se había sacado la minga

del coñito

de mi amiga y en vez de correrse en su cara o en su boca había tomado su hermoso cabello, lo había enrollado alrededor de su miembro y había soltado ahí toda la carga de sus cojones. Ahora Mari tenia el pelo completamente pegajoso y era un pringue porque aún nos quedaban horas de clase sin poder lavarse. La consolé un poco diciendo que así olería a perra en celo durante todo el día y podría irse acostumbrando a la sensación pero no quedó muy convencida. Chicos, si alguna vez leéis esto: nunca soltéis vuestro semen en el pelo de la esclava, es una guarrería. Echádselo en la boca o en la cara que os lo agradecerá mucho más.

Durante la comida también hemos tenido una sorpresa bastante agradable. Aunque comemos en la misma habitación, los chicos y chicas estamos separados. A las chicas nos sirven en otra cola del comedor, al parecer porque en nuestras raciones ya vienen integradas tanto los anticonceptivos que impedirán parones en nuestros tres años de estudio como unos cuantos estimulantes y condicionadores del pensamiento que nos harán más sumisas y receptivas a las órdenes. Genial por mi parte, menos esfuerzo. Lo que no me esperaba es que después de que me sirviesen una pequeña bandeja con mi comida del mediodía (arroz blanco, verduras salteadas, pescado a la brasa y macedonia) tenía que pasarme a otra fila donde rociaban mi comida con una abundante chorro de semen recién ordeñado. Para que me fuese acostumbrando tanto al sabor como a la textura, me dijeron. Al ver las caras de incredulidad que teníamos tanto Mari como yo una guapísima alumna de segundo nos ha invitado a sentarnos en su mesa y la conversación que hemos tenido con ella ha sido de lo más interesante. Se ha reído mucho al ver como nos retorcíamos después de sentarnos porque el dilatador anal nos hacía daño. A todas les había pasado lo mismo, nos aseguró. Nos tranquilizó con el tema de las corridas sobre las comidas ya que al parecer cuando estuviésemos acabando el primer curso el semen sería prácticamente el único sabor que seríamos capaces de captar ya que todas las dietas escolares estaban pensadas para lograr ese objetivo. De hecho, ella estaba comiendo una especie de pasta o gel translúcido que nos aseguró poseía todos los nutrientes esenciales para seguir a pleno funcionamiento todo el día pero no dejaban residuo sólido al digerirse por lo que ya no tenía necesidad de hacer de vientre y por eso todas las alumnas de segundo y tercer año únicamente orinaban, quedando su culo siempre listo para el sexo sin necesidad de incómodos enemas. Ahora que lo pienso, había visto a Mamá de vez en cuando consumir un tubo o dos de ese gel cuando hacía horas extra en el burdel así que supongo que es la alimentación estándar de una esclava prostituta cuando te dedicabas a ello a tiempo completo. Mari preguntó por las alumnas de tercero ya que había visto a chicos mayores con su corbata verde pero a ninguna de ellas. La chica mayor nos comentó que en tercero se enfatiza el sentimiento de no ser persona sino un objeto de alivio sexual por lo que las aulas eran distintas a las de primero y segundo. Las alumnas de tercero no tenían pupitres sino que atendían a las clases de rodillas y con una cadena muy corta que las unía al suelo por el cuello. Realizaban la comida sin salir de clase, en un bol que les ponían en el suelo y comiendo de él sin manos, como perras bien entrenadas. Te confieso que imaginarme así me provocó una pulsación de placer bastante intensa desde mi botón de placer que por lo visto seguía con ganas de marcha. Me quedé muy tranquila cuando me aseguró que con un poco de esfuerzo por mi parte podría seguir las clases de historia sin problemas aunque no tendrían influencia en mi carrera profesional. Ella era una entusiasta de las matemáticas y el cálculo y había podido seguir las clases sin problemas. La verdad es que parecía una chica muy normal y agradable, no parecía ni una empollona ni una delincuente juvenil. Por último, nos recomendó que visitásemos y nos informásemos sobre los distintos clubs y asociaciones de estudiantes que funcionaban en la Escuela Santa Margarita. Eran una buena manera de complementar nuestros conocimientos con actividades extraescolares y sería realizando actividades que a nosotros nos gustasen de verdad en vez de los currículos obligatorios establecidos por el Ministerio de Educación. Me cayó bien, espero que si en el futuro hacemos alguna actividad con cursos superiores pueda comerle el coño para darle las gracias.

E

l periodo de después de comer no tuvo mucho misterio ya que nos dieron algunas recomendaciones de ejercicios beneficiosos para realizar en casa y luego nos volvieron a follar. Mismo pupitre, misma posición, misma venda en los ojos, distinta polla. Esta segunda no me gustó tanto; me dio la impresión de que el chico que me habían asignado había gastado todas sus fuerzas en la sesión de la mañana y no tenía muchas ganas de hacerlo. La metió en mi boca para que se la chupase un poco antes de empezar porque no tenía erección, luego seis empujoncitos y

unas cuantas gotas en la tripa para acabar. Me supo muy a poco,

no te voy a engañar

. Cuando el tutor (que ya te hablaré de el porque ¡vaya tutor nos ha tocado!) me desató y quitó la venda de los ojos no parecía muy contento y nos mandó a todas a casa mientras él tendría “un par de palabras” con nuestros compañeros masculinos. Mientras nos despedía al salir por la puerta se agachó y me susurró al oído “esta noche te autorizo a masturbarte y acabar dos veces antes de dormir. Te has esforzado

pero

tu compañero no ha correspondido.” Así de majo es nuestro tutor. Mari estaba aún peor, no sólo no se había corrido sino que por lo visto a nuestros compañeros les había resultado divertidísima aquella ocurrencia de usar sus coletas para masturbarse y no solo su compañero de la tarde había hecho lo mismo, sino que el del pupitre de al lado también lo había hecho, dejando a su compañera sin orgasmo ni corrida. No me extraña que el tutor estuviese hecho una furia.

Pero Mari es tan buena amiga que a pesar de la sesión desastrosa que había tenido se las apañó para animarme a mí. La muy chistosa tiene la teoría de que tenemos en clase un buen porcentaje de pervertidos amantes de las niñas pequeñas y claro, con nuestras estupendas tetas no se les levanta la polla ya que prefieren las niñas planas como tablas de planchar. Nos dimos un abrazo antes de separarnos para ir cada una a nuestra casa. El Dúo Gafudo no se amilana ante estas minucias. Vamos a ser unas esclavas prostitutas tan buenas que nos llamarán desde la capital para servir en los serrallos del palacio imperial.

Pues eso ha sido mi día de hoy, querido diario. Ahora voy a bajar a cenar y luego haré caso al tutor y me correré dos veces antes de atarme las manos a la espalda e irme a dormir.

Es posible que me cueste un poco porque papá me ha visto con mi uniforme, ha mirado a mamá y le ha dicho que se prepare ya que esta noche van a levantar a los vecinos con sus gritos.

Voy a pedirle a mamá que por favor se ponga la mordaza porque esta noche no he pegado ojo y quiero dormir un poco. ¡Mañana te cuento más!