Diarios de un sumiso: mi primer amo(r)

Un joven recuerda su brutal iniciación en el mundo del S/M a manos de cuatro conocidos magrebíes del barrio, que usan y abusan de él una noche de verano en un solitario descampado. Uno de ellos en particular, Fuad, un macho dominante sin muchos escrúpulos, se convertirá en su amo durante varios años

AVISO PARA NAVEGANTES: RELATO DE TEMATICA S/M

Vivo en un barrio de fuerte inmigración magrebí y estoy acostumbrado a convivir con marroquíes desde niño. De hecho, a los 19 años, cuando sucedieron los hechos narrados y viví mi primera iniciación sexual la pandilla del barrio, el grupo de gente con el que salía habitualmente era multiétnico, e incluía también rumanos, algún colombiano y dos gitanos, si bien la mayoría del grupo estaba formado por occidentales.

Debo aclarar que los cuatro magrebíes de la pandilla, Fuad, Ahmed, Bachir y Karim estaban muy unidos entre ellos, y sólo salían con nosotros en algunas ocasiones, no siempre. Yo les conocía de sobra, pero no éramos íntimos amigos ni mucho menos. Por eso me extrañó un día, al salir del gimnasio, encontrármeles en el interior de un coche aparcado en un descampado por el que a veces buscaba un atajo para llegar antes a casa.

Estaba claro que estaban fumando porros y escuchando música raï, de ese estilo tan exótico que les gustaba a ellos, tampoco lo disimulaban. Al verme pasar por un sitio tan solitario ya caída la noche, Fuad, que actuaba un poco de líder del grupo, me pidió que me quedara con ellos, y que luego me acercarían a casa. No es que yo viviera excesivamente lejos del gimnasio, pero estaba mal comunicado y para ahorrar tiempo debía atravesar varios descampados como este, nada recomendables a estas horas de la tarde/noche. Por eso, y porque les conocía desde niños acepté su invitación sin dudarlo. Yo no pensaba en absoluto que aquellos "colegas" del barrio fueran a tocarme un pelo de la cabeza, lo digo en serio, en ese momento me sorprendió mucho lo que ocurrió.

Dejé la bolsa de deporte en el maletero y subí sin pensármelo mucho al Golf de segunda mano de Karim. Yo no fumaba porros como ellos, pero por puro colegueo estuve compartiendo uno con los cuatro mientras hablábamos de tías y de cosas intrascendentes. Al cabo de veinte minutos la atmósfera estaba muy cargada, y como era verano y hacía mucho calor ahí dentro decidieron quitarse las camisetas, y como insistían tanto yo también lo hice. Claro, como yo era muy blanco de piel y estaba muy cachitas, contrastaba mucho con su tono de piel moreno y se ve que eso les dio morbo, digo yo, porque hasta entonces no habían dado muestras de excitación sexual.

Yo empecé a notar que Fuad me pasaba mucho la mano por detrás del cuello y a acariciarme el pelo, pero en ese momento no le di importancia. Por efecto del emporramiento general no decíamos mas que tonterías y nos daba la risa floja hablando de tías del barrio y de gente conocida. Debo decir que no era casual que me hubieran reservado justo el espacio central del asiento trasero, porque en un momento dado la cosa se caldeó hablando de las tetas de una y del chocho de otra, se bajaron las cremalleras y se empezaron a pajear. Yo me quedé un poco cortado, pero me dijeron que entre ellos eso era normal, y me animaron a unirme a ellos, y me baje tímidamente los pantalones, muy cortado por la deriva que tomaba la reunión.

Cada vez que Fuad tenía que pasarme el porro, que iba rulando de mano en mano, se iba acercando mas a mi cara para entregármelo, hasta que la última vez, en lugar de pasármelo directamente lo que hizo fue colocármelo él en la comisura de los labios, de una forma que por entonces me pareció impropia y que a día de hoy reconozco que fue muy sensual, y echarme después el humo de su calada en mi cara, lo que me pilló desprevenido, y me puse a toser. En ese momento de confusión Fuad y Ahmed, que eran los que estaban situados a mi lado, aprovecharon para coger mis manos y acercarlas a sus respectivas pollas erectas. Yo pensaba que aquello era una simple broma de mal gusto, pero Bachir y Karim se pusieron a reír como locos y a preguntarme que sentía agarrando dos trancas con las manos.

Yo estaba empezando a asustarme e hice ademán de levantarme para marcharme de allí, pero Fuad lo impidió aprisionándome la cabeza con el brazo que había pasado alrededor de mi cuello y acercándomela a su sudoroso pecho. Yo era mucho mas fuerte que él y podía haberme liberado con facilidad de su abrazo, pero ellos eran cuatro y además Fuad era un tío excepcionalmente inteligente, con verdadero talento para manipular las conciencias y un gran carisma personal. Por raro que parezca él me convenció, sin violencia alguna, de que yo estaba deseando comerle la polla, lo que no era cierto, al menos a nivel consciente. Me fue acercando la cabeza lentamente a su polla, como midiendo los tiempos, mientras me explicaba muy convencido de lo que decía que mientras que nosotros, digamos los occidentales, podíamos follar con tías cuando queríamos, ellos se tenían que aguantar las ganas hasta el matrimonio y que mientras tanto tenían que recurrir a "favores" de "amigos especiales" como yo. También me explicó que no podían desfogarse entre ellos porque en su sociedad se consideraba pecaminoso, pero que la cosa no era tan grave si el elemento pasivo era un hombre "cristiano". Y que yo era libre de irme de aquel coche, pero que si lo hacía sería un mal amigo y un desagradecido si no les "echaba una mano" y además el sabía que me iba a gustar porque decía que ellos tenían buen ojo clínico para elegir a sus "amistades especiales". Todo esto sin dejar de apretarme el cuello y de mantener mis manos firmemente asidas a sus pollones árabes.

Como vio que yo me quedaba callado y no oponía resistencia, me soltó la cabeza, que estaba enfrente justo de su enorme polla, y me pidió que eligiera, mientras meneaba su rabaco y lo golpeaba contra mis mejillas. Yo no sé si influyó también que me estaba acariciando la nuca o que los demás estaban completamente callados y expectantes, pero lo cierto es que yo solito acerqué la boca lentamente a su polla, mientas Fuad repetía muy bajito: "Buen chico, así se hace" y "muy bien, campeón, para eso están los amigos". Yo no tenía ni puta idea del berenjenal en el que me estaba metiendo, pensaba que sería algo mucho mas "light" y en plan colegueo, ya demás no sabía chupar rabos por entonces.

La tranca de Fuad era enorme, bastante gruesa, estaba descapullada, algo que me sorprendió mucho entonces y tenía un olor muy fuerte y penetrante, todo lo cual unido me daba un poco de asco. El tuvo mucha paciencia conmigo y me fue mostrando la manera correcta de hacerlo para proporcionarle placer, hasta que al cabo de unos minutos me cogió del pelo y me acercó la cabeza hasta el trabuco de Ahmed, que era un poco mas corto de longitud, pero con un diámetro importante. Yo al principio me atragantaba con sus pollas porque no sabía aún su "modo de empleo", pero reconozco que tuve buenos maestros.

Muy pronto ellos se dieron cuenta de que yo tenía un empalme del quince sin necesidad de tocármela, clara señal de que no se habían equivocado en su diagnóstico y que a mi me molaba en el fondo este rollito. Al cabo de un rato se cambiaron de asientos y me tocó chupársela a Bachir y Karim, que también contaban con unos pollones de impresión, pero que eran mas violentos en su trato, incluyendo a veces cachetes en la cara y lapos en la boca. Cuando consideraron que ya era suficiente, y aprovechando que ya había caído la noche y por ese lugar apartado no pasaba nadie, decidieron follarme a saco los cuatro. Para ello salimos del coche los cinco, me obligaron a desnudarme por completo (ellos seguían en vaqueros) sacaron una manta del maletero que extendieron sobre el suelo de tierra y me ordenaron que me pusiera a cuatro patas. Yo les advertí de que era virgen y que no quería ser follado, pero a ellos les sudaba la polla mi opinión. En realidad el acalorado debate que tuvieron, al principio en español y mas tarde en árabe, consistía en si debían protegerse poniéndose un preservativo o debían follarme a pelo como una "puta pasiva" se merecía. Al final, teniendo en cuenta diversos factores y sus propios gustos personales optaron por follarme a pelo.

El encargado de desvirgarme fue, por supuesto, Fuad, que además actuaba como si yo fuera de su propiedad y me "alquilara" o cediera mis servicios a sus demás colegas. El sistema de penetración usado por ellos es el mejor que he visto nunca para dilatar el ano de un pasivo, especialmente primerizo como yo, pero por desgracia yo solo se lo he visto utilizar a gente de origen norteafricana. Consiste en separar con las manos los dos cachetes del culo y pegar muy fuerte con la palma abierta de la mano en pleno ano, no en el culo como hacemos en el resto del mundo. Garantizo que, al menos en mi caso, es un dilatador excelente. De hecho ellos no utilizaron lubricante, con 20 ó 30 palmetazos (yo diría mas bien hostiazos) y un poco de saliva el pollón de Fuad entró en mi culo virgen a la primera, y aunque lógicamente al principio me dolía mucho me tuve que joder y aguantarme porque él no pensaba sacarla de allí hasta correrse. Una de las cosas que mas me excitó fue cuando me obligaron a hacer la "cruz", es decir, yo a cuatro patas con Fuad follándome a saco el culo, Ahmed la boca y mis dos manos ocupadas en pajear las pollas de los otros dos.

Aquel día, no sé si debido a mi inexperiencia, solamente me la clavaron Fuad y Ahmed. Fuad era un follador nato, la clavaba de puta madre, golpeando con fuerza con los huevos en mi culo virgen y yo reconozco que me excité mucho cuando me volteó, colocó mis piernas alrededor de su cuello y me folló de cara, echándome lapos en la cara de dos tipos, unos muy rápidos tipo gargajo por toda la cara, mientras me insultaba, y otros mas despacio, agrupando saliva y dejándola caer a cámara lenta en el interior de mi boca. Fuad fue el primero en correrse en mi culo, y después me ordenó que le limpiara los restos con la lengua. Después vino el turno de follarme para Ahmed, pero a mí me dolía horrores, parecía que el culo echaba humo, y se ve que después de esta segunda corrida en mi culo debieron ver el ano muy enrojecido y optaron los otros dos por continuar exclusivamente con sexo oral. Una de las cosas mas bonitas que vi aquella noche y que es muy típica de los magrebíes que follan en grupo es la unión tan fuerte que hay entre ellos. Por ejemplo Ahmed empujaba el culo de Fuad mientras me follaba sin ningún reparo, y los cuatro parecían estar muy coordinados en todo momento, mientras que los occidentales, aunque follen en grupo suelen ser mas individualistas e ir cada uno a lo suyo.

Aunque no me rompieran el culo aquella primera vez, Bachir y Karim no se fueron tampoco de vacío ni perdieron el tiempo, turnándose para que les sirviera oralmente, escupiéndome en la cara, llamándome zorra, maricón, comepollas de mierda y pegándome hostias en la cara y el pecho. En un momento dado Karim se vino encima de mi cara y me obligó a abrir la boca y tragarme toda la lefa. Bachir le siguió al cabo de un minuto, con sus compañeros pasándole lo brazos por los hombros en plan coleguita mientras me escupían y yo daba cuenta de su lefa caliente, que tenía un extraño sabor agridulce y aunque al principio me dio asco la primera lefada de Karim, recuerdo haber saboreado con gusto la corrida de Karim y haberme gustado el sabor del semen ya incluso esa primera vez.

Mientras ellos se vestían yo aproveché para pajearme y en menos de dos minutos solté un chorro de lefa impresionante sobre mi abdomen. Me fui a limpiar con la manta, que estaba ya muy manchada de lefa, pero Fuad que me vio hacer eso, montó en cólera, me arreó cuatro guantazos y me agarró del pelo muy mosqueado introduciéndome en el coche a empellones. Una vez dentro me entregaron mis ropas, me vestí tal como me ordenaron y Fuad, que seguía a mi lado en el asiento trasero, me recordó durante el camino de vuelta a casa cuales iban a ser las reglas del juego a partir de ese momento en el que según ellos, aunque tenía aun mucho que mejorar, había aprobado con nota el acceso a la "carrera" de "puta pasiva".

Según creo recordar sus estrictas ordenanzas fueron éstas:

  • A partir de ese noche Fuad pasaba a ser mi "chulo oficial" y yo debía obedecer sus órdenes en todo momento. Además debía ofrecer mis servicios sexuales o de cualquier otro tipo a los otros tres miembros de la banda, siempre que Fuad no se opusiera a ello o no lo hubiese prohibido expresamente.

  • No podía contar nada de lo ocurrido aquella noche o de lo que iba a ocurrir en adelante absolutamente a nadie, y menos aun a ningún miembro de mi familia.

  • Fuad se reservaba el derecho de alquilar mis servicios a terceras personas o grupos de personas, como así ocurrió a partir de ese día.

  • La mas importante: tenía totalmente prohibido hacer el amor con nadie que no fuera ellos o las personas por ellos designadas. Contravenir esta orden conllevaría penas físicas muy duras. De todas maneras con el tiempo uno se va haciendo muy dependiente a nivel psíquico de su amo (aunque Fuad rechazara ese término y prefiriera el de chulo)y bastaba con que él me amenazara con negarse a hacer el amor conmigo para tenerme a su merced en todo momento.

Debo añadir que Fuad era un auténtico cabrón y un excelente amo y con el tiempo me fue enseñando a convertirme en un magnífico sumiso, e incluso se sacó un dinero extra conmigo alquilándome, por ejemplo, a chavales gitanos solteros y sin acceso aun a sexo con mujeres gitanas, o casados, que, por la razón que fuera, no gozaban de una vida sexual plena con sus esposas, otros árabes, y todo tipo de gente dispuesta a pagar por ello, si bien a mi lo que mas me excitaba era, ayudado por mi físico, actuar de cebo en las discotecas de moda, buscar chavales guapetes y morbosos y ofrecérselos a Fuad para que se los follara delante mía, haciendo creer al chaval elegido que éramos una pareja estable en busca de morbo (y no amo/esclavo, como courría en realidad) para no asustarles, porque era gente ajena a este tipo de sexo extremo. Esos polvos de Fuad mientras yo le empujaba el culo y luego se corrían los dos en mi puta cara forman parte de mis mejores recuerdos sexuales.

Por todo ello considero a Fuad mi mejor amo hasta la fecha, aunque tampoco tengo queja de mi dueño actual. Hace unos años Fuad, que atravesaba serios problemas económicos, decidió, con todo el dolor de su cruel corazón, ponerme en venta para hacer frente a sus numerosas deudas; y a pesar de que era muy cabrón, yo sé que en el fondo me quería mas de lo que daba a entender, y como él sabía que yo no deseaba por nada del mundo pasar a manos de un amo español, a los que despreciaba por su blandenguería y bisoñez, decidió rechazar todas las ofertas que le llegaban de amos españoles vía Internet, algunas muy jugosas, por cierto, hasta que encontró al fin a un proxeneta profesional de origen albanés llamado Bekim, que dirige con mano de hierro en guante de seda mi carrera profesional desde entonces; mi carrera como chapero de lujo, desde luego. Mi relación con Bekim, un guapo activo superdotado con mucho genio y arte para follar es excelente, pero a menudo echo de menos a mi chulo original, el cabrón de Fuad, de quien no he vuelto a saber nada desde entonces. Si lees estas líneas por casualidad te envío mil lametones de pies y rabo y recibo a cambio tus cariñosos lapos en mi careto de puto sumiso.

Yo, desde luego, prefiero follar y ser dominado por árabes y magrebíes porque me gusta mucho el sexo en grupo y ellos, por lo general, son muy desinhibidos, tienen un claro concepto de la jerarquía, y no te decepcionan comiéndote la polla y esas cosas, ellos tienen claro que tu eres una puta basura y que estás a su servicio y no al contrario. Para mí, después de probar muchas nacionalidades y comer muchos rabos distintos, debo decir que no he encontrado a nadie tan morboso y cabrón como un magrebí cualquiera para este tipo de sexo salvaje. Yo creo que han nacido para ello, con unas condiciones naturales óptimas para la dominación del prójimo.

FIN