Diarios de Juliana (5) Otras primeras veces.
Más nuevas primeras veces para Juliana, así como promesas de nuevas experiencias.
Juan me recibió en su casa algo callado, supongo por timidez. Trajo unas copas de champaña, estando demasiado consciente del sabor que aún paseaba por mi boca quise pasar la champaña por mi boca, pero Juan se lanzó a besarme inmediatamente, recorriendo su lengua por mi boca. Debía estar pensando en él, en mi novio; en su mente los dos perderíamos la virginidad juntos en unos minutos. Y yo solo podía pensar en Ramiro, en su verga eyaculando en mi boca, en la misma boca que los labios y la lengua de Juan exploraban en ese momento.
Como la vez pasada, Juan se limitaba a besarme, así que intentando apresurar todo y presa también de la calentura que me traían los recuerdos de Ramiro bajé a su bragueta y saqué su pene. Entendió el mensaje y buscó mis tetas inmediatamente, pasó sus manos debajo de mi blusa tocando mis pechos por encima de mi sostén. El mismo sostén que había tenido puesto esperando a Ramiro esposada. El mismo que Iván había bajado para ver mis tetas rebotar mientras me follaba con fuerza.
Minutos después Juan no movía sus manos de mis pechos y yo me limitaba a acariciar su pene. Me quité la blusa dejando a Juan boquiabierto ante mi apretado sostén. Volví a besarlo y le quite su camisa. Me subí a sus piernas, encima de su pene buscando que tomara una mayor iniciativa. Juan vibraba de placer y yo buscaba desesperada un placer como el que Ramiro o Iván me habían hecho sentir. Me paré y me baje mis pantys dejándome la falda puesta. Juan estaba con cara de pasmado. Ubiqué su pene en mi entrada y fui bajando. En ese momento una preocupación pasó mi mente.
-¿Quieres quitarme la virginidad?
-Em… Si
-Te amo Juan
-Yo a tí Juliana.
Bajé simulando un poco de dolor en el momento en que su pene entraba en mi. Tenía un tamaño normal, 17 cm aproximadamente, y un grosor respetable. No era el de Ramiro, pero era comparable con el de Iván. Me alegré de tener un novio así. De hace años tenía miedo de que su pene fuera diminuto. Empecé a subir y bajar con rapidez, empezaba poco a poco a sentir placer, contra toda mi voluntad imagenes de Ramiro e Iván pasaron por mi mente, así como yo masturbandome desnuda frente a Ramiro, esperándolo esposada, viendome al espejo recién follada por Iván. Andando en cuatro patas hacia la habitación de Ramiro. Masturbandome viendo el video de Ramiro, su novia y su amiga. El placer empezaba a subir y las manos de Juan se apretaron de mi espalda. De pronto sentí su gruñido y su vibración así como su líquido entrando en mí.
-Lo siento… - dijo con voz llorosa mientras yo miraba hacia abajo sorprendida, habían pasado como máximo cinco minutos.
-No… no, no hay problema Juan.
-En serio perdoname, tenía demasiada expectativa.
-Estuvo… bien, fue muy placentero. En serio.
Juan me miraba con cara de cachorro regañado. Vencí la sorpresa y me llené de ternura ante su mirada. Lo abracé y luego lo besé tiernamente en sus labios mientras acariciaba su rostro.
-¿Quieres ver tele un rato?
Después de verla un rato sentí el silencio incomodo en la habitación y me incorporé.
-Juan, estoy feliz de haber perdido mi virginidad contigo. -Su rostro se iluminó inmediatamente.
-Y igual Juliana. Te amo.
Lo besé con ternura y amor genuinos. Ví como su pene respondía y mi mano fue directo a este.
-¿Quieres probar algo nuevo?
-Claro -dijo emocionado.
-Siempre quise hacer esto.
Bajé mi rostro y lo apreté en mis labios, empecé a subir y bajar lentamente, mi mano fue debajo de mi falda y empecé a repasar mi conchita con pasión. Apenas empezaba a excitarme de nuevo cuando su sabor llegó a mi boca. Me reí con ternura en mis adentros.
-Em… lo siento, es que se sentía muy bien.
-No te preocupes. - dije mientras limpiaba mis labios.
Con ojos llorosos Juan miraba hacia el frente. Le acaricié el rostro, y lo besé en los labios. Juan recibió el beso con dulzura.
-Es que quiero que tu también… goces.
-Pues, ya que estamos probando cosas nuevas, hay una manera en que creo me podrías hacer gozar.
La lengua de Juan entraba y salía de mi con rapidez. Hacía un gran oral. Lo tomé de su cabeza mientras sentía su lengua por toda mi zona genital. Logré llegar al orgasmo.
-¿Te gustó Juli?
-Si amor, delicioso -le dije sonriendo y sin mentir, por la última parte de la velada.
El taxi me llevó a mi casa. En el camino me llené de amor pensando en Juan. Al llegar me encontré con Iván con una maleta en la mano, la dejo en la puerta junto a otras cuantas.
-¿Y esto?
-Papá tiene una conferencia mañana, se van de viaje con mamá por una semana.
Le correspondí su sonrisa maligna
Al llegar a mi cuarto me desnudé y cerré la puerta con llave. Busqué en mi cajón y me puse mi collar de perrita.
Abajo mis tíos se despidieron y yo salí disparada por la puerta. Iván me observó algo sorprendido, yo bajé hambrienta de rodillas ante él, y saqué su pene. Lo chupe con violencia llevándolo hasta mi garganta.
-Llegaste caliente de donde tu novio.
Asentí con la cabeza.
-¿No te atendió bien?
Negué con la cabeza.
-No te preocupes perrita. Ya te atiendo.
Me puso en cuatro y me folló con fuerza, agarrandome del collar.
-Eres una perra rica. Puta deliciosa.
-Si, soy una puta, una perra; follame duro.
Su pene salió de mi, sentí su pene en mi ano y me alejé instintivamente; recibí una nalgada que me hizo gritar. Su pene volvió a la entrada de mi ano.
-No, por favor. Me dolerá.
-¿Ramiro no lo ha hecho?
Negué. Iván me apretó por el abdomen para evitar que me escapara y empezó a penetrarme suavemente por el culo con su dedo.
-¿Sabes? más tarde te castigaré por decir que no.
El miedo y el dolor se mitigaron un poco por la excitación del castigo a recibir. Otro dedo de Iván entró en mi haciéndome gemir de dolor. buscando mitigarlo, recosté mi cabeza e intenté mitigar el dolor masturbando mi conchita. Los dos dedos pasaron a ser tres. La mezcla de dolor y placer me volvía loca. Finalmente me dejó y se puso detrás mío. Morí de miedo mientras su pene se posaba.
Fue empujando suave hasta dejarlo todo adentro mío. Empezó a follarme suave sacando bramidos suaves de mi boca. Cada vez más rápido me follaba haciéndome gritar.
-No volverás a decir que no, perrita.
Empezó a follar con todas sus fuerzas, mis ojos lagrimeaban y mi cuerpo se balanceaba al bambén de Iván, que follaba como un salvaje mi culito ardiente.
Se salió de mi provocando un aullido de mi parte. Me agarró del cabello y se vino en mi cara y cabello.
Me abandonó, mi culo ardía, mi cara se sentía pegajosa, mi garganta dolía de tanto gritar y mi conchita pedía atención.
Empecé a tocarme con pasión. Sentí a Iván volver. me arrojó algo.
-Masturbate con eso.
Mire, una zanahoria estaba a mi lado. La tomé en mis manos y la puse adentro mío y empecé a follarme con ella.
-Ramiro va a adorar esto. -dijo mientras alzaba una cámara apuntando hacia mi. -Cuentame que te acabé de hacer.
-Me follaste el culo.
-Dime más. Más detalle.
-Me pusiste en cuatro como perra y me reventaste el culito con tu pene para luego venirte en mi cara y hacerme masturbar con esta zanahoria.
Llegué al orgasmo con mi zanahoria. Iván dejo de grabar.
-Vístete perrita, hora de tu castigo.