Diarios de Juliana (4) el video

Juliana se entrega a Ramiro a nuevos niveles. Va descubriendo de otras de las aficiones de su amante.

Sus caricias me despertaron.

-¿Lo gozaste?

Ramiro me miraba fijo y sonriente mientras pasaba sus dedos por mi usada conchita.

-Si…

-¿Te folló rico?

-Si…

-¿Con quién te gustó más?

-Contigo

Sus manos pasaron por mi nuca, sentí como ajustaba. Me había puesto de nuevo el collar de perra.

-Quiero que lo tengas puesto siempre que puedas, perrita.

La última palabra me hizo sonrojar. Sus dedos, además, se movían inquietos por mi conchita.

-¿Te gustó escucharme con mi novia?

-Si… me sentí celosa, pero me gustó.

-Así me gusta perrita. ¿Quieres que te folle a tí ahora?

-Si… pero tengo que ir al colegio mañana.

Ramiro estalló en risas.

-¿Colegio? son las nueve de la mañana, perrita.

Instintivamente busqué mi celular, tenía una llamada perdida de mi novio.

-¿Quieres ir a mi cuarto?

-Bueno…

-Vamos entonces

-Pero, nos pueden ver, o escuchar.

-No hay nadie en casa, mi perrita, vamos.

Ramiro se puso de pie y empezó a andar, intenté seguirlo, pero me detuvo.

-No, no, no. Las perritas andan en cuatro patas.

Me demoré dos segundos en caer de rodillas al piso y empezar a andar detrás suyo a cuatro patas, sintiendo como me mojaba a cada paso.

-Bueno mi perrita -dijo al momento en que entramos en su cuarto, indicando que me acostara en su cama. -Voy a ponerte un video en mi compu, lo grabé hace un tiempo con mi novia. Quiero que te masturbes mientras lo ves. Iré a prepararnos el desayuno.

En la pantalla inmediatamente pude apreciar a Ramiro de lado. La cámara bajó y se pudo ver que estaba recibiendo una mamada. La chica no era su novia; Ramiro tomó a la chica de la nuca y empezó a follarle la boca haciéndola gargajear en cada metida. Finalmente la soltó y la chica agarró un respiro.

-

Deja la cámara y ven aquí, puta.

De pronto su novia apareció desnuda en pantalla. La chica que le había dado la mamada era bronceada, tenía el cabello negro y unas tetas pequeñas y paradas; su novia, María contrastaba por tener la piel blanca y unas tetas grandes, un poco más pequeñas que las mías, aunque un culo espectacular, aunque no tanto como el de Luciana. María se sentó en una cama, y Ramiro guió a la otra chica que se acostó encima de ella y empezó a besarla. Después se ubicó a cuatro patas y a besarle su conchita. Ramiro se ubicó detrás y empezó a follarla haciendo un concierto de gemidos que hacían que mis dedos entraran rápido en mi propia conchita.

Ramiro llegó a la habitación con una bandeja. La dejó en la mesa y se sentó a mi lado.

-No te detengas perrita, me gusta verte.

En el video Ramiro paró de follar a la chica y se puso frente a ella. María y la chica se besaron en la cámara, luego la chica se puso la punta del pene de Ramiro en la boca y María empezó a pajearlo hasta que Ramiro se vino en su boca. Ramiro se retiró y María inmediatamente besó a la chica, la cámara se acercó y se pudo observar como María y la chica se pasaban el semen la una a la otra.

El video acabó en ese punto.

-Hora de comer -dijo sonriente Ramiro poniendo un plato en el piso.

No tuve que pedir más explicaciones. Fui al piso, a cuatro patas y bajé la cabeza para comer los huevos que había hecho para mi, como toda una perra, sintiéndome humillada y excitada.

-Buena perrita -mencionó Ramiro al tiempo que me daba una nalgada.

Al acabar Ramiro de un solo movimiento me alzó y arrojó a la cama. Sacó su pene y juro que se me hizo agua la boca. Casi me arrojé hasta dejarlo en mi boca. Empecé a bajar y subir sin usar las manos. Recordando el video lo llevé tan profundo como pude.

-¿Te gustó lo que viste?

Asentí como pude y Ramiro empezó a follarme la boca como a la chica del video, aunque noté que un poco más suave. Cuando salió de mi boca me puse en cuatro patas y empecé a mover mi cola de lado a lado.

-Pareces en celo perrita.

Volteé mi cara haciendo casi un puchero, Ramiro me penetró con fuerza mientras me jalaba del pelo.

-Hoy te verás con tu novio, ¿verdad?

-Si.

-Vale, no quiero que te bañes en todo el día, quiero que uses la lencería que te regalé y…

En ese momento se salió de mi y me puso el pene en la boca, se masturbo un par de veces y se vino en mi boca.

-Que tampoco te laves la boca perrita sucia. No lo tragues aún, quiero que lo pases por toda tu boca, que cuando lo beses sepas que ha pasado por esa boquita de perra tuya.

Sentí su sabor por mi toda mi boca. Me dio un beso en la cabeza de nuevo.

Se recostó a mi lado y yo me abracé a él mientras me acariciaba el cabello.

-Vamos a pasarlo muy bien prima -dijo al apretarme las tetas.